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Los hijos de Odín por MichaelJ2099

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Notas del capitulo:

¡ALTO!

UN MOMENTO POR FAVOR, SOLO QUIERO HACER UNA ACLARACIÓN SOBRE EL SIGUIENTE CAPÍTULO QUE VAN A LEER; VAN A EXISTIR ALGUNOS SALTOS ENTRE ESCENAS DE LAS PELÍCULAS DE THOR, ASÍ QUE PIDO SU COMPRENSIÓN PARA QUE PUEDAN DISFRUTARLO SIN SORPRENDERSE POR LOS CAMBIOS REPENTINOS, SIN MÁS, ADELANTE.

MUCHAS GRACIAS A TODOS LOS QUE LEYERON ESTE TRABAJO, ESPERO LES HAYA GUSTADO. PRÓXIMAMENTE PONDRÉ UN EPÍLOGO. GRACIAS DE ANTEMANO.

-No... Loki.

Esa respuesta, le purgaba hasta el alma de una manera que jamás se había atrevido a mostrar. Después de aquella noche, algo en él cambió radicalmente, el tema de la muchacha de servidumbre quedó en el olvido, Thor continuó con sus entrenamientos y misiones ignorando todo consejo de Fandral sobre la conquista de la chica. Les llamaba mucho la atención que la actitud del príncipe mayor hubiese cambiado de manera repentina, pero ante el silencio del rubio, desistieron.

La relación entre Thor y Loki se enfrió, pasaron varios días sin dirigirse la palabra, tan solo algunos comentarios como "pásame el pan" o "con permiso" pero nunca una conversación, sus padres parecían extrañados, y en cuanto mencionaron el tema, los muchachos hicieron caso omiso y de manera forzada conversaban o se dirigían dos o tres frases. Con el paso de los meses y eventualmente de los años, esto terminó casi en el olvido. Ambos podían conversar sin mayor problema, siempre y cuando no tocasen 'ese tema' de manera seria. Thor parecía ser el más aliviado, en su mente parecía ser que todo se hubiese arreglado con la indiferencia.

Empero, Loki no sentía lo mismo, algo en su interior le decía que tenían que hablarlo, discutirlo, pero era inútil, se sentía frustrado y sobretodo, se sentía más de tener que ocultarlo. Allí empezó todo. El príncipe menor había sido criado en el seno de una familia real con excelentes modales y educación. Sin embargo en cuanto la adolescencia llegaba a su final, no supieron describir qué había sido el detonante para que el joven de ojos verdes siempre parecía buscar el desagrado de los demás hacia su persona. Se había ganado con creces la incomodidad del personal del castillo y hasta cierto punto el temor. Y es que no había duda de que él mismo parecía orgulloso con el apodo de su padre:

-Mi hijo, encamina sus dotes hacia provocar que los demás se sientan timados y parece siempre querer sacar provecho de ello. Sin duda, mi hijo es el Dios de las travesuras.

Y desde el primer momento en que el 'tierno apodo' llegó a sus oídos, revistió su rostro con una alargada sonrisa y un brillo ladino en sus ojos. Se sabía capaz de hacer que todos le odiasen o le temiesen, ¿cuál era el propósito? Siempre desconocido. Thor muchas veces lo reprochó. No eran raras las discusiones que los hermanos tenían, ya contando con dieciocho y diecisiete años.

Las malas bromas que ambos se gastaban disminuyeron conforme crecieron, Thor solo se divertía haciendo locas expediciones suicidas en busca de peleas, el nuevo grupo de reclutas había traído a él un bonche de buenos amigos. Primeramente, llegó un rechoncho compañero de cabellera roja y una ligera barba del mismo color. Gozaba de un corpulento físico que siempre le había valido de ser uno de los mejores en combate de cuerpo. Incluso Thor al inicio le costaba batirse a duelo con él.

-Volstagg, un round más.

-Mi señor, hemos excedido el tiempo de práctica. -Decía con un pequeño aceleramiento en su respiración. Thor le miró con una mueca de molestia.

-No me llames así, por favor, ya hemos combatido varias veces fuera de Asgard, creo que es momento de que puedas llamarme por mi nombre. Antes que ser un príncipe soy un asgardiano más y merezco tener el afecto de grandes amistades.

Y el regordete compañero le sonreía, pronto sería conocido no solo por su gran valentía al combate además de sus habilidades, sino por su estómago que era comparado con un estrepitoso agujero negro. Nunca parecía estar satisfecho.

Después de él, llegó un valiente caballero que a corta edad había dejado pasmados a la mayoría de los maestros espadachines.

-Mi nombres es Fandral. -Y ante su voz melodiosa, todas las chicas del pueblo caían rendidas, no era extraño verle rodeado de hermosas doncellas que buscaban su compañía. Pero eso no fue lo que le interesaba a Thor, sino la maestría con la que empuñaba una espada, su resistencia sobrenatural y siempre su optimismo. Al principio parecía no caerle muy bien al gran Volstagg pero terminaron siendo grandes aliados del príncipe Thor.

Los tres asgardianos competían y siempre parecían entretener al pueblo de Asgard con competencias y retos hacia los más atrevidos asgardianos. Llegando de un lugar lejano con una sombría mirada, batió el mazo contra los aliados de Thor, un hombre de negra cabellera que jamás habló durante el combate y dejó pasmados incluso al príncipe del trueno. Cuando hubo acabado el reto, Fandral había terminado con un par de costillas rotas, sin decir nada, el extraño contrincante se acercó y entregándole un pequeño frasco con un líquido extraño, Fandral se atrevió a beber del recipiente y fue asi como el hombre rubio pudo reponerse casi en instantes de sus heridas. Una pócima curativa, no muy común incluso en el pueblo mítico de Asgard. El príncipe mayor se acercó a él.

-Muchas gracias, haz demostrado ser un increíble contrincante. Muestra tu rostro hacía tu príncipe y dime tu nombre.

-Hogun, mi señor.

Y el hombre hizo una reverencia.

El gran trío de aliados que Thor consiguió, no solo forjó una gran masa de admirables guerreros sino también de fantásticos amigos. Se les veía pasar mucho tiempo juntos, a Hogun le costaba un poco más, pero siempre caía rendido ante las ocurrencias de los demás. Eran muy jóvenes y estaban en el mejor momento para divertirse, con la longevidad que compartían, siempre fueron protagonistas de asombrosas hazañas que dejaban boquiabiertos a los habitantes de los nueve reinos. Pronto se hicieron más conocidos bajo el nombre de "Los tres guerreros" (wow, que nombre tan original) y el castillo estaba siempre de buen humor dado que los jóvenes irradiaban de excelente humor a la milicia y a la gente de servicio.

Todos excepto a uno...

-Muy bien Loki, ahora hazlo más grande.-Decía Frigga con calma. Su hijo mantenía elevadas sus manos mientras de estas brotaban volutas de luz verde, ante ellos se alzaba una impresionante bola de energía.

-Esto no es más una ilusión, hijo mío. Haz dominado el aprendizaje del arte de controlar la energía vital a tu alrededor, podrás usarla para el bien. Por ahora lo has logrado maravillosamente tomando la energía prestada de las flores que crecen aquí.

Y así era, un grupo de varias flores marchitas yacían en el suelo del patio del gran castillo.

-Toda la energía del universo, es prestada hijo. Y hemos de devolverla a su tiempo justo.-Comentó.

Loki permanecía callado mientras escuchaba atentamente a su madre.

-Así como unos nacen, otros mueren y la energía siempre fluye. No somos nadie para manipularla y quitarsela a los demás. No es imposible, pero el hacerlo no significa que nos estamos alejando de la brecha de la muerte.

Esta vez su hijo sonrió de una cierta manera algo oscura, cosa que su madre no notó.

-Recuerda Loki... Somos longevos, no inmortales. No estaremos en esta tierra por siempre. ¿Entiendes?

-Si, madre.-Respondió y devolvió la energía a las hermosas flores ante él que pronto se llenaron de belleza radiante. Frigga contempló satisfecha.

-Ve a descansar hijo.

-No me siento cansado madre, iré a la biblioteca.-Dijo y le besó la mano con afecto. Solo se miraron un poco y él le extendió su brazo para escoltarla castillo dentro.

Una vez que había dejado a su madre en su habitación, volvió a besarle la mano y se alejó para internarse en las grandes estanterías de libros místicos de Asgard. Eran tantos que ocupaban nada más y nada menos que una de las torres principales del castillo, esencialmente diseñada para contenerlos. Un mar de conocimiento que no podía escapar de las manos de alguien tan habilidoso como Loki. Así que era de gran orgullo para él el hecho de haber acabado con toda la biblioteca en lo que va de su vida. Desde bebé que había comenzado a leer y hablar, supo distraer y enriquecer su mente de grandes conocimientos de todos los nueve reinos. Así que tal vez, él podía ser un poco 'retraído' pero era increíblemente inteligente, más que su hermano. Uno era la fuerza, el otro la sabiduría.

Aunque esto... No parecía satisfacerle del todo.

No había conjuro en el mundo que pudiera borrarle de su mente todas aquellas situaciones donde su padre siempre se alzaba de su asiento para aplaudir los logros de su hijo mayor, al derrotar un gigante, al llegar de una victoriosa batalla.

Si Loki le obsequiaba a su madre, un ramo de flores, Thor cortaba el árbol entero y se lo traía en el instante mismo. Si Loki mostraba sus grandes habilidades ilusorias y mágicas antes su padre, le recibía con una sonrisa y un:

-Bien hecho. Loki.

Pero no fuera Thor, entrando por la puerta cargando la cabeza de un lejano enemigo. En ese momento Odín abandonaba su asiento para recibir en brazos al ensangrentado muchacho que no parecía más que un cerdo siendo premiado por revolcarse en el lodo.

Loki, siempre odio el ensuciarse. La fuerza bruta utilizada como una simple arma, cuando se tenía el poder la mente, del habla, de la manipulación. Y es que Loki era excelente para ello, era hábil como una serpiente, podría escurrirse en las mentes más fervientes y corromperlas. Sabía utilizar sus habilidades de elocuencia para escapar a situaciones de muerte. Era hábil con sus manos eso sí, no hay que descatimar la habilidad para las armas de corto alcance. Una vez que estuvieses cerca de él, te ganabas una herida mortal segura.

Pero esto... Nada de esto parecía importarle a Odín. Así que es por ello que Loki había olvidado el porqué de su aprobación. Repudio sus días infantiles donde buscaba que los ojos de su padre brillasen tanto como lo hacían con Thor.

Su madre lo conocía, hablaba con él, intentaba enseñarle que su padre lo amaba, en una manera más sobria.

-Hijo mio, tu padre no es solamente musculo, es un hombre sabio y tu lo sabes. Es por ello que su trato contigo es diferente, es más sereno, porque sabe que a ti no te gustan los afectos tan desmesurados, como los que Thor recibe. No te quiere menos, solo te quiere a un modo que se acople a ti.

-¿Y qué les hace pensar que yo quiero lo que Thor quiere?-Mascullaba con dolor e ira.

Su único refugio, era su madre y su hermano. Le odiaba por ser el favorito, le odiaba por hacer en Odín lo que él nunca pudo. Pero le amaba como solo un hermano puede, como solo un hombre puede amar a otro hombre. He aquí la debilidad del dios de la travesura.

No importa, cuanta información retenga en su mente, ni cuantas habilidades desarrolle. Loki lo único que quiere es sentirse bien consigo mismo, necesitaba de un padre que le recordase que era importante, quería el mismo afecto que recibía su hermano mayor. Porque quería fingir que le molestaba, pero en su fuero interno deseaba todo aquello de lo que parecía privado.

Y a su vez, se odiaba por esto. Se odiaba sentirse inferior y odiaba que su interior le pidiese afectos. Como un niño que extiende los brazos para ser alzado. Odiaba sentirse así.

Loki tiene un conflicto, una maraña de emociones negativas que se enraizan en su corazón. Que cada vez manchan más la imagen de su padre y la de su hermano. Este último parecía siempre lograr que el odio que Loki pudiera sentir, se desvaneciera.

Siempre lo lograba, Thor no tenía la inteligencia de su hermano, pero tenía una vitalidad e inocencia que le proveía de un comportamiento más humilde. Por ello adoraba abrazar a su hermano en las noches frías cuando eran niños, hostigarlo por los pasillos cuando tenía dudas sobre una lección, porque amaba molestarlo para obligarlo a usar magia. Thor siempre buscaba a Loki y este tenía que ser siempre el hermético.

Siempre tenía que recibirlo con una negativa, y al final, siempre ceder a los deseos de su hermano mayor. Siempre había sido así. El encantador hermano mayor, con su hermano menor el necio. Un dúo sin igual. Hasta que llegaron los amigos de Thor...

Ahora ya no pasaba tiempo con él, cada vez sus lecciones iban separándose más y más. Thor ya no parecía interesado en seguir preguntando a su hermano, ya no había interés en seguir manteniendo a Loki como su compañero de combate. Tampoco parecía ser ya, su aliado en travesías y aventuras.

Loki se había quedado... Solo. Y le purgaba sentirse solo. Sino podía ganar la aprobación de su padre y la atención de su hermano, los obligaría aunque eso fuese ir en contra de las reglas. Y Loki lo lograba. Hacía rabiar a Thor al punto en que al rubio no le quedaba de otra mas que enfrentar a su hermano menor. Los ojos azules relampagueaban y chocaban contra los ladinos ojos verdes.

-¿¡Qué te pasa Loki!? ¿¡Cuál es el punto de ser tan altanero con los sirvientes del castillo!?-Lo arrojaba contra las paredes del recinto donde comían. Loki apenas y se inmutaba por el agarre brusco de su hermano. Arqueaba una ceja.

-Me alegra el hecho de ver sus rostros llenos de incertidumbre, no pueden creer que un hijo de la corona, sea capaz de tales cosas.

Thor le miró sin entender. El menor volvió a hablar:

-Tu te has llevado el premio al mejor guerrero, al carismático hijo de Odín, al confidente de mi madre. ¿Qué me queda a mí?

No lo decía como una suplica, sonreía mientras hablaba, pero Thor sabía que le escupía las palabras con un cierto dejo de frustración. Le soltó de las ropas.

-Loki, deja de ser un envidioso. Cada uno tiene su propia personalidad. ¿Por qué quieres destacar solo en lo malo?

-Por que tal vez en ser malo, es en lo que soy bueno... hermano.

Y salió de la habitación.

Sin embargo, todo se limitó a buscar la atención de las peores maneras.

Hasta ese fatídico día.

En la misma temporada en que desconoció a su padre. Cuando su piel se tornó azul y sus ojos nadaban en mares de sangre. Supo, que algo no encajaba ahí, tal vez la pieza extra, era él mismo.

-...Tus manos estaban bañadas en sangre Jotun ¿Por qué me recogiste?-Habló con la voz cortada.

Y Odín callaba, sin dar señales de volver abrir sus labios.

Poco a poco la ira desbordaba el alma de su joven hijo. Todos esos años, acogiéndolo bajo su techo, brindándole un papel que no le pertenecía realmente. Todas las anécdotas que con anterioridad vivió a lado de su hermano. En realidad solo eran extraños que sintieron lástima por un pobre bebé abandonado que incluso fue repudiado por los de su propia clase.

-Eras un niño inocente.

-¡No! ¡Tu me tomaste UNA razón! ¿Cuál era?

Y de nuevo el padre de todo sellaba su voz. ¿Esa era su respuesta? ¿La indiferencia? La ignorancia y el desasosiego. Odín no era un padre, era un guerrero y solo podía ver por sus propias tropas y pueblos. El tema del bebé de Laufey... Solo era la respuesta a una idea tonta de alianza entre dos reinos.

-¡DIMELO!-Le gritó y sacó tan solo una mísera parte de la frustración.

No soy su hijo... No lo soy... Nunca lo fui... Mi madre... NO, frigga... No me dio a luz... Este hombre ante mí, me ha mentido, me ha condenado a cargar con algo que no debía cargar nunca. Y el muchacho por el que siempre me cambió... Ni siquiera es mi hermano. ¿Qué soy sino una reliquia más en esta sala? No, dímelo Odín, dime que me equivoco.

-Una alianza... A través de ti, que trajera paz, una eterna paz.

No había vuelta atrás, el mundo que Loki creyó conocer, solo era una ilusión. Él, que se había hecho experto en transformar la realidad a su antojo, se había dado cuenta de que llevaba cientos de años viviendo un juego de títeres donde Odín, era el titiritero.

Hace siglos se prometió nunca volver a llorar. Se lo juró ante un Thor moribundo, juro que no volvería a mostrar esa debilidad. Sin embargo, en ese instante, ese decreto se rompió. Del mismo modo que Loki rompió en llanto. Como un niño, de vuelta al momento donde fue recogido del suelo frío de un templo Jotun. Por lástima, por un plan mal trazado. Por un hombre que intentó ser un padre y se convirtió en un verdugo.

-Entonces... ¿No soy más que otra de tus reliquias de batallas ganadas? ¿Solo estoy aquí para cuando llegue el momento en el que puedas usarme?

-¿Por qué tergiversas mis palabras?

-¿POR QUÉ NO ME LO DIJISTE DESDE EL PRINCIPIO?

-Eres mi hijo, es la única verdad. Lo que aconteció antes de que llegases aquí, no importó y no importa. Quería protegerte de la verdad.

-¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ SOY LA PESADILLA DE TODO TU PUEBLO? ¿POR QUÉ SOY EL HIJO DEL ENEMIGO QUE ASESINASTE EN EL PASADO? AHORA LO ENTIENDO, TODOS ESTOS AÑOS PREFIRIENDO A THOR, ¡PORQUE NO IMPORTABA CUAN FUERTE DIJERAS QUE ME AMABAS! ¡YO JAMÁS ESTUVE A LA ALTURA DEL TRONO! ¡PORQUE JAMÁS PERMITIRÍAS A UN GIGANTE DE HIELO SENTARSE EN EL TRONO DE ASGARD!

Las rodillas del Dios tambalearon y suspiró un "no". Alzó su mano intentando tomar a su hijo. En ese momento, Odín deseo poder revertir el daño que le había hecho, deseo que ese joven iracundo ante él, fuese de nuevo ese niño tímido de ojos verdes, de risa contagiosa, él mismo que pedía cada cumpleaños que su padre lo alzara. Deseó que ese hombre ante él que lo desconocía como su padre, volviese en sí. Quiso suplicarle. Si él pudiera, le hubiera dicho:

Loki, toma mis memorias, busca en ellas, y verás que el plan inicial fue desechado en cuanto sentí el calor de tu frágil cuerpo. Te amo, tal y como amo a Thor, tal y como amo a tu madre. Mi niño, busca en mi mente, verás la chispa de orgullo que había en mí cuando te veía crecer. La curiosidad que me inundaba cuando espiaba tus prácticas de magia, sabía que te ponías nervioso, por ello nunca me atreví a salir de mi escondite. Perdóname, por pedirte ser mi hijo y haber puesto contra ti, la verdad. Perdóname, creí que obraba de la mejor manera. Te he amado y te seguiré amando. Tu siempre serás, mi hijo.

Pero no había manera de comunicarle ello. Ya no, el destino había decidido que esa semilla que Loki abrigó desde niño, germinara. No con odio, porque él sabía que al final, no podía odiar a su padre. Pero si podía verlo siempre con un velo de tristeza. Con un dejo de frustración. Porque ya no podía atesorar su recuerdo como un cálido recuerdo, sino como una amarga realidad. Es aquí donde vemos que el príncipe de las travesuras, aún es muy inmaduro.

Pero algo tenía que haber, Odín rogó en esos momentos por una luz de verdad, algo que si bien no borrase la memoria de Loki, pero que lo ayudase a ver, la verdad en las palabras de su padre. Fue un instante, un fugaz instante. Loki no podía entender porque el estoico rey de Asgard se desplomaba ante él. Cayendo sobre las escaleras, titubeando le miró la respiración calmada y sus facciones tranquilas. El pelinegro no entendía, pero le miró caer y no pudo ayudar a reanimarlo, en vez de eso, solo se cercioró de que aún tuviese un pulso estable. Con toda la inseguridad de los nueve reinos, tanteó su mano.

Es aquí donde Odín pide un milagro... Y es escuchado.

En ese segundo, una imagen corrió por las neuronas de su hijo. Un vistazo rápido de todos los momentos donde Loki fue el centro de atención del rey de Asgard.

-No, más despacio, por favor.-Susurró Loki ante las imágenes que llegaban agolpándose en su mente.

-Es demasiado, no puedo ver lo que me quieres decir.-Sollozó con fuerza mientras se veía cuando era un niño, cuando su padre puso su mano sobre la cabeza del niño.

"Mi pequeño, haz aprendido bien las artes mágicas de tu madre, pero debes mejorar, aún puedo ver el rastro de tu magia" (N/A: Capítulo 3)

"Disculpame Loki, no quiero perderte...No voy a perderte... Nunca... Mi hijo" (N/A: Capítulo 6)

"¡Oh, creí que ya eras demasiado grande para eso!"

"Nunca se es demasiado grande para que mi padre me cargue" (N/A: Capítulo 7)

Y el momento en que le pidió aquél terrible favor.

"Borra, las memorias de tu hermano..." (N/A: Capítulo 10)

De vuelta a la realidad. El joven miró a su padre inconsciente en las escaleras. No pudo procesar todas esas imágenes y recuerdos, no podía, pero aunque él no lo supiese. Algo se había sembrado en su ser. Un rayo de esperanza. Algo que con toda calma le decía: "Loki... Siempre seremos tu familia... Y Siempre te amaremos"

-¡GUARDIAS! ¡AYUDA!

Y Odín cayó en un onírico mundo donde sus hijos, fueron el centro de todo su sueño. Uno de ellos, terminó siendo necio y obstinado. El otro, demasiado cegado por su orgullo para ver la realidad. ¿Qué clase de padre había sido?

Aún así, Loki no quitó de su mente, ganar un lugar en el corazón de su padre adoptivo. Quería tomarlo, quería arrebatar de las manos de Thor, todo ese cariño que él nunca tuvo. Es por ello que dejó que los Jotun entrasen hasta el castillo, dejó que probasen el néctar de la efímera victoria. Para poder hacer algo que de seguro ganaría su amor.

-¡SOY EL HIJO DE ODIN!- Y fue así que destruyó todo su pasado, en cuanto aquél gigante de hielo colapsó, Loki sintió que toda su historia antes de Asgard, había desaparecido. Pobre criatura ilusa.

Lo intentó, todos los dioses saben que loki intentó redimirse aún antes de cometer la barbarie contra los del midgard, con los planes del Tesseract, él intentó detenerse, pero su odio y ceguera total, no podían irse tan fácilmente.

-¡NO PUEDES DESTRUIR A UNA RAZA ENTERA!-Le gritó Thor quién finalmente había vuelto de su condena en el Midgard y había vuelto decidido a detener a su hermano menor.

-¿Por qué no?-Río cínicamente.

-Mírate hermano... Tu dijiste que te encantaría destruir a todos los gigantes de hielo con tus propias manos.

Y le golpeó el rostro con el cetro del rey. Pero Thor no se inmutó ni un poco y le miró.

-Pelea contra mi.-Y comenzó a atinarle golpes certeros. Loki nunca se quedó atrás en habilidades de combate.

-¡NO VOY A PELEAR CONTRA TI, HERMANO!

-¡YO NO SOY TU HERMANO!-Le escupió.

Su corazón se rompió en ese momento, porque sabía que debía mostrarse frustado, porque no había cabida en su corazón más que para el odio por la mentira de su vida. Pero se arrepintió al segundo siguiente. Romper toda conexión con Thor, aunque él no fuese su hermano de sangre, era de las personas que más amaba. ¿En verdad lo iba a negar? El orgullo en su interior le dijo que si.

-Detén esto... Es una locura.

-¿Locura? ¿Eso es?

Y de nuevo sus lágrimas rodaban porque quería arrojarse al suelo a liberar su carga, porque quería retroceder en el tiempo, quería cambiar las cosas, quería ser hijo de Odín, quería ser hermano menor de Thor.

-¿LO ES?-Le masculló, pero más que recriminarle a su hermano, se recriminaba a sí mismo.

¿En verdad esto es lo que quieres? Se preguntaba en su interior y la respuesta era no. Pero el caos liberado, no iba a tener paz dentro de poco. Menos ahora que desconocía a su hermano.

-Estar en esa sucia tierra te volvió blando. ¿Qué fue? ¿Qué te hizo cambiar?

Y en su corazón nació un ardor. Un celo tal que se notaba en sus facciones. Una mujer. Una vulgar mujer de la tierra media que osaba en depositar sus afectos en el Dios asgardiano. Que se atrevió a separarlo de su hermano, recordó en esos instantes los encuentros íntimos. Las largas noches que pasaron abrazados desde niños, las conversaciones donde Thor siempre insistía en decirle a loki: te quiero.

Los besos que llegaron a compartir...

"Un beso de reconciliación" (N/A: Capítulo 4)

"Siempre perdóname Thor, siempre..." (N/A: Capítulo 10)

"Esto es el amor, una emoción, no es un ecuación de libro..." (N/A: Capítulo 12)

Lejanos de lo tradicional. Ambos sabían que existía entre ellos, un afecto que rebasaba los lazos sanguíneos (ahora inexistentes), un amor que se alzaba en contra de las miradas púdicas del pueblo de Asgard. Ambos conocían las emociones que existían, pero jamás se atrevieron a ahondar en ellos ¿Por qué? Porque eran hermanos, porque eran hijos de la corona, porque una noche sucumbieron ante sus deseos y casi consumieron su unión pero se detuvieron. Porque los hermanos se abrazan, no se besan en la boca. Pero justo ahora que uno de ellos descubría que no había lazo sanguíneo... No podía ejercer su amor, porque la barrera que al principio impedía que estos dos seres se amaran con libertad, fue la misma que provocó que Odín resultara un mal padre y Thor se enamorara de una mujer humana.

Poco a poco el Dios travieso sentía como todo lo que amaba le era arrebatado. Siendo así ¿no te darían a ti también ganas de destruirlo todo y a todos? Sin importar a quienes lastimases.

Loki perdió el amor de su padre, por sus raíces y perdió el amor de su hermano, por la mentira y el estúpido encanto de una mujer Midgardiana.

-Bueno, pues tal vez... Podamos terminar con esto, ahora.-Le escupió.

Fue así la primera batalla en siglos, donde los hermanos estaban decididos a que uno de los dos debía ser destruido o por lo menos relegado de todo poder. El grito de batalla que ambos compartieron fue lo único que los unió. El choque de sus armas, la hostilidad de Loki y el repudio de Thor ante sus acciones. Si iba a ser un hijo repudiado por su padre, buscaría hacerlo sentir el ser más infame de la tierra y si su hermano ya no lo amaba, lo mataría, para que nadie más lo tuviese.

La locura en verdad se apoderó del hermano menor, en verdad se hizo merecedor del título de Dios de la locura en ese momento. Aún así, a momentos de lucidez intentaba salvarse a sí mismo. Contemplaba a Thor intentando destruir el Byfrost.

-¿Eres imbecil? nadie puede destruir el puente arco iris.

Pero su hermano mayor no se detenía ¿qué intentaba hacer? ¿Detener la destrucción de los nueve reinos? ¿Todo por una mujer?

Los celos, los celos ahora llegaban a su mente. Thor estaba dispuesto a quedarse varado en Asgard con tal de no ver morir a una mortal.

-No seas idiota, si lo haces, no podrás volver a ver a esa mujer.

En un principio podía sentirse que Loki se preocupaba por los recientes sentimientos de su hermano, pero en realidad, él se sentía frustrado de ver hasta dónde podía llegar Thor, por una mortal. Escogía a la mujer, antes que su hermano. Eso lo terminó de destrozar. Por ello intentó detenerlo aunque en el último segundo el Byfrost fue destruido.

Pero Odín, una vez que había despertado, sabía de antemano los sucesos por los cuales estaban pasando sus hijos y en un parpadeo se encontraba sosteniéndolos antes de caer al abismo del Byfrost destruido. Sabía, que no podía retener más a Loki, que no podía convencerlo de que sus palabras eran reales. Porque la verdad que su hijo debía encontrar, debía hacerlo solo, tal vez con la ayuda de su hermano, pero en la soledad Loki podría entender el amor que Odín siempre le profesó y así, tal vez redimirse.

-¡LO HICE POR NOSOTROS PADRE! ¡POR TI... AHORA SOY DIGNO DE SER TU HIJO! ¡LO HICE POR TI!

Y de nuevo esas palabras.

-No, Loki.

Y el mencionado oscureció su mirada de una manera horrible. Odín sufrió terriblemente lo que ocurrió después. El menor de sus hijos, desapareció en el abismo infinito que se había creado. Pero el padre de todo, no era tonto. Sabía que su hijo no se quitaría la vida, buscaría la manera de regresar, su hijo era muy inteligente.

No podía hacer más.

Tenía que confiar, en que, en algún momento, el joven se daría cuenta del amor de su padre y del amor de su hermano. Solo tenía que confiar, aunque él no viese ese momento, tenía que confiar en su amado hijo Loki.

Mientras, consoló a su hijo. Pidiéndole siempre, que no olvidase la conexión que ambos compartieron tantos años en su niñez, misma que no podía romperse, que sería ese lazo, el que salvaría a Loki de la locura infinita y de su desamor.

-Solo tu puedes salvarlo.-Le dijo la noche en que Thor le confesó que no podía ser aún el próximo rey de Asgard. Con los ojos rojos por tanto llorar, el rubio asintió y recordando todas las anécdotas contadas con anterioridad, se alejó. Sabiendo que la guía de su corazón, siempre lo haría llegar a él. Y el ojiverde sabía que su camino siempre terminaba en los brazos de su hermano.

-Te abrazaría si estuvieras aquí...

-Aquí estoy.

Esta fue la historia, de cómo dos corazones inocentes bailaron en el vaso de un destino que terminaría separándolos, aun así, es la historia de cómo la semilla del amor verdadero lograría alzarse victoriosa. Aún ante los pecados de ambos, siempre saldría a flote. Hasta en el último momento, él se lo recordó, aunque sus manos estuviesen manchadas en sangre y su consciencia mancillada por mentiras de otras personas, él se lo recordó con todo el sentimiento de su corazón:

-No te preocupes hermano... El sol volverá a brillar sobre nosotros.

Sus corazones estaban destinados a terminar juntos, atravesando terribles tormentas, al final... Ellos siempre estarían juntos. Solo era cuestión de tiempo.

-.-.-.-.-.- FIN -.-.-.-.-.-.-

(creando epílogo, espérenlo)

 


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