El día aún no tocaba todo el esplendor del castillo de Odín y se podía escuchar la actividad dentro de sus puertas. El blandir de pequeñas espadas que aún así pesaban de manera descomunal y eran instrumento de combate entre dos niños. Con doce y trece años, los príncipes de Asgard cumplían sus labores de entrenamiento matutino. La sangre guerrera corría en ambos, las gordas gotas de sudor apenas los inmutaba y la furia en sus ojos era palpable.
-Vamos, coloquen la fuerza en sus piernas, estas evitarán que sean derribados fácilmente.- Decía Viggo, un gran líder que dirigía y entrenaba a los inmensos ejércitos del mismísimo Odín. Las canas en su cabellera y barba parecía que lo estaban alejando del campo de batalla. Su inmensa sabiduría ahora era resguardada entre los grandes estrategas de todos los nueve reinos. Aunque por ahora, se dedicaba de lleno a labrar el poderío físico de los nuevos líderes de Asgard.
-¡Thor, deja de dar golpes tan erráticos!- Le gritó y el rubio se giró para ver a su mentor.
-La vista al-
Y el choque metálico retumbo en todo el castillo. Loki había aprovechado el momento de distracción de su hermano para golpearle con el poderoso escudo. El cual era retráctil y cuando Thor chocó de golpe contra el suelo este se contrajo y volvió a su escondite en el antebrazo del menor.
-Eso te pasa por ingenuo... Hermano.-Susurró lo último con cierto cinismo.
El mayor se retorció un poco mientras se llevaba las manos al pecho donde fue propinado el golpe.
-Me las vas a pagar, estúpido mago de cuarta.-Le masculló. Esto molesto de sobremanera al menor, era bien sabido que Loki era también aprendiz de Frigga y de sus habilidades con el juego de ilusiones, magia e invocaciones. Aunque era muy joven, Loki de cualquier manera logró sobresalir pero el que su hermano lo hiciese menos por no destacar tanto en fuerza física como él, le ponía de muy mala leche.
Corrió.
-¡Alto los dos!-Gritó Viggo. Pero no pudo detenerlo, antes de intervenir, Thor tomó la espada que había en su cinturón y detuvo el certero golpe. Ambos hermanos se miraron con furia.
-Retractate.-Le dijo Loki.
-Oblígame.-Y el reto verbal solo hizo que el reto de combate siguiese. El ojiazul propinó una patada al estómago de su hermano el cual salió volando. Thor se levantó pronto y emprendió el correr por media sala hasta su contrincante. Loki había caído tras las cortinas del gran salón. Lejos de la vista de Thor, el rubio simplemente se atrevió a empuñar la espada y blandirla a través de la gruesa tela sin importar nada más.
-¡Thor, alto!-Pronto fue alzado por los fuertes brazos de Viggo. El niño gritó todavía molesto, con la rabia en sus labios y el dolor en sus ojos. No podría permitirse perder contra su hermano menor. Sentía el deber de siempre ser el mayor, el mejor. Así, siempre podría proteger a todos los que amaba. Thor quería ser el único que cargase con la obligación de la protección. Aún si eso significaba darle una paliza a su hermano, si eso le ayudaba a hacerle la idea de que jamás lo vencería, tal vez así Loki abandonaría la idea de ser el próximo rey y podría abrazar la idea de siempre permanecer a salvo. Thor quería ser rey, para proteger a su familia, para luchar codo a codo con su hermano pero jamás verlo en peligro, si el lograba el reinado, siempre podría estar tranquilo de que Loki le seguirá como un alto mando y por ello, se sentiría acobijado por su hermano mayor.
"Ambos tienen madera para serlo, hijos míos" Decía Odín en sus pensamientos.
-¡No, solo yo debo serlo!-Gritó para rebatir el punto al recuerdo en su cabeza. Viggo pasó al niño a los guardias que pronto lo pusieron en el suelo pero le tomaron de los brazos para que no corriese.
-¡Loki, loki!-Le llamaba Viggo.
De pronto todo fue silencio. Los ojos azul miraban expectantes a que alguien dijese algo. Observó como una de las nanas que había llegado, se cubrió la boca intentando ahogar un grito. Enseguida miró a Thor como pidiendo explicaciones.
-Príncipe ¿Qué es lo que ha hecho?-Le recriminó. Entonces fue que el primogénito de Odín entendió que su ciega creencia de estar haciendo lo correcto de la peor manera, no iba a funcionar.
Thor se removió del agarre de los guardias y en cuanto se liberó corrió tras las cortinas donde había estado hace unos momentos.
-Loki, loki.-Le llamó y no recibió respuesta.
Yerto en el suelo, estaba el cuerpo de su hermano. Sus ojos estaban perdidos en el techo del recinto. Sus cabellos negros regados por el suelo y un hilo de sangre que salía por su nariz. Miró el gran crimen que había hecho, los agujeros en las vestiduras de su hermano podían dar entrever que Thor había sido el responsable de la muerte que acudió al cuerpo de su hermano menor. Con el miedo en sus ojos, lo sacudió un par de veces.
-No, ¡no!. ¡Loki, despierta! Deja de jugar.-Le llamaba y el inerte hermano solo se sacudía sin respuesta. Viggo lo apartó un poco.
-Thor, basta...
-¡NO!-Gritó y apartó a todos con sus gritos.
-¡Loki, Loki. Abre los ojos, esto ya no es divertido!
La nana se alejaba con lágrimas en los ojos. Con verdadero arrepentimiento el niño se cubrió los ojos con lágrimas rodando desde ellos. Gimió de dolor y su pecho subía y bajaba en un borboteo de respiración entrecortada.
-Loki... ¡Lo siento!... En verdad lo lamento. No quería que esto acabara así.-Decía con la voz chillona. ¿Su hermano iría al Valhalla? ¿Ahora estaría solo para siempre? ¿Qué pasará con sus padres? Había perdido a su pequeño niño.
-Lo siento, no debí llamarte mago de cuarta, fui un estúpido. ¡Lo siento! Haré lo que sea, pero abre los ojos...
Nada iba a cambiar ahora. Los ojos verdes ya no tenían más luz. Thor lo miró por última vez y se recostó sobre su pecho.
-Quería que viviéramos felices para siempre.-Susurró por lo bajo.
Esto último llegó a unos oídos traviesos, su rostro que estaba descompuesto por la risa contenida ahora se coloreaba en un potente rubor rojo. Tras la puerta entreabierta del gran salón movió por debajo su mano. Con una leve sonrisa, contempló como el rostro de su hermano se golpeaba de nuevo contra el suelo cuando el cuerpo donde estaba descansando había desaparecido.
-Oh mi Dios... Se ha ido, su alma está partiendo al Valhalla.-Decía Thor mientras veía la orbe de color verde que se formaba por encima de su cabeza. Pronto la luz titileando se abrió paso entre los ojos sorprendidos de los demás. En un momento desapareció tras la puerta. Thor se echó a correr tras la voluta de luz. En cuanto la puerta se abrió vio a su hermano que lo miraba con una risa contenida y el rostro enrojecido por la vergüenza.
-¡Príncipe Loki!-Exclamaron todos dentro.
-Mi hermano... Su alma ha tomado forma.-Decía Thor que aún no podía entender la cruel broma que su hermano había hecho.
-¿Eres idiota o qué?-Le dijo Loki pero pronto fue interrumpido cuando la mano tosca de Thor lo tomó de la mejilla.
-Habla... aparición.-Decía mientras le masajeaba los cachetes y Loki lo miraba con una ceja alzada.
-Creo que te golpeé demasiado fuerte, te he dejado más tonto de lo que ya estabas.-Dijo mientras le apartaba la mano. De pronto sin que él lo pudiese prever sintió los labios de su hermano sobre los de él. El beso sin movimiento dejó perplejo al de los ojos esmeralda. Pronto estiró sus brazos y separó a Thor de sí mismo.
-Un ósculo como muestra de mi arrepentimiento.-Dijo sonriente. Loki no podía esconder el rostro en ningún sitio, el carmín de sus mejillas ahora se había regado hasta sus orejas.
-¡Thor, estoy vivo! Solo era una ilusión. N-no tenías que b-b-besarme.-Decía cubriéndose los labios ultrajados.
Y el mencionado se echó a llorar. Rápidamente tomó en brazos a su hermano y lo abrazó tan fuerte que Loki soltó todo el aire de sus pulmones.
-Mi hermano, mi adorado hermano esta vivo.-Exclamaba saltando.
El éxtasis del momento pudo ser un íntimo encuentro entre los hermanos. Nadie supo lo que Thor hizo ni lo que Loki expresó en su rostro. Nadie sabría nunca, que Thor se había arrepentido de sus pensamientos. Ahora lucharía por estar siempre con su hermano como un igual, sin importar quien tomase la corona.
-Prometo, jamás volverte a llamar como lo hice.-Decía mientras se revolcaba de emoción entre las sábanas de seda. La noche ya había llegado y ambos estaban esperando que el sueño acudiese a sus cuerpos.
-Ya no tienes razones para hacerlo, te hice chillar como ardilla con una simple ilusión de mi.-Decía orgulloso el pelinegro que contemplaba el techo. Pronto se hizo el silencio y Loki cerró los ojos esperando poder descansar. No duró mucho, enseguida sintió nuevamente como era arrebatado el aire de su cuerpo. Thor había caído encima de él.
-¿¡Qué carajos haces!? ¡Vete a tu cama!-Decía.
-¡No quiero, hermano!-Dijo Thor.
Imposibilitado de luchar debido a la diferencia de fuerza, Loki simplemente bufó para quitarse los mechones negros de su rostro.
-Me tienes cansado con esto de venir siempre a mi cama.-Decía y esto último le hizo sentir un sentimiento extraño en su estómago. Thor seguía encima de él y pronto le apresó las muñecas contra la cama mientras lo miraba desde arriba. Loki se sintió extraño por la sugerente posición en la que estaban, agradeció a las valkirias que estuviese oscuro y su hermano no pudiese ver la sorpresa ni el calor de su rostro.
-¿Q-qué estas haciendo?-Le susurró esperando que no lo escuchasen los guardias de afuera. Su hermano no habló enseguida. Loki intentó zafarse del agarre de su hermano pero todo esfuerzo era inútil. Le frunció el ceño molesto.
-Hermano... Pronto tendremos habitaciones separadas.
-Gracias a Dios.-Masculló Loki.
Thor lo miró desconcertado, le soltó las muñecas y se tumbó a su lado, lo obligó a recorrerse y se cubrieron con una manta. De lado y mirándose fijamente guardaron silencio.
-Loki... Durmamos juntos esta noche. Presiento que más adelante, ya no tendremos oportunidad de tener estos momentos.-Susurró.
El ojiverde apartó la mirada apenado. Thor le hizo ojos de borrego a medio morir y con una voz chillona habló.
-¿Por favooooooooooor?
Loki soltó un bufido de risa y escondió el rostro en la almohada. Pronto le devolvió la mirada a su hermano.
-Loki... Prométeme que siempre pelearemos codo a codo, que lo que aconteció hoy, será nuestra último roce a muerte. Quiero verte a mi lado, siempre.
Las palabras sinceras y dulces que salieron de sus labios jamás podían haber sido preparadas para su hermano menor. El corazón se le volcó a mil por hora mientras su respiración agitada evidenciaba su nerviosismo.
-Estas cansado, vamos a dormir.-Dijo mientras se giraba intentando evadir la situación.
-Loki...
-...
-Loki...
-... Lo prometo. Ya duérmete.
Y Thor sonrió sin buscar más atención de su mejor amigo, confidente y aliado. Se acomodó en la cama y suspiró contento. Pronto cerró sus ojos azules, mientras del otro lado Loki no podía conciliar el sueño de manera instantanea, simplemente no podía dejar de reproducir las palabras de su hermano en su cabeza. Sonrió feliz.