Capítulo 13: Señales confusas
“¿Algo interesante?” Loki levantó la mirada de su libro, había olvidado que Sigyn estaba ahí, la pequeña rubia podía ser tan silenciosa que se volvía invisible, una de las cualidades que más apreciaba, casi como su cachorro que dormitaba sobre su regazo.
“Puede ser” Optó por dar una respuesta ambigua, ella no eran de las que indagaban demasiado.
“Si gustas puedo pasarle algunas recetas a la cocina, les encantará prepararlas para ti”
Loki asintió. Pero no dijo más nada, no tenía intenciones de esforzarse en esa mentira, no estaba leyendo sobre hábitos culinarios de los jotun y si bien había algunos en ese libro para camuflar su contenido… dudaba que se pudiera preparar sin los mismos desabridos ingredientes, además de que no podía imaginar que algo como eso agradara a su paladar. Pero entendía por qué Sigyn sacaba el tema, quizás pensaba que él estaba buscando su ‘identidad’ y quería demostrar un poco de apoyo. Nada más alejado de la verdad, de poder borraría toda conexión con Jotunheim.
Suspiró mientras pasaba de página, todo lo que leía lo llenaba de aprensión, en especial porque se sabía un mestizo, no sabía cuánto aplicaba a su persona pero no le gradaba.
Era un Jotun de raza pequeña o portador, el equivalente al femenino de cualquier especie.
La mayoría no superaba los dos metros de estatura, por lo que posiblemente no fuera enano después de todo, simplemente los Aesir eran demasiado ignorantes o los Jotun muy buenos en guardar sus secretos.
Tampoco debía preocuparse de que le crecieran cuernos algún día o se le cayera el pelo, eso era parte de los grandes gigantes, los llamados protectores, pero lo que todos tenían en común era la ausencia total de bello corporal y glándulas sudoríparas.
Bueno, la piel de Loki era un lienzo en blanco pero sí sudaba, sus calores le recordaban hasta qué punto podía hacerlo, su piel no era jotun, tampoco tenía esas marcas de herencia que lo vinculaban con sus ancestros, por poético que sonara eso último, estaba aliviado, no sólo se veían horrible… significaría tener la firma del infame Laufey en su cuerpo, no lo conocía personalmente pero el hecho que abandonara a su propio hijo siendo un bebé le decía lo suficiente.
Oh, él iba a vengarse algún día por ello, de todo Jotunheim, de ser necesario envenenaría la mente de Thor para que le dejara usar el Bifrost contra ellos cuando fuera el rey, sería el fin de sus problemas, pero lo que necesitaba en esos momentos es saber quién le había enviado el libro, ¿En verdad fue Heiblindi? Y ¿Para qué? Si esos gigantes pensaban que tenían un aliado infiltrado en Asgard eran más estúpidos de lo que siempre pensó. Por otro lado si se trata de un intento de chantaje acabaría muy mal, él mismo encendería el Bifrost y cargaría con la ira de Odín, pero su secreto moriría con ellos.
Loki se estiró sobre el diván mientras cerraba el libro, era demasiada información sobre sí mismo, y lo peor era que no alejaba sus temores, el celo de un portador sólo afectaba a los Jotun protectores, no estaba destinado a otras razas. Por un lado resultaba irónico, siendo una cultura tan cerrada a la idea de una relación mixta su propio Rey no tuvo problemas en copular con una extranjera (O un extranjero, le recordó su conciencia) por el otro… Eso desmantelaba su desesperada teoría de que los arrebatos pasionales de Thor no eran conscientes, se había aferrado a ello más de lo que alguna vez lo hizo a las faldas de su madre, pero no, Thor no era víctima de su herencia Jotun, sabía bien lo que hacía, o eso pensaba.
Había otro asunto respecto a sus calores que lo preocupaba, era difícil establecer cuando comenzarían, su principal motivación al leer ese libro, resultaba de una reacción biológica estimulada por sus emociones, tanto positivas como negativas, un portador podía alcanzar su primer celo tanto por amor como por miedo, ya que su naturaleza activaba el proceso como un alarma que llamaba a un protector, ya fuera para captar su interés o para ganar su favor en caso de necesitar verdadera defensa.
Loki estaba seguro de no necesitar ninguna de ambas cosas, pero existía un factor en común que había estado desencadenando el suyo. ¿Era posible que sintiera miedo de Thor? Por ridículo que pareciera no lo encontraba del todo ilógico, su premonición cada día lucía más verídica, sería un tonto si no estuviera preocupado al respecto, en especial porque aún no encontraba una manera de garantizar que no se cumpliera.
Sigyn le estaba sirviendo una taza de té cuando golpearon a la puerta, el primero en ir a ver fue su cachorro, no ladraba, pero era muy curioso, la joven sin embargo fue quien abrió la puerta para atender a un soldado que traía un mensaje.
“Odín pidió hablar contigo”
Asintió mientras analizaba esa nueva información, su padre finalmente quería hablar, eso significa novedades, el padre de todo no perdía el tiempo dando disculpas y no consideraba debérselas a nadie, si lo estaba llamando nada tenía que ver con el motivo de su disputa, él era feliz fingiendo que no había pasado aunque para todos a su alrededor fuera evidente que estaban distanciados.
“Muy bien, alcánzame mi sobretodo” No había mucho que pensar, si el rey lo llamaba tenía que acudir, hasta ahí había llegado su mañana paz.
Frente al espejo Sigyn le ayudó a colocarse el resto de la ropa, solamente en la soledad de su habitación se permitía vestir con mayor sencillez y menos modestia, cruzando la puerta regresaban los cuellos altos, a Loki no le gustaba enseñar su piel, no tenía nada de qué avergonzarse, sabía que era hermosa, simplemente le parecía indigno e innecesario, quizás hasta barbárico, los soldados cuando entrenaban lo hacían sin camisas, Loki hasta para ello prefería seguir marcando una diferencia, los duros entrenamientos con Frey nunca lo empujaron para dejar de lado su pulcritud y elegancia.
Al llegar a la oficina de su padre no le sorprendió que su secretario siguiera ahí, eso no significaba que el tema a tratar fuera algo casual o irrelevante, ese hombre escuchaba conversaciones de mucho más peso que la que seguramente estaban por tener.
Odín levantó la mirada de lo que tenía en su escritorio recién cuando Loki cerró la puerta detrás de él. Aun que ya no trabajaba ahí le pareció fuera de lugar seguir el protocolo de anunciarse antes de entrar, de alguna manera lo hacía sentir más excluido.
“¿Pediste por mí?” Pudo tratar de ser irritantemente formal, pero hacía semanas que había decidido no rebajarse a ese nivel, el exponer frente al resto de la corte sus problemas personales, fue suficiente con la escena que montó en el desayuno de la que seguro los sirvientes ya habían estado cotilleando con los nobles ‘El príncipe Loki se levantó de la mesa provocando a su propio padre’ En retrospectiva sabía que lo había manejado mal, ya no era un niño, él mismo lo afirmaba todo el tiempo, no podía seguir permitiéndose esos arrebatos.
Odín le indicó la silla dente de él.
“Sí, siéntate Loki”
Obedeció con toda la dignidad que cargaba sobre sus hombros y se sentó dispuesto a manejar eso con la mayor diplomacia posible, aunque por dentro estuviera hecho una bola de nervios, sería la primera vez que ellos hablaran en bastante tiempo.
“Tu cumpleaños es en unos días, Frigga está a cargo de la ceremonia”
Eso no era nada nuevo, todas las veces era así, a su madre le encantaba hacerlo, Loki siempre había preferido menos festejo, no era el tipo de atención que le gustaba y no nunca se trataba de él, todos competían en agradarlo sólo para sumar puntos con el padre de todo.
“Estoy al tanto de eso” Asintió cruzando sus piernas, no había mucho que añadir.
“Supongo que también estas al tanto de la visita del príncipe Surt”
El estómago de Loki volvió a contraerse como cada vez que se sentía estresado por algo, y sabía hacía donde se dirigía esa conversación, y aunque se había dicho cientos de veces que estaba bien con ello, que lo entendía y hasta se sentía alagado… su cuerpo de repente se estaba rebelando, no se sentía nada bien.
“Sí, lo estoy”
“Bien” Las manos de Odín se unieron sobre el escritorio y su ojo no se apartó de él “No hay razones para andar con rodeos Loki, creo que sabes muy bien por qué estás aquí, su alteza Frey ha solicitado un compromiso entre ustedes lo antes posible, es por eso que envía a su hijo”
“Entiendo”
“Aún no he tomado una decisión, pero quiero saber lo que piensas al respecto”
Loki se permitió una mueca por lo absurdo de esa afirmación.
“¿Importaría de verdad mi opinión?”
Su padre no lució ofendido por lo dicho.
“Tal vez”
Y eso era mucho pedir, la promesa de que quizás tendría en cuenta su parecer, con un suspiro trató de calmarse y dar una respuesta sabia.
“Pues no conozco al príncipe Surt, no he oído mucho respecto a él, pero se trata de un futuro rey, me cuesta pensar algún motivo por el que debería ser rechazado un trato así”
Odín lució conforme, no sabía si lo sorprendió su respuesta o esperaba escuchar lo que dijo.
“Quiero que lo recibas y pases tiempo con él, su estancia será breve, no será hoy pero eventualmente pactaré el compromiso, Frey tiene prisas porque desea sentar a su hijo en el trono con un consorte, sin embargo eres demasiado joven aún para casarte”
Loki no estuvo seguro de si en esos momentos no dejó escapar el aire que contenía.
“Quizás acordemos un matrimonio político, permanecerás en Asgard los primeros años hasta que tengas la edad apropiada para tener hijos”
Los ojos de Loki se abrieron ampliamente unos segundos, fue imposible contener esa reacción, su padre lo notó.
“No te agrada” Sentenció “Pero es inevitable, cualquier Rey esperará hijos legítimos Loki, el uso de concubinas ya no se practica ni en Vanaheim”
Él hubiera protestado horrorizado de que hablara del asunto con tanta soltura, pero no sería el primer varón Aesir que engendrara, había formas de lograrlo, pero normalmente se llegaba a esos extremos sólo cuando se trataba de preservar el linaje, ¿De qué servía casar a un príncipe Vanir con uno Adgardiano si el hijo de ambos sólo tendría los genes de uno y de su esclava? Los hechizos podían cambiar esa realidad y los Jotun y elfos de luz no padecían ese problema, unos no tenían féminas, los segundos habían evolucionado de manera impresionante cuando la guerra disminuyó la población femenina y casi los orilló a la extinción.
“Entiendo” Dijo una vez más, para llenar el vacío que había quedado entre ambos.
“Bien, quiero que te unas a tu madre esta vez para planear el recibimiento del sequito Vanir, tienes que empezar a involucrarte más en los eventos protocolares”
Era interesante como todo había cambiado, ayer se le preparaba para servir en el consejo y hoy para ser una reina, porque al parecer los banquetes, bailes y paseos necesitaban más su inteligencia que la discusión de nuevas leyes, tributos, aprovechamiento de recursos. Sólo le restaba esperar que su potencial esposo le otorgara más dignidad que esa.
El Bifrost de abrió una tarde y el pequeño grupo Vanir hizo su aparición. Frigga y Loki aguardaron a los pies del palacio como dicta el protocolo, mientras una comitiva iba a recibirlos y proporcionarles los caballos para atravesar el puente y ciudad.
Como era de esperarse, Thor también se unió al recibimiento, después de todo él y Surt pasaron tiempo juntos en la juventud.
“Luces nervioso” Loki se volteó a verlo al escucharlo, su hermano no lo miraba a él, pero era claro que esa apreciación iba dirigida a su persona.
“¿Disculpa?” Había trabajado mucho en verse natural y relajado, quizás con un toque de aburrimiento, de ninguna manera se veía nervioso, lo corroboró frente al espejo.
“No dejas de retorcer tus manos”
Automáticamente detuvo el gesto al escucharlo y se las miró, luego frunció el ceño y decidió ignorarlo.
“Déjalo en paz, Thor” Su madre del otro lado intervino, con voz suave “Solo quiere ser buen anfitrión”
Naturalmente esa era una mentira, ella sabía mejor que nadie lo que le estaba pasando, no porque Loki se lo dijera, sino porque conocía la naturaleza de esa visita, pero la engañosa afirmación le hizo entrever que Thor no estaba al tanto de los planes de su padre.
Cuando las visitas estuvieron cerca Loki no tuvo problemas en reconocer a Surt, su primo, o más bien al primo de Thor, el parecido entre ambos lo dejó estupefacto, era como ver a un Thor de cabello oscuro, barbilla afeitada y ojos marrones. Miró a su madre, esperando alguna reacción, luego a su hermano, pero ninguno de los dos lucia tan sorprendido como él.
Lo vio desmontar y era alto, bastante alto, espalda amplia, y aunque su cabello lucía corto, casi rasurado a los lados, de cerca se percató de la delgada trenza que caía sobre su hombro izquierdo, también del pendiente dorado y grande, con formar redondeada, que llamaba la atención en su oreja derecha.
Sabía que era quién debía darles el saludo en nombre del palacio pero no encontró las palabras, todo eso era demasiado surreal, no podía creer que estaba conociendo a la persona con la que pasaría el resto de sus días. Su madre no lo dejó avergonzarse y dio un paso al frente.
“Surt, querido, cuanto tiempo sin verte”
“Tía Frigga” Con una brillante sonrisa besó las manos de la reina “Los años son gentiles contigo”
“Por lo visto mejoraste tu vocabulario”
Surt negó con la cabeza mientras le prestaba atención a Thor quién también se había acercado, su intercambio fue menos galante, solo fueron unas palmadas en los hombros.
“Y tú, mi estimado primo, sigues sin respetar ningún protocolo”
“Seré el rey, todo lo que yo haga será llamado protocolo” Se burló, y Loki lo habría reprendido por expresar semejante ridiculez si no siguiera congelado en su sitio, no se movió hasta que los ojos del príncipe Vanir se encontraron con los suyos.
‘Puedo hacer esto’ Se repitió así mismo mientras avanzaba con los hombros erguidos.
“Oh, y debo suponer que tú eres el pequeño Loki” Las palabras fueron dichas con simpatía, pero conociendo el motivo de su visita le pareció un poco fuera de lugar.
“Su alteza Surt, sea bienvenido al reino dorado”
Él liberó una corta risa.
“Reino dorado, definitivamente eres hermano de tu hermano, ya quiero ver los ‘lagos de diamantes’” Dijo eso último con un sutil tono de ironía.
“¿Disculpe?” No sabía cómo lidiar con ese exceso de confianza.
“En fin” Dando un paso al frente lo sorprendió tomándole la mano y depositando un beso en ella “En un placer finalmente conocerte”
En esos momentos Loki estuvo dividido entre sentirse avergonzando o furioso, al no saber qué elegir se quedó con ambos, él era un hombre, no una niña, ese tipo de saludos se reservaban a las mujeres y en algunos casos al rey por parte de un noble desesperado por su favor. Thor lo había besado en la mano alguna vez, pero como un gesto de cariño y en la intimidad… no frente a toda la corte e invitados.
“El placer es mío” Respondió modulando la voz para no revelar su desagrado, sería una pésima manera de empezar. “En verdad espero que disfrute su estancia con nosotros y le agradezco que se tomara la molestia de honrarme con su visita en mi cumpleaños”
“Por favor, de no tener tantos deberes reales lo hubiera hecho hace tiempo”
“¿Deberes reales? ¿Así le llamas andar de vago cazando?”
“¡Thor!” Frigga lo reprendió de inmediato pero a ninguno de los dos involucrados pareció importarle.
“Pues dejaste vacante el puesto primo”
“Y dudo que lo cubrieras, eras un asco en arquería”
Loki giró sus ojos.
‘Si ya terminaron de medir sus penes podríamos entrar’ Sabía lo que quería decir pero no podía hacerlo, protocolo antes que nada.
“El padre de todo los espera para cenar” Intervino, dirigiéndose en éste caso al resto del séquito que Surt groseramente aún no había presentado “Si gustan acompañarme puedo mostrarle sus aposentos, todo ya ha sido preparado”
Por fortuna todos aceptaron de buena su oferta.
El resto de la velada fue un poco más pacífica, Thor monopolizó a Surt, por fortuna la relación de ambos no era mala como pensó, y luego ambos se retiraron para charlar en el despacho de Odín. Ser excluido de eso le molestó bastante, pero ya sabía de ante mano que se esperaba que se encargara del resto de los Vanir, del grupo femenino para ser exacto, pasó la noche charlando sobre frivolidades y fingiendo interés en las joyas y prendas que vestían, siendo justo ellas no eran aburridas, era el asunto en general lo que lo tenía irritado, antes de saber su origen ser catalogado en el grupo femenino nunca le importó, no sentía que debiera demostrarle su hombría a nadie ni pensaba comer como cerdo o descuidar su aseo personal para ser aceptado.
Sin embargo la afirmación de Odín de que esperaba que engendrara un niño sumado a la actitud sobreprotectora de Thor… Tenía sus nervios de punta.
“¿Estás bien, hijo?” Le preguntó su madre en un susurro mientras el resto de las mujeres cotilleaban entre ellas.
“Sí” No la miró, pero notó que sus ojos lo examinaban, luego le apretó la mano.
“No estás obligado a hacer nada, lo prometo”
Loki se giró a verla, un poco inseguro sobre lo que trataba de decirle, parecía que le había leído la mente, aunque no era difícil imaginar hacia donde viajaban sus pensamientos con Surt de visita.
“Gracias” Sabía que ella hablaba en serio, pero también sabía que eso no era cierto, si Odin decidía casarlo contra su voluntad iba a tener que hacerlo, su madre no tendría suficiente autoridad para evitarlo ni él aceptaría que sus padres se odiaran por su culpa. Pero eso no debía ser un problema, quería esto, era lo mejor para él, aunque significara que eventualmente se iría para siempre de Asgard, su hogar, de Thor…
Era ridículo, necesitaba alejarse de su hermano pero de alguna manera esa idea le generaba mayor pesar.
“Ya casi están todos los preparativos para tu fiesta” Añadió la reina en un tono de voz normal que captó la atención del resto del grupo “El coro está preparando un espectáculo para sorprenderte y habrá un par de obras”
Básicamente lo mismo que cada año, seguramente también leerían poemas, algo pacífico y con clase, como a él le gustaba.
“Bien”
“Quizás quieras reconsiderar la idea del torneo, a los soldados les gusta poder participar en éstas ceremonias”
No, no tenía pensado contemplar nada de eso, odiaba las peleas como entretenimiento, era algo barbárico y vacío, las fiestas debían exhibir lo mejor del intelecto del reino, capacidad creativa… no sus músculos, eso ya se veía en el resultado de las guerras.
“No quiero imitar a Thor” Mintió, su madre conocía su pensamiento pero quiso guardar las apariencias frente las invitadas “Creo que todo está bien de esa manera”
“Perfecto, en ese caso mañana haremos la degustación del banquete para que la cocina pueda dar marcha adelante”
Al día siguiente vio brevemente a Surt en el desayuno, donde supo que pensaban salir a cazar en compañía de Thor y sus amigos.
“¿Quiere que lo acompañe?” Sugirió, no tenía deseos de salir a caballo, al menos no con alguien más, pero sabía que necesitaban pasar tiempo juntos.
El príncipe Vanir lo miró de pies a cabeza con un gesto desconcertado.
“Puede ser un poco peligroso, no es necesario Loki” Le regaló una sonrisa “Seguro hay asuntos más importantes que puedes atender en la seguridad del palacio”
“Alteza, me halaga su preocupación pero debo informarle que nuestros bosques no me son ajenos”
Surt pareció ponerse serio de repente, la primera vez desde que llegó.
“Lo sé”
Loki parpadeó por esa peculiar afirmación, pero una corriente atravesó toda su espalda cuando entendió a lo que se refería, él supo de su vergonzoso secuestro, esa revelación hizo que olvidara cualquier frase ensayada de antemano y se quedara congelado, increíble, ese hombre había conseguido anularlo dos veces en dos días.
“No me tardaré demasiado, podemos almorzar juntos, te dedicaré la presa más grande que case”
“Se lo agradezco alteza” Dijo en automático, y él de nuevo estaba riendo.
“Solo Surt, por favor, dejemos el protocolo para los extraños”
Ese permiso fue un alivio, no le gustaba que tan pronto lo llamara con confianza pero si iba a hacerlo… esperaba que le extendiera el mismo beneficio, empezaba a sentirse su siervo.
En menos de una hora tanto Thor como Surt , Fandral y algunos soldados se fueron de cacería. Loki permaneció mirando desde uno de los balcones el sendero por el que habían desaparecido, todo ese se sentía como una regresión al pasado, cuando Thor y sus amigos entrenaban y los observaba desde lejos, de repente estaba tan melancólico como irritado.
El día siguiente transcurrió de manera similar, toda la familia real desayunó junta… y luego los dos príncipes herederos se fueron por ahí. En cierto modo Loki se sentía aliviado de ver que se llevaran tan bien, esperaba que eso redujera el impacto cuando su padre anunciara el compromiso, suponiendo que tal se concretara, su supuesto pretendiente estaba más interesado en recorrer Asgard que conversar con él.
Recién por la noche tuvo un tiempo a solas con Surt.
Iba saliendo de la biblioteca cuando lo encontró en la puerta. El edificio estaba vació y la Valkirias permanecían muy distantes, sabían que no le gustaba sentirse observado, cuando estaba en un recinto cerrado ellas esperaban afuera.
“Aquí estabas” Afirmó con un gesto despreocupado, recargando un hombro en el umbral de la puerta.
“No sabía que me buscaba”
“Buscabas” Lo corrigió y Loki asintió, reconociendo su tropezón. “Te retiraste demasiado temprano, la diversión recién comenzaba” Afirmó dando un paso al frente por lo que el menor desechó sus planes de irse pronto.
“Yo no suelo disfrutar ese tipo de eventos” Trató de decirlo de la manera más delicada que encontró, pero no le agradaba verlos a todos consumir alcohol hasta empezar a comportarse como idiotas.
“Lo sé, eres diferente” No supo si era un halago o un insulto.
“Tengo gustos diferentes” Prosiguió con simpleza, decidiendo no dejarse perturbar.
“¿En serio? ¿Y Te gusto yo?”
Esa pregunta fue una cachetada, demasiado directo, algo más que tenía en común con Thor.
Meditó un segundo su respuesta, no tenía sentido, apenas se conocían, no podía esperar agradarle tan pronto.
“Pues no me es indiferente” Resolvió y el castaño asintió apretando los labios.
“Inteligente” Loki imaginó que estaba calificando su prudente respuesta. Luego lo vio soltar un resoplido y pasar a su lado para terminar de ingresar, deteniendo su mirada unos momentos en las paredes a su alrededor, Loki pensó perversamente que quizás era la primera vez que veía libros pero no se atrevió a hacer ni una mueca que delatara esa idea.
“Sabes, mi padre es una víbora manipuladora”
Esa afirmación despegó sus labios aunque no salió nada de ellos, Surt se regresó a verlo y sonrió divertido por lo que vio en él.
“Cuando empezó a hablarme del segundo hijo de Odín…. Jamás creí en sus palabras, pensé que sólo intentaba arrastrarme a ésta locura, alababa tanto tu belleza que temí encontrarme con alguien como Thor… tu sabes…”
Loki arqueó una ceja, pero no dijo nada, no entendía a dónde quería llegar con todo eso, su hermano era el hombre más atractivo de todo Asgard… quizás de los nueve reinos.
“No me lo tomes a mal… o tómalo así” Se justificó por su cuenta mientras encogía los hombros “No me gustan los hombres”
Bueno, eso podía ser un problema y a la vez resolvía el de engendrar.
“Nunca he estado con uno ni pensaría estarlo”
Oh ese compromiso era cada vez más prometedor.
“Pero un Rey debe ser prudente, ya pasaron los años de corretear doncellas y salir de caza”
¿Llegó el tiempo de casarse con un hombre? Pensó cínicamente Loki.
“Por eso acepté venir… y debo decir que estoy algo…” Pareció batallar con la palabra que buscaba así que Loki se solidarizó.
“¿Incómodo?” Eso explicaría su actitud distante. Pero Surt negó de inmediato mientras se pasaba una mano por la cara, por lo torpe del gesto recién en ese momento a Loki se le ocurrió que estaba ebrio, aunque no había sentido su aliento.
“Maravillado”
Nuevamente no supo que decir y lo dejó hablar.
“Tú no eres un hombre”
“¿Disculpe?” Si Surt no le daba una buena explicación a semejante insulto pronto estaría tan muerto como sus planes de boda.
“Quiero decir… mírate” Lo señalo con su mano abierta “Eres tan… hermoso”
“Alteza” Mordió poniéndose serio, de repente ya no se sentía nada complaciente.
“No, no me digas así” rezongó como un niño al que le han mandado a la cama “Quiero conocerte mejor”
“Podemos hacer eso en la mañana” Su tono fue más de orden que sugerencia, estaba listo para irse pero cuando trato de hacerlo Surt lo tomó por el brazo.
“Espera, te he molestado”
“Creo que debería irme”
“Vaya…” Siguió como si no lo hubiera oído “Tus brazos son delgados pero firmes… todo tú lo eres ¿No?”
¿Qué se suponía que debía responder a eso? Se preguntó Loki.
“Ha bebido demasiado”
“Y tú no bebes” Le dedicó otra sonrisa “Como una princesa”
Loki estaba seguro que ni Amora lo había insultado de esa manera.
“Tu piel se ve tan suave, no tienes bello… apuesto que todo tu cuerpo es así”
Ganaría esa apuesta, pero el premio sería una mandíbula quebrada.
“¡Es suficiente!” Se soltó de un jalón, Surt no lo detuvo pero tampoco pareció enterarse de que estaba enojado.
“Mi padre me decía que eras hermoso, pensé que era mentira, pero eres tan…” Quedó a mitad de la expresión y dio un paso al frente otra vez, los ojos de Loki lo miraban con cautela “Quiero besarte”
“No” Respondió de inmediato y fue casi gracioso verlo confundido, como si no pudiera comprender por qué su solicitud era rechazada.
“Pero… eres mi prometido”
“No, sólo soy un anfitrión del que están abusando de su hospitalidad”
Demasiadas palabras para un hombre ebrio, estuvo seguro que no entendió porque intentó otro avance, poniéndole una mano en la cintura y soltando más comentarios insultantes sobre lo esbelto que era, Loki acabó resoplando y empujándolo para marcharse.
Sabía que no debía darle importancia, la gente hacía cosas estúpidas estando alcoholizadas y el príncipe Surt podía estar tan nervioso como él por el compromiso, pasarían el resto de sus vidas juntos después de todo, y acababa de confesar jamás haber abordado a un hombre… entre otras cosas. Pero Loki estaba cansado.
Por la mañana no hablaron de lo sucedido, él volvió a saludarlo con ese odioso beso en la mano e irse de paseo. Y Loki podría haberlo dejado pasar, pero dos noches después exactamente, todo se fue al demonio.
( Thor )
Era bueno ver a Surt, lo había extrañado bastante. En cierto modo él era más su hermano… que su hermano. Pasaron siglos juntos después de todo, se trataba de esas relaciones que no se eligen, simplemente tocan y aunque no seas compatible el tiempo y la necesidad no te dejan alejarte… como la familia.
No era tonto, presentía lo que podía haber detrás de esa visita, sabía cuándo su primo le escondía algo, lo descubrió varias veces recorriendo a su hermano con la mirada. Había venido a tantear el terreno con Loki. Era una verdadera fortuna que el destino de su hermano estuviera en manos de Frigga, ella no dejaría que tomaran en serio una propuesta siendo Loki tan joven, naturalmente él tampoco, cuando llegara el momento tenía pensado exponer su caso ante sus padres, pero no había apuro en eso, después de todo su hermano era aún completamente inexperto y temerosa de las artes amatorias.
Decidió tomar el asunto con madurez, siempre supo que cuando Loki empezara a madurar comenzarían a llover pretendientes, después de todo era príncipe de Asgard, todos querían una alianza con el reino dorado, la rata de su tío no era la excepción. Pero sabía que no debía preocuparse, Surt había comenzado con el pie izquierdo y a juzgar por la mirada fría de Loki cuando compartían la mesa… iba de mal en peor. Su hermano odia ser subestimado, reconocía que a veces él mismo lo hacía, al no verlo como guerrero olvidaba tratarlo como hombre, pero nunca llegó tan lejos como para saludar a Loki como si de una dama de la corte se tratara, en cierto punto él mismo se sintió indignado por la comparación, aunque le gustara cuidarlo… Loki no era una doncella y su primo no debía olvidarlo.
Durante las cabalgatas que hicieron se pusieron al día sobre distintos asuntos, llevaban mucho sin estar en contacto asique sobraban temas de conversación, aun así su primo no tuvo problemas en colar a Loki en varias ocasiones.
“No mentiste cuando dijiste que no era un guerrero” Le mencionó mientras despellejaban un animal junto al fuego que avivaba Hogun.
“¿Disculpa?” Preguntó casi en automático, concentrado en lo que hacía, rara vez podía tomarse tanto tiempo libre de la corte, su padre estaba siendo generoso por la visita de los vanir.
“Tu hermano”
Thor suspiró internamente.
“¿Qué pasa con él?”
“Nada, es sólo que… Lo imaginaba diferente, digo… es tu hermano”
“¿Esperabas que fuera rubio?” Lo molestó.
“No, pero quizás más… tú sabes, grandote y menos…”
Si llegaba a usar la expresión afeminado sería el próximo despellejado en esa fogata.
“¿Menos qué?”
“Tú sabes… No puedo imaginarlo… escupiendo en el suelo y varios días sin bañarse”
Thor se permitió sonreír por esa observación.
“¿Es en serio?” Volstagg que hasta entonces estaba callado afilando su cuchillo, intervino “Yo no puedo imaginarlo descalzo, creo que no hemos visto ni su cuello en años”
“Es muy modesto” Concluyó Surt y hasta Thor soltó una carcajada.
“Oh alteza, dudo mucho que Loki conozca esa palabra, es altivo desde la cuna” Prosiguió Volstagg
“Demasiado grandioso para el resto de los mortales” Murmuró Hogun, pero con su seriedad característica.
“¿Dejarás que hablen así de tu hermano?” Thor miró a Surt no pudiendo contener una sonrisa, nada de eso le parecía un insulto, Loki mismo era capaz de afirmar lo mismo y a él particularmente no le molestaba.
“Deberías escuchar lo que Loki dice sobre ellos” Se encogió de hombros, luego decidió dar un ejemplo “No se sienta junto a Volstagg porque en la manera que come teme que le escupa más comida de la que trague”
“Pues dile a tu hermanito que al menos yo me alimento” Gruñó, antes de volver su atención de nuevo al invitado “Ese chico no tiene un gramo de grasa en todo el cuerpo, es vegetariano”
“Loki no es vegetariano” Le restó importancia Thor.
“Y tampoco bebe” Continuó el grandote.
“Por supuesto que bebe, no lo hace contigo”
En algún momento entraron en ese espiral de nunca acabar sobre su hermano y para cuando cambiaron de tema Thor olvidó que fue Surt quien inició la conversación, se quedó en el fondo intrigado sobre lo que quería decir o saber.
Las noches que pasaron con Surt fueron todas de banquetes, curiosamente idea de Loki, se iban turnando para degustar los mejores platillos de Asgard con espectáculos, desde comediantes a bailarinas, fueron días de mucho movimiento y demasiadas libertades, su padre se portaba generoso y mantenía a la mayoría con el tiempo libre para agasajar a las visitas, aunque eso significara que para cuando todo regresara a la normalidad tendrían demasiado trabajo acumulado.
Todas las noches cuando la mayoría empezaba a ponerse alegre Loki hacía su retirada, él nunca se quedaba hasta el final en las festividades, tampoco su madre, de igual forma nadie reparaba en ello, todos ya estaban persiguiendo alguna cortesana con los ojos, el sequito vanir no era la excepción.
Thor llevaba bastante tiempo sin mirar nada, desde el incidente con Loki se había mantenido lejos de las faldas de las doncellas no queriendo agravar el problema, se habría sobrepasado y casi arruinado todo, si quería que su hermano se calmara debía minimizar los factores que lo irritaban, como el asunto de sus amantes o el que estuviera constantemente sobre su persona, esperaba que dándole un poco de espacio poco a poco olvidara lo ocurrido, él no estaba listo y lo había presionado demasiado para intimar.
La última noche de banquete, antes del cumpleaños de su hermano, Amora reapareció.
“Es una diosa, lo he decidido, le haré un altar” No paraba de decir Hogun, estaba borracho, algo tan raro de ver cómo escucharlo delirar por la valkiria de piel blanca que custodiaba a Loki.
“Ni siquiera sabes su nombre” se burló Volstagg.
“Será la diosa sin nombre”
“Se llama Sif” Intervino Thor riendo, era divertido ver a Hogun hacer el ridículo.
“Y no es tan guapa” Acotó el grandote que cada vez que abría la boca era para meter comida o decir algo inapropiado.
“Es la más hermosa de la corte” La defendió Hogun, y el dios del trueno hizo nota mental de recordarle todo lo que estaba afirmando por la mañana.
“¡Tonterías! La más guapa de la corte es… ¡Ella!” Señaló sin vergüenza a la mujer que se estaba aproximando a la mesa, cuando Thor siguió su mirada descubrió a lady Amora sonriéndole coqueta, envuelta en un escotado vestido rosa pastel.
“Alteza” Lo saludó con una reverencia, después de todo estaba en público. Llevaban mucho tiempo sin hablar, la había estado rechazando con poca sutileza pero ella no tenía problema en continuar con su acoso.
“Lady Amora, nos honra con su presencia” Respondió al saludo como correspondía.
“Oh mi señor, sabe que no puedo mantenerme lejos de su presencia mucho tiempo, mi alma entristece”
Como quisiera que fuera Loki quien dijera algo tan descarado.
“Señorita ¿Nos acompaña?” Su amigo no tuvo problemas en responder por él, temeroso de que la despachara, igual no tenía pensado hacerlo, sería innecesariamente grosero, al fin y al cabo Loki estaba en otra mesa y ella era una compañía grata.
“Si su alteza está de acuerdo”
“Por favor” Le hizo un gesto para que se sentara pero fue Volstagg quién se puso de pie para correrle la silla, quedando sentada entre los dos.
“¿Se divierten?”
“Estamos comiendo, bebiendo y hay mujeres hermosas danzando… No creo que el Valhalla pueda superar esto”
Thor rio por la ocurrencia de Volstagg, Hogun estaba callado de nuevo, sufría esos cambios de humor cuando bebía, probablemente en los próximos minutos se quedaría dormido.
“Sí, veo que la reina se ha lucido estas noches, todos lucen muy conformes”
“También el crédito es de Loki, él ha sido el anfitrión estos días” Se sintió obligado a aclarar.
“Es verdad” Dijo ella con un asentimiento mientras miraba todo a su alrededor como si acabara de llegar “Mañana es el gran día”
No le gustó la forma en que lo dijo, quizás fuera el alcohol en sus venas pero la sonrisa de Amora no le pareció sincera.
Loki estaba a una distancia considerable, esa noche había cenado con Surt finalmente, pero en compañía de Fandral y Sigyn, momentos antes también estaba su madre pero como la velada ya estaba avanzada se había retirado como otros. Thor había tratado de imaginar cómo podía ir esa conversación, Surt le daba la espalda asique no podía ver su rostro, pero sí a Loki, lucía solemne como siempre, aunque sus ojos se levantaron hacía dónde él estaba cuando Amora llegó, en ese momento supo que fue una mala idea, con esa pensamiento fue que se acercó a ella para hablarle cerca del oído.
“No sé cómo estén las cosas entre ustedes” No necesitaba aclarar que se refería a Loki “Pero no te perdonaré si lo arruinas”
Su hermano había tenido demasiados cumpleaños, la diferencia importante era su papel como anfitrión de los vanir, sabía que se estaba esforzando por complacer a su padre, quizás intentando reconciliarse con él, si el evento se arruinara temía que Loki volviera a deprimirse.
“Sería incapaz alteza, no piense tan mal de mí”
Thor la besó en la mejilla para suavizar sus palabras y ella le acarició la pierna bajo la mesa.
“No lo hago, pero quiero ser claro al respecto” Detuvo esa pequeña mano, si la dejaba seguir empezaría a dudar, venía siendo una larga abstinencia.
“Se lo importante que es para el príncipe Loki, no se preocupe, no todos los días se es cortejado por un rey”
Esa afirmación, dicha también en un susurro, casi evaporó el alcohol de su sangre.
“¿A qué te refieres?”
Amora le sonrió con coquetería, había un cierto disfrute en su expresión, pero no sabía qué era lo que le provocaba tanto gusto.
“Pues… me había estado preguntando el porqué de la visita del príncipe vanir si no estuvo ni en el cumpleaños del padre de todo” Hizo una pausa dramática y Thor le apretó la mano para que hablara, en realidad no estaba diciendo nada nuevo, pero quería saber qué tan al tanto estaban los cortesanos de lo que ocurría con su familia. La sonrisa de Amora solo se intensificó y con la mano que tenía libre le presionó la muñeca para que aflojara un poco su agarre sobre ella. “Sólo diré que cuando los vi en escurrirse en la biblioteca… Todo quedó muy claro”
“¿Loki y…?”
“Y su alteza Surt”
Thor tardó en procesar eso, como si hubiera sido dicho en cualquier otro idioma.
“¿Cuándo?”
“Ayer, Iba a devolver un libro y vi una parejita muy cariñosa, no los hubiera reconocido de no ser por los ornamentos reales, sólo el príncipe Loki lleva el collar de Odín”
Thor se quedó sin habla unos instantes mientras procesaba eso, la soltó con brusquedad y estuvo por acusarla de mentirosa pero ¿Qué ganaba ella con mentir? Si molestaba a Loki por segunda vez la echarían de la corte, no entendía bien porqué su madre la perdonó la primera vez, era una mentira que se descubriría pronto.
Volvió a mirar a Loki, éste ya no le prestaba atención, pero lucía tan natural como siempre, no podía decirse que disfrutaba de la compañía de su primo, sólo… bebía de su copa, hablaba, asentía…No, por dónde lo pensara no tenía sentido.
“No repitas eso delante de nadie” Dijo finalmente, Amora hizo un gesto de sorpresa y miró alrededor, claro, era una solicitud ridícula, toda la mesa la había escuchado.
“¿Lo he molestado alteza? Pensé de que era de conocimiento general, digo no lo de la biblioteca del amor… sino el motivo de la visita del príncipe Surt, hay mucha expectativa”
“Mi hermano no va a sacarse con un vanir” Su voz fue firme pero de tono controlado, no quería atraer la atención de mas personas.
“De acuerdo” Amora compuso una sonrisa y le hizo señas a un siervo para que le cargara una copa. “Volviendo a la ceremonia de mañana, me decepcionó mucho que no hubiera torneo, siempre da gusto ver a nuestros valientes guerreros medir fuerzas”
“Puede hacer eso cuando quiera” Volvió a intervenir Volstag “Esta invitada a ver los entrenamientos cuando lo desee”
“¿Tantos hombres guapos y musculosos sin camisa?” Ella liberó una risa muy sutil “Sería demasiado para mí, además nuestro querido príncipe es un hombre celoso”
Thor arqueó una ceja al escucharla comprendiendo que se refería a él, en realidad… nunca le importó que otros hombres durmieran con Amora, era agradable y dulce… pero no tenía intenciones de llegar a nada, sería egoísta de su parte esperar exclusividad por más que fuera su príncipe, si encontraba un esposo… bien por ella.
Siguiendo el juego le sonrió y brindó con Volstag por la belleza de Amora, lo único serio en esa conversación, y entre vino, risas y espectáculos… Loki desapareció de su mesa, como siempre, pero esa noche notó que también faltaba Surt.
Lo consideró por un minuto, un minuto en que todos los argumentos que su conciencia le arrojó sobre por qué no debía levantarse fueron sepultados, pronto vio sus pies atravesando los grandes pasillos. No era difícil localizar a Loki, tenía sus dos perros guardianes a una distancia considerable siempre, cuando vio a las Valkirias conversando en un pasillo supo a dónde buscar, unos metros adelante estaba la entrada a la biblioteca.
Su mente trabajaba rápido en dramatizar sus temores, aun así no estaba listo para lo que encontró.