Botín de guerra
Capítulo 7: Pesadillas
( Loki )
Cuando fue escoltado a su habitación lo peor fueron las miradas indiscretas, muchos eran los que no dormían en el palacio, seguramente alarmados por la desaparición de ambos príncipes, y ni siquiera se esforzaron en disimular su curiosidad.
A Loki le temblaban las manos y sentía que las piernas lo traicionarían en cada paso, pero hizo el mejor esfuerzo para salvaguardar su dignidad frente a los demás, no iba a desmoronarse en público.
Se paró frente a la puerta de su habitación, dudando, era su espacio personal y lo que más necesitaba en ese momento, algo de privacidad, pero le generaba aprensión saber que estaba siendo recluido, la hacía lucir como una celda, su padre lo había castigado en el pasado pero nada como esto.
“Alteza” La voz de uno de los soldados lo alteró, lo estaban mirando inquietos, incómodos, Loki sabía que solo cumplían las órdenes del rey pero aun así los odio, hubiera querido darles problemas, pero decidió ahorrarse la humillación de ser obligado a entrar y lo hizo por sí mismo.
Ni bien abrió la puerta vio a su madre, que estaba sentada sobre la cama pero se puso de pie para recibirlo. Todo el autocontrol de Loki se fue volando cuando le abrió sus brazos, fue como volver a ser un niño, descansó su cabeza en ese hombro que le seguía ofreciendo consuelo y lloró sin importarle incluso si podían oírlo desde el pasillo.
Frigga solo le frotó la espalda, acarició su cabello, no hizo preguntas, no liberó reclamos, ella era así, incondicional y mansa, la única manera de conocer la ira de la reina era tocar a uno de sus hijos.
Para cuando el llanto se volvió gimoteos, ambos estaban sentados en la cama de Loki, aún en silencio, la reina le pasó un pañuelo de paño y recién ahí el menor se separó, apenas unos centímetros, para componer su rostro, la ventaja del aislamiento era que nadie lo vería en ese estado, seguramente le llevaría un tiempo que sus ojos se deshincharan o perdieran la tonalidad rojiza.
“Siento haberte preocupado” Y sus palabras fueron sinceras, ver llorar a su madre fue un espectáculo horrible, cuando apareció en la sala del trono lucía tan pequeña y frágil, no fueron las lágrimas, ni siquiera podía hablar correctamente de la angustia, quién sabe que ideas horribles le había sugerido su corazón de madre esas horas en que no los hallaban.
“Pensé que te había perdido” Susurró mientras le besaba la frente. A Loki no le sorprendió que hablara en singular, sabía que gran parte de su angustia era por él, no solo porque confiara más en la habilidades de Thor para cuidarse, su madre y su hermano no eran demasiado cercanos, sabía que ella lo amaba también, pero no recordaba una época en la que Thor la buscara o Frigga corriera detrás de él, a veces lucían como dos extraños, afectuosos extraños… la reina era afectuosa con todos. Tal vez por eso Loki la amaba por sobre todos, porque sabía que era mutuo, si de algo podía tener plena seguridad en esa vida era de que él era lo más importante para su madre, no había nadie ni nada antes.
Loki hubiera querido prometerle que sería más cuidadoso, pero había hecho pacto consigo mismo de jamás mentirle, no a ella.
“Lo siento… creí que nadie notaría mi ausencia”
Decirle algo así a Odín hubiera desatado su cólera una vez más, pero Frigga solo suspiró, aceptando su pobre pero sincera explicación.
El menor meditó unos instantes sobre lo que quería preguntar, pensó en lo que descubrió, pero no estaba seguro de que su madre supiera sobre el campo de concentración, si Odín se lo escondió a él ¿Por qué se lo diría a su esposa? Su madre era demasiado sensible, no estaba seguro de que tolerara una verdad así, y a la vez le atemorizaba, si hasta ella lo sabía… ¿En qué posición lo dejaba eso? ¿El más subestimado de toda la familia?
Luego pensó en la criatura de jotun, era un tema menos comprometedor, pero estaba el problema de tener que confesarle que estuvo cara a cara contra un Ghuther… y ya estaba demasiado alterada como para regalarle esa imagen mental.
Finalmente decidió esperar a que ella preguntara, y afortunadamente no tomó esa dirección.
“¿Tienes hambre? No cenaste”
Se había vuelto un hábito en Loki, saltarse las cenas, al menos desde que regresara su hermano, su cuerpo ya se estaba acostumbrando a eso.
“No, tenía ganas de ver a Thor rodeado de rameras”
La reina arqueó una ceja al escucharlo.
“¿Te molesta?”
Esa pregunta lo tomó con la guardia baja, por algún motivo no lo había considerado ¿Le molestaba? Su mente evocó el recuerdo de Amora sentada en el regazo de Thor, no había sido agradable de ver, pero le pareció natural, la mujer en cuestión le caía mal y… él era su hermano, a nadie le podía agradar ver a alguien de su sangre ser tan indiscreto y promiscuo, se preguntó incluso si acaso su padre fue así antes de casarse, pero la idea le pareció ridícula, Odín era demasiado serio. Recordó a las otras muchachas que todas las tardes veía como animales en celo buscar cualquier tipo de contacto o atención por parte de Thor, era irritante de ver. Pero no eran celos.
“Me avergüenza” Sentencio, le pareció más apropiado, y esa afirmación hizo sonreír a su madre, hasta le pareció que lo estaba mirando con ternura.
“Ya te llegará también y lo entenderás mejor”
Loki la miró como si hubiera enloquecido.
“¿El amor?” ¿Estaba insinuando que Thor estaba enamorado?
La risa que liberara su madre lo alivió, no, no era eso.
“Oh cariño, eres tan inocente aún” Loki ni siquiera escondió su disgusto cuando ella lo abrazó y acunó como si fuera un niño, pero no le reclamó solo por ser su madre “Eso no es amor, es deseo”
Él ya sabía eso, no necesitaba la aclaración, pero esas palabras le generaron inquietud, la pregunta que se estuviera haciendo las últimas semanas resurgió ¿Era eso lo que le pasaba a Thor con él? ¿Solo deseo…. Retorcido deseo?
“Tu hermano esta… disfrutando de su juventud”
“¿Eso significa que yo aún no lo hago?”
Cuando preguntó eso se dio cuenta que su madre se había puesto muy tensa, y al separarse la notó de repente incómoda, algo de lo que dijo arruinó el momento pero no fue capaz de entenderlo.
“Ustedes son diferentes, no quiere decir que debas… hacer todo eso”
Claro, Loki no iba a andar correteando a las doncellas como un sátiro porque no le gustaban las mujeres… y porque tenía amor propio, pero no estaba seguro de si es eso lo que trataba de decirle su madre, porque más que una opinión le pareció una imposición, pero no tenía sentido… ¿Por qué podría importarle a ella si tenía o no relaciones sexuales? Entendía que era más sobreprotectora con él pero… al igual que Thor era un hombre… bueno, un joven casi entrando en edad adulta, si todos se tomaban con tanta calma la actitud desvergonzada de su hermano no podían ponerse remilgosos con él.
De todas formas Loki no necesitaba ese tipo de permiso, no tenía intenciones de seguir los pasos de su hermano en esos momentos ni en el futuro.
“Lo que trataba de decir es que… Ya entenderías lo que se siente desear a alguien” Siguió con su explicación Frigga, quizás notando que había sido muy ambigua en su comentario inicial.
Loki ya entendía eso, lo hacía desde que las miradas de Fandral pasaron de ser incómodas a calentarle el estómago, desde que los roces de sus manos enviaban una corriente como de energía a todo su cuerpo. Su mente viajo a los acalorados besos que compartiera con Thor pero envió eso lejos, no iba a darle crédito, él no sentía eso por el dios del trueno.
El príncipe decidió cambiar de tema, queriendo sacar a ambos de un pensamiento que los ponían mutuamente incómodos.
“Viniste a buscarme esta noche, ¿Me necesitabas para algo?”
La pregunta la tomó desprevenida, pareció tardar en recordar, pero cuando lo hizo su rostro se iluminó, seguramente lo que fuera quedó opacado por los acontecimientos recientes.
“Era para decirte que su alteza Frey aceptó ser tu instructor”
Escuchar a su madre referirse a su propio hermano con tanto decoro siempre le parecería extraño, era como si fueran desconocidos, no familia, pero ese pensamiento tuvo poco tiempo de echar raíces por las novedades que acababa de recibir. Decir que estaba sorprendido era poco, el rey Vanir iba a venir a enseñarle magia a su propio reino, de no ser por todo lo que eso implicaba se hubiera sentido honrado. Su desazón fue muy obvia porque la reina compuso una expresión preocupada.
“Nunca saldré de Asgard, ¿Verdad?” Esa idea había comenzado a tomar forma en su mente, estaba en la edad de conocer otras cortes, a otros príncipes, ser instruido por maestros extranjeros, pero sus padres estaban más interesados que nunca a mantenerlo cerca… y que justo en esos momentos se encontrara preso en su propia alcoba no ayudaba.
“¿Por qué dices eso?” Le preguntó con una mirada de angustia.
“Ya tengo 800 años… y nunca salí de aquí, otros príncipes comienzan a viajar antes… incluso Thor acaba de regresar, ¿Por qué yo no?”
Su madre no apresuró su respuesta, pareció meditarlo y cambiar de opinión varias veces antes de hablar, finalmente le tomó una mano entre las suyas, para acariciarla mientras se explicaba.
“Eso también ya te llegará, te lo prometo” Y si de alguna palabra podía fiarse era de la suya “Lo que más deseo en el mundo es tenerte siempre cerca, pero no quiero que pienses ni por un instante que ese es el motivo por el que no te dejamos ir Loki” Atrajo su mano para besarla “Eres nuestro hijo, no un prisionero”
Él decidió aceptar esas palabras y le regaló un asentimiento, no estaba conforme, pero eligió aferrarse a esa promesa, podía recordar las lágrimas de su madre, y propias, cuando supieron que se llevarían a Thor lejos, si hubiera podido evitarse no se habría hecho, tal vez solo se trataba de eso, ella se aferraba a él de la manera que la vida, y el deber, no le permitió hacerlo con Thor, y él bien podía concederle eso… ya habría tiempo de viajar, tampoco estaba ansioso por alejarse de casa, solo le desesperaba sentir que un favor que se le concedió a su hermano le era negado rotundamente.
Luego de eso su madre lo beso una vez más y se marchó para dejarlo descansar.
Thor estaba en su propia habitación, lo había escuchado llegar, por un momento pensó en cruzar la puerta que los conectaba, la cual no estaba prohibida, e ir a incordiarlo por haber revelado su descubrimiento, pero no quería ponerse en evidencia frente a él que había llorado, podía esperar a la mañana para atacar.
Loki decidió dejar todo atrás por el momento e irse a dormir, lo cual recién logró luego de horas de dar vueltas en la cama, en algún momento sus ojos se cerraron.
( Thor )
Su madre había pasado brevemente a ver cómo se encontraba, una cortesía innecesaria, ambos entendían que el que se había llevado la peor parte de esa gracia era Loki.
“Lamento que te hayamos preocupado” Era extraño decirlo, no estaba acostumbrado a lidiar con los sentimientos de su madre o siquiera considerarlos, él nunca la necesitó demasiado en Asgard, quizás extrañó su gentileza cuando estuvo en Vanaheim pero en ese tiempo ella era un fantasma.
“Lo que importa es que estén ambos bien” Frigga le sonreía, aún de pie, casi incómoda, Thor adivinó que la situación era igual de peculiar para ella, él no era su niño, tal vez nunca lo fue, y ahora tenía en frente a un hombre al que conocía poco y no estaba segura de cómo tratar. Una situación absurda y triste, optó por ignorarlo y enfocarse en lo que le preocupaba en ese momento.
“¿Cómo esta Loki?”
Pisaron terreno seguro, su madre soltó un suspiro y luego compuso una sonrisa.
“Su orgullo agoniza pero sobrevivirá”
“Lucía muy angustiado” Miserable era la palabra, pero optó por un eufemismo.
“Tu padre tiene ese efecto en él”
Thor desconocía los pormenores familiares, Loki no le contaba mucho de sus sentimientos en las cartas que le enviaba, eran más bien diarios que resumían hechos divertidos o sencillos, no había oscuridad ahí, y cuando llegó se alegró de verlo asistiendo al rey, no bromeo cuando le dijo que eso le sería de utilidad cuando él asumiera, esperaba que Loki estuviera a su lado en el consejo, le gustaba verlo moverse ahí, su diplomacia, lengua de plata, toda la elegancia, se apoderaba del salón cuando entraba.
“¿Pasa a menudo?” Tuvo curiosidad y al notar que su madre no entendía la pregunta prosiguió “Loki…. ¿Se gana estas reprimendas muy seguido?”
“Antes sí, ahora llevaba mucho tiempo comportándose bien, pero ha estado algo rebelde desde…”
Se interrumpió pero Thor lo entendió… desde que él regresó.
“¿Esta celoso?” Preguntó sin rodeos, es una posibilidad que no había considerado, quizás lo hubiera notado si no estuviera tan ocupado en sus propias necesidades… que provenían precisamente de Loki.
“¿Por qué lo estaría? Solo ha regresado su perfecto hermano como héroe de guerra para empujarlo a la sombra de su grandeza” Lo dijo con una sonrisa divertida, acompañando sus palabras con un exagerado gesto de altives, Thor rio incrédulo, eso definitivamente era surreal.
“Perfecto” Repitió mientras negaba con la cabeza, no había un calificativo que se le acercara menos, llevaba ya meses correteando a su hermano menor para convencerlo de dormir con él… debía ser el más estropeado de todo Asgard.
“Son celos comunes, se acostumbró a ser hijo único” Empezó la reina jugando con sus manos “Tal vez ayudaría que no fueras tan… sobreprotector, que le dieras más espacio”
Eso no iba a pasar, pero de todas formas Thor le regaló un asentimiento.
“No le fomentes tanto la idea de que necesita cuidados”
Lo único que podía pensar es que si no hubiera descubierto a Loki a tiempo éste se hubiera ido a vagar solo a otro reino en medio de la noche, ¿Más espacio? Necesitaba tenerlo más vigilado.
“Lo tendré en cuenta”
“Y no vayas a verlo ahora, no le gustará, se sentirá demasiado expuesto, deja que venga solo”
Lo esperaría hasta mañana.
“Gracias madre”
Ella se acercó para dejarle un beso en la mejilla y luego se fue.
Thor se quedó mucho más inquieto con su ausencia. Loki estaba celoso de él, se sentía desplazado, sabía que su hermano no quería ser rey, nunca mostró interés, al menos cuando eran niños, pero al igual que él Loki ya no era el mismo, el joven que había encontrado a su regreso necesitaba más reconocimiento, respeto, autoridad, estaba buscando su lugar y validez… de repente la idea de mantener a Loki como amante y tomar una reina le parecía horrible, no solo sería su sombra… sería la sombra de su mujer… eso no iba a funcionar, Loki merecía más que eso, podía ser consorte de un Rey extranjero o Rey de una Reina… aunque eso último quedaba fuera de la mesa debido a sus evidentes preferencias. No iba a renunciar a él, pero tenía que encontrar una forma de que funcionara, de casarse con Loki, las leyes cambiaron una vez podían cambiar de nuevo.
Pensar en todo eso era un dolor de cabeza, Loki tenía razón, no estaba considerando a sus padres, no lo tomarían bien, ni hablar la corte. No tendrían opción si se imponía, Thor sabía lo que valía y su importancia para los nueve reinos, pero tenía la prudencia mínima para saber que ese no era el modo de proceder, tendría que ir con cautela.
Resignado se quitó la playera sin mangas e iba a hacer lo mismo con sus pantalones cuando un alarido de horror alteró sus nervios, venía de la recámara de su hermano.
‘Loki'
Sin dudarlo corrió para atravesar la puerta que los conectaba, ingreso buscando alguna amenaza, alguien infiltrado, pero lo único que vio fuera de lugar fueron los dos guardias de la puerta que también estaban dentro, hubiera sospechado de ellos si no parecieran estar tan confundidos como él. Cuando miró la enorme cama de sábanas blancas vio ahí a Loki, se sacudía mientras continuaba gritando.
El alivio invadió parcialmente a Thor al irse acercando y descubrir que estaba dormido.
‘Pesadillas'
No entendía lo que decía, gritaba, negaba, luchaba. Subió una pierna a la cama para acercarse y con cuidado trató de inmovilizarlo mientras lo despertaba.
“Loki, Loki”
Cuando su hermano abrió los ojos se sacudió con violencia tratando de que lo soltara.
“Loki, soy yo ¡Mírame! Soy yo… está todo bien”
El menor se quedó quieto pero tardó en mostrar reconocimiento, seguía temblando agitado, tratando de entender la situación, cuando lo hizo se pasó una mano por el cabello mientras buscaba sentarse, Thor lo ayudó a acomodarse y fue ahí que notó recién a los guardias.
“¡¿Qué hacen en mi habitación?!”
“Loki…”
“¡Fuera!”
Thor les hizo un gesto con la cabeza de que salieran, sabía que los hombres solo cumplían con su deber pero su hermano también, no valía la pena discutir con él, prefirió optar por seguirle la corriente y reconfortarlo.
“Tranquilo” Lo atrajo a su pecho mientras le frotaba los brazos, Loki hasta cuando dormía estaba demasiado vestido, su suave pijama le cubría desde el cuello al resto del cuerpo, al menos lo que podía apreciarse desde la cintura para arriba. “Solo fue un mal sueño”
“Ya lo sé” Le respondió en tono de reproche, pero seguía demasiado agitado y el temblor en su cuerpo proseguía, Thor hubiera querido preguntarle qué lo había alterado tanto, pero no era el momento y él ya lo sabía, por mucho que Loki fingiera, la experiencia sufrida en manos de esos criminales fue demasiado traumática, cuando lo encontró parte de su ropa no estaba dónde debería y había marcas visibles… No tuvo el coraje de preguntarle, su padre le había tranquilizado con que los sanadores no encontraron indicios de un abuso, solo hematomas y arañazos, pero sabía que las heridas eran internas.
En algún momento Loki trató de acomodarse y le puso una mano en el hombro, la que separó de inmediato, dándose cuenta recién ahí que Thor estaba con el tórax desnudo.
“¿Y tú que haces aquí?” Trató de separarse pero el mayor no lo soltó, por lo que luego de unos intentos fallidos volvió a la posición en la que estaba, pero tenso.
“No parabas de gritar, pensé que alguien te estaba atacando”
“Pues no es así, puedes irte”
“Prefiero quedarme” No era una sugerencia, era una imposición, y la mirada ceñuda de Loki dejó claro que así lo había interpretado.
“Thor…” Su tono fue de molestia. “Quiero que te vayas”
“Estas alterado” Insistió, recargando ahora su barbilla en la cabeza del menor, otro gesto de consuelo a la vez que lo mantenía mejor sujeto.
“No estás ayudando”
“Solo relájate” Siguió abrazándolo, el cuerpo de Loki estaba tibio y olía tan bien como siempre, no tenía ningún contacto con su piel, pero aun así era agradable la cercanía. “Trata de volver a dormir”
“Thor”
“No te tocaré, lo prometo” Le aseguró adivinando la preocupación del menor. Loki suspiró y dejó de poner resistencia, por lo que supo que había ganado.
“Debo recordar trabar esa puerta” Murmuró, arrancándole una sonrisa.
“Loki, con la forma que gritabas la hubiera derribado”
“Eso te hubiera gustado ¿No? Desaparecer lo único que separa nuestras alcobas”
“¿De verdad necesitas que te lo responda?”
Tomó el gruñido que soltó su hermano como una respuesta, Loki se movió varias veces, afirmando que ya no tenía sueño y que no podía descansar así, incluso que estaba incómodo, pero ni él mismo se dio cuenta que sus parpadeos se volvieron más largo, sus palabras menos comprensibles, hasta que se rindió a la inconciencia.
Thor se fue deslizando por el espaldar de la cama hasta que tocó las almohadas, sabía que su cuello iba a doler horrores por la mañana, pero la vista valía la pena, el menor lucía mucho más relajado sin esa constante tensión en su rostro, la que siempre manifestaba cuando lo veía acercarse. No podía entenderlo, cómo es que podía sentir tanto, sabía que no era a primera vista, que no se trataba de cuestiones de apariencia, él deseaba a Loki desde que lo descubrió en su baño, con la mayor parte del cuerpo desnuda, hubiera dado lo que fuera por recostarlo en el frío mármol y hacerlo suyo, lo deseaba cada vez que lo veía y no lograba saciar ese anhelo en otros cuerpos, pero no obstante… lo había amado desde pequeños.
Con sumo cuidado movió un mechón de cabello negro y se lo acomodó detrás de la oreja, seguía siendo corto, le gustaba así, podía apreciar mejor su rostro, el que aún conservaba muchos de sus rasgos infantiles.
Cuando era niño había anhelado un hermano, lo había pedido incluso, aunque no terminaba de entender el significado, y nunca se sintió tan satisfecho que cuando lo vio en brazos de su madre, pequeño, muy pequeño, tan frágil y tierno, supo que era suyo, que era su deber protegerlo, que estaban vinculados de por vida… era como si Loki hubiera nacido exclusivamente para él y esa idea le gustó.
El paso de los años no ayudó, su hermano jamás se integró con nadie, nunca hizo amigos, ni parecía necesitarlos, él siguió siendo lo único en su universo, ese pequeño universo que se limitaba al regazo de su madre.
Loki era remilgoso y no se iba con cualquiera, muchos habían quedado avergonzados al tratar de tomarlo en sus brazos, queriendo agradar a la reina, recibiendo un llanto histérico a cambio, no era fácil de contentar, Thor mismo batallaba con eso, pero ocasionalmente lograba encontrarlo de buen humor, y tras un poco de insistencia conseguía que su hermano lo dejara cargarlo o llevarlo al jardín. Cuando fueron creciendo se volvió más sencillo, luego de un día de entrenamiento a Thor le gustaba ir a descansar a la alcoba de Loki, su hermano no le prestaría verdadera atención por estar leyendo, pero no lo echaría de ahí mientras no se volviera una distracción, y ese ambiente silencioso lo relajaba, incluso en ocasiones Loki podía olvidar unos minutos su libro para comenzar una conversación. A veces, cuando Thor se sentaba en el suelo, recargado en el diván, una mano del menor terminaba jugando con su cabello, aunque eventualmente le diría ‘Ya córtatelo, pareces niña’
Sea como sea, al lado de Loki Thor siempre se sintió en casa, revitalizado, era algo que necesitaba, que lo hacía feliz, era algo… solamente suyo, le gustaba eso también, ser el único que lo conociera, que viera el diamante en bruto que era su hermano.
Cuando lo enviaron lejos fue lo único que lo mantuvo de pie, saber que al menos él lo esperaba, se sentía tan abandonado por su padre, el orgullo de su patria no lo llenaba, al fin y al cabo por ellos estaba padeciendo tanto, pero Loki era inocente, Loki no había querido que se marchara ni lo dejaba quedarse en el olvido, siempre estuvo ahí para él… y eso terminó de arrasar con su corazón.
Apenas pudo pegar un ojo en toda la noche, demasiadas ideas en la cabeza, además su cuerpo se llevó la peor parte de esa postura.
Cuando sintió a Loki moverse empezó a desperezarse, por la violenta reacción de su hermano ya había olvidado su presencia ahí.
“Buenos días” Lo saludó sonriente, el menor frunció el ceño, aún algo atontado por el descanso.
“¿Qué…?” El resto de su pregunta murió en labios de Thor, se había contenido toda la noche, ni bien Loki abrió esa boca rosada y suave fue por ella, sin contemplaciones. Las manos de Loki volaron a sus hombros, ya fuera para sostenerse o tratar de separarlos, el dios del trueno no le dio mucha importancia, lo envolvió en sus brazos con fuerza y comenzó a empujarlo contra el colchón hasta que lo tuvo debajo de su cuerpo.
“¡Thor!” Protestó su hermano cuando por fin liberó su boca, aunque sus rostros seguían tan juntos que tuvo dificultades para evitar ser capturado de nuevo “Dijiste que no me tocarías”
“Me refería a anoche” Resolvió con simpleza, su boca se aplastó contra el cuello de Loki y las manos de su hermano volaron a su rostro, lo empujaron hasta que lo soltó, pero lo sorprendieron al invitarlo a tomar sus labios de nuevo. Thor entusiasmado por la repentina colaboración no tardó en corresponderlo, apenas y cabía en su gozo cuando volvió a besarlo, con entusiasmo pero respetando el ritmo del menor para no avasallarlo con sus atenciones, no quería que volviera a retroceder, la boca de Loki era suave, todo en él, besaba con ternura, con inocencia, labios sin experiencia pero sin problemas en improvisar, y Thor no tenía reparos en enseñarle. Jugó con su lengua, buscó ir más profundo, más intenso, gimió de placer en medio de ese beso, el primero que no le era dado con resistencia.
Cuando sus manos se colaron debajo del pijama para acariciarle el estómago fue que todo se terminó, Loki soltó sus labios y lo detuvo por los antebrazos, Thor lo miró interrogante mientras el menor recuperaba el aliento para hablar, ambos estaban muy agitados.
“Solo esto” El dios del trueno no entendía, y tras unas bocanadas de aire Loki se explayó “Podemos tener… esto” Imaginó que se refería a lo que acababan de compartir por la manera en que lo acentuó “”Pero nada más… Thor, no voy a tener relaciones contigo… No puedo” Añadió lo último como si fuera una disculpa “¿Lo entiendes?”
El mayor suspiró y le acarició una mejilla, sin dejar de admirar esos ojos verdes, ahora vidriosos, lucían tan preocupados, tan vulnerables… Claro que lo entendía, Loki tenía miedo, no estaba listo para lo que le pedía, y él podía esperar hasta que lo estuviera, hasta que fuera capaz de aceptar sus sentimientos pese a los lazos que lo unían, hasta que no tuviera miedo de entregarle su cuerpo.
Se acercó una vez más, para darle un beso en frente, un gesto de afecto que no tuviera segundas intenciones.
“Claro”
Esa simple afirmación pareció liberar toda la tensión en el cuerpo del menor y supo que había hecho lo correcto, podía conformarse con eso por el momento.
“Será mejor que vaya a alistarme, llegaré tarde al consejo”
Mencionó mientras se ponía de pie y el humor de Loki cambió por completo.
“¿No estás recluido? ¿Solo yo soy prisionero?”
“No eres un prisionero” Lo contradijo con un suspiro “El único motivo por el que no estoy castigado es porque papá quiere salvar las apariencias, se vería mal que el futuro rey sea disciplinado a esta altura”
Y era la verdad, por el estado de ánimo de su padre no dudaba que había tenido ganas de mandarlo a las mazmorras, quizás lo hubiera hecho si fuera más joven.
“Si te sirve de consuelo de seguro me va a dejar tanto trabajo que voy a querer haberme quedado aquí”
“No me consuela”
Loki estaba sentado al pie de la cama de brazos cruzados, lucía tan enfurruñado que a Thor le costó no soltar una carcajada, podía ser tan infantil y mezquino a veces, iba a retirarse pero deseo despedirse con un beso, al fin y al cabo él mismo se lo había autorizado.
Loki se sorprendió al verlo acercarse, pero no retrocedió, ni se negó cuando lo tomó por la nuca para besarlo de la manera que le gustaba, posesiva, dominante, simplemente se dejó hacer, y aún no habían terminado cuando sin ceremonias… la puerta se abrió.
Odín estaba ahí.
Pesadilla de Loki
Lo sabía, era el final del camino, siempre supo que pasaría, esta vez no iba a perdonarlo.
Volvió a mirar esos ojos azules, ahora desprovistos de la ternura con que siempre lo miraban, ese no era Thor, no era el Thor que dejó atrás, se trataba de un hombre completamente diferente, que sin embargo… tenías las mismas intenciones de antaño.
“Thor… por favor”
“Calla” Esa voz lo estremeció, tan fría, tan autoritaria.
“No lo hagas… ¡Thor!” Exclamó cuando se vio acorralado contra la cama “Soy tu hermano”
“No” Respondió él, tomándolo por los hombros antes de arrojarlo sobre la cama “No lo eres, deja de mentir”
Su estómago se hizo un nudo, la capa roja había caído al suelo, y empezó a ser acompañada por el resto de la indumentaria, ese enorme torso desnudo solo le provocó pánico, de verdad lo iba a hacer, de verdad estaba pasando.
Cuando vino sobre él se sintió como una presa frente a un terrible depredador, como si fuera a tomar de él hasta que nada quedara, consumirlo por completo, Thor ya no llevaba el cabello largo, lo tenía muy corto, en cierto modo remarcaba su cambio total, exterior e interior.
“Por favor…”
“No busques mi piedad” Le cortó mientras alcanzaba su túnica y tiraba de ella, destrozándola sin problemas “No te la has ganado”
Lo sabía, marcharse fue un error, ¿Pero qué otra opción le había dejado? No fue del todo su decisión, pero ahora tenía que lidiar con las consecuencias, Thor estaba herido… y no, no iba a tener piedad.
Presa del terror comenzó a gritar, suplicar por ayuda pese a las reprimendas que le diera el mayor, furioso por su actitud, Loki se sacudió violentamente mientras trataba de liberarse, pero sabía que perdía su tiempo… ¿Quién iba a ayudarlo? ¿Quién en el palacio se iba a oponer al mismísimo rey de Asgard? Su magia misma no obedecía, quizás porque él no quería lastimar a Thor.
Su cuerpo fue desnudado, entre empujes, arañazos y maldiciones… pronto Loki se encontró sin poder juntar sus piernas, sin importar cuanta presión pusiera, algo suave y duro presionó contra su unión, con horror cerró los ojos y se preparó para el dolor.
“¿Quién fue?” Exigió saber el mayor tomándolo por el mentón para obligarle a mirarlo “¿Quién fue el infeliz? ¡Lo sabré tarde o temprano y lo destruiré!”
Nunca, nunca iba a decirlo, sin importar lo que le hiciera.
“Thor… hermano” El miedo hizo que intentara una vez más.
La respuesta fue la sensación de esa dureza adentrándose en su interior.
Loki gritó, más por el dolor emocional que físico, sus manos se prendieron de los fuertes hombros, como queriendo contenerlo para que dejar de empujar dentro suyo.
“No soy tu hermano” Repitió él, ahora más cerca de su rostro “Soy tu rey”
Las embestidas fueron fuertes, salvajes, no hubo gritos de placer, no podía pensar en disfrutar con tanta agonía en su alma, Loki lloró, derramó lágrimas todo el tiempo y no cesó de pedir clemencia, de tratar de encontrar a Thor debajo de toda esa ira, pero fue inútil, en el pasado lo habría escuchado, ya no lo hacía.
“¡Deja de llorar, deja de llorar!” Fueron las únicas palabras que consiguió mientras sus pieles se llenaban de sudor, mientras la madera crujía por la actividad a la que era sometida, por un momento Loki creyó que la cama sedería a tanta violencia.
Una de sus piernas fue levantada, su rodilla encajada en el hombro del mayor, solo para mejorar el ángulo de penetración, era tan grande, no podía verlo pero lo sentía, como lo habría y llenaba.
Loki se aferró a las frazadas debajo, necesitaba apretar algo mientras recibía cada estocada en si interior, ya había dejado de hablar, solo mordía sus labios para no gemir, el único sonido que llenaba la habitación eran sus respiraciones y choque de piel contra piel, cada vez mas potente. En contra de sus deseos su sexo se alzó, lo sentía rebotar contra su estómago, y cuando Thor golpeó su próstata repetidas veces se arqueó y vino con todas sus fuerzas, la manera en que se contrajo fue suficiente para el mayor, lo apretó arrastrándolo en su orgasmo.
De repente la sensación de algo húmedo y cálido derramándose dentro lo paralizó.
“No…”
Thor no lucía arrepentido, solo algo afectado, un poco de tristeza asomaba debajo de su ira. Seguía sin salirse de él, acarició su cadera, justo dónde lo había sostenido y comenzaban a formarse unos moretones.
“Nunca…” Comenzó Loki mientras trataba de asimilar lo que acababa de pasar “Nunca te lo voy a perdonar”
La mano del mayor siguió subiendo, delineando todo su cuerpo, apoyó la yema de su pulgar sobre uno de los pezones, presionando un poco, estaban sensibles pero el menor ya no tenía fuerzas ni para quejarse.
“Lo sé” Afirmó luego de un prolongado silencio, dejando escapar un suspiro “Así como tú sabes que nunca te voy a dejar ir”