Hoseok:
Una vez tuve un sueño, pero no era cualquier sueño, este parecía real. Lo sentí a tal punto que pensé que me volví loco en aquel mundo oscuro donde estaban esas dos bellas criaturas.
El lado negro, el mal. Era chico de pelo negro y piel nívea que me miraba con una sonrisa retorcida. Sus ojos gatunos de color rojo me causaban escalofrío. Mi piel se helo cuando expandió sus alas negras.
-¿Tienes miedo?
Ladeo su cabeza cuando me pregunto aquello. Se acercó a mí y con su mano derecha tomo mi barbilla con brusquedad. Era más bajo que yo pero tenía un aura imponente. Era fuerte a tal punto de hacerme respirar entrecortado.
-Lo tienes, hueles a miedo. Me gusta ese aroma.
Jalo mi barbilla llevándome a su rostro. Estábamos demasiado cerca.
-¡Déjalo en paz, Suga!
Era otra voz; una dulce y delicada voz.
El ser negro retrocedió, caminando al personaje que le pertenecía la voz celestial.
-¿Estas bien?
Su mano se posa en mi hombro. Volteo a verlo y mis sentidos se acalambran, era el ser más hermoso que había visto: piel canela, cabello plateado, labios gruesos con ojos encantadores de color gris.
-Estoy bien.
Mi respuesta le dio alegría mostrándome una sonrisa inmaculadamente pura. Me provocaba paz.
-Tranquilízate Jimin, no le are daño.
El ser de alas blancas tomo mi mano mientras incrustaba una mirada feroz al ser oscuro.
-No debes hacerle mal a nuestro humano.
Sus bellos ojos cayeron a mí. Se acercó de modo que nuestros rostros se separaban solo por un mísero centímetro. Mis ojos se perdieron en sus tupidos labios, solo que un dolor se apodero de mi cabeza cuando el pelinegro me jalo del cabello, haciendo que me separara del ser puro.
-¡Duele!
- Lo mismo va para ti, Jimin. No provoques a nuestro humano.
-¿Su humano?- Fue mi pregunta cuando me dejaron aun lado de su enfrentamiento.
La sonrisa de ambos me obligó a retroceder. Ninguno era de confianza.
-Así es Hoseok, eres nuestro humano.
La voz del ángel ya no me pareció tan dulce. De hecho ya ni siquiera parecía un ángel.
-Y debido a tú mala suerte has muerto. Lo que provoco que te encontraras con tus ángeles guardianes.
Era estúpido lo que decían.
-¿Cómo es posible que haya muerto?- Bufe.- Esto es solo un sueño y ustedes son parte de él.
-Prácticamente lo es, solo que sin la opción de despertar.- Dijo el oscuro sin misericordia. Parecía más burla.
-Hoseok, tú decides.
-¿Yo decido? ¿Qué decido?
-No es obvio. Con quien quieres ir.
-Pues con tu actitud diría que con el ángel.
La risa de Jimin me hizo temblar.
-¿ángel? ¿Cuál de los dos, Hoseok?- No comprendía lo que me decía Jimin.
-Los dos somos ángeles, pero con diferente misión.
-Entonces… él que me lleve al bien.
-En los dos lados hay bien. En uno puedes rencarnar y en el otro puedes vivir en el paraíso para siempre.
El ser oscuro me llevo a la confusión. Ni siquiera me di cuenta cuando se acercaron a mí, cada uno tomando mi mano.
Un lado de mi cuerpo me provocaba deseo, el otro, hormigueo. Y mi decisión quedó en el vacío, después de todo quería a ambos.