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El primer paso para la convivencia. por Big Rabbit

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Notas del capitulo:

¡Hola! Hoy hay doble actualización, se actualiza esta historia y "Solo", la dos sobre Junjou Mistake, pero con distintas temáticas. 

Día 5

Como los días anteriores, el despertador sonó pronto para Ryuichiro. Respecto al desayuno, Kaoru había subido el nivel ya que le había pedido expresamente tortitas americanas con sirope de arce. Ryuichiro se las vio y se las deseó para poder cocinar aquello y que no se le quemara. Además, ese plato era prácticamente un cubo de calorías y no tenían tiempo de hacer ejercicio. ¿Cómo las quemarían?

Menos mal que ya estamos a viernes.

Los viernes son días de mucho ajetreo en la editorial. Aunque los cargos más importantes deben acudir a trabajar muchos sábados por la mañana, los viernes deben quedar muchas cosas cerradas.

Y ese viernes, era "viernes del terror", eso significaba que había que recoger los manuscritos de... Usami Akihiko e Ijuuin Kyo.

Los autores más conocidos de Marukawa, geniales en su trabajo, pero con una serie de defectos que hacían que sólo unos pocos elegidos pudiesen trabajar con ellos.

Usami Akihiko, ganador del premio Naomori siendo muy joven, autor de varios best-seller... Pero en el fondo infantil, vago y con un absoluto desinterés en las personas.

Ijuuin Kyo, autor de The Kan, el manga más vendido en Marukawa, en Japón y exportado a países europeos, pero tan infantil como Usami y con tendencia a la depresión.

Ambos se estaban retrasando con sus manuscritos, así que tocaba ir a sus casas y animarlos un poco.

De Usami-sensei se encargaba Aikawa, aunque a veces iba con el mismo Isaka, sobre todo cuando querían convencerlo de asistir a alguna fiesta, ¡Isaka no fallaba! Por eso, hoy Kaoru se enfrentaba a un gran reto.

Kaoru pasó por el departamento de literatura, donde ya estaba esperándolo Aikawa Eri, que le preguntó cortésmente por Isaka.

-Buenos días Asahina-san, ¿otra vez va a venir usted? ¿Dónde está Isaka-san? 
-Buenos días Aikawa. Isaka-san pensó que yo podría convencer mejor a Usami-sensei esta vez.

El camino al lujoso piso de Usami fue silencioso y algo incómodo, sabemos que Aikawa le tenía algo de respeto a Asahina y no se atrevía a hablar con él, como lo hubiese hecho con Ryuichiro.

-Así que habla de nosotros con las chicas de Sapphire. 
-Oh... -Aikawa pillada en falta. -Lo siento, Asahina-san, yo... 
-No pasa nada, Aikawa. No me molesta. 
-¿Eh? 
-Sé que muchos chismes que corren por la editorial y por Sapphire son propiciados por el mismo Ryuichiro. 
-Ah, sí. Puede que sí. 
-Todos sabemos la fama que tenemos... Y no me equivoco al decir que hay más empleados que mantienen relaciones, ¿verdad? 
-Pero, ¿cómo lo sabe? 
-Simplemente hay que ser un poco observador.

Habían llegado al apartamento de Usami, sabían que no tenía caso tocar al timbre ya que el autor no les abriría la puerta, así que entraron con su propia llave.

El apartamento estaba limpio, aparentemente, y la planta baja se encontraba silenciosa. Subieron hasta la habitación principal, y Asahina abrió de un portazo.

-¡Usami-sensei! Venimos a recoger el manuscrito. -El aludido se encontraba en la cama, encima de Misaki Takahashi, el muchachito que había entrado a trabajar hacía poco en Japun y que llevaba de cabeza tanto a Usami como a Ijuuin.

-Creo que estoy alucinando. ¿Es que Isaka es tan vago que envía a su perro faldero a mi casa? 
-Secretario personal, Usami-sensei. Venimos a recoger su manuscrito. 
-¿No podrían venir en otro momento? ¿Que no se han dado cuenta de lo que estoy a punto de hacer? 
-Está a punto de comerse a ese renacuajo, ¿no? -El pobre Misaki habría salido huyendo como alma que lleva el diablo, pero Usami lo sujetaba fuertemente. 
-Sí, igual que usted se come a Isaka por las noches, y se le ocurre molestarme. -El bueno de Asahina los hubiese dejado en paz, pero debía comportarse como su Ryuichiro-sama, así que sacó aplomo de donde no lo tenia. 
-Sí, lo hago. Y además he venido a avisarlo de que la semana que viene tiene que asistir a una fiesta. Será en el hotel Teito, tendrá que dar un pequeño discurso... 
-¿Cuándo he aceptado yo eso? 
-Usted no... Pero Chibi-tan sí. -Misaki miraba a Aikawa como pidiendo auxilio, ésta se limitó a sonreír y a decirle animada: 
-¡Misaki-kun! ¡Ven conmigo a Marukawa, he traído ositos rellenos de crema y chocolate!

Mientras tanto Usami y Asahina terminaban su enfrentamiento. 
-¿De acuerdo, entonces? 
-No me queda más remedio. Aunque si fuera Isaka ya lo habría tirado por la ventana. 
-Se lo comunicaré a Ryuichiro-sama.

No sé si alegrarme o asustarme, así que le daré miedo un poco más. Panda de locos... Ryuichiro, cuando termine la semana tendrás um GRAN castigo.

Aikawa consiguió su manuscrito, y con éste en la mano emprendió el camino hacia Marukawa, junto con Asahina y el pobre Misaki, al que esperaban aún varias sorpresas.

Kaoru fue directamente a su despacho, donde lo esperaba Ryu, leyendo una de las novelas de la serie Junai Romantica. 
-Ryuichiro-sama, te dio fuerte con esas novelas. 
-Estoy tomando nota y aprendiendo ideas. Después de tanto tiempo juntos, creo que estaría bien probar cosas nuevas en la cama. 
-¿Qué quieres decir con esto? 
-Ah... Nada. Por cierto, en Japun están en crisis. Todos los integrantes han intentado contactar con Ijuuin-sensei, pero no hay manera de que conteste al teléfono. Por eso, tienes que ir allí y convencer a Chibi-tan para ir a animarlo...

Pobre chibi-tan. Pero órdenes son órdenes, y había que mantener contentos a los autores, en especial si dan beneficios y tienen tendencia a la depresión.

-Asahina, toma. Es un paquete de comida para Ijuuin-sensei, seguro que hace días que no sale de casa ni se afeita. Esto lo animará, y más si se lo da Chibi-tan.

-¡Chibi-tan! ¡En marcha! 
-¡Asahina-san! ¿Qué ocurre? 
-Rápido, debemos ir al domicilio de Ijuuin-sensei. Toma, esto es un paquete de comida, debes dárselo tú...

Alguien estaba oyendo su conversación, ése era Shizuku, el editor con fama de psicópata, más que el mismísimo Kanade Mino.

De camino al apartamento de Ijuuin, no hablaron. Misaki no sabía dónde meterse, y sólo rogaba por que su hermano lo sacara de tales aprietos. Y es que desde que conoció a Usagi-san, su vida era como una comedia surrealista.

Asahina comprendía al muchacho, le recordaba a él mismo. Un chico normal y corriente, convertido de la noche a la mañana en el blanco de los caprichos de un niño rico mimado. Por eso, no quería forzarlo a mantener una conversación.

Cuando llegaron al edificio donde residía Ijuuin Kyo, encontraron abierta la puerta de su piso. Entraron sin decir nada y fueron directos a la habitación donde trabajaba el mangaka.

La habitación daba pena, desordenada y llena de libros y papeles arrugados por todas partes. Medio escondido en un rincón se hallaba Ijuuin, con el cabello sobre su frente, barba de muchos días, aspecto desesperado y necesitado de un buen baño.

-Buenas tardes, Ijuuin-sensei. 
-¡No valgo para esto! ¡Mi manga no vale nada...! Ni el mismo Isaka-san ha venido a mi casa, ha tenido que enviar a su secretario... -Asahina no dijo nada, estaba acostumbrado a que lo considerasen un simple secretario, y poca gente sabía que tenía elevados conocimientos de edición. 
-¡No diga eso, Ijuuin-sensei! ¡Usted dibuja mi Biblia! -Fue Misaki el que habló. -¡Amo su trabajo, y a los lectores les encanta! ¡Así que dé lo mejor! 
-Takahashi-kun... Gracias por tus ánimos, ¡lo haré por ti! Mañana por la mañana Kirishima-san tendrá el manuscrito en su mesa. 
-Ijuuin-sensei, esto es para usted. Es un poco de comida... -Misaki le tendió el paquetito a Ijuuin, que lo cogió para guardarlo en la cocina. Después, buscó en un cajón de su escritorio y sacó una funda de móvil de The Kan, que dio a Misaki. 
-Gracias por tus ánimos. Esto es para ti... Y a ver si algún día aceptas cenar conmigo. -Ijuuin habló sin inmutarse, ante la atenta mirada de Asahina. Misaki terminó la conversación mirando su reloj. 
-¡Qué tarde! Debemos irnos... Buena suerte, sensei.

En el camino hacia Marukawa, Asahina habló. 
-Takahashi-kun... ¿Debería decírselo a Usami-sensei? -Misaki tocó fondo. Lo último que le faltaba, oír el tono "plano-irónico" del novio de Isaka. 
-Haga lo que quiera. -Se marchó a Japun sin mirar atrás.

Kaoru se reunió con Ryu, que aún seguía leyendo su novela de Junai Romantica.

-¿Interesante? 
-No sabes cuánto...

Notas finales:

CONTINUARÁ... 

 

 

Saluditos. 


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