Ron había alquilado un pequeño apartamento cerca de la tienda, no era gran cosa, de hecho era un zulo oscuro y ruinoso, pero era para él.
Cuando Neville le dijo que vendían una casa en Godric's Hollow muy por debajo del precio de mercado Ron se emocionó. Le encantaba ese nuevo barrio en la zona, pero los precios se habían disparado por eso mismo.
No perdía nada por echar un vistazo, y Neville le dijo que le acompañaría.
La casa por fuera era realmente bonita, no podía entender que estuviera al precio que marcaba en las octavillas.
Pero ver a tanta gente le dio mala espina, quizás la casa empezara a un precio bajo, pero con tanta gente habría puja y el precio aumentaría.
Ya que estaba allí la vería, quizás en unos años podría comprar una similar.
Buscó a Neville entre todas esas personas pero no había rastro de él, nunca había sido alguien muy puntual.
Pero lo que sí no esperaba era a determinado moreno de ojos chocolate con una de las octavillas en la mano.
Intentó evitarlo pero este le había visto, al parecer tampoco lo esperaba allí y ambos tuvieron la tentación de hacer como si no se hubieran visto.
Ron se desesperó consigo mismo, ¿qué tenía 11 años y acaba de entrar en Hogwarts?
—Hola—le saludó, la última vez que se habían visto fue cuando este se declaró.
—Hola—le saludó Blaise, realmente le gustaba su voz.
El momento era tenso, y ambos miraban las octavillas y al rededor sin saber qué decirse.
—La casa es bonita—dijo Blaise.
—Sí, mucho—contestó Ron.
—¿Estás interesado?—le preguntó mirándolo intensamente.
—¿Qué?—Ron se quedó desconcertado.
—La casa, que si quieres comprarla—dijo Blaise dejando de mirarle para echar una ojeada al rededor.
Su corazón se había encogido, había sido un idiota pensando que se refería a otra cosa.
—Sí, me gustaría, pero hay demasiada gente, el precio va a comenzar a subir—dijo finalmente.
—Puede ser...
De nuevo aquella incomodidad entre ambos, y Ron no sabía qué hacer para salir de ese momento, miraba por si veía a Neville pero ni rastro de él.
Lo que sí apareció es un lindo chico rubio que al parecer era uno de los anfitriones de la venta de la casa.
—¿Estáis interesados?—preguntó de un modo amable.
Ambos le miraron, pero fue Blaise quien contestó.
—Sí, Steve—nombre que sacó rápidamente de su placa identificadora.
—Es una casa maravillosa para una joven pareja como vosotros, son muchos los que le han tomado gusto al barrio—dijo sorprendiendo a ambos.
Ron estaba apunto de decir que ellos no eran pareja, pero ver sonreír a Blaise le dejó mudo.
—Mi novio y yo hemos comprado una un poco más pequeña al final de la calle, no os arrepentiréis el vecindario es buenísimo—dijo este animado por la sonrisa del moreno.
—¿Nos puedes enseñar el resto de la casa?—dijo animado Blaise, Ron estaba aún alucinando con la situación. ¿Le parecía divertido a Blaise que los hubieran tomado por una pareja?
—Claro, ¿estáis pensando en tener familia?—preguntó el chico.
—¿Qué opinas, nos imaginas rodeados de niños?—le preguntó el moreno, Ron quiso pegarle un cabezazo por ponerlos en esa tesitura, pero este le guiñó un ojo invitándole a seguir con la pantomima.
El enrojeció violentamente, lo que hizo que Steve asumiera las cosas.
—Esta casa es ideal para tener niños, cuenta con cuatro habitaciones, tres baños más un aseo, la cocina es la fantasía de cualquier cocinero...
El parloteo de Steve y que este empezó a andar mostrando cada estancia, no le dejó a Ron más alternativa que seguirlos. Pero aprovechó que no les miraba para darle un codazo en las costillas a Blaise, este tan solo puso un dedo en sus labios y le sonrió.
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Ay, qué poquito nos queda ya.
¿Qué os parece el reencuentro? Menuda encerrona les han organizado ...
Hasta mañana.