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El regalo de Loki por rurouni-kaze

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Loki estaba esperando expectante en su habitación. Sabía que algo andaba mal. Podía sentir la inquietud como una tormenta sobre su cabeza, amenazante y obscura.

 

Se puso rígido y ladeó la cabeza, escuchando, buscando la fuente del intenso presentimiento que se curvó en la boca de su estómago.

 

No tuvo que esperar demasiado. Con pasos apresurados, Pepper y Peter entraron de forma intempestiva en su casa.

 

–¡Sr. Loki! ¡Están aquí!–

–Los enemigos nos están invadiendo– Dijeron en unísono. 

 

–¿Qué pasó? ¿la tropa de Tony fue derrotada?– Dijo Loki, sin poder evitar el intenso pánico que asomó en su voz.

 

–No lo sabemos, no hemos recibido noticias de ellos– Dijo Pepper, hablando de forma calmada, pero Loki pudo notar sus manos temblando ligeramente.

 

–Los enemigos rompieron las paredes del lado sur– Continuó ella –Era un grupo pequeño pero poderoso. En poco tiempo, vencieron a la mayoría de los soldados apostados. Los que quedan, siguen resistiendo, pero está claro que no podrán aguantar por mucho más tiempo.

 

Loki, la mayoría de nuestros soldados no están aquí, están peleando con Tony. No tenemos casi defensas. Si logran entrar a la aldea, me temo que no seremos capaces de hacerles frente–

 

Loki maldijo en voz baja –¿Que deberíamos hacer? ¡Vamos! Piensa. ¿Qué se puede hacer?– Caviló con exasperación.

 

–Peter, necesito que congregues a todos la plaza principal. Los enemigos nos atacarán de frente, pero somos más que ellos. Tendremos más posibilidades de sobrevivir si nos mantenemos juntos.

 

Diles a todos aquellos que no hayan tomado armas todavía, que lo hagan ahora. Palas, picas, hoces o lanzas, cualquier cosa sirve, todo lo que sea útil para defenderse.

 

Pepper y yo, también estaremos ahí. Una vez termines, reúnete con nosotros– 

 

–Claro, puede contar conmigo, señor Loki– Dijo Peter grave y solemne, inclinando su cabeza en un leve asentimiento, para luego, salir corriendo.

 

Loki sintió su sangre hervir. Una mezcla de rabia y miedo hicieron sus nervios erizarse y su corazón latió desenfrenado, como si estuviera a punto de explotar en su pecho.

 

–No nos vamos a quedar sin hacer nada– Le dijo a Pepper –¡vamos a luchar!–

 

Ella lo miró fijamente por un momento. Las líneas de sus ojos se profundizaron y su boca se apretó en determinación.

 

–Si– Dijo ella –Pelearemos hasta el final–

 

Luego, cogiendo el extremo de su silla de ruedas, Pepper llevó a Loki, de prisa, al punto de encuentro.

 

–Tony…– La mente de Loki, no pudo evitar divagar hacia su recuerdo –No te atrevas a faltar a tu promesa. Por favor… mantente a salvo…–

 

_____________________________________________

 

 

En la plaza principal, se encontraban todos reunidos.

 

Aquellos que tenían experiencia blandiendo armamento, se habían alineado, rodeando a los demás como una pared humana; mientras el resto, se agazapó detrás, muy juntos, como si su mutua proximidad pudiera ampararlos de cualquier peligro.

 

Todos esperaban al enemigo.

 

Los corazones de la gente comenzaron a palpitar con fuerza, y la energía exaltada aguijoneó sus extremidades.

 

Loki echó un vistazo a su alrededor, la vista, no era una esperanzadora. Su mirada barrió cada uno de aquellos rostros con preocupada turbación.

 

Vio a niños llorando agarrados de las faldas de sus madres, mientras ellas trataban de sostener sus armas en inseguras poses defensivas.

 

Observó a adolecentes inexpertos tratando de aparentar más valentía de la que sentían, por el bien de sus familias.

 

Vio a gente con a penas fuerza suficiente, ya fuera por enfermedad o por edad.

 

Y finalmente, su vista se desvió a los aldeanos que se habían posicionado en primera línea defensiva. Loki los vio como realmente eran: hombres que nunca habían experimentado el rigor de una batalla, temblando bajo el peso de su espada.

 

Vio rostros preocupados por doquier. Todos tenían miedo, a lo desconocido, al dolor, a la muerte.

 

Pepper y Peter también estaban a su lado, pero sus rostros era tan duros, con una expresión tan agria, que pareciera como si una sobra de tinieblas hubiera descendido sobre sus facciones.  

 

A lo lejos, Loki escuchó los gritos de guerra de los invasores, el sonido metálico de sus armas, y sus pasos reverberando como tambores sobre la arena.

 

La batalla estaba sobre ellos, los enemigos no estaban muy lejos.

 

 La gente de la aldea los escuchó también, y un temblor generalizado recorrió a cada uno de los habitantes. De repente, una oleada de temor lo invadió; una que hizo sus pechos apretarse y sus sentidos vibrar conmocionados.

 

–¿Cómo vamos a vencerlos?– Gritó un hombre, de repente.

 

–¿Cómo vamos a protegernos?– Dijo una madre con un bebé en los brazos.

 

–¿Que haremos ahora?–  Alguien dijo en un susurro.

 

La desesperación poco a poco comenzó a crepitar en el grupo. 

 

Agitados, el clamor de la multitud se escuchó con vehemencia. El conjunto de voces, una mezcla de pavor y angustia resonó en tonos crecientes y sus palabras se traslaparon las unas con las otras en un confuso alboroto. 

 

La atmósfera cambió: El aire se sintió pesado, producto de la tensión repentina y en los ojos de la gente, pudo vislumbrarse una sombra amarga de derrota y resignación.

 

Loki conocía esa mirada. Era una que le permitía reconocer antes de una batalla, cuales eran los soldados que perderían sus vidas. Aquellos que incluso antes de luchar, ya se habían rendido. Una profecía auto cumplida que los predisponía a la muerte.

 

Él sabía que debía hacer algo ¿Pero qué? En Asgard, era usual que el general diera un pequeño discurso antes de cada batalla. Él, junto a Thor, eran usualmente los designados para esa tarea.  

 

Loki estaba acostumbrados a pararse frente a los soldados y utilizar su lengua de plata para recitar arengas con contenido tan solemne y enardecedor que incluso lograrían azuzar al público más reacio.

 

¿Pero ahora, podría hacer lo mismo? ¿qué podía decir? ¿cuáles eran las palabras correctas? Estas personas no eran guerreros, eran simples aldeanos que querían proteger su hogar. No creían ni en la gloria en la batalla ni en la lealtad al rey. Esta vez, Loki no tenía discursos hechos ni palabras embellecidas que entregarles.

 

Y sin embargo, algo en su pecho le dijo que aquel no era el camino correcto. Por una vez, Loki quería entregar algo verdadero. Deseaba darles palabras de verdad, palabras de vida.

 

En ese momento, Loki supo la promesa que haría: Él protegería aquellas vidas a toda costa. No sabía cómo, pero tenía aquella certeza. El ayudaría a defender su nuevo hogar.

 

–Mantengan la calma– Dijo despacio, sobre el tumulto. El grupo enardecido, al escuchar aquellas palabras, se calló de inmediato.

 

Todos los ojos se giraron sobre él y Loki se sintió de repente muy consiente de sus miradas penetrantes.

 

–Escuchen, yo… No se como se desarrollará esta batalla. No se si al final del día, saldremos victoriosos o deberemos enfrentarnos a la derrota–

 

Su corazón latía con fuerza, pero habló lo que necesitaba decir, lo que su alma necesitaba expresar.  

 

–Y sin embargo, pese a todo, los veo aquí parados, enfrentando la incertidumbre, lo desconocido, mirando de frente el peligro de la muerte. Puede que ahora solo sientan desesperanza, pero quiero que sepan que este acto, los hace más valiente que cualquier héroe, más fuertes que cualquier famoso guerrero. El hecho de estar aquí, convierte su valor y entereza en algo más poderoso que cualquier arma que en este momento puedan tener entre sus manos–

 

Y Loki de verdad lo creía. En sus tiempos en Asgard, había pensado que la única fuerza importante, era la del combate. Nada más importaba, que aquella lucha que permitía validar tu existencia. 

 

Pero la gente de la aldea, le habían demostrado lo equivocado que estaba.

 

Ellos, con su coraje e ingenio, le habían mostrado la enorme fuerza interior que los impulsaba. Había podido llegar a presenciar ese misterioso poder, que les permitía crear y construir, sobrevivir pese a las dificultades, luchar por una tierra que transformaron en su hogar.

 

Ellos le habían enseñado que hay fuerzas intangibles que se cultivan en lo más profundo. Unas, que se ocultan en el fondo de tus sueños y que luego resurgen para abrir paso a un sentimiento, un ímpetu. Algo tan insondable y potente que es capaz de hacer frente a cualquier obstáculo, confrontar a cualquier enemigo.

 

Cuando Loki volvió a hablar, su voz era firme y sus ojos se avivaron con convicción.

 

–El camino que hemos escogido es peligroso. En este día, puede que se les presenten disyuntivas que parecen insalvables, decisiones que nunca quisieron enfrentar o miedos que en el momento parecen imposibles de superar. Pero no tenemos permitido rendirnos, tenemos la obligación de enfrentar las dificultades. Es necesario, porque tenemos algo por que vale la pena luchar, más allá del miedo o la incertidumbre.

 

Yo, ahora tengo algo por lo que vale la pena luchar….– Dijo en un susurro.

 

–Estamos aquí para pelear por nuestro futuro, por nuestros amigos, y seres queridos, tenemos el derecho y el deber de combatir. Nuestro objetivo no es ni la victoria ni el poder, si no la paz y la libertad. Lo haremos juntos, pase lo que pase, pelearemos por nuestro hogar…–

 

Cuando Loki terminó su discurso, el cambio en el ambiente fue inmediato. La ovación no fue una escandalosa, como los gritos de lucha de los soldados en Asgard, pero fue infinitamente más verdadera.

 

La gente le sonreía; y sus ojos brillantes y esperanzados lo miraron de una manera tan abierta y agradecida que Loki se sintió estremecido, como si una brisa fría se hubiera encontrado con su piel. 

 

Aquellos sentimientos que los aldeanos intentaron traspasarle, Loki los percibió de una manera tan verdadera, que reverberaron hasta lo más profundo de su ser, atravesándole la piel y los sentidos. Haciéndole sentir una extraña y reconfortante calidez que comenzó a florecer en su pecho y luego lo recorrió por entero.

 

Conmovidos, sin borrar todavía aquella gentil sonrisa de su rostro, los aldeano se tomaron de las manos. En un su mente, una certeza, una promesa. 

 

–Aunque la muerte nos encuentre, aunque enfrentemos la derrota, no estamos solos. Sin importar lo que el destino nos depare, lo enfrentaremos juntos–

 

En lo alto, el amanecer se derramó lentamente por las montañas y aquellos primeros rayos de la naciente aurora, acariciaron sus rostros con una reconfortante calidez.

 

Una sombra se movió en el la distancia y un grupo de siluetas pareció acercarse. 

 

Cuando los aldeanos se giraron nuevamente a enfrentar a los enemigos, esta vez era con una postura derecha y valiente –¡Déjenlos venir! estamos preparados!– De repente, alguien dijo de entre la multitud.

 

Exclamaciones vehementes de apoyo, hicieron eco entre la gente: y fervorosos gritos de guerra resonaron con fuerza por sobre todo la explanada. 

 

Después de un pequeño momento, los enemigos aparecieron en el horizonte. Ellos estaban aquí, la batalla había comenzado.

Notas finales:

Hola! Feliz Navidad a todos! Este capítulo pensaba ser posteado como regalo para el día 25, pero no lo postee a tiempo, así que considérenlo como un regalo tardío de navidad o uno adelantado de Año Nuevo XD

 

Lo se! otro final de suspenso! Pero en el próximo capítulo, prometo que podremos ver la batalla final y además, finalmente, el descenlace de esta guerra. Así que por favor tengan pacienia conmigo jejeje

 

Espero que les haya gustado este capítulo! Como siempre, los comentarios y favoritos son gratamente bienvenidos! Así que si tienen alguna duda, recomendación, crítica u opinión no duden en señarlos! estaré feliz de responder :)

 

Les mando a todos un gran abrazo de Navidad! Espero que hayan tenido unas muy bonitas fiestas. 

 

Saludos!


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