—Deberías estar acostumbrado, siempre nos hace eso…se va de improviso en medio del caso, roba evidencia esencial para avanzar en la resolución de los crímenes, se burla de nosotros, nos insulta…el demente no te respeta Lestrade, no entiendo por qué insistes en incluirlo —dijo Dónovan sin poder disimular la malicia inyectadas en sus palabras.
—ya basta—exclamó John enfadado, los continuos insultos de Dónovan había terminarlo por traspasar los límites de su paciencia, sumado a que en esos precisos momentos no sabía en donde rayos estaba Sherlock, pero un extraña sensación lo hacía estar alerta, algo en el fondo de su cabeza le decía que Holmes estaba en peligro.
—vaya pero si tenemos un abogado del diablo, ¿te molesta que hable mal de tu amiguito? Pues conozco a ese tipo antes que tú, y créeme, no es de fiar…siempre se lo he dicho al detective inspector, esto no es sano, un chico de 17 años debería estar preocupado de sus calificaciones para la universidad o buscar nuevas chicas a las que follarse, pero el demente solo está obsesionado con resolver casos, mientras más raros más le gustan
—Sally detente—advirtió Lestrade, pero la mujer lo ignoró
—Abre los ojos John, eres un chico inteligente, piénsalo en algún momento estaremos frente a un cuerpo y Sherlock Holmes será el que lo habrá puesto ahí…
—¡deja de hablar de él como si lo conocieras!, tu no entiendes nada, solo esparces veneno, tu unidad se ha beneficiado de las ventajosas habilidades de Sherlock y a pesar de eso te sientes con el maldito derecho a insultarlo, ¿acaso crees que él no siente? Se que le molesta que lo llames con esos degradantes apodos, puede que seas miembro de Scotland Yard y yo un simple chiquillo, pero me parece increíblemente hipócrita que te atrevas a hablar de Sherlock como si entendieras lo que pasa en su cabeza cuando al mismo tiempo te beneficias de él y junto a tu equipo te llevas el crédito por sus deducciones, por su talento…Sherlock es brillante y eso no lo puedes negar.
—¡cómo te atreves mocoso insolente! —gritó la mujer
—ya fue suficiente, agente Dónovan le pido que por favor conserve la calma—ordenó Lestrade. Sally lo fulminó con la mirada, sin embargo se tragó sus palabras y se dirigió hacia la salida— John será mejor que nos vayamos, tenemos asuntos que resolver en la central de policía
—Detective inspector, Sherlock está desaparecido, estoy seguro que esto puede ser realmente peligroso…estamos hablando de homicidios, él está solo y desarmado
—nada me asegura que Sherlock esté expuesto a alguna amenaza John, solo salió de aquí y tomó un taxi, por ahora es todo lo que sabemos, si tienes alguna noticia sobre él en el transcurso de las próximas horas, te pediré que me mantengas informado, por el momento solo queda esperar. Este no es el único caso que merece nuestra atención—John comprendió que por más que se esforzara en insistir respecto a la gravedad del asunto no lograría que las patrullas de policía comenzaran a buscar a Sherlock por toda la ciudad, Greg tenía razón quizás su preocupación era exagerada, tal vez el rizado había detectado una nueva pista y se dirigía hacia algún lugar en busca de pruebas decisivas.
Siguió observando el rastreador satelital en su laptop por varios minutos, hasta que finalmente descubrió donde se dirigía el taxi, a una universidad en las cercanías de la ciudad, corrió por su chaqueta para tomar un taxi que lo llevara a Sherlock, titubeó un par de segundos al ver un arma olvidada por uno de los policías junto a la mesa de la cocina, jamás había disparado un arma, sin embargo no sabía a qué se enfrentaría, debía protegerse y no podía dejarlo solo, no era capaz de quedarse a esperar en Baker Street sabiendo que Holmes podía correr algún tipo de peligro, tomó el arma escondiéndola entre los pliegues de su chaqueta y finalmente se marchó.
***************
John corría a toda velocidad por los inmensos pasillos de la universidad completamente vacía, estaba atardeciendo, pronto la oscuridad caería sobre el edificio y no veía señal de Sherlock, gritó su nombre en reiteradas ocasiones, finalmente logró ingresar en un salón apartado y se encontró frente a la otra planta del edificio, separados por unos cuantos metros pudo divisar a Sherlock a punto de ingerir una cápsula en el salón contiguo, el veneno que habían ingerido las víctimas de homicidio, intentó gritar pero Holmes no fue capaz de oírlo, vio a un hombre mayor induciendo a Holmes a tragar el veneno y sus impulsos fueron más rápidos que su propia mente, en un instante había sacado el arma para impedir que el hombre siguiera presionando a Sherlock y al siguiente un certero disparo había salido de la pistola de mano, atravesando el vidrio de la ventana para luego clavarse directo en el pecho del asesino en serie.
Cuando Sherlock volteó exaltado vio a John del otro lado con el arma aun en sus manos, observándolo alarmado, John corrió hasta el otro lado de la universidad sin detenerse en lo más mínimo a retomar el aliento, hasta ingresar en el salón en donde Sherlock observaba al hombre muerto sobre un charco de sangre que cada vez que hacía más abundante.
—mataste a un hombre—informó el tranquilamente, sin inmutarse en lo más mínimo.
—él te iba a asesinar, ¿por qué ibas a consumir ese veneno?, ¿qué fue lo que te dijo Sherlock? —inquirió John corriendo hacia él, abrazándolo por el torso con fuerza
—tu…lo hiciste por mi—repitió Holmes por lo bajo, frunciendo el entrecejo con extrañeza, esforzándose por ser capaz de comprender la complejidad de aquellas palabras.
—¿por qué estabas arriesgando tu vida? esto fue estúpido, pudiste llamar a Lestrade
—no había tiempo de eso…si no lo distraía aquí, puede que jamás se hubiese presentado una oportunidad igual, yo solo estaba…comprando tiempo—dijo Sherlock intentando sonar convincente.
—mientes—acusó John con las lágrimas deslizándose por sus mejillas—se que si no hubiese llegado tú…habrías consumido la droga, habrías muerto, esto es lo que haces…arriesgas tu vida para probar tu inteligencia.
—¿por qué haría algo como eso?
—porque eres un idiota—dijo John sin despegarse de ese reconfortante calor del abrigo de Holmes junto a ese delicioso aroma envolviendo sus sentidos, Sherlock emitió una breve carcajada y lo abrazó, su corazón estaba increíblemente acelerado por la adrenalina de los eventos anteriores, aquello había sido demasiado, incluso para él.
—ese disparo fue increíblemente certero, John mataste a un hombre, ¿estás seguro que estas bien?
—no lo se…para ser sincero estoy aliviado, tenía tanto miedo…de encontrarte muerto —replicó John desviando la mirada de la escena del asesinato.
—debemos irnos cuanto antes, inventaremos algo…
John se separó unos centímetros del pecho del rizado —¿no le diremos a Lestrade que fui yo?
—no, no creo que vayas a prisión por esto, pero…inventaré algo que evite el caso en la corte.
—¿por qué?
—ya tienes demasiados problemas por mi culpa—replicó Holmes, manteniendo una actitud calmada y calculadora—solo asiente a todo lo que diga y cuando hablemos con Lestrade no desvíes la mirada, no te toques la nariz ni las orejas compulsivamente, ni des enrevesadas explicaciones, solo las mentiras contienen detalles…en definitiva, no luzcas culpable.
—pero mi ADN debe haber quedado por todo el lugar
—yo me encargaré de eso, ahora llama a Lestrade y dile que tenemos al asesino en serie—Sherlock observó el cadáver fresco que yacía a unos cuantos metros de ellos—bueno…más o menos.
—está bien.
Todo sucedió tal y como Sherlock había dicho, John guardó silencio y mantuvo su mirada sumisa pero fija en los ojos del detective inspector, sin demostrar ninguna señal de duda o culpa. Sherlock le relató rápidamente como el asesino lo había obligado a subir al auto, para luego llevarlo a la universidad vacía por remodelación, había confesado su crimen y le había mostrado paso a paso su técnica para inducir a las víctimas de tomar la droga, luego lo había obligado a él. Sin embargo, justo antes de consumir la droga un disparo proveniente de la penumbra al otro lado de la universidad había detonado en el pecho del asesino, no vio quien había sido. Minutos después había llegado John, Sherlock lo llevó al salón del asesinato y ambos fueron en busca del autor de este nuevo deceso, pero no encontraron a nadie en todo el lugar.
—bueno este taxista…debió ser alguien con muchos enemigos, pudieron seguirlo al lugar…esta es una zona perfecta para cometer un crimen como este en total anonimato, tendré que hacer algunas preguntas más por protocolo Sherlock—advirtió Lestrade
—Lo se…pero…ha sido un largo día, y si fuera tú no me haría mucho caso
—¿de qué hablas?
—estoy en Shock, me acaban de poner una sábana, siento mis piernas temblar… no es fácil ver a un hombre morir frente a tus ojos, ni siquiera un monstruo como ese taxista
—Lo sé—admitió Greg con actitud cansada, restregándose el rostro— bien podemos continuar mañana, creo que todos debemos irnos a casa. John vio la canosa cabellera de Lestrade alejándose, Sherlock tenía cierta expresión de satisfacción en el rostro
—no entiendo como esto puede divertirte—acusó el rubio
—no lo hace, es solo que…contra todo pronóstico aquí estas, fuiste el único que supo que estaba en peligro, te preocupaste e hiciste absolutamente todo lo necesario para mantenerme con vida
—claro que sí, eres mi…eres importante—dijo John bajando la mirada, sintiendo como los colores se le subían al rostro al no ser capaz de definir la particular relación que había entablado con ese muchacho.
—además me enteré que te peleaste con Sally…eso si que debió haber sido divertido, lamento no haberlo visto con mis propios ojos.
—¿como supiste eso?
—ah…los rumores corren muy rápidos mi querido Watson, aquí se escuchan cosas…
—bueno la agente Dónovan te estaba insultando, no me quedó otra opción que ponerla en su lugar…espera me dijiste querido Watson… “querido”—inquirió John con actitud dudosa
—debiste haber escuchado mal…—evadió el moreno
—si no estuviesen todos aquí yo…creo que no podría contener las ansias de plantarte un beso en tu presumida cara Holmes, después de todo me lo debes por todo lo que me hiciste pasar
—y por qué te reprimes “querido Watson” —dijo Holmes con sarcasmo. quizás la adrenalina del momento fue lo que logró envalentonar a John para que se atreviera a traspasar los límites de la reserva en las demostraciones amorosas…pero sin pensarlo dos veces jaló a Sherlock de la bufanda y unió sus labios sin mayores reparos, Sherlock a pesar de sus burlas e insinuaciones no esperaba que John realmente se atreviera a hacer algo como eso en público, por primera vez fue él quien sintió su rostro arder ante esa osada muestra de afecto, John no le dio tiempo de protestar, lo sujetó fuertemente del abrigo y continuó deslizando sus labios, abriéndose paso entre los de Holmes, sintiendo las deliciosas sensaciones que apabullaban sus sentidos cada vez que ese genio arrogante se aproximaba a él, con la punta de su lengua acarició la suavidad de esos labios, nada rudo, solo necesitaba más de él, Holmes pese a que había tensado todos los músculos de su cuerpo ante el repentino contacto físico reaccionó a tiempo, poniendo sus manos alrededor de las mejillas del rubio, acrecentando la cercanía, John aprovechó de saborear, succionar y morder esos labios que le hacían perder la cabeza impulsado por la adrenalina que aun corría por sus venas, ambos sintieron sus pulmones arder por la falta de aire, por lo que finalmente a su pesar tuvieron que separarse.
Al instante escucharon varios chiflidos y aplausos de los policías y paramédicos presentes, debido al espectáculo que habían montado hacía unos segundos, John se encogió de hombros esbozando una sonrisa avergonzada, mientras que Sherlock ignoró olímpicamente a todos los presentes, pero le ofreció su brazo a John quien aceptó gustoso, caminando a paso calmado hacia la calle.