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Teenlock: Sherlock in high School por sherlocked221B

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Notas del capitulo:

Advierto que este capítulo contiene información con contenido adulto, así que si no te gustan estas cosas, quedas informado con anticipación. Sin más preámbulos disfruten la historia 

—Ha sido un día agotador—comentó John mientras subían por las escaleras hasta su preciado hogar

—será mejor ir a descansar…fue demasiado para todos—declaró Sherlock dirigiéndose a su habitación.

—Sherlock espera…¿podemos quedarnos a hablar un rato? No creo ser capaz de conciliar el sueño, no  luego de todo lo que sucedió—pidió John encogiéndose de hombros al recordar que acababa de matar a un hombre.

—¿de que deseas hablar?

—nada en especial…creo que necesito un trago, algo fuerte para calmarme, para asimilar todo lo que ha ocurrido—admitió John frotándose las sienes

—no tienes permitido beber, son las reglas

—¿si? Vaya…recuerdo que hace unos días me dijiste que las reglas eran para los idiotas de mente lineal que no tienen más remedio que seguirlas como borregos

—¿yo te dije eso? —interrogó Sherlock con incredulidad, cruzando las manos tras su espalda

—entre otras cosas…

—bien, tengo un vino de reserva…para momentos críticos—comentó al observar que Watson realmente se encontraba afectado, sus piernas temblaban frenéticamente, y sus brazos estaban extendidos sobre su pecho, formando una de las formas más conocidas de autocontención luego de vivir un suceso impactante, en sus ojos había cierto rastro de culpa.

—¿realmente escondes vino Sherlock?—preguntó John repentinamente divertido—eres increíble

—eso lo sé. Hay alguien que siempre me lo recuerda, y si…es una de las ventajas de ser independiente—replicó Holmes alzando el rostro con cierta petulancia. Mientras traía una botella de vino carísimo que depositó sobre una pequeña mesa al lado de la chimenea. Sirviendo en 2 copas una abundante cantidad—a tu salud John Watson—dijo al fin. John bebió sintiendo como el líquido calentaba su estómago, calmando su ánimo, relajando sus músculos se estiró sobre su sillón, descargando inconscientemente todo el estrés contenido en esas últimas horas—¿sientes culpa verdad?

—la verdad jamás creí que fuera capaz de matar a un hombre…no me considero un tipo violento—confesó John observando su copa

—todos incurrimos en la violencia cuando nos ponen en la circunstancia indicada y nos dan un buen motivo para actuar…es todo lo que necesitamos, un buen detonante.

—tú fuiste mi motivo, Sherlock—Holmes lo observó con profundidad, estudiando el significado de aquella frase—digo…tu bienestar—aclaró John sintiéndose algo cohibido por su confesión.

—si sirve de algo…eres un chico con una gran moral John, no disparaste hasta ser consciente de la evidente señal de peligro y…—Sherlock dudó si terminar la frase final mientras bebía un sorbo de su copa.

—¿y qué?

—tienes talento, tu pulso no tembló en lo absoluto, desde esa distancia lo lógico es que hubieses fallado considerando que jamás habías disparado un arma antes, pero tu disparo fue absolutamente certero…y mortal.

—cuando vi al asesino, sentí que algo cambió en mí, quiero decir…que no era yo el que lo hizo…fue como si la adrenalina se apoderara de mí, ni siquiera pensé en las consecuencias, solo…tenía que detenerlo.

Sherlock asintió rellenando las copas—popularmente se conoce como ataque de adrenalina, los seres humanos si se les somete a la cantidad de presión precisa en el momento adecuado, pueden desarrollar habilidades sorprendentes…de las que no creían ser capaces.

—lo dices como si fuera un experimento fascinante—acusó John con las mejillas enrojecidas por el vino

—lo es…

—dime Holmes, ¿soy un experimento para ti?

Sherlock guardó silencio unos instantes, meditando el verdadero calibre de esa pregunta, para luego responder con actitud calmada—no.

—¿entonces…brillante detective, explíqueme…que somos tú y yo?

Sherlock entreabrió los labios con evidente duda, vacilando ante una pregunta para la cual no tenía una respuesta definitiva, observó el líquido de su copa, jugando con el…—debo admitir que no lo sé John…

—tampoco yo—replicó Watson sonriendo con torpeza, el alcohol había alterado sus sentidos, impidiéndole pensar con claridad.

—deberíamos…descansar—replicó Sherlock luego de unos cuantos minutos de cómodo silencio, John acrecentó su sonrisa que fue correspondida por Sherlock. El rubio pensó que jamás se había visto tan perfecto iluminado solo por el fuego de la chimenea, con sus rizos desordenados cayendo parcialmente sobre su rostro, cubriendo parte de su frente y la copa de vino que su mano derecha mantenía suspendida con elegancia entre sus dedos, mientras hacía un leve movimiento circular con la muñeca, balanceando rítmicamente el líquido rojizo, sus labios húmedos entreabiertos esbozando una media sonrisa dejando ver parte de su blanca dentadura y finalmente una de sus cejas enarcadas proyectando una expresión levemente divertida—¿por qué me miras así?

—¿así como?

—de esa forma—replicó Sherlock, acomodándose…apoyando la cabeza en el respaldar del sillón, hundiéndose en él

—porque me estás tentando con esa expresión…sabes como tentarme Holmes, aunque jamás seas capaz de admitirlo—dijo el rubio tomando el resto del contenido de su copa.

Sherlock emitió una carcajada, John pensó que jamás lo había visto más risueño, finalmente Sherlock se llevó las manos al rostro—es solo mi cara John, mírala…solo una cara—declaró al fin

—no, esas expresiones que haces…ambos sabemos lo que está pasando en tu cara, me tientas…quieres que te bese—acusó John levantando ambas cejas desafiándolo con la mirada.

—eso es lo que tu deseas oír Watson, es solo un juego de tu mente apabullada por el ardor del vino—replicó Holmes con arrogancia, mordiéndose el labio inferior

—lo estás haciendo de nuevo…esa expresión malditamente sexy Holmes—farfulló el rubio algo frustrado, dirigió su mirada a la mesita percatándose que habían vaciado en sus copas todo el contenido de la costosa botella de vino—esa expresión que me tienta probar cada parte de tu cuerpo

—esto es…terriblemente inapropiado—vociferó Sherlock con tono dramático, depositando su copa vacía en la mesa.

John reaccionó con rapidez, inclinándose sobre el sillón del rizado, acorralándolo entre su cuerpo y el mueble—pero, aunque es terriblemente inapropiado tu no lo estás evitando, admítelo

—¿admitir qué? —inquirió Sherlock sin dejar de sostenerle la mirada

—deseas que te bese—Sherlock sonrió, John acababa de tentarlo sus alientos chocaban, los labios de John se encontraban a escasos centímetros, peligrosamente cerca

Sherlock entrecerró los ojos, manteniendo esa encantadora sonrisa—Bésame John…—dijo al fin, el rubio sonrió, había triunfado, acababa de lograr que Sherlock verbalizara sus deseos, unió sus labios en un suave roce, sincronizando sus movimientos con los del rizado, saboreando dulce sabor al vino en los labios de Holmes, sin embargo él no tardó en pedirle más, tirando de su cuerpo hasta que Watson terminó en su regazo, jugando con sus lenguas sintiendo ese delicioso contacto provocar estragos en sus cuerpos, inundándolos de placenteras sensaciones, de corrientes de placer que recorrían cada fibra sensible—Tócame…—pidió Sherlock a su oído, en un susurro jadeante, ansioso de más.

Ese estímulo fue suficiente para que John Watson comenzara a abrir lentamente los botones de la ajustada camisa púrpura de Sherlock, depositando pequeños besos, dejando un rastro húmedo por su cuello y pecho, Sherlock emitía placenteros gemidos en expectación ante lo que estaba por venir—continúa…por favor—John terminó abriendo totalmente la prenda, dejando su pálido y definido pecho a la vista, acarició ese abdomen trabajado, se detuvo en esos pezones que al instante se volvieron sensibles a su tacto, Sherlock emitió un gemido cuando esa zona comenzó a ser estimulada  John sonrió, había encontrado su punto débil, comenzó a lamerlos hasta que estuvieron duros, Sherlock se mordía los labios para soportar esas oleadas de placer que se estaban convirtiendo en una verdadera tortura, un bulto había comenzado a crecer en su pantalón, dejando en evidencia lo excitado que se encontraba.

John llevó sus manos a la tela y tocó su entrepierna, sintiendo su dureza aumentar entre sus dedos—dime Sherlock—dijo entre jadeos—¿quieres que me detenga?

—no, por favor…sigue

John estaba arrodillado sobre la gruesa alfombra, observando la erótica expresión de Holmes quien tenía la cabeza echada hacia atrás y sus mejillas enrojecidas por el licor, los labios hinchados por el ardor de los besos permanecían entreabiertos dejando escapar algunas palabras inconexas de vez en cuando junto a gemidos y jadeos reprimidos desde el fondo de su garganta.

John abrió el pantalón de Sherlock, liberando la hombría del muchacho que permanecía viril y latente sobre sus manos, comenzó a masturbarlo lentamente, a un ritmo tortuso, que impacientaba al rizado, para luego alternarlo con masajes rápidos y certeros, Sherlock Holmes se estaba volviendo loco ante esos cambios abruptos que producían sensaciones completamente nuevas en su anatomía, causando estragos en su autocontrol, el alcohol en sus venas no ayudaba a mantener la compostura, solo deseaba rogar por más…

John jamás había hecho algo como lo que su mente le instaba a hacer a continuación, pero el miembro que tenía a escasos centímetros de su rostro se veía increíblemente delicioso, unos auténticos deseos de probarlo invadieron sus pensamientos, finalmente se aproximó. Sherlock no tuvo tiempo de reaccionar, sintió una cálida corriente de aire chocar contra la punta de su miembro, para luego ser invadido por una desconocida humedad que lo hizo emitir un grave gemido de placer, estremeciéndose sobre el respaldar del sillón.

—¿Qué estás…? John esto no es necesario…—pero no tuvo tiempo de decir más, el rubio comenzó a hacer movimientos circulares con su lengua alrededor del glande haciéndolo olvidar hasta el más mínimo gramo de cordura que pudiese quedar aun en su ser. Sintió verdaderos choques eléctricos recorrer cada parte de su cuerpo, concentrándose en su miembro palpitante—no pares…por favor John…no pares

La rubia cabellera del muchacho subía y bajaba, succionando con verdadero ahínco, no tardó mucho tiempo en sentir su orgasmo avecinarse, hizo titánicos esfuerzos por contenerlo, por reprimirlo el mayor tiempo posible, disfrutando de esas envolventes sensaciones que la boca de John le proporcionaba. Pero finalmente el clímax se hizo insostenible, apartó el rostro de John justo  a tiempo, quien comprendió el mensaje, tomando el miembro entre sus manos y provocándole al rizado el orgasmo más intenso de su vida.

Sherlock cayó agotado en el sillón, mareado por esas nuevas sensaciones, por el licor en su cuerpo, por la extraña sensación de tener esa exquisita boca succionando cada parte de su cuerpo

—¿te ha gustado? Es la primera vez que hago algo como eso…—dijo John sonriendo, apoyando su rostro en uno de los brazos del sillón.

—eso ha sido…lo mejor que he experimentado en la vida…—dijo Sherlock con los ojos apenas abiertos—eres increíble—fue todo lo que pudo decir antes de caer inconsciente por el agotamiento, el placer y el alcohol, definitivamente una mezcla letal.

Notas finales:

por favor no olviden dejar sus comentarios, gracias por leer! 


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