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Teenlock: Sherlock in high School por sherlocked221B

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—La cabeza me está matando—Se quejó John mientras era ayudado por Holmes a subir lentamente las escaleras de Baker Street— me siento mareado

—es por el golpe, se pasará en unos cuantos días

—¡Dios! de verdad todo me da vueltas— se quejó el rubio tocando su cabeza con disgusto

—me he sentido así…no es tan malo—Comentó Sherlock con tono casual, pero John a pesar de las puntadas alcanzó a captar el verdadero significado de aquella frase.

—Las Drogas…—susurró para sí, Sherlock volteó algo descolocado ante la situación, pero finalmente asintió con un movimiento de cabeza

—no me mires así…hace mucho que no consumo—replicó al fin ayudando a John a sentarse en su sillón  

—¿por qué lo hacías? —inquirió de pronto, con genuina curiosidad

—dije que ya no consumo—evadió el rizado tomando asiento en su respectivo sillón estirándose con actitud cansada.

—no has contestado a mi pregunta

—¿no te rindes fácil verdad? Eres obstinado…no es un asunto sencillo de explicar—dijo Sherlock al fin.

—vamos, para ti nada es imposible Holmes…hace mucho tiempo tenía ánimos de preguntar esto, pero no había encontrado el momento…siento curiosidad.

—curiosidad…es lo que nos impulsa a arriesgarnos a situaciones complicadas, riesgosas…somos conscientes del inminente peligro, pero eso no nos detiene…porque nos inquieta saber que ocurrirá a continuación.

—vamos…sin rodeos, solo dilo.

—quizás yo sentía curiosidad—dijo Sherlock mirando fijamente hacia el piso, con una expresión similar a la tristeza—no sabes lo que se siente John

—¿a qué te refieres?

—estar en mi cerebro…notar todas estas cosas a cada momento, ser consciente de cada detalle en la habitación, sin poder detener jamás el curso de mis pensamientos, por ejemplo ahora…la señora Hudson limpió el salón en nuestra ausencia, aunque le dije explícitamente que no lo hiciera, hay un sutil rastro a su desodorante ambiental en el aire, sumado al hecho de que las estanterías de los libros están libres de polvo, y mi cráneo fue movido al menos 3 centímetros del lugar en donde lo dejé la última vez, también nos compró comida, la dejó cuidadosamente en la nevera, sabía que hoy te darían de alta, hay depósitos de grasa en la manilla del refrigerador y hay un nuevo paquete de galletas de jengibre sobresaliendo de la esquina superior de la alacena definitivamente yo no lo puse ahí. Tu te has tensado, has hundido los dedos en el brazo del sillón aplicando más presión de la necesaria, y Mycroft ha venido a dejarme los documentos que le solicité…están cuidadosamente organizados, depositados sobre el escritorio ah pero aprovechó de hurguetear en mis cosas y se encargó de revisar si tengo algún paquete de cigarrillos escondido bajo el sillón, podrás ver la forma de sus rodillas amoldadas  en el centro de los almodones, donde se apoyó para husmear—Sherlock hablaba a una velocidad impresionante, John tenía que esforzarse al máximo para lograr entender cada palabra—tu no sabes lo que se siente no poder apagar tu cerebro…incluso en mis sueños. A veces este “don” como tu le llamas tan poéticamente…me llevaba al borde del abismo, necesitaba ciertos momentos de calma…o me volvería completamente loco.

—entonces…lo hacías para tranquilizar tu mente—dijo John mirando a Holmes atentamente.

—la mayoría del tiempo, pero admito que…a veces hice pequeños experimentos para conseguir desbloquear ciertas partes de mi cerebro y ver hasta dónde podía llegar y finalmente obtuve un resultado…encontré una forma para almacenar toda esta información que asimilo a cada minuto sin olvidar ningún detalle.

—¿una forma para recordar absolutamente todo?  

—un palacio…mental—dijo Sherlock por lo bajo.

—nunca había escuchado algo como eso—dijo John acomodándose en el sillón, mientras se tomaba unos calmantes para el dolor.

—no te culpo, la mayor parte de la gente lo desconoce—John abrió la boca para hablar pero Sherlock continuó—…sé cual será tu siguiente pregunta, de forma muy simplista puedo decir que es una técnica mental empleada para no olvidar jamás un recuerdo que consideramos valioso, solo debemos indicarle al cerebro el camino neuronal correcto para llegar a la información que deseamos recuperar entre el complejo entramado de esquemas mentales. Por lo tanto…podemos visualizar un lugar, real o imaginario y seleccionarlo como un espacio almacenador y organizador de recuerdos.

—eso es…bastante complejo…no creo ser capaz de conseguir visualizar un lugar o recordar un evento a la perfección…me siento idiota—admitió Watson sonriendo sutilmente, Sherlock apretó los labios intentando mantener la seriedad ante la situación.

—no te culpes—sonrió Holmes finalmente.

—¿has conocido a otra persona que sea capaz de tener un palacio mental?

—no hasta ahora…pero admito que sería algo interesante de ver.

—tendría que ser igual o más inteligente que tú

—probablemente…

—¿y Mycroft?

—él no sabe de esto, admito que es muy inteligente, pero hay ciertas cosas que desconoce…esto rompería con sus rígidos esquemas, sería un golpe bajo a su ego de “sabelotodo”.

—eso quiere decir que nunca le has contado a Mycroft…

—jamás le he contado esto a nadie…eres la primera persona en saberlo—John observó a Sherlock con extrañeza ¿eso quería decir que confiaba en él a pesar de haberlo conocido solo hacía unos pocos meses? —deja de observarme de esa forma John…es molesto.

—lo siento…solo pensé que…debe ser algo importante para que hayas decidido mantenerlo en completo silencio por tanto tiempo

—pues… tus impertinentes e insaciables preguntas me hacen hablar más de lo que debería—replicó Holmes enarcando una ceja con arrogancia.

—y eso significa…—dijo el rubio expectante.

—que quizás…después de todo me estás ablandando un poco—admitió Sherlock observando a John con intensidad. 

—eso es más de lo que esperaba—dijo John con una sonrisa traviesa, apoyando su mejilla en su codo, inclinándose hacia adelante, Sherlock entreabrió los labios, por unos cuantos segundos pareció bajar la guardia, perdido en los claros ojos del rubio—estamos solos…—susurró John enarcando una ceja realizando una cómica parodia de las usuales actitudes de Sherlock.

El rizado en respuesta rodó los ojos con cierto fastidio, pero no pudo evitar esbozar una sonrisa divertida—lo estamos…—afirmó por lo bajo, imitando los movimientos del rubio, inclinándose sobre el sillón para aproximar su rostro a los tentadores labios de John Watson. Sus caras estaban a escasos centímetros, sus alientos chocaban, Sherlock casi podía sentir la humedad de esos labios que le hacían perder el sentido del tiempo, entrecerró sus ojos para sumergirse en ese mar de deliciosas sensaciones…sin embargo algo en el fondo de su mente lo hizo detenerse, hacía 10 segundos había escuchado unos sutiles pasos, un crujir de escalones en la escalera, y luego un familiar aroma a perfume femenino viajando directo hacia su sensible nariz, ya no estaban solos. Había alguien husmeando silenciosamente en la escalera, se separó de John quien lo observó desconcertado por unos instantes.

Caminó sin titubear hacia la puerta del piso y la abrió de golpe, observó la delgada figura de Stacy quien lo observó como un venado asustado, la chicha había sido descubierta escuchando atrás de la puerta, Holmes agradeció internamente a sus agudos sentidos, si no lo hubiesen alertado a tiempo esa venenosa chiquilla podría haberlos descubierto en una situación verdaderamente comprometedora.

Sherlock la contempló desde su envidiable altura sin inmutarse, enarcando una ceja sin disimular en lo más mínimo su irritación y desprecio ante la prolongada mudez de la chica. Había pocos seres humanos que lo fastidiaban tanto como Stacy Lee, quizás era su cabello castaño con excesivo acondicionador, el recargado maquillaje de su rostro o sus malintencionados comentarios, o quizás el hecho de que intentara colgarse al cuello de John cada vez que tenía la oportunidad…sin importarle en lo más mínimo el respeto por el espacio personal o los evidentes rechazos de Watson.

—¿Quién es Sherlock? —preguntó John desde el sillón, sin poder doblar demasiado el cuello por el punzante dolor en la nuca. Stacy se atrevió a asomar la cabeza por el umbral de la puerta, sonriendo al ver finalmente al rubio

—Oh…John, hola…me ha costado montones encontrarte—dijo pasando por el lado de Sherlock sin molestarse en saludarlo.

—¿Stacy?… ¿qué haces aquí? —preguntó el rubio incrédulo, con las mejillas rojas ante la interrupción.

—Lo mismo me pregunto yo…—replicó Sherlock con total indiferencia.

—¿Qué hago aquí? Estaba preocupada John…mírate, con todas esas heridas en la cabeza…lo que pasó fue horrible, quizás necesite terapia, fue realmente traumante.  

—¿te refieres a la explosión?

—si, muchos quedamos realmente conmocionados—dijo ella fingiendo reprimir un sollozo.

—Vaya…considerando que fue John el afectado, debería ser él quien presentara síntomas de shock y ansiedad—observó Sherlock con cierto tono divertido en sus palabras, no entendía como esos chicos podían “sentirse afectados” el incidente no estaba dirigido a ellos, solo había una explicación posible…definitivamente eran unos débiles de mente, unos jovencitos que vivían en sus respectivas burbujas de lujos y comodidad por lo que se sentían afectados por cualquier posible alteración que viniera a remecer sus vidas.

—bueno pues yo fui testigo de todo lo que pasó…no es una imagen fácil de borrar de mi mente—dijo Stacy poniendo una expresión de tristeza.

—que extraño…no recuerdo haberte visto entre los espectadores del incidente—comenzó Sherlock, frunciendo los labios como si estuviese recordando el día de la explosión—definitivamente no lo recuerdo.

—estaba justo ahí Sherlock, presenciando todo en primera fila—dijo ella intentando sonar convincente.

Sherlock sonrió con sarcasmo, él recordaba exactamente cada detalle de todo lo ocurrido y definitivamente Stacy no estaba presente durante el incidente, pero decidió seguirle el juego—vaya…y ¿por qué no te acercaste a ayudar a John? ¿acaso el Shock no te permitió actuar a tiempo? ¿te bloqueas tan fácil?

—Sherlock basta. Stacy gracias por venir, pero esto…no era necesario—comenzó John

—no sabía que ustedes vivían juntos…primero fui a verte a tu antigua casa John, tu madre dijo que no sabía de ti hace meses, de hecho, ni siquiera se había enterado de tu accidente…—dijo ella Levantando las cejas acusatoriamente, John tragó con fuerza, acababa de sentir una punzada de dolor en el pecho, los recuerdos de la pelea con sus padres vinieron a su mente como un chispazo de imágenes dispersas.

—esos son asuntos personales…—evadió John recordando repentinamente a su madre, imaginando la expresión de su rostro al saber que había sufrido un accidente ¿estaría preocupada en esos momentos? ¿tendría el impulso de llamarlo para saber en qué estado se encontraba? Suspiró cabizbajo, durante el transcurso de los últimos días realmente había estado demasiado ocupado para pensar en sus padres, pero aún dolía como había terminado todo entre ellos y más aún que su madre no se interesase en saber en qué estado estaba viviendo su propio hijo.  

—bien, te traje un pastel…espero que te recuperes pronto—dijo ella sonriendo—quizás no va al caso, pero…como ya recordarás se viene mi cumpleaños…y haré una fiesta así que estás cordialmente invitado a ir…te estaré esperando, es dentro de 3 días, espero que para esa fecha ya estés más recuperado, se que no te lo perderás por nada…será la celebración del año—dijo guiñándole un ojo coquetamente.

—Stacy agradezco el gesto, pero debo guardar reposo y…no estoy de ánimo para fiestas

—Pero irá todo el mundo John…no te la puedes perder, ya te lo dije, todo el colegio estará, hasta invité al chico nuevo…los chicos hablarán del evento por el resto del año.  

—espera ¿Invitaste a Richard Brook? —inquirió Sherlock prestándole atención a Stacy repentinamente

—si

—iremos a tu fiesta—dictaminó Sherlock, John observó a Holmes con sorpresa mientras que Stacy volteaba a verlo exasperada, en ningún momento le había dicho a ese impertinente y desagradable engreído que él estaba invitado, pero luego se lo pensó un momento…si él iba al menos se aseguraba que John también asistiría, era la instancia perfecta para reconquistarlo y dejarle en claro a Sherlock Holmes que ese era un juego que ella también sabía jugar…Aprovecharía la fiesta para darle una lección a ese presumido y de paso John Watson sería nuevamente suyo.

—bien…me parece estupendo, se divertirán muchísimo—dijo ella  sin poder disimular del todo sus intenciones.

—no me cabe duda…espero que tú no te sobrepases nuevamente en con tu concepto de diversión—replicó Sherlock elevando el rostro al recordar la escenita que Stacy había montado hacía unas semanas.

—¿qué insinúas Holmes?

—me refería a tu lamentable incidente con el alcohol en la fiesta de primavera

—nunca hay suficiente diversión para mí cariño—dijo Stacy esbozando una de sus falsas sonrisas—solo hay que saber encontrar a quien te brinde esa diversión que tanto deseas ¿verdad John? —dijo mirando al rubio con intensidad, John suspiró con incomodidad comenzando con ese compulsivo movimiento de pie con el que no podía disimular su ansiedad porque todo eso terminara de una vez.

—eso sería realmente ambicioso de tu parte… mucha suerte—contraatacó Sherlock

—bueno chicos, un placer haber visto su nuevo hogar, es muy…pintoresco, por cierto, no puedes culpar a la gente John, te esfuerzas en darnos motivos para dudar de tu sexualidad…si no te conociera pensaría que—emitió una burlona carcajada—…bueno, olvídalo. Recupérate pronto cariño—dijo inclinándose a besar la mejilla de John demorándose en el proceso un par de segundos más de lo necesario, haciendo que Holmes se tensara en su posición y no fuera capaz de quitar los ojos de encima de la escenita.

—Sherlock, estaré encantada de verte en mi fiesta—dijo ella usando esa voz chillona que taladraba los tímpanos de Holmes.

—No lo dudo—replicó Holmes con una sonrisa sarcástica en el rosto. Mientras abría con caballerosidad la puerta a la chica, John se mantuvo tenso durante todo el tiempo en que Stacy estuvo en Baker Street, al verla desaparecer tras la puerta pudo nuevamente volver a respirar en paz, pero enseguida se preguntó por qué Sherlock había aceptado exponerse a una de esas situaciones sociales que tanto aborrecía…aunque secretamente conocía la razón…el singular interés del rizado  por Richard Brook.

 

 

 

 


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