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Tu la guerra, yo la muerte. por MichaelJ2099

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La escrabosa escena continuaba. Con cada jadeo sentía que pronto ya no habría lugar para aire alguno en sus pulmones, sabía que era una constante lucha. Entre sollozos y pupilas dilatadas continuó su perpetrador con bruscos ataques hacía él.

Duele 

Pensó. Tras de él, el verdugo continuaba su tarea, ¿qué expresión tendría? qué emoción escogería para adornar su rostro. Tal vez estaría sonriendo, una amplia y blanca sonrisa que le decía que la tortura todavía no acaba, que podía prolongarse horas y horas. Sintió sus húmedos dedos entrelazarse en sus cabellos y jalaba de ellos con premura. Todo alrededor de Loki se desdibujaba. El arriba era abajo y el abajo era disparejo. Otra lágrima salió de sus ojos, lo notó porque su sabor salado llegó hasta sus labios.

Me descubrió. Quedé desprovisto de toda coraza, disfraz y ha dado con lo que era real. Una realidad que incluso yo he querido negar.

Su cuerpo pronto ya no aguantaría... Pronto, acabaría y quedaría sin aliento alguno.

.: 12 HORAS ANTES DE LA TORTURA DE LOKI :.

Algún pajarillo estaría molesto pues el sol estaba demasiado cálido ésta mañana, el verano no se hacía esperar por nada. Las flores y los animales ya habían tenido su momento para prepararse pero ahora; los paisajes desfigurados, las perlas de sudor cubriendo la frente y los vapores llegaban para instalarse una buena temporada. Cantaba pues, nuestro plumífero amigo y batía sus alas. Seguramente estaba renegando porque no había árboles cerca de allí donde posarse. 

Tonta ave, a mi ventana no llega ninguna copa de árbol o arbusto.

Pensaba entre sueños. Sin embargo, en un instante ésta realidad fue desecha ya que escuchó el crujir de las ramas y algunas hojas batiéndose. El piar acalló.

Sintió las ganas de volver a sumirse en las aguas de los sueños, pero la revelación le hizo abrir los ojos de golpe.

¡No, en mi habitación no hay árboles cerca!

Cuando abrió sus ojos verdes y sintió el golpe del sol matutino apenas pudo reaccionar. Se quedó quieto como un animalito que busca cerciorarse de que su depredador no está tras él. 

¿Qué es esto?

Una silla de terciopelo verde reposaba en silencio en una de las esquinas, muy cercana a la cama. Sus ojos continuaron su recorrido nervioso, cada detalle, cada muro y objeto estaba fuera de lo que él recordaba. 

A punto de preguntarse dónde estaba sintió un apretón en su estómago. Su cuerpo fue atraído hacía una masa caliente. La respiración cercana a su nuca le hizo respingar.

-¿T-thor?

Susurró sin poder girar su cabeza totalmente. De respuesta solo obtuvo una especie de gruñido que no supo discernir si fue un bostezo, un 'buenos días' o quizá una maldición.

Sin importarle si lo movía se giró.

Ahí estaba... Recostado de lado, con varios mechones regados por la almohada y su rostro. Tenía los párpados fijamente cerrados, sumergidos en alguna fantasía de ensueño. Lo tenía tan cerca, con su calor tan presente en sus labios todavía.

Casi echó un grito recordando la noche anterior. Aguardó un poco más, tal vez solo debía calmarse. Respirando de ritmo tranquilo, recapituló los hechos pasados hacía solo unas cuantas horas. 

Estábamos en la orilla y luego...

Pasos torpes, risas ladinas y ojos chispeantes, labios que se unen y solo se separan para volverse a encontrar. En un paso veloz, recorrió las memorias de la noche pasada. Todo aquello que alborotó sus cabellos y la ropa de ambos.

Ahora estaban tendidos en un lecho que seguramente era el de Thor.

-¿Cuántos nos habrán visto venir aquí? -Se preguntó en voz alta.

Lo suficiente para que el príncipe pronto sintiera el llamado de la consciencia. Gruñó un poco más y entre pestañeos pastosos logró enfocar a quién delante de él estaba. Cuando finalmente pudo ver la mirada sorprendida de su compañero, sonrió con excelsa tranquilidad.

-Hola.- Le dijo susurrante y todavía con el sueño en su faz.

Loki no respondió enseguida, en vez de eso se coloreó en rosa.

-¿Dormiste bien? - Fue lo único que pudo preguntar, no podía verlo a los ojos, y no fue necesario, puesto que el abrazo se volvió a efectuar. Thor lo estrechó entre brazos y hundió su nariz en el cuello de él. Una oleada de emociones tan frescas le recorrió y le hizo soltar un quejido de gusto. 

-Tu cabello me hace cosquillas.- Replicó juguetón el moreno. Aun con el corazón a punto de salirse, sentía una nueva confianza en poder expresarle aún más afectos que la noche pasada. 

-Hueles muy bien.

Loki le miró de soslayo.

-¿Cómo puedes decir eso? Los dos estamos con agua de mar por todo el cuerpo, he de oler a puro salitre.- Decía alejándose un poco.

-A tu lado, el salitre se convierte en el aroma de mi comida favorita.- Respondía entre ronroneos seductores y dejaba un pequeño camino de besos en su cuello.

La cabeza le daba vueltas, debía pararlo por un instante, el mismo instante en el que pensó.

Oh dios, ¿lo hemos... hecho?

Se le revolvió el estómago de la posibilidad de haber compartido más que solo besos. Tenía el torso desnudo y a penas se había percatado de ello. El contraste más hermoso que pudo ver, su piel de mármol y la tonalidad canela de su compañero. Esta vez sintió algo más que solo vergüenza, más que un simple sonrojo.

Casi podía jurar que se encogió en los brazos de su príncipe.

-¿Qué pasa?- Preguntó el joven que notaba la tensión en los músculos de su amante en lecho.

Como escupiéndolo, dijo.

-¿Lo hemos hecho?

Para una pregunta tan personal, Thor tuvo el descaro de mostrarse lo más calmado posible y sonriente le mostró las perlas de su sonrisa.

Claro, ese silencio solo podía significar una respuesta afirmativa.

-No.

Lo miraba confundido, exigiendo una respuesta concreta.

-No lo hemos hecho.- Afirmó con un poco más de seriedad la suficiente para que Loki le creyera. Con un lapso corto de silencio agregó:

-¿Tan malo te hubiese parecido si...?

-¡No!- Exclamó de pronto sin dejarlo terminar.

La emoción en su respuesta devolvió la confianza y la risueña sonrisa volvió al rostro de Thor.

-Es solo que... No lo recuerdo del todo bien, sería una desgracia que no recordarse la primera... noche.

¡Exacto Loki! Sigue dándole esperanzas al príncipe. Encantado con esas últimas palabras, Thor habló:

-No te preocupes, no es como que te haya embriagado o algo, simplemente que creo que fue demasiado para ti... Caíste dormido tan pronto como entramos en mi habitación.

La nueva emoción se convirtió en la embarazosa sorpresa. Sintiéndose como un tonto se hizo un ovillo en los brazos del príncipe que reía ante la muestra de ternura.

-Está bien, no te voy a presionar sobre ello.- Decía con voz dulce. Con sigilo y todavía un resto de timidez, Loki lo envolvió también sus brazos. El tiempo escurrió pronto.

-Ya se me había hecho una rareza escuchar a las aves tan cerca. Debe ser casi medio día.- 

-Si, tienes ra-- 

No terminó la frase, el cuerpo de Loki se vio suspendido casi en el aire cuando los brazos de Thor volaron.

-¡¿MEDIO DÍA?!- gritó y la sábana enredada en sus piernas le hizo caer de espaldas.

-¿¡Thor!?- Exclamó Loki gateando hacía el extremo del lecho. No tuvo tiempo de ayudarlo, cuando el príncipe ya se había incorporado. Se acomodó los cabellos desechos y buscó con la mirada su ropa.

-¡AAAGH! ¡SOY UN ESTÚPIDO! - Decía mientras torpemente buscaba su armadura.

-Agh, la dejamos en la playa.- Se contestó.

-¿¡Quisieras decirme a dónde vas!? ¿Qué pasa contigo? - Le exigió el moreno que no cabía en su sorpresa y comenzó a vestirse igualmente por si las moscas.

-¡Tengo que liderar una expedición! ¡Ahora mismo debería estar ya saliendo! - Explicaba.

-Padre me va a matar.- Murmuraba.

Preguntar probablemente no sería lo más óptimo en esa situación de apuro. Loki espero a que tal vez terminase de vestirse. Una vez que él estuvo vestido y calzado, preguntó:

-¿A dónde irás? Creí que estarías en la celebración de ésta noche.- Dijo Loki.

-Si estaré, pero padre me encomendó la tarea de ir a la frontera con Jötunheim, cada año en el primer amanecer de verano se hace una inspección en busca de los desaparecidos jötnar.

Habló con suma calma aunque todavía sus movimientos denotaban prisa. A penas se percató cuando escuchó el caer de una copa y un pocillo de porcelana deshaciéndose en el suelo. Alzó la vista. La palidez había vuelto casi transparente a Loki. Thor no entendía que pasaba, pero se quedó muy quieto temiendo que la imagen del joven desapareciera si respiraba muy fuerte.

-¿Qué pas--

-¿Tu irás a ese sitio?

Thor no comprendía, pero resolvió en responder.

-Sí, se supone que era una tarea del teniente Lars, sin embargo, él quedó fuera del cargo cuando sucedió lo de ustedes en Alfheim. Solo es cosa de ir a dar un recorrido a las fronteras. No pasará nada.

A zancadas le plantó un beso que no le supo a nada, tal vez porque el joven de ojos verdes no podía reaccionar. 

Era obvio. la noticia le había caído peor que un balde de agua fría. La frontera de Asgard con Jötunheim. Ese sitio era el perfecto lugar para comparar las grandes realidad de los dos reinos. Por un lado, tan verde y fértil, por otro, tan oscuro y hostil. Hacía milenios que los jötnar desaparecieron en toda amplitud de la palabra, no había rastro alguno de sus civilizaciones era como si hubiesen sido borrados del mapa y mucho de eso... tenía que ver con Lygar, la verdadera identidad de Loki.

Lygar... Era el encargado de mantener a cualquiera lejos de la entrada a Jötunheim, para lo cual siempre usaba de su magia para infringir el suficiente daño a quien lo intentase. Lo había olvidado por un instante, pero precisamente en el solsticio de verano era cuando había más grietas en aquella protección que Lygar ponía, sus poderes de gigante de hielo se veían ligeramente debilitados y era cuando tenía que mostrar más el terrible destino de quien sea que osase acercarse a su reino natal.

Ahora mismo, se estaba enterando que el haragán chismoso de este año, desde todos los milenios anteriores, era el mismo con quien compartió el lecho tan solo un amanecer atrás.

Lygar sabía que si era necesario, tenía que matar a todo aquél que lograse traspasar a sus tierras. Pero... ahora... ¿cómo?

¿Cómo iba a defender aquello que creía suyo? cuando lo mismo que iba hacía allá era igualmente suyo pero mil veces más preciado. Tal vez fingir y parecer que no pasaba nada, era lo más viable, sin embargo para proteger aún más la muralla en esos tiempos de debilidad en sus poderes, había ciertas 'mascotas' que nada apacibles rondaban y en las cuales Lygar no tenía suficiente control, se tenían ahí por el hecho de que podían proteger cuando él no pudiese, pero ahora...

-Thor, no puedes ir.- Se apresuró a decir sin contener razón en sus palabras, le tomó del brazo rudamente y el príncipe se sintió contrariado.

-¿Cómo dices?

Lygar se dio cuenta de su imprudencia al mostrar tanta preocupación por algo que debía ser ' lo habitual' en el verano de los ases.

-Es necesario, solo es una vuelta, ¡que más me gustaría que enfrentarme a ellos para acabarlos de una vez! pero como muchos años anteriores, es seguro que sigan sin aparecer esas sabandijas.

"Enfrentar", "Acabar", "Sabandijas".

No podía sentirse herido, dentro de la sociedad jötnar ni siquiera Lygar era conocido. Solo la voz del príncipe le hizo volver en sí, había hecho llamar a su paje:

-Por favor, haz que venga Fikir.- Fue lo que alcanzó a escuchar.

Se introdujo de nuevo en la habitación. Dio grandes pasos y tomándolo del rostro le dio un largo y pronunciado beso al que Loki a penas podía responder.

-Estaré bien, no te preocupes de más.- Dijo feliz. Para nada podía tomar esa afirmación como algo seguro, Loki no dijo nada esta vez.

-Regresaré tan pronto como acabe, más vale que me esperes.- Le advirtió divertido. Relajando un poco más su semblante, unió su frente con la de él y volvió a hablar:

-Te buscaré, en las filas del banquete o en las manos de las doncellas que te inviten a bailar, pero regresaré para buscarte. Así que... espérame.

Las sílabas de toda esa frase parecían como los vapores de un mar exótico y caótico a la vez. Mismo que le hechizaron, que lo hicieron ver la imagen de Thor siempre a su lado. No se percato de cuando le dio un último beso y salió fugaz de la habitación con el repique de su armadura plateada y el ondear de su capa.

Petrificado quedó en medio del recinto. Adquiriendo nuevos miedos que recorrían la yema de sus dedos, de los párpados cansados.

-No...- Susurró y un estallido en su mente le dijo, que tan pronto como había podido alcanzar la felicidad, así de fácil la iba a perder, en un abrir y cerrar de ojos.

Quedó sumergido en el silencio por largos minutos, en medio de la habitación que hasta hacía unos minutos atrás había sido el escenario de un encuentro tan maravilloso como secreto. No podía escuchar más los cantos de las aves a las afueras  ni tampoco entender qué le hacía quedarse estático tanto tiempo.

Es en este día, cuando mis poderes descienden peligrosamente, tengo que tener cuidado.

Se decía en la mente. No pudo continuar con sus cavilaciones cuando el golpeteo de la puerta al abrirse le hizo girarse bruscamente. En el umbral estaba Fikir con la mirada gacha.

-Mi señor, he venido por usted.- Decía con voz queda, tal vez el muchacho también seguía ofuscado por lo ocurrido el día anterior. 

Loki no dijo nada, solo salió a paso firme, ignorando el escrutinio al que fue sometido por los demás pajes que estaban listas para entrar a acomodar los aposentos del príncipe. En silencio paje y huésped continuaron su camino. Era un largo pasillo entre grandes columnas con intrincados capiteles. Sus pasos resonaban con un largo eco, no había nadie.

No había guardias, solo algunos pajes que se movían por entre los pasillos cargando las utilidades que el príncipe podría necesitar.

Continuó en silencio. Hasta que otro par de pasos se escucharon a la par de los suyos. Loki encaró la ceja, tal vez era Thor regresando. Se colocó a la defensiva para recibirlo, pero justo cuando doblaron en una de las esquinas, chocó de bruces contra otro más grande que él.

-¿L-Loki?

Escuchó.

Cuando pudo levantar la vista, se percató que se trataba de Aren, con el cabello alborotado, cargando entre sus manos, una capa de él, algunas parte de armadura y él vistiendo unas holgadas prendas de color café. Loki le miró de arriba a abajo. La noche anterior lo perdió de vista en el muelle, cuando se quedó solo con Liv.

La inteligencia chispeante del hermano mayor corrió cual trueno y llegó a una conclusión. Loki observó por detrás de Aren, el mismo extenso pasillo que se abría.

-Es cierto, Thor tiene la mitad del ala sur y Liv la otra mitad.

Aren se ruborizó violentamente y dijo con voz torpe:

-¿T-también te quedaste por estos rumbos? Jeje

Era risa que denotaba nerviosismo tuvo que ser el indicativo de algo más. Loki no agregó nada, solo continuaron su camino y Aren se les unió. Cuando estaban prontos a llegar a sus aposentos Fikir habló:

-El príncipe Thor ha hecho traer sus ropajes para la fiesta de hoy, en unos momentos más se los harán llegar.- Sin agregar algo más cerró la puerta quedamente. 

Loki, que le daba la espalda a su hermano, retornó sobre sus talones para hablar pero los labios de Aren fueron más rápidos y exclamó:

-¡QUE NOCHE!- Los ojos de Aren brillaban como estrellas de la noche.

Exclamó y arrojó las cosas cerca, sobre un descansillo alargado de mullido terciopelo. Su hermano mayor abandonó la idea de poder decir algo en los próximos minutos.

Aren seguía rugiendo como león recién comido y se estiraba haciendo mucho ruido. 

-Ojalá nunca hubiese acabado.- Decía sin pena alguna. 

Se quitó la prenda que llevaba sobre el torso. Loki abrió los ojos desmesuradamente cuando le vio la piel cubierta de pequeñas motitas y lineas color rojo. No dijo nada en seguida.

-Nos la pasamos de maravilla en el muelle, las linternas flotando y todo el mundo aplaudía como locos. Luego hubo un momento de silencio, creo que había un viejito dando una noticia sobre el clima o algo así.

-¿No será el discurso que dio el rey Odín?

-Y luego fue un alboroto para llegar al muelle, quería decirle a uno que otro ¡Quitate baboso! todos querían aparcar y yo sabía que podía saltar desde la balsa hasta la orilla pero no quería asustar a Liv. 

En cuanto mencionó su nombre puso ambas manos en sus mejillas.

-Oh Liv, es la mujer más linda que he conocido.

-Es la primera mujer con la que interactuas. 

-Bueno, pero ha sido la mejor experiencia nunca. Ya sabes, las mujeres no existen 'allá'.- Susurró estas últimas palabras.

Era una extraña realidad para los jötnar, no existía el género femenino. Todos eran (al menos por fuera) masculinos, pero cargaban con ambos órganos reproductivos, por lo tanto los jötnar podían 'embarazarse' y 'embarazar'. Quien daba a luz podía ser llamada madre, si después ese mismo preñaba a otro, se convertía en padre. Los roles podían ser intercambiables. 

-¿Crees que sea un rarito?

Loki fue sacado de sus pensamientos.

-¿Por qué lo dices?

-Lo digo porque precisamente. Estando allá, nunca sentí una atracción por alguien de mi misma naturaleza, ahora vengo y lo primero y más diferente de mí es lo que me llama la atención. 

Había un dejo de preocupación en sus palabras, por un momento dejaron de brillarle los ojos de ilusión. Parecía toparse de lleno contra algo que podía ser un obstáculo para su sentir. 

Su hermano mayor, había sido tan indiferente en el pasado. Sin tener con quién hablar o meditar. Resignado a vivir y podrirse en aquella habitación helada. Su única razón de superviviencia era la de que en algún momento, él sería útil para su padre. Como un arma confinada a un bucle de herramientas sin usar o sin un propósito definido.

En el pasado, muchas de estas conclusiones eran diluidas. Algo había ocurrido, algo que aún no podía entender pero que se presentaba en muchas ocasiones.

Primero fue un tabique mal colocado, un pequeño agujero en la pared. No le prestaba importancia, probablemente esa habitación donde estaba aunque era digna de elegancia y sobriedad probablemente tenía muchos fallos arquitectónicos.

Hasta que el golpeteó constante hizo que cediera por fin, el agujero tuvo un poco de luz y tras de esta salió un enano y azulado bebé. En ese momento, Lygar, le miró de soslayó y no le prestó atención.

La pequeña criatura había logrado increpar en sus aposentos pero como sabiéndose olvidado por el pueblo de Jötunheim no prestó atención y siguió entre las páginas de sus libros.

A momentos lo escuchaba merodear, moverse entre los muebles de oscuros colores. Arrastrarse en movimientos entorpecidos. Así empezaron los días, no se decían palabra alguna, tal vez porque el bebé allanador de moradas no sabía hablar más que balbucear.

Lygar nunca se puso a indagar de dónde venía. Simplemente le ignoraba cuando entraba en su espacio. Así fue, hasta el día en que fue sacado de sus sueños. Un sonido constante y desgarrador le hizo abrir los ojos rojos que poseía. Con calma y sigilo pudo enfocar lo que tenía delante de él. 

Era nuevamente el pequeño intruso, se había colado una vez más  por la mañana y ahora estaba sentado dándole la espalda. El joven estuvo a punto de girarse sobre si para ignorarlo y seguir durmiendo pero el sonido peculiar que generó le hizo respingar.

¡Craaaaack!

Y una hoja salió volando.

¡Craaaack!

Y otra hoja voló tristeza y sola, lejos de la pasta que la abraza en un precioso libro. El jötun mayor se puso de pie y corrió.

-¿¡PERO QUÉ HACES!?

El pequeño no entendía que pasaba, solo sabía que estaba divirtiéndose arrancando algo entre sus manos y ahora ya no lo tenía.

Tampoco le gustaba la mirada que tenía sobre él, el gigante que tenía delante suyo, aunque más grande de él en edad, si era un poco más delgado de lo normal.

-Pequeña sabandija, haz roto mi libro.

Seguía sin entender su habla, pero supo discernir que estaba molesto y ahora él se sentía triste, como solo un bebé podría sentirse después de una mirada así. Ese primer encuentro, no sería el único, pero muchas otras ocasiones similares a esas se repitieron. 

Lygar le miraba con desdeño y lo ignoraba. Sin importar si el pequeño (que pronto dejó de ser pequeño) le miraba con tristeza. De todas formas, su hermano mayor le ignoraba y le miraba con desprecio.

Qué diferencia tan grande desde ese pasado, hasta el presente.

Aunque claro está que ya no era un bebé, si que seguía manteniendo muchas expresiones faciales idénticas. Le miró y notó en su mirada la tristeza de sus palabras.

-¿Y si soy un rarito?

Podía ignorarlo y simplemente continuar sobre sus cavilaciones. Podía hacerlo...

-Lo diferente es lo que te atrae y no por eso es malo.-Le dijo su hermano mayor quién ahora recogía la ropa que Aren había arrojado lejos. La colocó sobre su cama. Le miró por el rabillo del ojo.

Notó como sus palabras devolvían la luz al rostro de su hermano menor. Aren le miró con cierto agradecimiento, pero Loki le dio la espalda aunque sentía en sus mejillas la necesidad de corresponderle el gesto en sonrisa. Prefirió guardarse para sí esas sensaciones y se ocupó en otras cosas.

Divagando su mente llegó a otros pensamientos. Se quedó en silencio al borde de la cama de Aren y se llevó instintivamente la mano hacía el vientre. Las palabras anteriormente dichas, sobre... la naturaleza de los gigantes.

Solo los jötnar podían cargar un bebé en su interior sin ser hembras. Si de repente, entre los múltiples encuentros con el príncipe algo llegaba a pasar...

¿Cómo evitaría algo así? ¿cómo lo ocultaría?

Se imaginó que por encima de su ropa se notaría un bulto, que crecería y después regresaría a su forma original. Para nada sería normal en un asgardiano, en un elfo o un vanir.

-¿Cómo puedes evitar quedar...?

Dijo y se giró, Aren estaba descansando en la reposadera de madera,con la cabeza echada hacía atrás.

Le miró, con la mano a una palma de distancia de su entrepierna y su estómago.

-¿Evitar...?

No comprendió en un primer instante. Sin embargo, tras unos momentos donde le miraba sin comprender, algo en su rostro se tensó. Casi palideció. Se puso de pie altamente alarmado.

-¿Tu y el príncipe...?

Loki negó rápidamente con el rostro un poco enrojecido.

-Pero si llega a pasar...

El pecho de su hermano menor subía y bajaba con extrema preocupación. Le miraba como si Loki fuese una catástrofe inminente. No dijo nada, por largo rato y esto estaba desesperando a su hermano mayor.

-Vamos... ¡di algo, con un demonio!

Pero Aren negó y apartó la mirada, rehuyendo la atención que su hermano le exigía. 

-¿Qué es lo que te tiene tan maldita sea callado? Solo te estoy pidiendo una respuesta sencilla, no te estoy diciendo que lo estoy o no. - Siguió mascullando algunas otras palabras que se perdieron en la inmensidad de la habitación.

Aren ahora se tapaba los labios con la mano, pero pronto dejó el gesto de lado y sin mirar a Loki le preguntó:

-¿Crees que puedes estar en cinta si lo haces con él?

La pregunta directa, fría y sin remordimiento ataladró su mente. 

-No veo porqué no podría suceder, ambos conocemos nuestra naturaleza. Pero no deseó tampoco que esto arruiné los planes del futuro...

Fue su respuesta, casi en susurro pero Aren la escuchó perfectamente y algo en su cuello le dolió, tensó los hombros y apretó los puños. 

-Loki... Tu...

En eso se abrió la puerta con un ligero rechinar.

-Mis señores, aquí han llegado ya sus vestimentas.- Anunció Fikir.

Pronto entraron dos damas caminando con rechonchas bolsas de un rojo carmesí. Las mujeres entraron con una ligera inclinación de cabeza. Colocaron los paquetes sobre el lecho más cercano y con un ademán deshicieron el nudo de la cuerda de oro que  las mantenía sujetas.

-El príncipe ha tenido especial atención en sus ropajes.- Añadió el paje Fikir.

Las mujeres extendieron las telas.

Un largo, suave y poderoso azul eléctrico corría por el gran atuendo. Aren se acercó.

-Increíble, debo asumir que este es el mío.

Era casi obvio, el largo de las prendas era distinto. Llevaría una armadura plateada que solo le cubriría los pectorales y acabaría en grandes hombreras. Bajo estas una preciosa tela azul eléctrico cubriría su torso y brazos. Luego bajarían por sus piernas un fuerte y esbelto acabado de negro. 

-Pareceré Ikki de fenix.- Comentó.

-Esos son griegos.

Volviendo en si, tomó los paños en sus manos, se verían exuberante. Finalmente Aren, quien estaba acostumbrado al casi nulo uso de prendas, estaba acostumbrándose cada vez más a usarlas. Las damas le dieron indicaciones sobre cómo usarlas y Aren se distrajo escuchando.

Loki le miró de soslayó antes de mirar el paquete que debía ser el suyo.

Era un azul igualmente, pero más sereno. No portaría armadura como Aren y en cambio llevaría una especie de cubierta de tul que nacía desde sus hombreras y cubriría toda su espalda y parte de su pecho.

Podía decirse que había sido más refinado y delicado en la elección de su ropa. ¿Era eso una indirecta?

Se sintió un poco contrariado. Al igual que con su hermano, las damas le dieron instrucciones de cómo usarlo, asegurando que de cualquiera manera Fiki estaría con ellos para ayudarlo. Agradecieron ambos la atención y las mujeres salieron. 

Antes de cerrar la puerta nuevamente, Fikir habló:

-Ah, además el príncipe manda sus disculpas pues llegará tarde al tener que salir a hacer la caminata de verano por las fronteras con Jötunheim. Pero espera que sea de su agrado los regalos.- Con la misma sonrisa salió de la habitación.

Un silencio repentino recorrió los rincones. Solo el sonido de cuando Aren soltó la armadura y ésta ocasionó un estrepitoso sonido. Loki no había olvidado lo que Thor le había dicho en la mañana. 

-¿Es hoy?

Preguntó con inocencia y miraba a Loki inquisitivo.

-Era claro que no podía advertirle más allá de lo normal.- Susurró.

Aren le tomó de los hombros.

-¿Qué diablos es lo que piensas hacer?- Lo sacudió con violencia pero su hermano mayor no le prestaba atención.

-¿Qué se supone que haga? Lo mismo de todos los años.

Aren le soltó.

-¿Cómo puedes tratarlo con tanta frialdad? Tu sabes bien, qué es lo que pasa todos esos años. Thor nunca antes ha ido allí.

Esa acusación le hizo mella y se molestó.

-Lo dices como si yo lo disfrutase, pero no entiendes nada, nunca entiendes nada, solo piensas en ti.-Arremetió.

-Dime, ¿qué harías tu en mi lugar? ¿darle la bienvenida? 

Aren no respondió enseguida pero le miraba con recelo, queriendo reclamarle algo que no tenía razón de su entereza. Era cierto, Loki no podía dejar pasar a nadie de las fronteras con Jötunheim y precisamente ese día, sus poderes se verían debilitados. 

En muchos años anteriores, habían sido de sumo cuidado, de asesinar a todo aquél que lograse cruzar. De hacerlo parecer un accidente, alguna inclemencia del tiempo, algún terrible animal suelto. Siempre era lo mismo.

No levantar sospechas sobre el paradero de los jötnar y a la vez no dejarlos a travesar sus muros. De ello, hacía siglos que estaba encargado su hermano mayor. El portero de Asgard podía ver los nueve reinos. El portero de Jötunheim podía vagar por los nueve reinos tras un disfraz y jamás descuidar su puesto ni su deber.

Ahora... Debía enfrentarse a la cruda realidad, Thor, iría a esos mismos siniestros lugares. No le quedaba de otra, más que seguir órdenes, para mantener el mísero equilibrio entre los nueve reinos... Aunque fuese una situación temporal.

Pronto todo acabará.

La situación los sacó a ambos de su ilusión. ¿Qué era lo que estaban haciendo? Estaban comportándose como lo que no eran, estaban dejándose llevar por los roles asignados, estaban creyéndose la mentira que ellos mismo crearon.

Aren se dejó caer sobre su cama. En silencio y suspirando, dejando caer su cabeza entre sus manos.

No podían negar lo que eran... No podían dejar de ser lo que eran... Y tarde o temprano...

-Loki...

Éste no lo miró, pero estaba dispuesto a escucharlo.

-No podemos dejar de ser lo que somos, y esto solo nos aclara que no podemos anhelar ser algo más...

Ahora su sombría voz sobresalía por encima de los recuerdos y de la voz cálida con la que habló hacía unos momentos atrás.

Callados aguardaron a que uno de los dos hablase.

-¿Crees que todo acabe hoy?

- No lo sé.

Una gotita de sudor recorrió las sienes de Aren.

-De ambos depende eso...

Nuevamente en silencio aguardaron un poco.

-Necesito salir.- Dijo Loki, que tenía su cabeza a punto de estallar por las conjeturas que se unían como rompecabezas malignos.

Cuando tomó el herraje para abrir la puerta Aren le llamó. No se giró por completo.

-Si esto acaba hoy o mañana... Es mejor que lo sepas ahora, para que la decisión que tomes en tu futuro sea la más correcta. Yo sé... Que nunca has sido feliz en... ese lugar. Pero quiero decirte, que tienes la oportunidad de buscar tu propio hogar y que no te rindas ante ello.

El cambio repentino de discurso alentador fue un incentivo de preocupación.

-Si no te lo dije antes... Es porque creí que ya lo sabías... 

Loki estuvo a punto de replicar.

-Tu no puedes... dar vida. 

Los ojos verdes chispearon. Un recuerdo doloroso en su pasado se reactivó y podía jurar que era tragado por la membrana nítida de una gota de veneno que recorría sus extremidades. Una verdad que él hacía mucho había pensado y aun así, había desechado.

"¿Qué quieres decir?"

Activó la comunicación sin palabras, ahora solo se comunicaban a través de su mente.

"Es mejor que hagas lo posible por disfrutarlo si esta es parte de la recta final... Tu si puedes. "

"No entiendo, Aren."

"Tu no puedes quedar en cinta, Lygar."

"¿Por qué? Sé que soy diferente a ustedes por tamaño, pero..."

Las palabras siguientes le hicieron romper toda parte de tranquilidad que le quedaba. Aún así, cuando abrió sus ojos desmesuradamente supo controlar su cuerpo y fingir total quietud. 

Casi pierde el conocimiento por guardarse el aire, por no seguir respirando. Recobró la oxigenación en los momentos siguientes. Se quedó serio, casi cabizbajo, mientras la palidez recorrió su piel.

Fingió que nada de esto estaba ocurriendo y salió presuroso de la habitación. Aren se quedó solo, lamentándose lo que había sucedido.

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"Porque tu no eres un jötun de sangre pura"

 

 

Notas finales:

¡Y se acabó! Jaja, gracias a todos. Creo que soy bastante reacia a mantener comunicación con ustedes, pero quería decirles que estoy muy feliz de que mi historia no quedase en el olvido como temía. Gracias a sus comentarios y apoyo he podido seguir adelante con renovadas fuerzas. No saben lo mal que lo he pasado últimamente y sin embargo sentarme a escribir este fic y mis historias originales me traen mucha fuerza. Gracias de nuevo.


¿Les ha parecido agradable la trama? ¿Lenta, rápida? Por favor ayúdenme a mejorar.


La verdad es que estoy enamorada con mis OCC, Liv, Aren y Syn me han costado mucho. Siempre que describo a Aren me acuerdo del actor Samuel Larsen, creo que si Aren tuviese rostro sería el de él. Aunque sin rastas. Muchas gracias de nuevo, por favor, no dejen de comentar, me anima mucho seguir de cerca sus palabras y animarme a actualizar más seguido.


Saludos desde México.


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