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Tu la guerra, yo la muerte. por MichaelJ2099

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Otra vez esos sueños vueltos pesadillas. Su cuerpo sucumbía ante los choques de electricidad que él mismo provocaba, nadie lo podía ver, el relampaguear dentro de la habitación del rey de Asgard.

Tanto que sufría, sufría por no tener aquello que frente a sus ojos tenía. 

Nuevamente estaba ahí, se había colado a su habitación con el sigilo de un felino al acecho que ha encontrado la presa perfecta, que ha esperado que en ella el miedo haya hecho el trabajo adecuado para inmovilizarlo. Sus ojos no parpadeaban un solo momento, no quería perder de vista tan preciada visión.

Pero el rubio, no podía verlo, solo sentir su mirar sobre su cuerpo.

-Esto... esto es un sueño.- Replicó con la voz entrecortada.

-¿Oh, eso es lo que crees, cariño? ¿qué solo soy una voz en tu cabeza? - susurraba entre plácidos lapsos de tiempo.

No poda verlo pero lo podía sentir encima de él, posando su azulado cuerpo.  Lo sentía aproximarse y con unos labios invisibles asaltar su boca.

-Oh cielo... ¿todavía crees que esto es un sueño? - rió por lo bajo mientras tentaba al as.

-Mis labios, recorriendo este camino que tan bien conozco.- Hablaba cerca de su oído y sus labios se posaban a momentos en su cuello, marcando un tortuoso rastro hasta las clavículas marcadas de la figura del rey.

Era más que real la humedad que lo abrumaba, la manera en la que asaltaba con lujuria el lóbulo de su oreja y regresaba en oleadas de placer cuando sus dedos se enredaban en sus cabellos dorados. No podía más que intentar resistirse a lo lejos, porque su cuerpo ya no respondía, su pecho subía y bajaba y el sudor también desde su frente hasta sus ojos, obligándolo a cerrarlos por la salinidad de estas gotas.

-No temas, mi cielo. Créeme... no fui yo quien te privó del movimiento a tu cuerpo, es más bien tu miedo, tu terror a lo desconocido.

Le tomó las muñecas que no podían moverse y podía jurar que aquél ser lo estaba inspeccionando de arriba a abajo. ¿Qué clase de brujería era aquella?

-Solo relájate. Ríndete... Sé que lo deseas tanto como yo. Por ello no puedes rechazarme, ni negarlo.

Puso su gélido índice en el pecho del rey y este soltó un gruñido que brotó desde lo más hondo de su vientre.

-Siento como te estremeces con mi tacto, y estoy anhelando continuar... pero....

Tragó saliva ruidosamente.

-No sería tortura sino te hiciera esperar por lo peor.- Río nuevamente. Thor sintió su aliento en su mejilla y el frío de su tacto cuando colocó su rostro contra el de él.

-Al pasar el tiempo, mientras más pronto lo aceptes y tu mente se abra para mí podrás tocarme también, sé paciente.

Pudo adivinar que se alejaba, pero no lo soltaba de las muñecas.

-Sé que quieres hacerlo ya, puedo ver en tu estremecer que serás... un amante... muy... ansioso. Sentirás el imperativo deseo de complacerme, lo sé muy bien. Y solo para que me creas...

En eso sintió el tacto de su dedo en sus labios que parecían arder en llamas, Thor no supo en qué momento su barrera de contención cayó y abrió sus labios para que su lengua recorriese de manera obscena el dedo ante él, sin embargo se muerde la lengua y retira la faz, avergonzado.

Escuchó la risa de su acechador.

-Mira eso, apenas te toqué pero tus labios y lengua ya rodeaban la yema de mi dedo... chupando suavemente. Mírate ahora, con tantos pensamientos confusos, estás en un verdadero conflicto, empero tu cuerpo no miente, cielo mío.

Se bajó de su cama, pudo sentir como se libera del peso, y a lo lejos parecía desplazarse, todo esto de manera sensorial pero no visual.

-Espera un poco más. Conforme pase el tiempo, tal vez, incluso, seas capaz de verme, confía en mí. Sé que te gustará lo que verás en ese momento.

El golpe de aire en su pecho le hizo toser violentamente por varios segundos. Logró despertar. Su cuerpo bañado en sudor salió de su cama y a tropezones llegó hasta el baño, donde dispuesta una gran bañera llena siempre se arrojó al agua.

Sentía la presión bajo su vientre, y odiaba y maldecía cada segundo en el que era consciente de esa situación. Apretó los dientes e intentó llevar su mente hacía otro punto, en otra galaxia, en otra esquina del Yggdrasil, tan lejano que no le trajese ninguna pecaminosa sensación a la que por más que quiera... no odiaba.

La mano que mantenía en la orilla de la bañera latía con fuerza, la sangre debajo de su piel gritaba un solo nombre, pero su boca se negaba a regarlo por el viento. Pero, ¿por qué venía a su habitación, a su cuerpo y mente una manera en la que no creía poder recordarlo?

Mientras lo maldecía, el objeto de sus oscuros deseos seguía sumido en un sueño profundo. Como invocado por los pensamientos del rubio abrió los rubíes en su faz, pero todo seguía siendo oscuro, como de costumbre. Se incorporó, para sentir el calor de una antorcha.

-Ya era hora.- Habló Fandral. Ya no se sorprendía por estar acompañado por el espadachín, la orden había sido 24/7.

No respondió, solo fue despertando completamente. Se acomodó los cabellos con los dedos y estos parecieron ser tan dóciles que en poco segundos quedó como la cascada negra más bella de la tierra.

Escuchó los pasos del espadachín. Una vez que estuvo cerca, habló:

-¿Qué tal ha estado durmiendo su real monstruosidad? 

No respondió.

-Pediré tu desayuno, ¿algo en especial?

De nuevo silencio.

-Fue solo una broma.

Ni siquiera lo volteaba ver. Fandral se acercó.

-¿El gato te comió la lengua?- El rubio se desesperó por el mutismo y cuando se acercó más...

-¡Puaj... apestas! ¿hace cuánto que no te bañas?

En ese momento el rostro azul se giró con toda la prisa de una ola de mar, los ojos grandes y abiertos miraron el rostro de Fandral. 

-¿¡De qué demonios hablas!? No tengo glándulas sudoríparas, eso es imposible. 

El rubio sonrió.

-Hasta que hablas.

Loki retiró el rostro viéndose atrapado por la injusta broma del sujeto, ¿cómo era posible que él siendo más inteligente cayese en ese tipo de trucos baratos? Le miró con desprecio.

-Tal vez no apestes, pero si necesitas un baño.

Colocó en el lecho una serie de prendas de tonos verdosos. Se alejó para volver a acercarse con las estrechas cadenas para sus manos y tobillos. Loki no dijo nada pero tomó entre sus manos y grilletes la ropa que le fue tendida y siguió al guardián que lo escoltó hasta una habitación en el siguiente nivel pero un nivel abajo de la salida.

-No será la elegante tina a la que estabas acostumbrado pero te servirá.

Con la cadena en sus manos, Fandral la haló como la correa de un perro. Loki llegó hasta donde se podía escuchar el agua removerse en su sitio. No se sentía el calor, así que probablemente era una tina con agua fría, está bien, estaba ya bastante acostumbrado al frío.

-Aquí está el agua y lo que necesites. 

La cadena la terminó por cerrar con un candado al muro, le daba la suficiente libertad para moverse en el agua pero no para salir de ésta. 

Fandral esperó a que comenzara a asearse. Pero Loki no parecía querer moverse.

-¿Estarás aquí?- Preguntó.

-Tenemos lo mismo, bueno, si acaso tu de un popular color primario pero sí... estaré aquí.

La intimidad y la privacidad de Loki fue herida en ese momento, pero jamás se daría el lujo de demostrarlo. La falda corta, la única prenda que poseía en su cuerpo pronto se despojó de ella, internó su cuerpo en la gélida agua y pudo sentir un respingo, tal vez debido a que hacía mucho que no tenía contacto con ella. 

Reposó un momento y después procuró que cada parte de su cuerpo fuese cubierta del líquido. 

Loki

Abrió los ojos, aunque su paso por asearse se detuvo por un momento continuó intentando parecer normal, después de todo Fandral estaba tras de él.

Loki.

Te escucho.

Tienes que estar preparado... El rey y la reina madre te mandarán llamar, están esperando que resuelvas la situación con Muspelheim.

¿Qué ha pasado con ellos?

No estoy seguro... Pero estoy seguro de que piensan que podrás ayudarlos, debes estar preparado e idear un plan. Thor apenas nos ha dejado vivir, pero si el rey de Muspelheim se entera de que tienen en su poder a dos jötuns y peor aún que uno de ellos fue quien asaltó sus minas hace ya un milenio no será tan condescendiente.

No me importa lo que me pase.

¡Pero a mi si!

Guardó silencio. Continuó con su enjuague, pronto notó los pasos aproximándose del guardián.

Haré lo que pueda.

Pediré que me dejen estar contigo, necesitarás de mi energía para poder hacer algo.

Loki no respondió, solo asomó su cuerpo por encima del agua. Sintió la mirada del espadachín que lo recorría de arriba a abajo mientras le tendía un paño. Una vez que lo tomó, le fue desencadenado del muro. 

-Ya hueles mejor.

-Cállate.

Rió por lo bajo y salieron del baño de celdas. De vuelta a la suya a cada paso, trata de ver todas las posibilidades de las posible afrentas. Tenía que estar preparado, sobretodo... mentalmente. 

Verse enfrentado al príncipe... No, al ahora rey, no era fácil. Nunca lo fue, aunque en su mirar y actuar cuando las aves de rapiña se había mostrado estoico. Al llegar, el desayuno ya llevaba ahí varios minutos, a mitad del desayuno un guardia de los niveles superiores trajo un mensaje... Probablemente el que Aren había previsto.

A todo esto... ¿cómo supo que lo iban a llamar y que había un problema con los de Muspelheim? Mientras terminaba se quedó con esa idea en su cabeza.

-¿Cuándo podré volver a verla?

Syn sonrió.

-Ya has pasado la noche con Liv. Tendrás que esperar hasta que veamos qué solicitará el rey a tu hermano.

Aren se quedó cabizbajo, volvía a su cuerpo original. Se quedó con la mirada encajada en el suelo, pensando en si podrían salir de estar incertidumbre algún día. Tantos cientos de años viviendo con ella y solo hasta aquél punto de su vida, se preguntaba cuánto más podría soportarlo. 

Como buena vidente, Aren hizo un respingo cuando sintió la mano blanca de la mujer sobre la enorme de él.

-Estará bien, verte le hizo mucho muy feliz, nunca había visto tantas flores azules en su habitación hasta que te despediste de ella.

Intentó sonreír.

-¿Por qué haces esto? 

Esta vez fue Syn la que volvió a ampliar su sonrisa.

-Bastante directo, ¿eh? ¿Qué es lo que te inquieta joven príncipe glaciar?

-No entiendo tus actitudes, no sé si en un momento nos estás ayudando, o pareciera que nos conduces a la perdición. No sé como hablarlo con rodeos como lo haría Loki, de manera elegante y obligándote a decirle todo sin que tu misma te des cuenta. Necesito saber, ¿qué es lo que te impulsa a hacer todo esto? ¿qué quieres de nosotros? ¿qué quieres de Loki?

Le miró.

-Sé que hay algo entre tu y él. Lo vi desde que el aquél entonces príncipe se la pasaba como perro triste por todo el palacio porque ustedes estaban saliendo como grandes amigos.

Syn escuchó.

-Saber que fue por ti que no se descubrieron nuestras identidades hasta el momento en el que regresamos. No puedes pedirme que sea indiferente a ello.

La joven se acomodó los cabellos negros, la cascada negra en su espalda. Se acercó hacía él mientras daba palmaditas en su mano.

-Creo que es hora ya de que lo sepas.

Aren se estremeció cuando le vio los ojos brillarle en verde, otra vez un hechizo. Pero no parecía ser un hechizo sobre cambio de forma como el que le permitió ir a ver a Liv.

Mientras era engullido por la oscuridad, Aren habló:

-Por favor... ayuda a mi hermano.

-Lo haré.

La gran lanza se posaba en su mano, el poder que emanaba su cetro, la energía de un pueblo y su confianza en sus espaldas. 

Se centró en mirar la mano que la sujetaba y solo en su vista periférica miraba desde Hlidskjalf los nueve reinos. El horrrible mundo oscuro del Niflheim, la ahora muda y seca tierra de Alfheim, el nervioso caminar de los sabios en Vanaheim... Una luz cegadora no podía permitirle ver Jötunheim como era costumbre.

-Mi rey.- Habló Frigga e hizo una reverencia. Thor se levantó con una sonrisa.

-Madre.- La recibió con un beso en la mano. Ambos subieron los escalones mientras las doncellas veían a la rey posarse a un lado de su hijo y los guardias miraban orgullosos al rey. Todavía se podía palpar la emoción por las últimas semanas, habían logrado recoger comida con el método entre la princesa de Alfheim y el prisionero de Asgard, se habían llenado las galeras y el pueblo recobró un poco de todo aquello que creían perdido.

Había pasado ya semanas desde que no lo veía, no quería verlo, menos ahora con lo que había sucedido durante la noche pero, no le quedaba de otra.

-¿Estás bien? - preguntó maternalmente.

-Si, lo estoy madre. Es solo que no he podido dormir bien.

Meditó un poco, le sugirió algunos té con hierbas para dormir y conversaron un poco, aquello le dejó un poco más tranquilo. Aunque el esfuerzo de su madre se vino abajo cuando entró Hogun y Sif.

Hicieron la reverencia y se presentaron rápidamente.

-Mi rey, acabamos de llegar de la frontera con Muspelheim, no encontramos rastro alguno del rey Vanir ni del portero Heimdall.

Thor negó con cierta decepción. Los recibió como los amigos que eran, en eso, entraron detrás cinco guardias más con armaduras oscuras.

-Mi rey... El prisionero está aquí.

Hogun y Sif casi se van de espaldas cuando vieron un aura negra salir del cuerpo de Thor.

-¿Estarás bien?

-Sí, no se preocupen. Por favor, permanezcan.- Aseguró y ellos se apartaron para dejar entrar la comitiva. En medio de entre esos musculosos hombres se presentó Fandral.

-Mi rey.- Dijo sonriente con su característica dentadura blanca. Thor sonrió un momento, hasta que su vista pudo ver la visita tras él. Cubierta con una larga capa oscura pudo ver la faz azul y los cabellos negros regados por el suelo.

Fandral notó esto y se apartó de mismo modo lo hicieron los guardias. Loki se quedó de pie, en medio de la gran sala, con la mirada en el suelo.

-Descúbrete ante tu rey.- Ordenó Thor con voz imponente.

No tardó demasiado en posar sus manos en la capucha para hacerla hacía atrás. Su rostro se asomó a todas luces con los ojos aún puestos hacía abajo, las marcas en su piel. 

-Has sido convocado a esta sala con fines de que prestes tu poder para poder saber qué está pasando con el rey y súbditos de Muspelheim. 

Thor se puso de pie y se acercó al agua que estaba dispuesta ante él, funcionaba como un espejo, una mirada sencilla hacia la visión de los nueve mundos que el tenía desde su trono. Loki se sintió nervioso, estaba imposibilitado. Escuchó las palabras del rubio que se aproximaba lo suficiente hasta él para poder suponer que estaba a solo un par de metros de distancia.

-Sabiéndote conocedor del poder de la vigia, quiero que me digas dónde están y qué ha pasado con ellos.

El ardor de la sangre volvía a Thor e intentó controlarse. Se apartó un poco.

-Hazlo, ahora.- Le replicó. Sin embargo, Loki no se movía... Él no podía hacer nada si su hermano no estaba, no tenía el suficiente poder ni valía para hacerlo solo... No quería confesar el estado en el que estaba, su dependencia a Aren era una gran debilidad que no deseaba develar. 

Thor notó como el joven no se movía ni un ápice.

-¡Es una orden!- Exclamó golpeando la lanza ante el suelo y creando un pequeño movimiento en toda la sala que para nadie fue imperceptible.

Sintió la mano de alguien que le quitaba la capa. Finalmente lo dejó a la mirada del rey, con sus ropas de color verde, su collar dorado y las runas decorativas en sus brazos.

-¿Syn?

La mujer suspiró con felicidad al verse descubierta.

-Hola Loki. Tanto tiempo.- Tomó la prenda que lo cubría y se la puso bajo el brazo.

-Tu hermano te envía esto, lo necesitarás.

Lo tomó del brazo y en ese momento la luz llegó hasta él, la que le hacía falta para poder llevar acabo su cometido. Parpadeó varias veces sintiendo la fuerza que corría. Miró los ojos verdes de la mujer que le sonreía.

Hacía tiempo que no lo hacía y hasta pudo sentir un ligero dolor en sus mejillas, pero Loki le devolvió el gesto con ternura.

-Gracias.- Susurró.

Si Syn sabía de su condición, estaba bien, seguía teniéndole toda la confianza del universo. Que tonto.

Syn se apartó y dejó al príncipe de Jötunheim con el rey de Asgard. Éste continuó sin mirarlo, únicamente se centró en el agua ante él. Se hincó ante la gran bañera subterránea que tenía delante y comenzó a recitar en susurro el conjuro necesario, sus brazos meneándose como el reptar de una serpiente acompañaron el conjuro que cobró fuerza y sus ojos comenzaron a brillar en un rojo intenso.

El agua se removió. Thor miró con sorpresa las figuras que se comenzaban a mostrar.

-¿Pero qué...? - Replicó cuando vio la nitidez acercarse. No le importó la distancia y se puso del otro lado de la bañera del hechicero.

La imagen que veía era totalmente extraña. Los seres flamables de las tierras de fuego permanecían en el suelo, en un estado de inconsciencia (rogaba porque fuera así), las armas y herramientas estaban desparramadas por el suelo y en ellas se podía ver la vegetación creciendo, ¿cuánto tiempo llevaban que estaban ahí? 

Peor aún se tornó la imagen cuando vieron de igual manera a Heimdall boca abajo y el rey Vanir en la posición opuesta, nadie estaba despierto o tal vez... vivo.

-¿Qué les ha pasado?

-Están en lo que parece un campo de energía. - Respondió Loki.

-Tal vez éste sea el que los tiene en ese estado.- Añadió.

-¿Dónde?

-En la entrada a Asgard.

-¡¿QUÉ?! - Gritó Thor junto con sus hombres que se acercaron a ver la imagen.

-Eso no es posible, nosotros hemos estado cruzando ese pasaje desde hace mucho tiempo, desde que recogemos la comida, de las veces que salimos para ir a buscarlos. No había nadie.-Aseguró Sif.

-Hay algo que evita que los veamos-. Loki movió sus manos un poco más y pudo ver el camino tan transitado como los ases decían, efectivamente no podían verse sin embargo, las figuras de los que permanecían dormidos se volvieron piedras y rocas de distintos tamaños.

-Es un disfraz. El campo de energía evita que los veamos porque los ha disfrazado de piedras y grandes formaciones de roca.

-Eso es cierto, el camino está muy lleno de estos obstáculos, creímos que se debía a las últimas batallas.-  Añadió Hogun.

-¡Tráelos! - Agregó violentamente el rey.

La voz que tantas veces le hablaba dulcemente se transformó en un rugido, le miró de reojo.

-Puedo crear una abertura en el sitio, necesitará que hombres vayan y los traigan hasta aquí.

-Haz lo que sea necesario.- Su voz agresiva se intensificó sin tener que subir la voz. Loki tomó el aire necesario y en sus manos se formaron extraños remolinos de luces.

Artista: Florbe (Devianart)

En ese instante, una luz de sus manos tomó rumbo a mitad de la sala, un gran agujero de luz que pronto comenzó a crecer, cuando tomó un tamaño considerable pudieron a través de el todos los cuerpos de los desaparecidos esparcidos en el mismo escenario.

-¿Un portal? - Se sorprendió Frigga. Miró al joven de piel azul que continuaba con su conjuro.

-Imposible... Esos conocimientos se perdieron hace mucho tiempo... los escritos de Mímir...

Guardó para si aquella conversación. 

-¿Es seguro? - se preguntó Fandral.

-Puedes probarlo si gustas.- Le respondió Loki.

-No gracias, no quiero que tomes venganza por llamarte apestoso en la mañana.

Una venita saltó en la frente de Loki mostrando su molestia ante el comentario.

-Iré yo.- Aseguró Thor y sin pensárselo dos veces se acercó peligrosamente al espejo que se abría ante él, podía ver a los gigantes de fuego en el suelo, a Vanir, a Heimdall.

-Mi rey, no lo haga.- Le dijo Sif.

Pero sin escucharla y antes de terminar la frase cruzó. Ahora sus pies se encontraban ante el suelo cubierto de tierra y escasa hierba. El cielo azul sobre él, y a lo lejos podía ver el gran puente que conectaba esa parte de la frontera con el palacio... Podía ver el palacio desde fuera.

Se giró y contempló los rostros impávidos de sus colegas. No parecía pasar nada malo.

-No pierdan tiempo. Tómenlos.

La orden no se hizo esperar y los guardias se movieron en pares para tomar las figuras colosales de los gigantes, de uno en uno y cuantos podían tomar en cada viaje lograron hacer que toda la campaña incluyendo armamento y herramientas estuviese dispuesta en el gran palacio. Syn tomó a su padre en manos. No, no estaban muertos, solo profundamente dormidos.

-¿Ya son todos?- Gritó Hogun.

El último guardia entró y asintió.

-¡Si, han sido todos!

Thor se giró con Loki.

-Cierra el portal, no quiero que nada más cruce.

Sin decir nada, bajó los brazos que tanto tiempo se mantuvieron elevados. Sus ojos volvieron a su color carmín común. Suspiró y su cuerpo colapsó. Casi se estrella contra el suelo si no fuese por el brazo del rey que lo tomó en el aire.

-¿Qué pasa?- Habló con preocupación.

Su voz, tan cambiante. Como el oleaje del mar, a veces impetuoso y ahora tan sereno. Deseaba verlo, verle de frente y hundirse de nuevo en sus ojos, en aquél sueño donde siempre era devorado por el mar. Deseada volver a ser devorado por él.

¡Cuantas cosas podía encender un inocente contacto! 

Loki parpadeó varias veces... Había drenado toda la energía que Aren le había transmitido, ahora volvía a ser un inválido.

Thor no dijo nada más, pero sumido en el aroma de los cabellos negros, solo pudo mirar el perfil del joven que respiraba con dificultad.

-Le pasa siempre que hace sus abracadabras, permítame rey.- Habló Fandral que tomó los brazos del joven, se los pasó por los hombros y se lo puso a cuestas.

-Sujétate.- Le ordenó y con la poca fuerza que le quedaba se aferró al cuello del rubio.

-Solo necesita descansar un poco.- Agregó su guardián 

-¿Qué diablos pasa con él?- Preguntó el rey mirando el rostro cansado del jötun.

Fandral recordó la insulsa petición del azulado; no decir a nadie sobre su situación. Pero, claro está le debía mucha más lealtad a su rey. En realidad no supo bien porqué lo hizo, tal vez la adrenalina de la situación.

-Estará bien, no es fácil ser un hechicero engreído color azul.- Sonrió tontamente y se lo llevó, sin responder realmente.

-Que descanse en la biblioteca, necesito hablar con él.- Ordenó el rey y regresó a lo suyo.

-¡Llévenlos a las cámaras de salud!

Los gigantes fueron llevados bajo las manos expertas quienes descartaron cualquier trauma, enfermedad o cualquier otra situación, estaban en perfectas condiciones. Cuando lograron ir despertando se encontraron con que tenían muchísima hambre, es difícil saber qué es lo que les gusta a unos gigantes pero supieron pronto que lo que más adoraban eran las rocas.

Así que sin tener que ver comprometidas sus reservas, trajeron tantas rocas como fueron encontradas y tan pronto como llegaron, se fueron a sus estómagos. Thor dejó que pudiesen recrearse, que tomasen nuevamente la consciencia. Se les fue proporcionando de la información, el tiempo que estuvieron en aquél sitio sin conocimiento de lo que sucedió.

El primero en dar un grito en el cielo fue el rey de las tierras del fuego, Surt.

-¡¡ME ESTÁS DICIENDO QUE ESTUVIMOS VARADOS POCO MÁS DE UN MES AHÍ!!

Thor se tuvo que cubrir las orejas aunque de manera cortés. 

-Sé que esto debe tener una explicación pero me temo que no la tenemos en este momento, antes que nada está su bienestar y que puedan poder sus cosas en orden.

Surt, quien no era el mejor en mantener la calma casi se consume en fuego.

-¿Y ahora tu eres el rey? Tengo que ponerme al tanto de tantas cosas.

-Lo sabemos, por ahora por favor, descansen pero tan pronto como se sientan mejor, por favor, permítame tener unas palabras con usted, quiero saber qué haremos sobre la primera solicitud qué les hice.

Surt se sentó en el lugar cubierto de polvo y rocas (las pocas que quedaban ya).

-Escucha rey, ahora mismo no estoy para que me estén tergiversando la realidad, si algo que odio es que me mientan. 

-¡No miento, rey Surt! Sin embargo, mi pueblo en verdad necesita su ayuda.- Intentó convencerlo sin que eso provocase su ira.

-Entonces me dirás toda la información pertinente, incluyendo cómo fue que lograron dar con nosotros después de ese tiempo y con la condición en la que está tu reino.

El rey estuvo discutiendo un poco más, hasta que finalmente accedió a ayudarles, pidió un tiempo de espera en lo que se reorganizaban las tareas y enseguida volverían a charlar.

Mientras tanto, Thor corría hacía la biblioteca, tenía una charla más que necesaria. Recorriendo los pasillos llegó, su capa roja que se movía con el viento se quedó quieta justo cuando estuvo frente a la larga e inmensa puerta.

Imágenes que corrían a su mente, fueron apartadas cuando entró y fingió ser alguien más.

-¿Qué diablos se supone que fue ese 'campo de energía'?

Al entrar Fandral tenía al joven sentado en una larga silla que le permitía recostarse, tenía un brazo sobre los ojos.

Loki se puso de pie sin titubear, apartó la mirada hacía el suelo y habló:

-Alguien o algo tomó la energía del lugar e hizo una ilusión sobre la gente de Muspelheim y de los enviados que se encontraban allí.

-¿Cómo es posible que hayamos atravesado ese mismo campo sin ninguna anomalía?

-No estoy seguro, era una barrera de invisibilidad pero no tenía una parte hostil, solo funcionaba como un despiste.

Thor se colocó delante de él.

-Eso es algo que harías tu.

Loki sonrió de medio lado.

-Es cierto, pero no fue el caso, desconozco quién lo haya hecho.- Dijo tontamente, Fandral se lamentó que justo en esos momentos donde debía ser más serio se portase de aquella manera tan provocadora para alguien como Thor.

Le tomó del cuello de la ropa.

-Escucha, me estás cansando.

Pero la imagen ante él se desvaneció. Fandral fue el primero en gritarle.

-¿Cómo te atreves a jugar con el rey? 

Loki apareció a un metro de distancia. 

-Quiero que les quede algo claro a los dos.- Habló con los ojos rojos centelleando molestia.

-Yo bien podría desaparecer junto con mi hermano en este mismo instante. No hay poder alguno que quieran aplicar sobre mi que me haga ser débil. Si estoy aquí junto con Aren es porque queremos ayudar a enmendar el gran problema que provocamos. 

Se acercó a Thor con molestia y por primera vez le habló duramente.

-Si no puedes maldita sea respetarme, perderás un buen aliado que te tendió la mano. Me largaré de aquí, ni siquiera tengo que participar en esta estúpida guerra.

-¿¡Quieres que te demos las gracias, entonces?!- Gritó Thor.

-¡QUIERO QUE DEJES DE TRATARME COMO UN MALDITO OBJETO! Las culpas que voy a exonerar se las debo a tu pueblo, y eso estoy intentando hacer, sino puedes por una milésima de segundo mantenerte cuerdo sin estallar en gritos, te juro que te privaré de toda la información y poder necesarios.

-¿Así como me lo dijiste en la frontera? - le enfrentó. La imagen del guardián de la frontera de Jötunheim.

Loki bufó.

-Lo que viste ahí solo fue una ilusión, una imagen programada con un único discurso de odio para ustedes. Si lo destruiste, esas mismas intenciones desaparecieron con él.

-¡JA! ¿Y ahora debo creerte?

Golpe bajo.

-Si quieres que tu pueblo se salve, si.

Thor estuvo a punto de irse contra él de no ser por el impedimento de su amigo.

-Ya basta, mi rey. No es momento de que estén peleando.

Fandral miró a Loki.

-Lamento mucho molestarte con los sobrenombres, dejaré de hacerlo. 

Se giró hacia el rey.

-Tu debes hacer lo mismo, por mucho daño que han hecho... Tiene razón, no veo realmente que el sea nuestro 'prisionero'. De verdad demuestra estar aquí por decisión, por favor, Thor, no te está pidiendo que te arrodilles, te está pidiendo un mejor trato.

El rey se apartó y dio varias vueltas a las mesas contiguas como si pensara en algo más. Claro que estaba pensando en algo más, en un mar de situaciones que jamás creyó que sucederían.

-Está bien. Cederé las hostilidades contigo y tu hermano.- Le apuntó con Mjölnir.

-Ahora debemos ir a ver a Surt, tenemos que ver cómo podrá ayudarnos a quitar finalmente la maldición del cofre de los antiguos inviernos. Tu tienes que estar ahí.- Dijo mirando a Loki. Sin embargo este no parecía muy convencido.

-Tendré que usar un disfraz. Lo usaré si te parece bien.- Le hablaba a Thor, volvía a usar el "tú".

-¿De qué estás hablando?- Inquirió.

-Si Surt ve que tienes a dos jötuns en tu reino no confiará para nada en ti. Será un gruñón pero no es idiota, podría saber quién soy y qué le hice hace tiempo atrás.

-¿Hacerle? - dijo Fandral en susurro. 

-¿Cosas sucias?

Loki rodó los ojos ante la pregunta obscena del espadachín. Thor le empujó en el pecho para que se mantuviera a raya.

-Explícate.

-¿No lo recuerdas?- dijo Loki con una sonrisa, de nuevo sus juegos. En eso su cuerpo sufrió una metamorfosis y disminuyó de tamaño, su cuerpo se coló en la piel de un niño.

Cuando Thor lo miró, casi se va de bruces. 

¡EL NIÑO DE LAS MINAS!

-¿En verdad no te habías dado cuenta?

No pudo decir nada más en ese momento.

-Si te interesa saber, el mineral que robamos lo transportamos mediante portales, el mismo que viste hace un momento.- La voz infantil inundó la sala, jugueteaba en el sitio como lo que era, con su cabello perfectamente echado hacia atrás, los ojos grandes de color verde y una sonrisa pícara no propia de la edad que aparentaba.

-¿Por qué robaron el mineral de las minas? No sirve de nada el Clachdearg en estado físico. Seguramente se debió endurecer en tus tierras gélidas. 

-No, pero es un excelente conductor de magia.- Explicó mientras se sentaba con las piernas que se movía en inocencia.

-Si yo siguiese con ellos, me hubiesen usado y potenciar la magia a través del clachdearg. Otra razón por la cual deberías confiar en mí, sin mí, lo que tienen son galeras llenas de piedras rojas inútiles. En síntesis esa es la razón por la cual no me puedo mostrar así.

Su cuerpo emitió un brillo azul y volvió a su estatura original, sin embargo cuando terminó su metamorfosis Thor terminó sintiéndose ansioso por el 'disfraz'. Los rubios ante él guardaban silencio. Flotaba en el sitio como divirtiéndose jugueteando con las manos invocando un poco de hielo que se evaporaba a los instantes siguientes. 

La piel pálida, los ojos verdes y el cabello más corto negro colocado hacia atrás.

El recuerdo de "Paraíso" se hacía una vez más presente ante él. Thor apartó la mirada de la figura que le traía tantas inquietudes y confusiones. Se dio la media vuelta dándole la espalda.

-Como gustes. Ahora mismo necesitamos regresar, Surt pedirá una explicación, necesitamos alguna historia de las tantas que te gusta inventar.- Seguía con los comentarios impertinente y tóxicos, pero cargados de verdad y dolor. Salió.

Volviendo al suelo, el espadachín le miró de reojo, pudo notar su faz seria y tal vez fue la inclinación de su boca, o en sus cejas, pero pudo ver el dolor que las palabras le habían provocado aunque buscaba por todos los medios que no se notase.

Ay este par de inmaduros.

Pensó.

-Vamos, ¿puedes caminar? 

Loki asintió y salieron pronto. Hundidos en silencio, hombro a hombro y no uno detrás de otro se movieron por entre los pasillos. Una charla acalorada con un resultado que traía paz para la convivencia de algunos pero muchas más dudas para otros... más específicamente a un par.

Se abrieron las puertas primero para el rey y después entraron Loki con Fandral. Enseguida sintió un golpe de calor, se sentía demasiado con al menos cuatro presencias de Muspelheim ahí incluyendo al rey Surt. Loki lo miraba de reojo, pensar que a ese gigante malhumorado le había bailado un robo colosal cuando él tan solo era un niño.

Sonrió por lo bajo casi riendo. 

La sala de juntas, aquella en la que solía colarse cuando era niño, escondido bajo la gran mesa, ahora mismo se colocaba en la cabecera, el lugar que aunque sabía que ocuparía un día, todavía parecía tan irreal.

Respiró hondo. 

-Antes que todo, bienvenido a Asgard, mi gente y yo estamos muy complacidos de que se encuentre en óptimas condiciones, rey Surt.

El mencionado solo hizo un ademán con la cabeza.

-Mi madre, la reina Frigga le recibe con los brazos abiertos.- Su mano se ocupó con la de su madre que sonriente se presentó con una reverencia.

-De igual manera, sé que recordará al rey Vanir se encuentra apoyándonos junto con su hija, la princesa Syn "Nyngion". 

Syn y su padre hicieron una reverencia. Hechas las formalidades comenzaron con el tema difícil de dar explicaciones.

-Gracias por la bienvenida, aunque admito que no es lo que esperaba debido a lo sucedido. Por ahora me queda desearle la mayor suerte y mi bendición para su nuevo puesto, al que nació para ello, rey Thor, de Asgard y protector de los nueve reinos.

Thor asintió.

-Ahora, volviendo al tema de mi extraña llegada, deseo poder obtener una clara explicación de qué ha sucedido aquí y si se puede indagar en mi extraño desaparecer junto con el de mis hombres. 

-Bien, es necesario que lo sepa, rey. Cuando fui a pedirle ayuda le expuse el porqué, la situación que ocurrió sobre el pueblo de Alfheim, del cual, no hemos podido averiguar cómo sacarlos de aquella maldición que también carcome nuestra vegetación y fauna como habrá podido darse cuenta.

Surt aguardó.

-El ataque de los jötnar se volvió a repetir hace medio mes, unas aves de extraña fisonomía llegaron a desaparecer la mayor parte de nuestra comida y atacando a mi gente y guerreros. Después de ello, aún con los estragos del cofre de los antiguos inviernos lograron idear un plan para poder retirar temporalmente la maldición y hacer crecer la vegetación en nuestras tierras.

Thor tomó un poco de aire, el tema pronto sería cuestionado.

-Hasta ahora es como hemos sobrevivido, durante el tiempo que su camino hacía acá se vio prolongado, envié a Munin y Hugin a investigar pero ni ellas ni mis hombres lograron encontrar nada, finalmente el rey Vanir y Heimdall partieron para el sitio donde debía pasar su campaña. Cuando incluso ellos desaparecieron, pusimos un plan de rastreo y al encontrarlos bajo una extraña circunstancia que como le dije; aún no tenemos explicación es como pudimos hacerlo llegar sanos y salvos.

Surt quien tenía una ceja erguida paseó la mirada desde el rey hasta todos los presentes, incluyendo la reina, el rey Vanir, todo cuanto estaba allí.

-Suena creíble.

Fue su respuesta, Thor pudo descansar un poco de todo ello.

-Pero, solicitó nuestra ayuda para levantar una tamaña maldición que nadie se había atrevido a querer interferir y me está diciendo que de 'un modo' lograron revertirla. 

-Temporalmente.

-Aún así, no es algo que cualquiera en cada esquina pueda cumplirle por algunas monedas de oro. ¿Qué clase de campo fue el que nos tuvo prisioneros? Esto no es un tema de inquisición, he perdido un mes fuera de mi reino, tengo urgencia de irme hacía allá pero no soy un hombre que no cumpla sus promesas. Pero jamás cumpliría algo que tiene sombras muy oscuras y si me permite decirlo rey, su historia no es nada transparente.

El rey se sintió mal visto por unos segundos, todos le miraban expectante de la respuesta.

-Si me permite hablar, mi rey.- Una voz femenina se levantó en la junta. Surt se giró. Liv llegaba con una sonrisa ancha como el mar y no solo eso, en su mano llevaba la mano de color canela de su adorado Aren.

Loki y Thor se miraron de manera casi automática.

¿¡Qué hace tu hermano aquí!?

¿¡Qué hace tu prima/otra mitad aquí?!

Los ojos tan abiertos de ambos tuvieron que ser cubiertos. Syn sonreía desde el fondo de la sala, sabía que había sido buena idea 'informarle' a la pareja del plan del rey, más testigos le darían más credibilidad.

-Me presento mi rey, mi nombre es Liv, hija de la reina Freyja y el rey Freyr de Alfheim. Estoy al servicio de Asgard desde hace una larga temporada.

Su barriga no fue desapercibida para el rey de fuego.

-Yo he sido quien trabajando con un compañero, un gran mago y hemos podido retirar momentáneamente el hielo sobre el gran mar de Asgard y sus bosques. Como usted sabrá mi gran bendición reside en el poder de la naturaleza y fauna. Además de ello, mi reina y tía Frigga con sus poderes de clarividencia hemos podido dar con la ubicación de su ejército antes de que fuese demasiado tarde. Lamento mucho que las cosas se hayan tornado de esta índole. 

Surt no podía despegar su mirada del abultado vientre. Cuando se vio observado y el silencio de la sala, levantó la vista.

-¿Eh? Oh si. Muy bien, entiendo. Ahm... felicidades princesa por su heredero.- Fue lo único que podía decir. Algo que pocos sabían sobre los gigantes de fuego, es que fueron de los primeros hijos que el Yggdrasil dejó cuando su corteza se abrió. Ellos eran elementales que al igual que los Jötuns podían tener habilidades que pronto fueron transformadas, sin embargo, algo que permanecía en ellos era que podían ver el 'fuego' interno de cada uno. 

Surt se sentía altamente inquieto por el fuego que estaba creciendo en su vientre. No era normal, era realmente inmenso, prometía ser poderoso y muy grande, ¿quién será el padre? 

-¡Muchas gracias! Ya estamos próximos a esperar al bebé.- Decía con emoción, la manera en la que Liv se movía ponía con la guardia baja a cualquiera. Aren a quien todavía mantenía con ella fue jalado por su mujer cuando dijo:

-Él es Aren, es mi esposo y el padre de mi hijo.

Un golpe se escuchó, todos giraron la mesa había perdido una parte de su redonda existencia, casualmente la que estaba en la misma trayectoria del puño de Thor.

-Ay perdón, esta mesa es muy vieja ya.- Rió escondiendo la furia que tenía, las venas en su frente palpitando. Loki estaba fulminando a Aren con palabras telepáticas, el pobre se sobó la sien, sabiéndose acredor a todos los insultos y reproches que estaba recibiendo en ese momento, seguía sonriendo.

-¿Tú? - Preguntó incrédulo el gigante mirando arriba abajo al rey disfrazado de Jötunheim.

Aren asintió.

-Mi nombre es Aren de Alfheim.

-Oh ya te recuerdo, tu eres uno de los hermanos que llegaron aquí después de los atentados en Alfheim. ¿Dónde está el otro?

Syn tomó a Loki por los hombros y lo empujó sin que este pudiera replicar y fue coloco a un lado de la pareja de idiotas que se habían presentado sin ser llamados.

-Mi rey.- Se inclinó con palidez marcada.

-Él es mi hermano mayor, Loki. 

-¡Es el tío del bebé!- Exclamó Liv.

Thor se golpeó la cara con la palma desnuda. Estaba a punto de darle una embolia del coraje que estaba pasando. Si Surt no se daba cuenta del engaño tan mal montado, él mismo se encargaría de regañar a Liv y de destrozar al idiota de Aren. ¿Cómo era posible que ahora estuviesen tan acaramelados?

-Ahora recuerdo.- Surt se giró hacia Thor.

-¡Estabas por contraer nupcias, justo antes de ser rey!- Exclamó el rey de fuego y enseguida señaló a Loki.

-¡Contigo!

La gota que derramó el vaso. Sintió que le faltaba el aire. Loki casi se le salen los cuernos de la impresión. Ambos querían que la tierra se abriese y que fuesen absorbidos en un gran bocado. Lo que menos esperaban era que su no fructuosa 

-Dentro de mis herramientas mandé traer unos regalos de bodas, de la región de mis hijos en Svartalfaheim. - Decía con un dejo de felicidad, parecía que el malestar de los extraños sucesos iba pasando, ¿ese era el plan? ¿que se le olvidará? Era la idea más tonta. Ahora, ¿cómo mantener la mentira? se vieron en un callejón sin salida.

Liv no podía obligar a su primo a volver a estar en una relación con Loki. Eso solo haría más grande el hueco y el dolor que ya estaba experimentando desde que se vio descubierta la mentira de los hermanos.

Oh no... ¿Qué harían ahora? 

-Oh mi rey, es una vergüenza nuestra que no hayamos podido informarle de manera correcta. Efectivamente se va a llevar a cabo una boda. Sin embargo...

El brazo de Fandral aprisionó la cadera de Loki y lo atrajo hasta él.

-Pero en realidad la boda a celebrar es la nuestra.- Dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

Nadie se dio cuenta, pero hubo un grito interno en la sala:

¿¿¿¿¿¡¡¡¡¡QUÉÉÉÉÉÉÉÉ!!!!!??????

Notas finales:

Buenas noches. Espero todos se encuentren estado óptimo de salud. Cielos, tanto tiempo, y han pasado tantas cosas.


¿Qué les ha parecido el capítulo? Sé que algunos estaban ansiosos, yo también lo estaba pero es que estaba con un bloque gigante que tarde fácil casi 10 horas en escribir este capítulo. Me senté, puse música para relajarme y bueno, no fue fácil, mucho ha acontecido alrededor del mundo y uno quiera o no se ve afectado por toda esta oleada.


Espero que el tema del COVID-19 pueda ser tomado con las propuestas de salubridad para el bienestar de todos, en mi caso, aún no nos mandan a casa a cuarentena. En mi familia, soy el único miembro que sigue saliendo a la calle, no me queda de otra, si dejo de ir, pierdo el trabajo. Sin embargo tomo mis medidas, espero todos del otro lado de la pantalla puedan estar bien en sus casas con las precauciones necesarias. 


Cuídense mucho, de igual manera deseo que el capítulo les haga olvidar los posibles problemas y cuestiones que puedan estar viviendo actualmente. Saludos desde México.


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