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Tu la guerra, yo la muerte. por MichaelJ2099

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El viento apenas tocaba las lenguas verdes de un árbol, los rayos del sol que se colaban por entre sus ramas dibujaban tigresamente rayas de sombras sobre la espalda blanquecina del joven que soltaba una pequeña risa, una mano morena le acariciaba desde el omóplato hasta la base de la espalda.

-No, no, de verdad. Sucedió hace mucho tiempo, pero todavía recuerdo la cara de aquél pobre posadero a quien tuve que quitarle aquellos rufianes.- Decía.

-Y desde ahí comenzaste a beber como si todos los días fuesen el fin del mundo.

Fandral se estiró haciendo una mueca de orgullo.

-Así es, mi buen.

La mañana hacía rato que había llegado, a las afueras se escuchaba el murmullo constante de las actividades de los ases quienes no paraban en la reestructuración de su hogar. Las piernas se entrelazaron bajo las sábanas.

-Tu turno, algo que hayas hecho cuando niño y que haya generado más miedo que gloria.

Loki no serenó su rostro pero no pudo encontrar algo digno. O más bien, no quería matar la atmósfera generada con una vieja anécdota que para nada sería interesante.

-Yo... no tengo muchas de mi infancia.- Finalizó.

-O vamos. Eres un príncipe, deberías ser el mimado y todas esas cosas ¿no? mira a Thor, es un caprichudo de 800 años en el cuerpo de uno de 2300 años.- Rió sonoramente. 

Claro, pensó Loki. Ellos no conocían que la manera despiadada de su progenitor no era únicamente hacía los demás reinos sino para el suyo mismo y por tanto para sus hijos. 

-No, de verdad. Todo era protocolos insulsos y sin una pizca de diversión.- Sentenció con la intención de que el rubio ya no preguntase más. Al parecer surtió efecto ya que Fandral no prosiguió pero flotaba un vaivén de dudas.

-Ven acá.

Le pasó el brazo por el cuello y lo atrajo hacía su pecho, Loki quedó entonces con la espalda pegada al torso de Fandral y su rostro al nivel de sus clavículas con dos brazos abrazándolo.

Respiraron un poco más calmados, dejando que la quietud de la habitación los sumergiera tal vez en otro sueño matutino. Sin embargo, todavía quedaba un rezago de cuestiones que atender.

-Fandral...

Un quejido del joven fue lo que obtuvo, tal vez él si estaba más dispuesto en seguir en el lecho y dormir.

-Sobre lo que sucedió...

-Sobre lo que sucede, querrás decir.

Loki imitó algo como una sonrisa. En eso, los brazos que lo estrecharon le hizo percibir una extrañeza. Una de la mano de los brazos que lo acogían tenía una gran cicatriz transversal. Nunca se la había visto ya que el espadachín siempre portaba sus guantes de esgrima.

-¿Qué te pasó en la mano?

-¿Mhm?

El rubio recorrió un par de mechones negro de su rostro y alzó la palma derecha donde se veía la gran marca.

-Oh esto... Una historia de desamor que acabó mal para

-...para una de tus tantas amantes.- Agregó Loki. Fandral rió por lo bajo.

-Si quieres decirlo así, está bien. Todo pasó en las colinas de los talladores de hierro, en tierras lejanas a estas pero que en aquél momento estaban con bastantes conflictos internos. Asgard intervino en la nación independiente para poder apoyar en la toma de decisiones que cesaran las hostilidades. Yo iba de guardián de Thor que todavía era un soldado destacado en las tropas de su padre.

-¿Thor nunca fue de cuna algún general o algo parecido?

-Jamás. Odín decía que no iba a regalarle el honor de la milicia a nadie aunque de su hijo se tratase, así que Thor subió por los escalafones como muchos otros, aunque fuese destinado a ser rey, prefirió ser ascendido al trono siendo él un general (la mano derecha del rey) a ser un paje de armería a rey.-Explicó Fandral. Loki quedó impresionado del hecho de que el mismo príncipe se ganase con anchas el puesto a rey de aquél modo y no solo basándose en la sangre azul de sus venas.

-Precisamente, mientras él era el encargado de nuestra cuadrilla, ya habíamos entablado amistad, bueno exceptuando a Sif, ella todavía no llegaba a nuestro reino por llamado de Heimdall. La situación fue que mientras el rey se encargaba de los acuerdos, pues, no era necesaria ser tan hostiles con los lugareños... Así que salimos muchas veces a divertirnos. Fue así que conocí a una linda chica de ojos violetas, la cabellera negra más ondulada de la nación y unos labios carnosos tan suaves que mojaban mi ser en besos.

Los ojos del ojiverde rodaron.

-Admito que fue muy divertido, salíamos todas las noches tempranas, sin embargo un día me dijo que iba a ser muy feliz viviendo conmigo y que nos esperaba un futuro muy próspero.

-Uy.- Acotó Loki presagiando el conflicto de la historia.

-Exacto. Tuve que convencerla no sabes cuántas veces de que lo nuestro solo había sido una aventura muy deliciosa, pero que no podía llevarla conmigo, después de todo yo estaba volcado en mi carrera de espadachín creciente, no podía de la nada volverme esposo, padre y olvidarme de aquellos sueños. Sino, no hubiese vivido tantas aventuras con Thor.- Imaginaba aquellos escenarios donde más de una vez estuvo al filo de una muerte segura y escapaba ya sea con una mano amiga o con el filo frío de su espada y salía con una sonrisa victorioso.

-Una vez que comenzó a entender que no iba a ser posible, se salió de control la situación, tomó un cuchillo e intentó asesinarme. Por supuesto, yo no me puse en armas porque ella era solo una dulce doncella. Aunque... precisamente ser demasiado dulce con ella generó que me tomará desprevenido y me abriese la palma de la mano con un cuchillo de armería.

Imitando un movimiento que siguió la silueta de la cicatriz Fandral contó cómo la sangre le brotó por un buen rato, montó a su caballo lo más rápido que pudo y salieron del lugar sin mirar atrás. 

-Hoy en día, todavía Thor adula a esa joven, dice que fue la única que pudo herirme en mis andanzas.- Decía con una risa baja, Loki no pudo verle reírse pero le quedó la pequeña duda de si aquél relato era verdadero, porque había algo que parecía no serlo.

-Te has quedado muy callado.- Añadió Fandral y con eso se cerró el tema.

-Estaba pensando.- respondió. Se separó finalmente y le miró de frente, sintió por un momento que le faltaba el aire, miró los cabellos dorados regados por la almohada, salvajes y locos como el joven de los ojos de lluvia que lo miraban expectantes. La piel morena con la que se deleitó la noche anterior... Jamás podría pensar en arrepentirse, pero, en su corazón no quedó una cura para la desazón de sus sentimientos, aún así, no podía negar que la gota de miel que aquella noche había representado había sido glorificadora.

-¿Cómo nos comportaremos después de esto? no podemos volver a ser quienes éramos antes de entrar a esta casa.- Dijo contemplando su rededor. 

Fandral miró por el rabillo del ojo buscando la respuesta.

-¿Te hizo sentir bien?

-Si.

-Entonces dejémoslo en eso, una rato que te hizo sentir bien. No tenemos porqué decirlo, y a la vez tampoco esconderlo, pero si de algo estoy seguro es de que tu no me amas y aunque esto haya sucedido entre los dos, no cambiará esa sensación.

Era cierto, Loki no tenía la menor duda de esa afirmación. Miró por la ventana el día que avanzaba.

-¿Amigos?

-Amigos.- Afirmó Fandral y en vez de una caricia, le dio un pequeño golpe en el brazo en complicidad.

De pronto escucharon el relinchar quedo de un caballo, demasiado cerca para ser alguien que solo pasaba por la fachada del hogar.

Ambos giraron la cabeza.

-Espera aquí.- Escucharon una voz distinta y los ojos casi se les salen de las cuencas. ¡Estaba en la puerta! Se levantaron como heridos por el rayo y comenzaron a palpar el lecho y los alrededores en busca de la ropa.

-¿Dónde está mi...?

-Está allá, ¡allá!

Se movieron de un lado a otro pero ni los pantalones correctos se estaban vistiendo.

-Déjalo ahí.- Habló en susurro Loki y cubrió las ropas con las sábanas.

-¿Qué haces?- Inquirió Fandral todavía desnudo, sus ojos brillaron en verde y como una suave brisa Fandral se vio vestido y peinado como antes de haber salido de palacio el día anterior.

Se levantaron.

-Mantente tranquilo.

-A la orden, mi señor.- Respondió Fandral entendiendo el plan. Los pasos se acercaron más y más. Pasó por encima de la puerta derribada y poco después vieron los dorados cabellos de la realeza entrar.

-Buenos días.- Habló Frigga.

Ambos se inclinaron.

-Reina, lamento mucho la ausencia, enseguida regresaremos. Sé que no debí traerlo conmigo pero...

-No estoy aquí para reprenderlos, niños.- Dijo con un gesto entre burla y maternal modo.

-Vine a hablar contigo, y que mejor que lejos de palacio.- Sus ojos azules se posaron en el jötun disfrazado aún con piel lechosa y cabellos negros.

-¿C-conmigo?

Loki recordaba la manera tan frívola en que ella se desenvolvía con él, incluso antes de que se supiera la verdad de su cuna. La reina, la madre de su amor más grande vertió magia sobre ellos en el pasado, se habían resguardado en una zona boscosa del palacio para hablar a solas. (referencia al capítulo 11 "¿Una intervención divina?")

Fandral se pasó la mano por los cabellos. 

-Si reina. Por aquí podrá usted estar más cómoda.- Se apresuró a moverse y cruzar el umbral Frigga miró a Loki y con la mirada hizo que la siguiera.

-Lamento mucho el desorden pero aquí podrán hablar sin problema y con más aire fresco.- Decía presuroso el espadachín. Al fondo de la casa había unas escaleras descendentes, la puerta todavía cerrada tardó en ceder pero se abrió, enseguida se abría un pozo, algunas piletas donde en algún pasado lejano solían lavar y bañar las armas. Estaba al área libre, cercado con grandes muros pero íntimo. Fandral regresó dentro:

-Estaré afuera, esperando para poder escoltarla su alteza.- Añadió y Frigga asintió.

-Gracias.

Con los nervios corriendo como hormigas bajo la planta de sus pies se giró para estar frente a ella aunque le costaba mirarla sin sentirse apabullado por los ojos marinos. Fue todavía peor cuando ella le miró y sonrió de medio lado y segundo a segundo parecía satisfecha de verlo sufrir por la espera. 

-No estoy aquí para reprenderte.- Dijo y voz se dulcificó a gran escala. Loki no daba aún así, crédito a sus palabras.

-En realidad, vine aquí motivada por una curiosidad que hace milenios no tenía. A mi edad y bajo mi educación es difícil que algo nuevo me sorprenda, pero, has logrado pescar mi atención en demasía.

Se acomodó los negros cabellos tras la oreja.

-Admito que a mi también me tiene muy ansioso su interés en mí de momento.

Frigga se acercó al pozo, apenas levantándose a unos 4 palmos del suelo. Se sentó e invitó a Loki a hacer lo mismo. Lo hizo sin mostrar más duda de la que ya dejaba ver. 

-Sabes L... espera, ¿Cómo te gusta más? Loki o Lygar.

-Como usted guste, alteza.

-Preferiría que escogieras uno, con el que más conectado te sientas.

No tuvo que pensarlo demasiado.

-Loki está bien.- Frigga sonrió por lo bajo.

-Sabes, Loki. Estar fuera de palacio siempre me hace recordar el principio de mi vida, quién era yo antes de convertirme en la esposa de Odín, quien fui antes de tener a Thor. Todas esas versiones corren como un río en mi mente cuando salgo.

Un pajarillo endulzó el ambiente con su canto. Loki seguía callado.

-Antes de cumplir mi primer centenario, incursioné en volverme doncella de la raíz. ¿Las conoces?

Negó.

-Un grupo de brujas que se dedicaban de lleno a absorber tanto conocimiento como fuera posible del Yggdrasil, habían logrado crear un grupo de gran poder y por mucho tiempo fuimos las que dimos herramientas de vidente y sanación a las naciones que todavía no existían como hoy en día y se estaban formando. Ahí fue donde me hice 'hermana' de Freyja, sin embargo y a pesar de que ella mostró gran maestría en las artes un día desapareció y reapareció ya como la reina de Alfheim. 

Hizo un pausa, tal vez estaba rememorando más anécdotas.

-Yo por mi parte, me volví líder del gremio, pero las guerras empeoraron... Perdí a varias hermanas en aquél derrame de sangre, cuando solo quedaban unas cuantas que habían negado su relación con el clan y huyeron me quedé sola. En medio de la guerra y todavía fiel a mis enseñanzas logré salvar a un muchacho idiota del campo de batalla. El joven algo reacio a agradecerme se volvió loco cuando supo mi origen y me pidió que le ayudase, a él y a demás hermanos fui de ayuda. Sí, algo en medio de aquél entorno bélico surgió entre los dos. Cuanto todo acabó y él también se quedó solo, notó que yo todavía estaba allí... Me pidió matrimonio y ahora míranos.

El joven comprendió el rumbo de la historia, un final feliz sin duda aunque con unos inicios escabrosos. 

-Aunque me es grato relatarte todo esto, en realidad quería contarte de otro algo en específico.

Ella se levantó y dio un par de pasos.

-El clan de las doncellas de la raíz nació para preservar y explorar los conocimientos de Mimir, el gigante.

El solo nombre le hizo sentir un punzón en la cabeza. Aprovechando que la reina le daba la espalda se llevó una mano a la sien intentando bajar el dolor.

-Supongo que tampoco lo conoces.

-Disculpe mi ignorancia.

Ella alzó la mano con intención de que no se disculpara.

-Está bien, mucho de lo que él hizo se perdió pero no dejó de existir. Verás, un joven Odín me pidió tanta ayuda como fuera posible para acabar con la guerra. Ambos queríamos acabarla, no continuarla. Sin embargo, cuando mis conocimientos no fueron suficientes, lo lleve hasta donde Mimir, un peligroso y largo camino hasta su morada.

Frigga se acomodó algunos cabellos.

-Mimir, para que lo sepas. Se trataba de un ser primordial. Mucho antes de que las escrituras dejasen evidencia de lo ocurrido, una raza superior fue la que abordó el universo, ellos se mezclaron, enseñaron a vivir de la tierra, a respetarla y a verse como parte y no dueño de ella. Loki... Tal vez tu no lo sabías, pero los primeros hijos de aquella raza, fueron los jötuns. Curiosamente, el único camino a donde podías llegar a él era cruzando las tierras de Jötunheim.

La revelación parecía no ejercer suficiente impresión en el joven pero aún así aguardó un respiro de sorpresa.

-Mimir fue el último de ellos, decidieron dejar de existir una vez que sus conocimientos fueron expandidos. 

El que una raza superior se encargase de tener hijos de hielo, hijos de fuego, hijos elfos, hijos mágicos (vanaheim), hijos guerreros (asgard) e hijos inútiles (midgardianos) sonaba tan descabellado. ¿Qué propósito real había en dejar aquellas herencia si al final iban a desaparecer?

-Deseaban que nosotros pudiésemos experimentar nuestro existir lejos de ellos, por eso dejaron de existir. Si yo te contara...

Caminaba un par de pasos, miraba al cielo y regresaba la mirada a Loki.

-Mimir, el último espécimen había decidido quedarse contra viento y marea porque no confiaba en que pudiéramos desarrollarnos sin la ayuda de ellos. 

-¿Usted lo conoció?

-No, el era un huraño, solo vivía para custodiar el manantial que alimenta todavía al Yggdrasil. El manantial de la sabiduría era su hogar y su destino, cuidaría de él y se encargaría de extraer el elixir que ayudaría a todas las descendencias de su raza. Se dice que sus antecesores se volvieron líquidos y formaron aquellos manantiales es por ello que los cuidaba con tanto recelo, era su pueblo.

Hizo una pausa y continuó:

-Pero, había quienes juraban haberlo visto subir desde el manantial varias veces y contemplar desde las montañas cómo el mundo era repartido entre sus descendientes, decían que era un gigante de piel lila, alto, esbelto, de cabellos blanquecinos. 

-¿Cómo los elfos?

-No, nadie sabe describirlo y ni siquiera ellos se hacen merecedores de tal comparación. Se dice que sus cabellos no eran ni blancos, ni de color platino, eran una extraña combinación. Las antiguas canciones hablaban que ellos venían de un astro lejano que solo aparece por las noches y que curiosamente solo es visible en la tierra de Midgard; la luna. Del color de la luna tenían sus cabellos, grandes cascadas colgaban y eran amados por eso.

De pronto su mirada vidriosa y emocionada por contarle aquellas historias se nubló:

-Era un ser hermoso, sabio y fuerte. Pero con un destino lúgubre y fatal. Odín fue en su ayuda para acabar la guerra que dejaría la balanza a favor de los ases. Cuando los vanir en aquél entonces se enteraron que Mimir había dejado a Odín beber del manantial de la sabiduría a cambio de su ojo arremetieron contra él.

-¿Cómo fue que lo encontraron?

-Nadie lo sabe, era bien sabido que era un camino funesto. 

Casi insconscientemente Loki se llevó una mano a la garganta, sentía un trago amargo que no podía pasar.

-Odín fue a buscarle una vez terminada la guerra. Lo único que encontró, fueron las fuentes de la sabiduría secas y el cuerpo de Mimir separado de su cabeza. La cual, llegó en un negro encargo a manos de Odín, las malas lenguas dicen que fue la ira de Vanir en aquél momento antes de firmarse las treguas y los tratos amistosos.

Claro, Vanir no podía ser tan bueno y puro como decían. Aunque esas historias sucedieron hace eones, dejaban ver la salvaje y violenta cuna de donde todos venían. Ahora podía comprender porqué los jötnar eran así también.

Algo desanimado por el relato, formuló otra pregunta:

-Perdóneme, reina. Aunque todo esto me parece altamente educativo e interesante, sigo sin comprender el rumbo de su intención en contarme todo esto.- Afirmó un poco impaciente porque llegara al meollo del asunto.

-Para allá iba.- Dijo Frigga.

-La raza de donde era Mimir, compartió cuanto conocimiento pudo, pero las guerras hicieron que mucho de todo eso se perdiera. Uno de aquellos grandes conocimientos, era el poder de la teletransportación. Como eran conocidos por su omnisciente sabiduría, también lo eran por sus facilidad de viajar y esparcir todo lo que sabían. Ese dato fue usado con malas intenciones y parte de la guerra también fue dirigida en acabar con todo aquél que supiera aquellas artes, y la verdad es que... lo lograron. Se olvidaron y nadie más existió para volver a instruirlas.

Loki tragó saliva ruidosamente, podía ver finalmente el final de aquella conversación. 

-Ahora que lo sabes... ¿Podrías explicarme cómo es que tu sabes abrir portales  como si de abrir mandarinas se tratase?- Inquirió la reina, sentándose de nuevo junto a él.

El joven alzó las manos negándolo todo.

-Yo... Yo... ¡No sé como explicárselo! ¡Juro por las nordas que es una de mis habilidades pero nunca he sabido cómo o de dónde lo aprendí! Lamento darle una respuesta tan ambigua; pero sé que el decir "me sale natural" no es suficiente y no tengo más de donde explicarlo.

No mentía. Era cierto, en los oscuros y fríos recuerdos de su niñez se rememoraba como un niño que fue capaz de abrir tantos portales como quisiera, invocar lo que le plazca, metamorfosear su cuerpo y el que quisiera, robar incluso memorias y todo un arsenal de poderosas magias fluían y aparecían como cuando un niño de decir solo: "pa" pasa a decir: "papá". No podía explicarlo.

Frigga no quiso preguntar más. En el nerviosismo del joven que no era común podía ver la luz de la sinceridad.

-Por otro lado, con todo lo que te he contado ¿en verdad creíste que no vería la treta que intentas montar con Fandral? Ahora sabes que fui criada por brujas.

Un violento sonrojo se asomó.

La reina se puso de pie.

-Poco importa ahora lo que hagas, después de todo Thor ahora esta centrado únicamente en ser rey.

El comentario venenoso que no pudo ver venir, le hirió en la herida recientemente tratada y se despojó del carmín de su rostro.

-Pero, podrías intentar un poco más fuerte, no creo que sea un mal camino.- agregó con una voz más apagada.

No comprendía el comportamiento de la mujer, así que solo arqueó una ceja y se limitó a solo seguirla. Fandral esperaba fuera, alimentando a la montura de la reina. Los jóvenes, viéndose descubiertos se vistieron deshaciéndose de la ilusión.

-Será mejor que regresen, su ausencia no ha sido del todo desapercibida.

Fandral delante y Loki detrás fueron escoltando a la reina quien cuando se subió a su corcel se cubrió del sol con una capa de color crema. El movimiento de la gran ciudad todavía estaba enardecida.

¿Una raza superior? Comenzó Loki a deshilachar aquella extraña plática. Uno a uno de los datos proporcionados fue dándole una hojeada, ¿qué tenía que ver aquél relato sobre la creación de las distintas razas? lamentó no haber tenido muchos libros de historia a su disposición mientras estaba aún en la jaula de oro de Jötunheim. Había leído cientos de libros de magia, de historias, pero ninguno tan antiguo que relatase lo que la reina hizo en una sola charla.

Aunque extrañamente interesado, consideró que debía echarle un ojo a la biblioteca de los aesir como antes solía hacer. Se quedó con una risa atorada recordando que gran parte de la biblioteca en Jötunheim había crecido a los grandes saqueos durante las guerras, realmente nadie se paraba por los lares de los libros, los robaban únicamente para privarlos de conocimiento, no para obtenerlo, es por ello que le gustaba a él pasear por ahí, absorto en los miles de títulos que en algún momento pertenecieron a grandes dinastías, reyes, hechiceros famosos que el único pecado que cometieron fue el de toparse con los ejércitos de los azules. 

Dentro de aquél lejano relato y pasado, algo le quedó resonando en la cabeza. Mimir...

¿Por qué nunca había oído de él? Se llevó  la mano de nuevo a la garganta donde sentía que un nudo se le iba formando.

Pobre tipo, perder la cabeza por intereses ajenos.

Es peor de lo que te imaginas.

Abrió los ojos desmesuradamente y detuvo el paso. Una voz, profunda y muy dentro de su cabeza.

Pero no estoy aquí para contarte cómo se siente, aunque es probable que pruebes un infierno parecido.

Estaba ahí de nuevo, le hablaba. Loki recordó tardiamente, que no era la primera vez que aquello sucedía.

¿Me recuerdas? Claro que sí, casi te provoco una implosion cerebral en nuestro primer encuentro, muchacho.

Loki se tuvo que tomar de la pared más cercana, mientras volvía a frotarse las sienes.

-¿Qué quieres de mí? - Preguntó con un hilo de voz debido al dolor de cabeza.

¿Así tratas a tu ancestro, niño? ¡que modales tan sucios tienen los nuevos!

¿Ancestro? La comunicación telepática nunca fue tan dolorosa, ¿una presencia que podía entrar en su mente sin siquiera conocerlo? ¿cómo era posible que su mente fuese invadida? ¿quién podía tener tal poder? Y como un rompecabezas, irónicamente alguna pieza dentro de aquél diálogo interno parecía encontrar su lugar. 

-¿Será posible que tu seas... Mimir?-Preguntó, era la segunda vez que apenas entablaban una charla, la primera fue en cuanto se enteró de que no era un jötun de sangre pura y ahora estaba sacando conclusiones muy seguramente adelantadas, sin embargo la respuesta que recibió fue distinta:

Lo que queda de él. Ahora escúchame, niño, no estoy aquí para matarte de una jaqueca, pero digamos que tienes un mensaje que no has recibido y te estoy ayudando a que puedas tenerlo.

-¿Loki? ¿Estás bien? - Fandral, se escuchaba tan lejano, pero su voz parecía taladrar los oídos del joven.

-¿Por qué me hablas ahora? ¿acaso te invoqué por la charla con la reina?- seguía preguntando sin deseos de acatar las órdenes, comenzó a perder el equilibrio. Frigga se giró sobre su caballo cuando vio correr al rubio con el moreno que ya se había quedado atrás.

-¿Qué pasa Loki? ¿se te ha agotado la energía de reserva que Aren te dio? - se giró y vio el palacio todavía lejano.

-Súbelo al caballo.- Ordenó Frigga.

Fandral le tomó por encima del brazo.

Estúpido e incrédulo niño, yo no necesito que me llamen para aparecer, yo vivo dentro de ti. Ahora cállate y escucha lo que te están tratando de decir.

Su cabeza se fue hacía atrás de manera violenta. Fandral perdió el equilibrio y terminó con él en el regazo.

-¡LOKI! ¡LOKI!

¡Por favor, ayúdanos! ¡No queremos morir!

El sudor frío subió y se sintió como el filo de una navaja, como cayendo por un precipicio y devuelto a la realidad lo primero que vio fue el rostro de la reina y del espadachín ante él. 

-¿Loki? ¿estás bien?

El mencionado se alzó enseguida y dirigiéndose a la reina le dijo:

-Tenemos que evacuar a todos al palacio, estamos en grave peligro.- Presuroso miró a su alrededor a la gente que se movía sin conocimiento de lo que estaba por ocurrir.

-¿De qué hablas? - preguntó Fandral. Frigga se acercó y le tomó de los hombros.

-¿Qué fue lo que viste? Muéstrame.- Le extendió la mano y Loki la tomó como si de un saludo se tratase, con menos potencia, los ojos de la reina se cerraron con fuerza y soltó un pequeño grito ahogado. Se llevó la mano a la boca.

-¡Reina! - se adelantó Fandral y tomó las manos de ambos dispuesto a separarlas pero fue abducido a la visión que el joven estaba enviándole a la reina. 

De terso pelaje blanco, ojos negros como la noche y grandes garras, aquellas bestias de hielo se movían por las grandes laderas de Asgard, poco a poco acercándose cada vez más a la zona poblada, listos a atacar. Bestias enviadas a destruir aquella pequeña luz de esperanza que habían intentado construir. 

Fandral cayó hacía atrás cuando acabó la visión. Se puso de pie enseguida.

-¡Tenemos que dar la alerta!- gritó. Frigga se montó.

-Adelántense al palacio, avisen a todo aquél con quien se topen, yo avisaré enseguida a los habitantes, no tenemos mucho tiempo.- Ordenó.

El rubio asintió.  

-Tendremos que correr.- Dijo preparándose.

-No será necesario.- Los ojos brillaron en verde y moviendo su mano, tejiendo el conjuro ante él se abrió un portal que los llevaría de vuelta a la sala principal de palacio.

Cruzaron, dispuestos a dar aviso del terrible peligro que sobre Asgard se cernía. Los guardias llegaron con la espada fuera de su funda y las lanzas alzadas hasta que el espadachín se hizo ver.

-¿Dónde se encuentra el rey? ¡Es urgente!

Corrieron por los pasillos, se cruzaron con cuanto paje pudieron y guardia.

¡Preparen los túneles de acceso! ¡Abran las puertas del palacio! 

-Iré por Aren.- Dijo Loki y se separó de Fandral que solo asintió, él se encargaría de informar al rey. A punto de girar la esquina vio al rey que con su capa ondeante se mantenía de espalda a él. En su antebrazo estaba posado Hugin y en el hombro Munin. Se giró casi sin sorpresa de encontrarse a su espadachín.

-¿Qué son estos seres que acechan mis fronteras? - preguntó. Las aves habían sido más rápidas y habían informado antes al rey. 

Las puertas reales crujieron y lentamente lideradas por Volstagg y Hogun fueron abiertas de par en par. Sif llegó en ese instante acarreando varias tropillas de vacas y caballos.

-¿También ellos son necesarios resguardarlos? - Preguntó Volstagg.

-Orden directa de la reina.

Thor llegó a las arenas de entrenamiento de sus tropas. En ese momento Aren estaba con ellos, intentando dialogar al igual que Loki, ambos estaban siendo rodeados por los soldados que no se veían nada felices.

-¿Por qué deberíamos escucharte? Ya no eres más parte de las tropas de reclutamiento.- Afirmó uno y Aren intentó sosegar el clamor que se alzaba.

-Y tu solo eres el ex prometido de nuestro rey, todos en el palacio saben que ya no tiene interés por ti.- La zizaña llegó hasta los oídos de Thor. 

-Además, sabemos lo que son.- Puntualizó uno que los señaló con el filo de la espada. 

Thor, en cuanto miró a Loki bajó de dos en dos los escalones. Se acercó tanto hasta él, el ojiverde apenas iba a llamarle cuando.

-Thor, tene...

El golpe fue tan impactante que incluso el disfraz se esfumó y la piel azul que ahora se llenaba de la tierra del campo comenzó a brotar sangre de color negro. 

-¡THOR! MALDITA SEA, ¿QUÉ PASA CONTIGO?- Habló Aren quien se apresuró a socorrer a Loki quién yacía en el suelo apenas limpiándose la suciedad y sangre de su ceja rota que se extendía en un río oscuro de sangre.

-¡ESAS ASQUEROSAS BESTIAS LAS TRAJISTE TU! ¿NO ES ASÍ? SON LAS MISMAS QUE ATACARON A MI GENTE Y A MÍ EN TUS FRONTERAS.- Le gritó con furia. Incluso los soldados que se habían aglomerado, miraron impactados la escena, pero pronto comprendiendo el hilo de la situación miraron con odio al jötun que permanecía en el suelo, sin embargo, una vez que sus ojos rojos se posaron en el rey su pequeña complexión se movió como el mismo viento.

-¡TODAVÍA SIGUES CON ESAS ESTÚPIDAS ACUSACIONES!

Y remató el golpe anteriormente recibido. 

Loki podía ser un amante, podía ser tierno, sonrojarse y verse descubierto en sus trucos con una sonrisa, pero antes que todo eso, era un ser de gran virilidad, fuerza y con todo el poder de sentirse lo más fúrico posible y demostrarlo. Loki era un hombre en toda la extensión de la palabra.

El jötun le había golpeado con la cabeza y los cuernos, se hizo hacía atrás con perdida de equilibrio.

-¡Loki! - exclamó Aren tomándolo de los hombros. El rey con el rostro mallugado y la sangre brotándole de la frente se levantó de nuevo, fue sometido por unos brazos femeninos.

-¡BASTA YA! - gritó Syn, tras ella llegó Liv quien corrió a curar las heridas del jötun mayor.

-Dios mío, tenemos que cerrar esa herida.- Y de sus dedos salió un brillo dorado.

-Syn ¡suéltame! - gritó Thor y logró zafarse. Aren tomó a Liv en brazos cuando vio a Thor acercándose capaz tal vez de empujar su propia prima.

Se detuvo en seco cuando una silueta apareció, separándolo de su presa.

-No es momento de pelear entre nosotros, Thor.- La voz de Fandral resonó en toda la arena, y los cuchicheos de los soldados no se hicieron esperar, ¿qué hacía la mano derecha de la milicia protegiendo a un jötun?

-Apártate Fandral, es una orden.

-Lo siento, mi rey. Pero es más importante el bienestar de nuestra gente y la pronta acción de nuestros soldados que descargar una errónea conjetura sobre él.- Miró por el rabillo del ojo.

-Estoy bien, Fandral. Deja que el imbécil diga lo que quiera.- Encaró Loki con la ceja renovada por Liv.

Loki se puso de pie enseguida, sin intenciones de disfrazarse de nuevo contempló la gran conmoción generada.

-Eres un rey primero Thor, aún te falta la templanza de tu padre.- Sonó la voz de Frigga y todos se echaron hacía atrás cuando notaron que provenía de la garganta del jötun.

Incluso Thor se impresionó.

-¿Ma--

-Ya basta de tus estúpidas riabetas, tienes que tomar las riendas de esta situación y agradece que Loki está intentando ayudarte.

Comprendió la situación, su madre estaba hablando através de Loki ¿cómo podía hacer eso?

-La amenaza sobre nosotros es algo a lo que jamás nos hemos enfrentado, Aren, ¿sabes como deshacernos de los snjó köttur? 

El mencionado tensó la mirada y todavía sin poder creer lo que veía y escuchaba habló.

-Son bestias imposibles de matar por la vía fácil.- Se giró a la milicia.

-Tendremos que darlo todo, estas bestias míticas son de un precioso pelaje blanco pero una piel tan gruesa debido a la grasa que guardan para soportar las bajas temperaturas, además de que su increíble fuerza en garras y dientes. A toda costa tendremos que evitar que logren morderlos, una vez que los prensen, será su fin.

Algunos tragaron saliva.

-Reina.- Esta vez fue la voz de Loki la que brotó de la posesión.

-Permítame darles un plan.

-Estaba esperando que lo dieras.- Se contestó así mismo en voz de la reina. 

-Confío en ti, Loki.- Y la posesión terminó. Loki tuvo que parpadear varias veces, se sintió observado por todos quienes aún con incredulidad veían al joven de piel azulada.

"Confío en ti" repitió Thor en su mente, comprendió entonces que se había expuesto de una manera tan absurda y frente a su gente que de momento quiso retroceder el tiempo. Se llevó una mano a la frente de donde el dolor provenía.

-Permítame, rey.- Dijo Syn quien le curó la herida.

Sin despegarle los ojos Thor miró a Loki quien se acercaba a él, cuando pensó que le dirigiría la palabra solo se giró para ver a la milicia.

-Escúchenme bien, los snjó köttur tienen la habilidad de reconocer cuerpos con altas temperaturas, ahora mismo, estamos en una cierta desventaja porque somos fácilmente detectables. Créanlo o no, justo ahora que hemos perdido el paisaje helado de Asgard estamos en mayor desventaja ante ellos. Estas bestias ahora mismo tienen un apetito insaciable y tenemos que...

¡Por favor ayúdanos! ¡No queremos morir!

Recordó esa voz gutural que había llegado a su mente, con el dolor en su pecho tuvo que hacerla a un lado.

-Tenemos que asesinarlos, sino ellos lo harán con nosotros sin problema.

-¿Qué sugieres entonces? - Dijo Fandral quien delante de sus tropas tomó el papel de portavoz de ellos. 

-Ahora mismo, cúbranse con cuanta piel o cobijo encuentren.

-Un momento, estás diciendo que las bestias atacan detectando el calor corporal ¿y quieres que nos abriguemos aún más? ¿qué clase de plan es ese? - Sugirió un soldado. Fandral alzó la palma pidiendo silencio aunque la inquietud también era razonable.

Loki tomó aire.

-Pido esto para que ustedes estén en una buena temperatura ya que... voy a crear para cada uno de ustedes una armadura hecha de hielo macizo.

-¡¿QUÉ?! - Fue lo que se escuchó y el murmullo alto de las voces. Thor agradeció rápidamente a Syn la curación de su frente.

-Por favor, ve a ayudar a mi madre.- Le pidió y ella se alejó con una reverencia, mirando de reojo a Loki. Algo en él le hizo pensar que 'un suceso extraño' había pasado, lo sabía porque ella también había escuchado esa voz en su cabeza.

El niño es muy engreído.

Se alejó a paso presuroso.

 -La armadura evitará que los snjó köttur puedan detectarlos y a la vez defenderlos por ello es necesario que se cubran bien, no quiero que la armadura los mate del frío.

Los soldados se miraron los unos a los otros aún con dudas.

-Ya lo escucharon.- Gruñó Thor alzando la voz. Con la orden del rey los hombres comenzaron a moverse, mirando de soslayo al rey que había sido víctima de una ira temporal que había hecho en él montar una escena ridícula. 

Nota mental, hablar con ellos.

Miró de reojo al joven jötun que era asediado por preguntas de Aren y Fandral.

Nota mental dos... disculparme.

Se acercó a zancadas pero el joven casi anticipándolo caminó apresurado junto con su hermano quien tomó en brazos a Liv.

-Tengo que llevarte a la torre, ahí estarás a salvo.- Comentó.

Cuando pasó a su lado, le detuvo por el brazo, Fandral estuvo a punto de interferir de nuevo pero los dejó.

-Lo lamento.- Susurró.

Loki soltó un bufido.

-¿Me golpeas con todas tus fuerzas y luego te disculpas? Vaya tipo, si ahora mismo tengo tu indiferencia no sé que me esperaría si me tuvieras odio de verdad.

Thor cerró los ojos con fuerza ante la agria respuesta, Loki se deshizo del agarre.

-Vamos, el deber de un rey es de dirigir a su gente.

Había recibido tantas reprimiendas por su comportamiento que ahora se sentía no merecedor de las ovaciones ocurridas el día anterior.

Delante de las puertas del gran palacio, el silencio reinaba. La orden había sido mantenerse totalmente callado, las patas suaves de aquellos seres no eran detectables. Aún así, a lo lejos se podía escuchar gruñidos lejanos, ecos sonoros de profundos ronroneos, de gargantas secas en busca de presas qué devorar.

-¿Las puertas están aseguradas? - preguntó Thor. Ya no quedaba nadie en el pueblo, la orden había sido acatada con éxito y ahora solo los hombres de armas esperaban al frente.

-Si, mi rey.- Respondió Sif.

Esperaron, las grandes cascadas de sudor nublaban la vista de muchos.

-¿Aún no? - preguntó Fandral quitándose el sudor de la frente por quinta vez.

-No, tenemos que atraerlos aquí mismo y acabar con ellos, no podemos dejar que uno solo se escape.- Susurró Loki.

-Recuerden soldados, la debilidad de estos seres está en la barriga, es el sitio más endeble, apunten flechas, espadas, lanzas y hachas a ese punto.- Ordenó Aren cerciorándose de que todos estuviesen bien cubiertos y con arma en mano. Los soldados lejos de ignorarlo asintieron en entendimiento de la orden. 

Loki cerró los ojos. Intentó llamar de nuevo a aquél ser, pero ya no obtuvo respuesta. Abrió los ojos cuando escuchó un gruñido cercano.

-Ya están aquí.- Aseguró. El hielo salió de su antebrazo y cubrió todo el resto hasta sus dedos y se armó de una gran lanza.

Como si la nieve hubiese cobrado vida, vieron las patas blancas y las melenas subir a saltos por las grandes escaleras, por los balaustros, gruñir por lo bajo de una hilera de dientes blanquecinos y encías negras como la noche. Los ojos azabaches que miraban con hambre al ejército ante ellos.

No era posible no sentirse impactado, algunos incluso retrocedieron un par de pasos.

-No los van a identificar, recuerden, ellos se guían por la temperatura.- Y antes de que se acercasen más el mismo hielo que ahora era su arma subió por los talones de todos, cubrió sus pantorillas, sus piernas, su torso y finalmente su cabeza, solo los ojos estaban descubiertos de aquella coraza de frío macizo. Solo hasta entonces, agradecieron estar cubiertos.

-¡POR ASGARD!- gritó Thor alzando el martillo a la vez que varias bestias rugían en coro y el bando de los hombres de hielo se abalanzó sobre los snjó köttur.

Las pulidas escaleras y suelos pronto se vieron rayadas por las garras de los peludos enemigos que enseguida que se encontraron con el frío de las presas pronto supieron que estaban en gran riesgo.

Se movían de manera desorientada, arrojaban arañazos y mordidas al aire intentando encontrar a las presas que tanto querían devorar, pero en vez de eso solo encontraron ataques, lanzas cortandoles los intestinos y los aullidos de dolor que estos profirieron.

Al menos unos 100 de ellos no pudieron ni siquiera huir, eran pescados con los aceros de los asgardianos. Aren levantó a dos en el aire y los arrojó con fuerza al suelo, de sus hocicos salió la sangre fatal de su destino y pronto uno a uno fueron cayendo. 

Thor movía a Mjölnir con la fuerza descomunal de su ser para golpearles bajo el vientre y ni un rugido de dolor podían proferir, se movía con la dureza y letal movimiento de un rey defendiendo a su pueblo. Unos, después dos, tres.

Ensimismado en su tarea, apenas notó cuando uno de ellos voló por encima de su cabeza. Se giró bruscamente, Loki alzaba en el aire a los que podía para después rematarlos.

Con un movimiento de complicidad terminaron ambos en el mismo círculo de pelea y espalda con espalda se movieron por entre los dientes y garras de los felinos. Loki no se valía de una armadura, podía mantener su temperatura lo más baja posible. 

Sonriendo con triunfo Thor tomaba uno por el cuello y Loki le cruzaba el estómago con un brazo de hielo fuerte. Le miró de soslayo por entre los cabellos negros a su vez que los azules ojos se movían y calculaban los movimientos del azulado.

-¡Lo estamos logrando!- gritó un soldado feliz cuando los cuerpos peludos se iban apilando y cada vez quedaban menos todo ello ¡sin ninguna sola baja!

Otros más se atrevían a sacar frases elocuentes.

-¡TOMA ESTO, BESTIA!

-Serás un buen abrigo para mi mujer.- Decía otro cuando le partía la panza. 

¿Tanta brutalidad? En su mente brotó la duda. Loki de pronto se vio sin contrincantes al igual que Thor aunque este último corrió a donde se aglomeraban todavía para proseguir con la matanza.

Una carnicería. Se quedó de pie mirando el charco de sangre a sus pies y el animal con el hocico abierto que yerto yacía ante él. Miró en sus ojos negros, algo más que un instinto.

-Esto no está bien.- Susurró para sí. No, no lo estaba. Aquella voz, la misma que le había pedido socorro... Sabía que venía de uno de esos feroces animales. Había logrado llegar en un mensaje mental, pero fue fuerte y claro.

-Ellos no querían estar aquí tampoco.- Entendió de pronto y muy tarde vio el gran error que había cometido. Las bestias no estaban allí por hambre... Ni por instinto.

¡Detén la masacre!

Giró su cabeza bruscamente. Otra vez, la voz. Corrió escaleras abajo, unos cuantos ases estaban terminando el trabajo, de pronto escuchó el crujir del hielo.

El gritó de Fandral lo sacó de si, el espadachín había caído por un par de escalones y ahora su brazo estaba al descubierto pues el hielo se había roto en miles de pedazos. Los ojos del animal se llenaron de deseo.

¡Deténme, por favor!

-Eres tú.- Entendió Loki. El animal logró clavar sus colmillos en el brazo del espadachín, Fandral gritó como nunca.

-¡FANDRAL!- gritó Thor corriendo a socorrer a su amigo, pero el jötun fue más rápido, golpeándole en la nariz hizo que la bestia se alejara lo suficiente, Fandral quien ya estaba en una cascada de sangre fue cubierto por Loki.

-No te muevas.

El animal tomó espacio y corrió hasta de un brinco echarse encima de Loki.

¡Ayúdame, por favor!

Y con el brazo que no tenía cubierto en hielo, alcanzó a tomarlo del cuello. Los ojos le brillaron, los cuernos en su frente crecieron en gran medida y estos también refulgentes y bañados en luz dorada mantuvieron al animal quieto en sus manos.

Gracias

Fue lo último que escuchó cuando lo dejó caer. No muerto. Sino inconsciente. Era el último, de los casi 100 que quedaban, solo pudo salvar a uno. Las armaduras se derritieron en ese mismo instante y un charco de agua helada quedó bajo los pies de los ases.

-Fandral.- Gimió Loki, terminó de rasgarle las vestiduras. 

Como un corcel desbocado, tomó el brazo profundamente herido.

-No te preocupes, te curaré.- Decía agitado. Tomó su extremidad.

-No, espera. Te quedarás sin energía.

-No me importa, no dejaré que el preciado legado de tu padre que tanto protegiste se acabe aquí.

De nuevo los cuernos que no habían perdido longitud brillaron tan fuertes como el sol. Los soldados tuvieron que cubrirse el rostro para no ser encandilados. Un gemido bajo de la boca del espadachín y después un suspiro fue lo que quedó. 

Antes de poder revisarse el brazo, sintió el cuerpo del jötun cayendo sobre él. Loki respiraba con fuerza, rápido y temblaba incluso.

-¡Loki!- Exclamó Thor corriendo hacia él.

¿Qué vueltas da la vida? 

Como si de un muro se tratase, la palma de Fandral fue suficiente para detener su carrera. 

-¿Qué?

Ni parpadear pudo cuando vio al rubio tomar a Loki entrebrazos, estrecharlo contra él y que sin tapujos el joven entrelazara los brazos tras la nuca de éste.

Lo escuchó susurrarle algo al oído.

-¡Loki! - Llegó Aren.

-Dice que el animal está inconsciente, debemos encerrarlo sin perder tiempo y esperar instrucciones.

-¿Cómo?- Añadió Aren viendo al snjó köttur que permanecía desparramado en el suelo.

-¿Por qué lo dejó vivo?

Con la barbilla Fandral logró quitar algunos mechones del rostro del jötun.

-Necesitamos saber qué los hizo venir hasta aquí y atacarnos, es el único modo. Estoy seguro, de que ellos fueron las verdaderas víctimas de todo esto.- Dijo con un hilo de voz.

-Vamos, no te esfuerces, te llevaré a descansar. 

Casi como una orden y con un sonrojo en su mirada su cabeza cayó hacía atrás sumido en el sopor del cansancio. Fandral se movió para que su cabeza no quedará en esa posición y se lo llevó escaleras arriba.

No había escuchado ni una palabra de las instrucciones, solo podía verlos subir y Fandral en brazos llevaba... ¿qué llevaba?

Llevaba en brazos un paraíso. Uno que se alejaba de él.

 

Notas finales:

Son la 1:32 de la mañana y yo debo levantarme en 5 horas jojojo, ha valido toda la pena jaja, espero sus preguntas en la sección de comentarios y digo preguntas porque yo también me quedé de: "¿qué carajos acabo de escribir?".


Saludos desde México.


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