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Una herida obscena como el amor por hokagay

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El invierno llegó acompañado de un barco en el puerto de la ciudad, la embarcación tiene una bandera negra con la figura de una calavera y dos sables cruzados que reemplazan a los huesos que se ven usualmente en banderas de piratas. La gente del puerto y el pueblo en general parece ser bastante asidua a esta tripulación pirata ya que no los reciben con hostilidad, no hay presencia del ejército del shogun por ninguna parte, y hasta el momento Sanji no ha escuchado de ningún saqueo por parte de los forajidos.  

 

Sanji carga con las bolsas de las compras mientras pasean por la caleta, entre pescadores que promocionan sus productos mientras aseguran que son los más frescos de todo el mercado.  Luffy compró un Ikayaki, sin poder evitar hacer un sonido de satisfacción con su garganta debido al delicioso sabor de las salsas y lo crujiente que ha quedado el pescado al ser hecho a las brasas;  Sanji por su parte opto por comprar un ceviche, el ácido del limón resalta el sabor del pescado y los mariscos que están bien equilibrados con la mezcla de cebolla morada, cilantro y ajíes.  

 

Cuando es reconocido por las dueñas de tiendas entre la multitud de gente que camina por la caleta, Luffy es detenido por distintas mujeres que lo abrazan, jalan de las mejillas mencionándole lo mucho que ha crecido y deslizando sus dedos sucios con entrañas de pescado a través de su cabello. Luffy no se molesta con ninguna de ellas, solo ríe moviendo su mano para restarle importancia una vez las mujeres ven el estado de su cabello y se ve obligado a cargar con una que otra bolsa con productos que empujan contra sus manos en forma de regalo.

 

Sanji no pregunta nada al respecto del cariño con el que lo tratan todas esas personas, pero aun así Luffy le explica que conoce a todas esas mujeres de voces graves y cálido humor desde que era niño, cuando solía hacer los mandados para Shakky cuando está aún era la Oiran de la capital de la flor y él había asumido su rol como kamuro, para algún día haber sido también una oiran.  Aunque su platica se ve interrumpida debido a una gran conmoción proveniente del bar más grande que hay en el puerto.

 

– ¡Es el bar de Makino! – Grita Luffy, corriendo en dirección a donde se encuentra la conmoción y la única reacción de Sanji es correr detrás de él. A pesar de su baja estatura, el joven kagema se abre espacio entre el grupo de personas y Sanji tiene un poco más de problema para seguirlo al tratar de resguardar las delicadas piezas de pescado que carga entre sus manos, y que Thatch le pidió comprar por la visita de un importante cliente.

 

Cuando Sanji llega al bar, Luffy está siendo alzado por un hombre gordo mientras el grupo a su alrededor ríe de manera alegre. Sanji está a punto de intervenir, cuando se da cuenta que Luffy no parece asustado ni enojado y más bien parece igual de feliz que la gente que lo rodea.  

 

– Míralo, es justo como cuando era un niño – dice un hombre de cabello gris que le llega hasta los hombros y con una cicatriz en forma de equis en el lado izquierdo de su rostro, que cruza parte de su frente y mejilla – llegando sin un plan porque cree que alguien está en peligro e incluso luce sucio como en los viejos tiempos

 

– Esa es parte del encanto de Luffy – dice un hombre que Sanji si reconoce, en realidad, duda que haya alguien en el mundo que no conozca el rostro de este hombre.  Un hombre joven que se abrió paso entre los pilares del mundo de la piratería como uno de los cuatro emperadores: Shanks el pelirrojo.

 

– Las tías del mercado me ensuciaron, Benn – se queja Luffy mirando al hombre de cabello gris – y si Makino se encuentra en peligro, siempre voy a acudir a ayudarla

 

– Luffy siempre ha sido encantador, – dice Makino, la mujer tras de la barra que sirve unas cervezas a unos piratas – pero no hay problemas, solo que estos chicos son muy ruidosos y a veces parece que están peleando

 

– Eso me deja más tranquilo – responde Luffy quien al fin ha sido devuelto al piso– Debería haber esperado que estos tipos estuvieran en tu bar y no en el centro de la ciudad

 

– No queremos molestar al emperador – Dice el mismo hombre que sostenía a Luffy en sus brazos– y el licor de Makino-san es el mejor

 

– ¿Quién es el joven? – interrumpe Benn, mirando hacia donde se encuentra Sanji – ¿estas perdido?

 

– ¡Es Sanji! – Exclama Luffy, quien parece haber olvidado completamente su existencia hasta el momento – Trabaja en la casa de té conmigo

 

– No es muy atractivo como para ser un kagema – murmura algún pirata fuera de la visión de Sanji – aunque en gustos no hay nada escrito

 

–Trabaja haciendo los quehaceres alrededor de la casa y está aprendiendo de Thatch como ser un cocinero –Responde Luffy, quien también escucho el comentario y hace su mejor esfuerzo para no reírse – Esta con nosotros desde el verano

 

– Un gusto conocerlos – Saluda Sanji, haciendo un pequeño movimiento con su cabeza en forma de saludo –  

 

– Gracias por cuidar de nuestro Luffy – Dice Shanks, mirando fijamente a Sanji quien siente un escalofrío recorrer su espalda.  Los carteles de se busca no le hacen justicia a lo grotesca que se ven las cicatrices que atraviesan su ojo izquierdo y los rumores no mienten sobre lo intimidante que es su presencia –

 

Luffy parece sentir la incomodidad de Sanji o la intensidad con la que se comunica Shanks, porque se acerca a su amigo y pone su mano sobre el hombro de este.

 

– Fue un placer verlos a todos – dice Luffy, llamando la atención de los piratas presentes en el bar quienes vitorean por alguna absurda razón – Sanji y yo tenemos que terminar con las compras o Shakky nos regañara

 

– Vuelve a compartir con nosotros pronto, Luffy – dice el hombre de gran tamaño que Sanji vio al entrar al bar– Tenemos muchas historias nuevas que contarte

 

–  Vendré pronto, Lucky – responde el joven Kagema, para mirar a la dirección donde se encuentra el pelirrojo – Solo si el capitán no tiene problemas con eso

 

– Estos idiotas hacen lo que quieren– dice el capitán, moviendo su mano de forma desinteresada y los piratas alrededor abuchean al haber sido llamados idiotas – cuando vengas, te invitaré un jugo como cuando eras niño

 

– bueno, entonces súmale algunos platos de comida a ese ofrecimiento– pide Luffy, quien parece percatarse del tono burlón que ocupa el hombre mayor – cuando era niño también me invitabas a comer

 

– Luces delgado, Luffy – dice Benn, sujetándose su mentón, como si analizara la figura del joven kagema – deja que el capitán te invite todo lo que puedas comer cuando vengas a visitarnos 

 

– ¡Benn, este tipo puede comer por veinte personas! –  Se queja el capitán, quien no parece el mismo hombre intimidante que hace poco estaba mirando a Sanji como si le fuera a cortar la garganta. El vicecapitán no parece inmutarse y Luffy quien parece asiduo a este tipo de interacción, solo se ríe cubriendo su boca mientras con su mano libre empuja a Sanji fuera del bar.

 

{7}

 

Junto con la llegada de los piratas las cosas en el distrito rojo se alborotaron bastante. Los piratas llevan sus ruidosas personalidades a las casas de apuesta, a las casas de opio, el teatro y a las distintas casas de té que hay en el sector. Sanji observo con sorpresa como Shakky cancelo todas las reservaciones que había para el mes e incluso recibió con una sonrisa en el rostro los reclamos de los clientes frecuentes, para luego pedirle a Thatch y Sanji que sacaran las mejores reservas de alcohol que la casa tiene para ofrecer.

 

Shakky, la misma mujer que miro de pies a cabeza a un daimio que le exigió una ceremonia del té y le dijo que tenía que esperar al igual que el resto de las personas, decidió cancelar todas las reservas de sus clientes frecuentes, por unos piratas.  Eso solo habla del alta estima que debe tenerles para realizar cambios tan drásticos en su negocio; aunque lo mismo parece ser cierto para los piratas, si es que los fardos con preciosas telas y ropas, cofres con joyas, barriles de especias y vinos que traen consigo, y entregan casi como una ofrenda son prueba suficiente del cariño e historia que hay entre ellos. 

 

Aun al ser pocas personas los que visitan la casa de té, los quehaceres parecen haberse multiplicado y Sanji no ha hecho más que terminar su turno, darse un baño, comer algo y caer muerto de cansancio en su futón, para el día siguiente repetir la misma rutina.

A pesar de que puede sentir el cansancio en sus huesos, el sueño parece rehuirlo esta noche y su cerebro ha decidido que es una buena idea captar cada sonido que hay alrededor de la casa.

 

Luz se filtra a su oscura habitación desde el agujero que hay en la pared y Sanji cierra fuertemente sus ojos, como tratando de evitar que ciertos pensamientos corran en su mente. Sanji ni siquiera ha tenido tiempo ni ánimos para espiar al joven kagema de la habitación de junto en sus sesiones con clientes. 

 

Y quizás eso es lo que necesita para descansar.

 

Se levanta del futón tratando de no hacer demasiado ruido, arrastrando unas mantas con él para capear el frio y cierra uno de sus ojos para poder mirar a través del agujero en la pared.  Sanji lo ve, en medio de la habitación y aunque no es la primera ocasión que ver al joven kagema le quita el aliento, es la primera vez que le parece celestial.

 

En esta ocasión Luffy ha decidió usar un kimono blanco inmaculado; blanco como la nieve que se acumula en la calles del país, blanco como el velo de una novia y blanco como las alas de un ángel.  El color se ve precioso contra su piel y hace un bonito contraste con el carmín de sus labios, su cabello en esta ocasión no ha sido arreglado con gel.

 

Hay un suave sonido de golpeteo en la puerta, Luffy se sienta en posición seiza sobre el futón y apoya sus manos sobre sus muslos. Respira profundo y pide en voz delicada a la persona que pase. Los ojos de Sanji se abren de manera desmesurada al ver que es Shanks quien cierra la puerta detrás de sí.

 

– Buenas noches, kagema – Saluda Shanks, quien viste una camisa rosada, pantalones amarillos y una larga chaqueta de capitán de color rojo con detalles dorados – Gracias por recibirme, soy el capitán pirata Shanks.

– Buenas noches, Shanks-sama – dice Luffy, su cabeza inclinada en forma de respeto – Bienvenido a la casa de té Hanamichi, mi nombre es Luffy y seré su acompañante esta noche.

 

Luffy se pone de pie con suavidad, camina con elegancia los pasos que lo separan del hombre mayor y toma su mano, llevándolo hacia la mesa e indicándole tomar asiento sobre algunos almohadones. Shanks acata la silenciosa indicación, Luffy se sienta junto a él en posición seiza, tomando entre sus manos una botella y sirviendo la taza de sake del capitán, quien cuando la botella de sake es puesta de vuelta a la mesa, sirve la copa del joven kagema.

 

Se miran a los ojos mientras beben de sus tazas de sake, las tazas vuelven a la mesa y Luffy toma ahora la copa de Shanks, quien a su vez toma de la copa que le pertenecía a Luffy.  Este intercambio repite tres veces y finalmente, los dos comparten una sonrisa de complicidad, antes de que el capitán eche su cabeza hacia atrás y deje escapar una carcajada.

 

– Mocoso – dice Shanks, con cariño entrelazándose en sus palabras, apoyando su codo contra la mesa y descansado su mejilla contra la palma de su mano – ¿en qué momento te sacas la ropa y esto deja de ser incomodo?

 

– ¿El temido capitán de los piratas del pelirrojo está nervioso por un simple kagema? – pregunta Luffy –

 

– Dije incomodo no nervioso, mocoso – contesta Shanks –

 

– Nadie tiene puesta una pistola contra tu cabeza – responde Luffy,  poniendo su mano sobre la de Shanks de manera reconfortante – y no necesitamos hacer nada,  podemos pasar la noche bebiendo y cantando 

 

– He pensado más de una vez en doblarte por la mitad, mientras sostienes tus piernas y yo follo tu pequeño culo con fuerza – dice Shanks, quien con ambas manos masajea su frente – Tengo problemas morales que me impiden llegar a ese punto

 

– ¿problemas morales? – cuestiona el kagema –

 

– Graves problemas morales – contesta el capitán, Luffy aun lo mira con extrañeza y Shanks parece ofuscado antes de seguir – No sé, ¿el hecho de que te conozco desde que eras un mocoso que hacia los mandados para Shakky-san?

 

– Shanks, toda mi vida se ha basado en el hecho de ser deseable– comenta Luffy, quien ahora entrelaza sus dedos con los del hombre mayor – Ser un kagema es algo honorable, es un arte, aunque se haya desprestigiado desde hace algunos años cuando se dio acceso a los comerciantes para obtener nuestros servicios, pero que tu me desees significa que he llegado muy lejos. Eres un hombre de mundo, no estas atado a este pequeño país y aun así, deseas las caricias de este humilde kagema.

 

El rostro de Shanks sufre un cambio, su ceño esta fruncido y su posición relajada a cambiado. Una de sus grandes manos van al rostro de Luffy, acunando su mejilla y mirándolo fijamente a los ojos.

 

– Luffy si me lo pidieras, ahora mismo le cortaría la garganta a Doflamingo y con su cuerpo haría un banquillo, en el que descanses tus pies cuando te sientes en el trono de este país como su nuevo rey – dice Shanks – Si me lo pides destruiría montañas, cambiaria el curso del rio,  cambiaria el curso de la historia y le pondría tu nombre al sol, y en miles de años tu nombre aun seria asociado a la calidez

 

Luffy lo mira sorprendido, pestañando un par de veces como si intentara encontrarle sentido a la verborrea del hombre mayor.

 

– He visto todo lo que este mundo tiene por ofrecer, he navegado los mares desde que nací y aun así, es el sonido de tu risa que suenan como miles de tambores cantando sobre la revolución, lo más hermoso que he encontrado – dice Shanks,  hay una sonrisa sincera en sus labios y Luffy pone su mano sobre la que el hombre mayor tiene en su rostro –

 

Luffy toma la mano de Shanks, la coloca en el espacio desnudo de su pecho para que pueda sentir los acelerados latidos de su corazón.  

 

– Tus manos están frías – comenta Luffy, fingiendo un escalofrío –

 

– ¿Puedo hacer una pregunta? – pide Shanks, moviendo su pulgar sobre el pecho de Luffy – Es una pregunta estúpida, que un hombre de mi edad no debería hacer

 

– Desde cuando pide permiso para preguntar cosas – se burla Luffy –

 

– ¿Esto se siente diferente para ti? – pregunta Shanks, Luffy levanta una ceja en forma de silencio cuestionamiento y el capitán pirata, respira profundamente antes de contestar – ¿Pasar la noche conmigo es diferente para ti que pasarlo con otro cliente?

 

– He esperado este momento por mucho tiempo – responde Luffy, quien extiende un poco sus brazos como si se estuviera exhibiendo – y esto es todo lo que te puedo ofrecer de mi

 

Hay algo en el intercambio entre kagema y capitán pirata que Sanji no es capaz de entender. Es en parte las palabras de Luffy, tal vez la manera en que los ojos de Shanks se enternecen o simplemente como Shanks lo abraza fuertemente contra su cuerpo y susurra en su oído cosas que Sanji no es capaz de escuchar.

 

– ¡Tu…! – dice Luffy, su voz suena entrecortada como si luchara con las ganas de llorar y los dedos de Shanks juegan con el cabello de Luffy –

 

– ¿Lo harás? – Pregunta Shanks, su actitud desorientada de unos minutos atrás parece haberse desvanecido – ¿Por favor?

 

Luffy se pone de pie, tomando la botella de sake y dándole un largo trago para dejarla de vuelta en la mesa con un fuerte sonido. Camina erguido, pasos lentos y seguros hacia el lugar de la habitación donde se encuentra el futón. Luffy mira directamente a los ojos al capitán, ambas manos juegan con el nudo de su obi hasta desatarlo, pero sin abrirlo.

 

Shanks sirve su propia copa de sake y la lleva a sus labios, sus ojos siguen cada movimiento del joven kagema. Alza su dedo índice, señalando la vestimenta de Luffy y baja el dedo, señalando el piso.  Sanji espera a que Luffy acate la orden, pero sorprendiendo tanto al rubio y al capitán, Luffy mueve su dedo índice indicándole a Shanks que se acerque para que lo haga el mismo.

 

El hombre de cabello rojo echa su cabeza hacia atrás y se toma su bebida en un solo trago, mueve sus hombros para quitarse la chaqueta de capitán y se pone de pie, su caminar esta lejos de ser elegante y parece más bien un animal a punto de abalanzarse sobre su presa.  Estando una vez de frente, Shanks sostiene a Luffy del mentón y se inclina levemente, besándolo en los labios y su mano libre se escabulle entre el kimono abierto, sosteniéndolo por la cintura.

 

Sanji espera ver los brazos de Luffy empujando a Shanks, pero en vez de eso, los brazos de Luffy se enredan alrededor del cuello del capitán, profundizando el beso. El cuerpo del joven kagema parece derretirse, las manos de Shanks se vuelven inquietas y con un poco de desespero intenta quitarle el kimono.  Al parece Luffy cree que el capitán se esta demorando demasiado, porque él mismo se desprende de su ropa y la deja caer al piso.

 

Se separan breves instantes, mirándose a los ojos y vuelven a caer uno sobre el otro, besándose con desenfreno. Luffy desabrocha el pantalón de Shanks, quien parece no tener intención de dejar de recorrer con sus grandes manos la piel del kagema, simplemente mueve sus piernas intentando de que se caigan y Luffy por su parte no se molesta en desabrochar la camisa del capitán e intenta quitarla como si fuera una camiseta.

 

Una vez la camisa es arrojada a algún lugar de la habitación, Shanks sujeta a Luffy por la cintura alzándolo y las piernas del joven kagema se cruzan detrás de la espalda de Shanks. La erección de Luffy descansa contra el marcado abdomen del capitán, y el kagema puede sentir la erección del capitán contra su trasero.  

 

– ¿Necesito prepararte? – pregunta Shanks, contra los labios del kagema –

 

– No – contesta Luffy, sus manos aprieta los marcados hombros del capitán – me preparo siempre antes de atender un cliente

 

– Que considerado – murmura Shanks, enterrando su nariz contra el cuello del kagema y deslizando sus manos contra el trasero de Luffy, separándolo con sus manos y posicionado la punta de su pene contra la entrada. Se encuentra con un poco de resistencia para deslizarse dentro debido a su tamaño y el kagema arquea su espalda cuando el capitán empuja contra su próstata – Ah, parece que te gusta cómo se siente.

 

Shanks camina hacia la pared donde Sanji se encuentra, quien asustado se aleja de la pared creyendo que ha sido visto. Se escucha el sonido de algo siendo apoyado contra la pared acompañado de un gemido.

 

– Esta frí…A – se queja Luffy, en un gemido creciente, si el sonido de piel chocando con piel es indicativo suficiente de lo que sigue ocurriendo al otro lado – 

 

– Tu cara se ve muy bonita así – dice Shanks, su voz suena rasposa como si le costara un esfuerzo monumental sacar las palabras de su garganta – ¿me mostraras una cara aun más bonita cuando te corras mientras te ocupo?

 

Los gemidos de Luffy suenan ahogados y húmedos, no es difícil imaginar la manera en que kagema y capitán se besan, Sanji cree que si se concentra podría identificar a quién pertenece cada sonido de lengua húmeda y boca ansiosa.

 

– Ni siquiera tengo que preguntar si estas cerca de correrte – murmura Shanks, el agujero lubricado de Luffy hace obscenos sonidos mientras el pene de Shanks entra y sale de él – Estas apretando alrededor de mi pene como si quisieras atraparme dentro y hacer que te llene

 

– Cállate y haz que me corra – exige Luffy, a quien Sanji nunca había escuchado hablar así. Hay un silencio breve, antes que Luffy vuelva a gemir tan fuerte que Sanji cree debe haberse escuchado por toda la casa y el sonido de piel chocando con piel llega a parecer doloroso.

 

Hay un gimoteo indescifrable desde el otro lado de la pared por parte del kagema y la risa profunda de Shanks, acompañado del sonido de pequeños besos siendo repartidos en piel.

 

– Te dije que te verías aún más bonito corriéndote mientras te ocupo – murmura Shanks. Sanji escucha pasos alejarse de la pared, y como carece de sentido común vuelve a espiar a través del agujero en la pared. El capitán ha dejado a Luffy sobre el futón, tapándolo con un cobertor y recostándose junto a él.

 

Hay una capa de sudor sobre el cuerpo y de ambos, pero Sanji decide alejarse completamente del espacio en el que estaba cuando ve como el capitán acuna dulcemente el rostro de Luffy, deja un beso inocente contra los labios de este y lo mira con adoración.

Notas finales:

* la escena de intercambio de tazas es lo que realizan los novios en una boda al intercambiar votos aaaaaaaa


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