Steve
Quedé mirando a Tony todo el rato que pasó en silencio. Se veía tan relajado que me parecía increíble que solo con hacer el amor se le pasara todo. Era bueno saberlo. Aunque, yo también me había quitado todo el estrés de golpe. Aún tenía mis límites con esto, pero no había sido tan malo como creía que sería. Una vez me dejé llevar, sin pensar en lo que me haría correr, todo fue puro placer. Ahora ya no me quedan muchas quejas, incluso yo lo propondría, sobre todo si iba a estar fuera en misiones lejos de él.
Tony me miró con una sonrisa y acarició mi barbilla. Su gesto fue tan suave que me pareció realmente tierno.
– Estás muy animado –dije besando su mejilla.
– ¿Cómo no estarlo? –besó mis labios recostándose sobre mí.
Todo su cuerpo desnudo quedó sobre el mío y me tensé levemente, pero ignoré la incomodidad. Era un poco estúpido puesto que acababa de tener aún mucha más intimidad, literalmente había estado dentro de él, pero pensándolo ahora me incomodaba más que cuando lo hacía. No había querido pararme a pensar en lo que estaba haciendo y ahora que sí me ponía nervioso, aunque eso no quitaba el que lo había disfrutado y que quisiera volver hacerlo en el futuro. Porque no solo había disfrutado por mi propio placer, sino por ver que Tony también lo estaba disfrutando. Tenía miedo de no saber hacerlo o de hacerle daño, pero su respuesta había sido tan buena que me hacía sentir bien el poder haberlo hecho, y sé que mejorara con la práctica, porque si algo era seguro es que Tony buscaría esto cada vez que pudiera.
Escondió el rostro en mi cuello dando pequeños besos y sentí una corriente recorrer mi columna. Cuando se ponía tan cariñoso me enloquecía completamente. Este era uno de los rasgos que más había amado descubrir de él, nunca mostraba mucha amabilidad o cariño por los demás normalmente, pero cuando empezamos a dormir juntos me sorprendí porque durmiera abrazado a mí. Luego me contó que era porqué dormir junto a mi apaciguaba sus pesadillas. Eso me lleno de amor al saber cuánto podía afectarle mi tan sola presencia. Pero no solo era a él, cuando me dijo eso me di cuenta que a mí también me pasaba, mis pesadillas sobre la guerra, Bucky o Peggy habían disminuido desde que estaba con Tony. Había influido tanto en mi vida sin que me diera cuenta que no me cabía duda de lo especial que era para mí y lo mucho que le amaba. No esperé jamás que podría amar a un hombre y mucho menos como Tony, pero ahora mismo no quería ninguna otra cosa, no cambiaría absolutamente nada. Estoy exactamente donde quiero estar.
– ¿Steve? –Susurró aun escondido en mi cuello.
– ¿Si?
– Creo que definitivamente soy gay.
Le miré algo extrañado por lo rotundo que sonó. Hasta ahora a pesar de estar juntos decía que no se veía como gay, por eso me extrañaba su repentina afirmación.
– ¿Por qué dices eso? –Pregunté.
– Me acabas de dar el orgasmo de mi vida, Steve –murmuró–. Después de haber probado esto no pienso volver a tocar a una mujer.
Fruncí el ceño y negué.
– Pero si solo te pasa conmigo no quiere decir que seas gay, yo aún veo la belleza en las mujeres aunque te prefiera a ti.
Apoyó las manos en mi pecho para elevarse y mirarme de frente.
– ¿Me estás diciendo que te gustan hombres y mujeres y tengo de competencia a toda la humanidad? Que tranquilidad... –dijo con sarcasmo.
– ¿Eso es lo único que has sacado de lo que he dicho? ¿Qué hay del "te prefiero a ti"?
Dio un gran suspiro bajándose de mí y tumbándose boca abajo en la cama mirando en la otra dirección.
– Espero que eso nunca cambie –murmuró bajo.
Me arrimé a él y le abracé por la espalda besando uno de sus hombros, recibiendo la respuesta de mi cuerpo al contacto dónde hace apenas 10 minutos había estado.
– Espero lo mismo, porque ya no sabría estar sin ti, Tony –susurré junto a su oído.
Me miró de reojo sin moverse y pude ver el atisbo de una sonrisa en su rostro. Con mis piernas abrí las suyas intencionadamente para rozarme completamente con él. Le salió un leve gemido desde la garganta y alzó la cadera para tener un contacto completo.
– Te amo, Tony, no dudes de ello –di un delicado beso bajo su oído–. Nadie hubiera conseguido esto, tan solo tú –di otro beso–. Solo quiero que me toques tú y por eso te prometo que algún día dejaré que tú seas el único dentro de mí –terminé con otro beso, sonrojándome levemente.
Su sonrisa se terminó de formar y giró su cabeza cuanto pudo para besar mis labios.
– ¿Me darías tu virginidad? –Preguntó entre besos.
Me enrojecí más.
– Técnicamente ya te he dado parte de ella... –murmuré un poco avergonzado al darme cuenta de ello.
Tony trató de darse la vuelta y levanté mi cuerpo en una flexión para darle el espacio para moverse. Giró completamente, enredando su piernas con las mías.
– En ese caso yo te he dado una también –sonrió–. Con la otra ya no puedo hacer nada, pero prometo que ya solo te pertenece a ti.
Hubiera preferido que esa última parte no la mencionara, pero es algo que desgraciadamente sé muy bien y debía conformarme con la parte buena. Una parte de él solo había sido mía.
– Quién diría que Tony Stark, el gran reconocido mujeriego, podría tener alguna virginidad que quitar –bromeé.
Apretó mis mejillas con una mano, dejando mis labios como los de un pez.
– Muy gracioso, Rogers –dijo con ironía, dándome un beso.
– Es broma, me gusta la idea de haber sido el primero en algo –le sonreí.
– Y espero que seas el último.
– Eso me gusta todavía más –respondí–, pero lo mejor es que tú seas mi único.
– Mío por delante y por detrás –puso las manos en mi espalda y las bajó hasta llegar a mi trasero–. Todo.
Me tensé con sus caricias y por lo que sus palabras significaban. Realmente quería darle todo, pero no me sentía listo. Aun me costaba asimilar el estar con Tony y acostarme con él, así que el paso de dejar que algo entre en mí aún estaba un poco lejos. Aunque de verdad quería ser todo de él, he prometido que algún día le dejaría y cuando pase quiero estar listo para poder disfrutarlo como él conmigo. Nada me haría más feliz que hacerle feliz de esa manera.
Después de este gran paso juntos me sentía completamente feliz de estar junto a Tony, y aunque haya tirado a la basura muchas de mis creencias con esto, no me arrepiento en absoluto. Pienso amarle y hacerle el amor todo el tiempo que dure nuestra relación, que espero que sea por muchos años, por no decir toda la vida.