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REGRESA A MI por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola, les traigo el capítulo, ya solo faltan dos!!!!!!!!!!!

Capítulo 9.- El amor como debería ser

 

Ikky fue a devolver el auto a la compañía donde lo rentó, encendió un cigarrillo y caminó con las manos en los bolsillos por las atestadas calles de Londres, faltaba una semana para navidad y todos estaban como locos en sus compras navideñas, Ikky estaba completamente helado pero eso no era lo que le molestaba al peliazul, esa tarde por primera vez sintió que había perdido a su esposo, el que estuvo con él en la tarde no era Seiya, no era su Seiya y eso lo estaba matando, Seiya nunca le hubiera dicho que no importaba el hecho de que él se hubiera acostado con otra persona, su Seiya se lo hubiera reclamado dolidísimo y lo hubiera perdonado luego de muchas semanas de intentos fallidos de reconciliación, el Seiya de esta tarde era frío, parco y al parecer no le importaba nada, ese no era su Seiya… no… no lo era…

 

***

Al pie de una zona boscosa, un SUV estaba parqueado con las luces apagadas, estaban al filo de la carretera por lo que podían ver las luces de los autos pasar, era tarde en la noche por lo que no muchos autos habían pasado, en el asiento del pasajero que estaba reclinado, estaba acomodado Ikky que sostenía a Seiya de las caderas, el auto entero se movía en respuesta a los movimientos acompasados de la pareja que hacía el amor con abandono, Seiya gemía y se mordía los labios en completo éxtasis, estaban a punto de llegar al momento cumbre, y cuando lo hicieron, el auto en verdad se sacudió entero

 

Ikky estaba acariciando suavemente la espalda de su novio que le besaba el cuello y acariciaba el pecho, el peliazul buscó los labios de su castaño que se estremeció y se acurrucó en el fuerte pecho de Ikky

- Sabes… amo lo romántico del momento, la luna, la noche, y todo eso pero… estoy perdiendo circulación en las piernas – dijo Ikky acariciando los costados de Seiya que seguía sentado en sus caderas

- ¿Qué estás insinuando?

- Que estás gordito… pero amo cada libra de tu delicioso y apetecible cuerpo – respondió Ikky con una sonrisa porque Seiya se mostró ofendidísimo y quiso moverse pero Ikky lo abrazó y lo besó juguetonamente en los labios

- Tú eres mucho más pesado que yo, no no no… suéltame Ikky… - Seiya se contorsionaba y reía tratando de zafarse del agarre de su novio

- Ven más acá, viene un auto, no quiero que vean tu traserito, es solo mío, quédate quieto – Ikky abrazó a Seiya y lo atrajo  a su cuerpo, lo besó tratando de cubrirlo para que las luces del auto no alumbraran su casi desnudo cuerpo

- Es injusto, tu casi estás vestido, dónde quedaron mis pantalones? – Seiya se incorporó y miró sin encontrarlos, Ikky se estiró y los tomó, habían quedado en el piso del asiento trasero, Seiya se sentó en el asiento del conductor y con dificultad se puso sus boxers, tomó sus pantalones y salió del auto para ponérselos, Ikky solo se subió los pantalones y se acomodó un poco la ropa antes de salir también del auto

- No te lo pongas, eres tan sexy… me encanta tu piel – Ikky abrazó por la espalda a Seiya y sus manos fueron directo a sus pezones, el castaño se estaba poniendo la camiseta y sonrió cuando Ikky no dejó que se la pusiera apropiadamente porque le estaba acariciando descaradamente el pecho

- A mi me encanta que te encante, pero tengo frío – Seiya se volteó y abrazó a Ikky besándolo en los labios, las manos de Ikky fueron por su espalda aún dentro de su camiseta, arrinconó a Seiya contra el capó del auto y lo recostó para besarlo más profundamente

- No hace tanto frío, solo un poquito, además, yo puedo mantenerte calientito – Ikky tomó la pierna de Seiya de tras la rodilla y la flexionó, se acomodó de mejor manera entre sus piernas y lo cubrió completamente con su cálido cuerpo, lo único frío que sentía Seiya era el auto bajo su espalda

- ¿Lo vamos a hacer aquí afuera?, ¿en serio?, estamos al borde de la carretera Ikky… nos van a ver… mmmmm… Ikky… - Seiya gimió al sentir el movimiento de caderas de su novio contra las suyas, el roce de sus miembros por sobre sus jeans era por demás delicioso

- Que nos vean, que aprendan como hacerlo bien…

- No no no… espera… ¿escuchas?, ohhh amo esta canción – Seiya empujó a Ikky que se quitó de encima suyo y se incorporó para ver con una sonrisa en los labios como Seiya bailaba muy sensualmente la canción que tocaba en la radio

- Yo amo como te mueves – respondió Ikky, Seiya se volteó y le guiñó un ojo mientras seguía moviéndose al ritmo de la música, ambos reían e Ikky meneó la cabeza cuando Seiya lo llamó con un dedo

- Ven… no me dejes bailar solito

- Yo no bailo – respondió Ikky muy serio

- Bailas conmigo, ven… ven… - Seiya se acercó al auto, tomó la mano de su novio y lo hizo bajar, Ikky en verdad que no sabía bailar pero eso no impidió que lo intentara, juntos se movieron al ritmo de la música, se besaban mientras bailaban, se acariciaban y reían, bajo la luz de la luna volvieron a amarse, ellos eran jóvenes, estaban enamorados, no tenían preocupaciones en la vida, eran inmensamente felices, no eran personas perfectas, pero eran perfectos el uno para el otro…

 

***

- ¿Quieres que te acompañe Ikky? – preguntó Shun mirando a su hermano ponerse el saco para salir

- No Shun, si quieres ayudarme ve al bar, los viernes son las noches más ocupadas, yo voy a estar en el departamento, no creo que vuelva esta noche para allá

- Si necesitas ayuda o algo, me llamas, ¿ok?

- Ok., nos vemos mañana a las 10, espero que el camión sea puntual – Ikky besó la frente de su hermano menor y salió al frío de la noche, caminó hasta su departamento, la noche estaba fría pero tenía ganas de caminar, la verdad no quería ir a empacar pero su papá tenía razón, esto tenía que hacerse, así que llegó al departamento en el que vivió los últimos 3 años y se sintió morir, él podía ver claramente cómo las cosas eran antes y como estaba ahora, su departamento en el pasado nunca estuvo completamente ordenado y arreglado como estaba ahora, Seiya usualmente dejaba algo de ropa por todos lados, siempre había un platón de galletas en la cocina, a veces Ikky se tropezaba con sus propios zapatos que habían quedado olvidados en la sala, en fin… si alguien entraba se notaría que alguien vivían en ese departamento, ahora todo estaba en su lugar, a tal nivel que no parecía natural

 

Ikky se tardó mucho tiempo en doblar y guardar la ropa de Seiya, se la iba a mandar a la casa de su padre, la verdad no sabía si la quería o no, pero igual se la iba a mandar, empacó su ropa en dos maletas grandes, eso se lo iba a llevar a la casa de su padre, las cosas de la cocina fueron rápidas de empacar, todo estaba ya listo para acomodar en los cartones que había traído los días previos, Ikky fue por la casa envolviendo cosas y poniéndolas en cartones, los etiquetó y clasificó, en eso se tardó casi tres horas, pero cuando abrió el clóset del cuarto de Max, ahí fue que su corazón se encogió, él ya había empacado su cuna, su mecedora, su sillita para el auto, pero… todo eso aún estaba allí, y el tener que sacarlo ahora… fue demasiado para él

 

Ikky tenía en las manos un perrito de peluche que usualmente estaba en la cuna de su hijo, y lo sostenía como si su vida dependiera de ello, estaba de pie en el marco de la puerta de su habitación y podía ver claramente a Seiya acostado en la cama sonriéndole al bebé que estaba despierto en sus brazos, Ikky estaba acostado atravesado en la cama acariciando el piecito de su hijo, ambos sonreían felices, Ikky tenía grabado ese momento en su mente, siempre pensaba en esos pocos días en los que les duró la felicidad, en esos pocos días en que fueron una familia

 

En esos pensamientos estaba cuando el teléfono sonó, el peliazul fue a contestar pero no le hablaron, le colgaron, así que acabó de poner en cartones más grandes las cosas de Max, recogió las cosas de su habitación, vació la nevera y la alacena, dejó solo los muebles y los electrodomésticos porque hasta la cama desarmó, cuando a su criterio ya estaba todo listo, se sintió profundamente vacío, su vida entera, la vida que tanto recordaba había cabido en varias cajas, su pasado estaba embalado y ahora solo le quedaba el perro de peluche que aún sostenía contra su pecho

 

Seiya no podía dormir, miraba el reloj junto a su cama y no podía dormir, se dio vueltas por más de dos horas hasta que decidió que era inútil, así que se levantó, se vistió, tomó el auto de su padre y salió, manejó por las conocidas calles del centro de Londres hasta que llegó al lugar en donde pensó que no iba a volver a poner un pie nunca más, pero… nunca hay que decir nunca…

 

Sacó sus llaves, supuso bien en pensar que las cerraduras no iban a ser cambiadas, entró al edificio, subió las escaleras hasta que llegó a su puerta, con sigilo la abrió y entró al departamento que ahora estaba lleno de cartones y cajas por todas partes, al caminar por la estancia vio a Ikky dormido profundamente en el sillón, su esposo abrazaba un perro de peluche que Seiya conocía muy bien, en el suelo estaba una botella de whisky y un vaso, seguramente Ikky lo tomó hasta que se durmió, se había tomado una media botella más o menos

 

El castaño miró las etiquetas de los cartones y caminó por el departamento en el que vivió los momentos más felices y más tristes de su vida, se sentó en el suelo y se sirvió un trago en el vaso de Ikky, Seiya miró a Ikky dormir por algún tiempo antes de acariciar suavemente su rostro para despertarlo, el peliazul saltó asustado pero sonrió al ver a Seiya sentado en el piso muy cerca suyo

- Empaqué tu ropa para enviarla a la casa de tu padre, ¿hice bien?

- Si… ¿el resto de cosas te las vas a llevar?, ¿incluido Ralph? – Seiya acarició el peluche que Ikky aún abrazaba

- Si, Ralph se viene conmigo – Ikky se incorporó de mejor manera solo para sentarse en el piso junto a Seiya y tomar el vaso de sus manos, servirse otro trago y tomárselo

- Ikky… ¿te parezco una persona diferente? – Seiya hablaba con mucha tristeza, él veía su vida en dos etapas que se dividían por la muerte de su hijo, eso lo hacía dos personas diferentes, o por lo menos eso es lo que él creía

- Luces igual, eres el mismo Seiya, son las circunstancias las que cambiaron, es la vida la que nos golpeó, pero tú eres el mismo, así como yo soy el mismo, pero ya no somos los mismos, ¿tiene algo de sentido lo que estoy diciendo?

- Extrañamente si, tiene mucho sentido lo que estás diciendo – Seiya le quitó el vaso a su esposo, se sirvió otro trago y se lo tomó, cerró los ojos y suspiró al preguntar: - No vamos a volver a donde estábamos, ¿verdad?

- ¿Y dónde es eso?

- No sé… ese tiempo hermoso en donde veíamos las estrellas acostados en el césped de la facultad, en donde hacíamos el amor en el auto rentado al borde de la carretera, en el puente de madera en donde mirábamos la cascada mientras nos besábamos, en el bar en donde nos emborrachamos la primera noche que lo abrimos e hicimos el amor en la barra… aquí… en este departamento con nuestro hijo, estábamos enamorados, ¿verdad?

- Lo estábamos, pero podemos volver a estarlo si tú quieres – Ikky tomó la mano de Seiya y la besó, el castaño se volteó un poquito y se acurrucó en el pecho de Ikky que lo abrazó y acarició sus cabellos

- Lo siento mucho Ikky – susurró Seiya limpiándose una lágrima

- ¿Qué cosa?

- El haberme ido como me fui, el haber desaparecido de tu vida, en verdad lo siento pero… no podía estar aquí contigo, no podía… yo… no soy tan fuerte…

- Si lo eres – Ikky apretó a Seiya contra su pecho y besó su cabeza, el castaño se quedó quieto y en silencio por un largo tiempo en el que Ikky simplemente lo abrazó, cuando el silencio fue mucho para él preguntó: - ¿En qué piensas?

- Intento recordar su rostro, olvidé su rostro, ya no lo puedo recordar claramente, a veces… recuerdo el color exacto de sus ojos, o la forma en la que me sonreía desde su cuna, o sus manitos cuando apretaban mi dedo, pero… ya no lo puedo recordar completamente – Seiya tomó la botella y sin molestarse en servirse el trago en el vaso, se tomó un bocado directamente del pico de la botella, Ikky le quitó la botella de las manos, levantó su mentón y mirándolo a los ojos le dijo:

- Era algo pálido, tenía una peca junto a la boca, fruncía el ceño frecuentemente, por eso solías decir que iba a tener mi carácter, pero tenía tu nariz, tu mentón, tus mejillas, y mis ojos… tenía mis ojos y mi cabello, pero se parecía mucho a ti, su forma de la cara era igual a la tuya, era el bebé más hermoso que he visto en mi vida – una lágrima rodó por la mejilla del peliazul que no hizo el menor intento de limpiarla

- Lo quiero de vuelta, solo lo quiero de vuelta – dijo Seiya y se podía ver su corazón roto

- Yo también, yo los quiero a los dos de vuelta – respondió Ikky y su expresión valía más de mil palabras, él también tenía el corazón roto, las palabras del padre de Seiya resonaban en su mente, Aioros tenía razón, Ikky los perdió a los dos y Seiya no lo había tomado en cuenta, se cerró en su propia tragedia y no se dio cuenta que se convirtió en parte de la tragedia de la vida de su esposo, lo que menos quería era herir a Ikky, pero eso era lo que había hecho, lo había herido profundamente y él ni siquiera se lo estaba reclamando, solo lo quería de vuelta, nada más

 

Seiya lloró con fuerza, Ikky lo tomó en sus brazos y como muchas veces antes, Seiya se sentó en el regazo de su esposo y lo abrazó con fuerza, este era un momento muy íntimo que no habían compartido en mucho tiempo, Seiya se aferró a Ikky y lloró en sus brazos, Ikky lloró también y estrechó a Seiya contra su pecho, y en mucho tiempo Seiya ya no sintió ese vacío en su alma que lo estaba matando, se sintió como no se había sentido antes, se sintió amado, protegido y más que todo sintió que Ikky lo entendía completamente, que sentía lo mismo que él sentía, que igual la falta de su niño le había marcado el alma, que tampoco era el mismo que antes fue pero en esencia eran las mismas personas, sufrían por lo mismo, sentían lo mismo así sus maneras de expresarlo hayan sido tan diferentes

 

Seiya dejó de llorar pero no se movió de donde estaba, por primera vez en mucho tiempo se sentía bien, se sentía en paz, en los brazos de Ikky encontró el consuelo que no había encontrado antes, el peliazul le acariciaba suavemente la espalda y los cabellos, Seiya se incorporó un poco y miró a Ikky a los ojos, el mayor le acarició el rostro y besó sus labios muy suavemente, Seiya no permitió que el beso se rompiera sino que lo profundizó, abrazó a Ikky con posesividad y sin pensarlo mucho se sacó la bufanda que estaba puesto, se sacó el saco y la camiseta, desabotonó la camisa de Ikky y ambos se recostaron de mejor manera en el suelo de su departamento…

 

Su encuentro fue fuerte, cargado de sentimientos mezclados porque hicieron el amor como si no hubiera un mañana, se entregaron en cuerpo y alma, y cuando todo acabó, Seiya estaba acurrucado en el pecho de Ikky que le estaba acariciando los cabellos

- Te amo – susurró el castaño

- Lo sé – respondió Ikky cubriéndolos a ambos de mejor manera con la manta en la que estaban envueltos

 

Notas finales:

Ya solo falta el capítulo final, muchas gracias por leer y seguir el fic hasta aqui, y espero que les guste en lo que acaba


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