Saga escucho atentamente la historia contada por Aldebaran, como llegaron esos vecinos y en pocos días se dieron cuenta que eran dos vampiros, dos seres inmortales que decían eran sus compañeros, la reencarnación de sus antiguos amantes, hablaron de la sangre, de los cuartos, de lo poco que sabían, tambien de Shaka, el tipo rubio que deseaba matarlos.
-Nunca entenderé porque los vampiros se obsesionan del pasado...
Saga parecía demasiado tranquilo, como si no hubiera nada que temer, como si sus problemas fueran cosa de ninos, el supuesto cazador de vampiros se alejo de ellos, para vestirse en su habitación, que estaba cubierta por un biombo, saliendo con ropa oscura, un abrigo, una bufanda y unos lentes, no sabían si eran falsos, pero si que se veía bastante apuesto, sin ese vestuario tan llamativo.
-Como veo las cosas, ustedes pueden darle una oportunidad a esos vampiros, pero... no creo que los dejen en paz si llegaran a pedírselos, nunca lo hacen, están imposibilitados para eso.
Harbinger estaba cruzado de brazos, sentado en uno de los sillones, aldebaran a su lado sostenía sus rodillas con ambas manos, mirándole fijamente, con una expresión entre miedo y desagrado.
-Le prometí a Mu que le daría una oportunidad y no puedo romper mi palabra.
Saga asintió, pero no creía que eso tuviera cualquier clase de sentido porque no sabia lo que el si, que los vampiros no dejaban de perseguir a sus víctimas, hasta hacerlas suyas o matarlas, nada mas les importaba, aun asi, supuso que eran jóvenes, eran amables, eran hasta un poco inocentes.
-Ustedes son especiales, son toros, gigantes modernos, hijos de la diosa Gea, son lo mas cercano a un vampiro, un hombre lobo o un licántropo, sin ser necesariamente un no-humano, por eso les dicen asi, toros, y hay muy pocos, contados con los dedos de una sola mano.
Harbinger y Aldebaran se observaron entre ellos, preguntándose si lo que decía Saga era cierto, si en realidad eran lo que decía que eran, preguntándose si podría ser esa laa causa de la locura del vampiro, de los dos vampiros, de esos seres que los perseguían, que se mudaron a lado de lo que fuera su casa.
-Mu parece ser un hombre bueno, un hombre amable, pero yo no quiero ser un vampiro, yo no deseo ser inmortal, asi que no se que hacer, como detenerlo, si en realidad puedo hacerlo.
Harbinger acariciaba la idea de ser un inmortal como los de las películas, pero no creia que eso funcionara asi, a lo mucho, seria el sugarbaby de un vampiro, que si o había perseguido durante todos esos siglos, o el tiempo que los hubieran buscado, no podía estar mas que obsesionado de su persona.
-Yo tampoco quiero ser un vampiro, si debo ser el sirviente de Kiki, debo ser su igual, pero por lo que dices no parece que eso exista en su forma de pensar.
Saga asintió, sirviendo tres vasos de licor, uno para cada uno, esos toros como el que había conocido de nombre Hasgard, tenían una fuerte intuición que casi nunca se equivocaba, asi que lo mejor era actuar de una vez, proteger a estos muchachos, darles lo que necesitaban para mantenerse vivos.
-Tienes razón, cuando un vampiro obliga a un mortal a convertirse, generalmente su relación es una de esclavo y amo, no de iguales, pero... me gustaría que bebamos de este elixir, asi podré ver su historia con ellos, porque parecen taan obsesionados de ustedes.
Los dos toros compartieron una extrana mirada, para asentir al mismo tiempo, bebiendo del elixir, siguiendo las ordenes de Saga, que tambien bebió a su lado, esperando poder sentir o ver los sucesos que les unían a esas criaturas.
-Vean lo que vean, nada es real en este momento, lo fue en el pasado, pero eso ya es historia antigua.
Pronuncio relamiendo sus labios, para empezar a ver con sus ojos inmortales aquellas vidas, reviviendolas junto a esos toros, que llevando una mano a su cabeza, una actitud común para esos casos, empezaron a revivir aquellas vidas, sintiendo el dolor del pasado, el amor, y la tristeza, comprendiendo que Mu y Kiki eran esos hombres del pasado, uno aquel que vendió a dos muchachos a unos monstruos, el otro, un vampiro que le habia esclavizado.
-Lo que vean es real...
Saga podía ver que eran aquellos que vendieron a los hermanos, no los dos, pero si uno de ellos, pudo ver el dolor de Aldebaran, su arrepentimiento, especialmente, cuando se mato para pagar sus pecados, encontrando muy irónico que ahora el fuera la víctima de la persecución de esos vampiros y que estuviera en sus manos, ayudarle, con Harbinger, el era un muchacho con un pasado triste, puesto al cuidado de un monstruo, que siempre quiso transformarlo en su compañero.
-Yo... yo entregue a esos ninos a esas bestias...
Susurro Aldebaran, pensando que se merecía aquello que le había pasado, que Mu lo persiguiera como el permitió que dos monstruos dañaran a esos hermanos, cerrando los ojos, sintiéndose un monstruo, un ser sin honor, ni piedad.
-El no era mi amante, sino mi amo...
Harbinger comprendió que Kiki era un monstruo, que desde siempre había intentado esclavizarlo, que en su castillo le tenía encadenado, semidesnudo, como si fuera un vil objeto, tragando un poco de saliva, sintiendo nauseas de tan solo pensar en que deseaba corresponderle a ese vampiro.
-Ellos no son ustedes... sus pecados no son los suyos, pero si son los de esos vampiros... y los vampiros nunca cambian...
Saga respiro hondo, ayudándole a sentarse a los dos toros que se veian las manos, que no comprendían la diferencia entre ambas vidas, pero si el peligro en el cual se encontraban, los dos siendo perseguidos por unos vampiros obsesionados con sus vidas.
-Puedes ayudarnos... puedes evitar que esos dos den con nosotros, que nos maten.
Saga podía evitarlo, podía detener aa esos vampiros, y lo haría, porque el nunca ayudo a un inocente, pero ahora si podía hacerlo, en este momento podía limpiar su alma de ese pecado, de ese terrible error de su pasado.
-Yo los protegeré, no dejare que los lastimen.
Fue su respuesta.
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Les deseo un hermoso fin de año, un mucho mejor inicio, que todos sus deseos se vuelvan realidad, y que lo pasen muy bien, este es el último capítulo de vampiros del año, y se los ofresco como un regalo de fin e inicio de año.
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