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No es tan súper ser súper por Verdadero98

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NO ES TAN SÚPER SER SÚPER


CAPÍTULO 4


Al día siguiente sí desperté en mi habitación, pero no fue mi alarma quien me hizo el favor, tampoco los gritos de Nao pidiendo que dejáramos de gritar, fue Midori, abriendo mi puerta con una patada.


-¿¡Qué crustáceos te pasa!?-. Aventé mi almohada directa a su cara. -¡Son las 4 de la madrugada!-.


-¡Pero en algún país ya son las 7 am!-. Pfff, claro que lo sabía, vaya, me sabía todos los husos horarios del planeta, pero…


-¿¡Y ESO A MÍ QUE ME IMPORTA, VIEJA EBRIA!?-. El que me interesaba era el de Japón, porque ahí dormía.


-¿¡Me dijiste vieja!?-. Sí, la parte de ebria le importó un comino.


-¿¡Además de vieja, sorda!?-. Detestaba con toda mi alma que me levantarán tan temprano.


-¡SOLO TENGO 30 AÑOS!-.


-¡Y yo 16, así que sí que estás vieja para mí!-.


-¡VIEJA MISS MARIA!-.


-¿Qué yo qué, agente Midori?-. La vi palidecer, sonreí, ese sí que era un buen servició de karma instantáneo. Balbuceó como idiota, la vieja le mandó elegantemente a la mierda, salió de mi habitación, con eso, caí en el error de creer que podría volver a dormir. -Joven Kuga, salga de la cama-. Gruñí. -No me gruña señorita-. Obvio volví a gruñir. -Vaya modales-. Saqué mi mano de debajo de las sabanas y le enseñé el dedo medio. -¡KUGA!-.


-¿Sí, vieja amargada?-. Dije con fingida inocencia.


-Ya levántese, es hora de iniciar su ejercicio matutino-. Su voz sonó maliciosa, estaba disfrutando eso.


-Mierda-. Mascullé quitándome las sabanas.


-Kuga…-. Odié con todo mi ser que la momia mostró ante mí uno de mis mayores enemigos, el temible e imponente frasco de palabrotas. -¡Ahhh no! ¡Eso sí que no!-. Lo sacudió con una pequeña sonrisa, podía oler mi miedo la muy maldita.


-Saeko me dijo que si te escuchaba…-. Me teletransporté sin meditar el destino.


-Ara, ¿Será costumbre?-. Ni yo entendí como terminé en la habitación de Shizuru. -Tal vez Natsuki sí es una atrevida-. La picardía de su sonrisa era de lo más bochornosa.


-¡Puedo explicarlo!-. Y como no, había aparecido justo cuando se estaba vistiendo.


Me dio una de sus miradas tipo escáner. -Esa pijama también es… tierna-. De los creadores de mi pijama de ositos en motocicleta, llegó la de gatitos astronautas.


-¡Yo…


-Así que huiste con la joven Fujino-. Para acabarla de joder, la vieja entró al lugar, al menos Shizuru ya estaba completamente vestida. -No esperaba que fueran amigas-.


-¡Sabía que sí lo eran!-. Gritó Mai desde el pasillo.


-¡MALDITA SEA DÉJEN DE GRITAR!-. Y Nao desde su habitación.


-Ara, y yo que quería estar a solas con Natsuki-.


-¡Shizuru!-.


En verdad que cada segundo era más tentador ponerme de rodillas y suplicarle a Saeko que me dejara regresar a casa.


Experimenté una enorme sensación de malestar cuando nos informaron que a partir de ese día, iniciaríamos nuestra rutina diaria dándole 15 vueltas a la pista de atletismo, aunque me sentí un poco mejor sabiendo que no era la más miserable de Garderobe, estaba Cocinero-kun, quien sospechaba que nos deseaba una muerte lenta y dolorosa, tal vez hasta le pedía a Kamisama que durante un entrenamiento nos matáramos entre nosotras.




Lo que vi en la pizarra electrónica no me hizo ni una pizca de gracia, digo, Saeko no le había vendido mi alma al gobierno para que…


-¿¡Por qué carajos veremos matemáticas!?-. Nao fue la portadora de la duda de todas. En la pizarra decía: Bienvenidas a clase de matemáticas, y Midori sonreía como si eso en verdad tuviese algo de bueno. -¿¡Para que me servirán las matemáticas en la lucha contra el mal!?-. Intenté imaginarme una situación donde despejar X fuese de vida o muerte, pero era simplemente ridículo.


Antes de respondernos, Midori eructó y una llamarada pasó sobre mi cabeza. -¡OYE!-. Estaba harta de que todos los accidentes terminaran conmigo como casi victima de homicidio.


-Sirve para mejorar tus reflejos-. Gruñí, reflejos, aja claro. -Miss María quiere que además de entrenar sus cuerpos, entrenen sus neuronas-. Como era de esperar, la fuente de todas nuestras desgracias era esa vieja amargada. -Y lo crean o no, esto sí les ayudará a combatir el mal-.


-Dime como el resolver ecuaciones hará de Japón un lugar mejor-. Y la perra, digo Nao, seguía y seguía.


-Les ayudará a ampliar y agilizar su mente, para que mejoren su capacidad para resolver conflictos-. Suspiré, el punto era que no nos libraríamos de esa clase. -Ahora que si quieren hacerlo más emocionante, mientras resuelven sus ejercicios puedo escupirles fue…


-¡NO!-. No tenía ganas de perder mis cejas o peor aún, de ser rostizada viva.


-Bueno, bueno, entonces iniciaremos con un pequeño examen-. Maravilloso…


El "pequeño examen" era de 10 hojas, y puedo jurarles por todo lo bueno en mi vida que esa cosa parecía nuestro ingreso no a la universidad, no señor, sino que a la jodida NASA. La primera pregunta, a alguien normal le habría hecho aferrarse a esa rayita donde debía escribir su nombre, lo positivo de eso, era que yo no era "normal", comencé a resolverlo sin mayores problemas.


-¿Cómo es que puedes resolver esa cosa, Kuga?-. Ignoré a Nao. -¿Qué clase de trampa utilizas?-. Seguí escribiendo. -¿Acaso hiciste un pacto con el diablo?-. Dejé el lápiz.


-¿Tan difícil es creer que soy buena en matemáticas?-. Gruñí molesta.


-Pues…-. Mai.


-Es que…-. Mikoto.


-Ara…-.


-¡Oigan!-. Eso sí que me indignó.


-No nos culpes, tienes una pinta de delincuente que rivaliza con la mía-. Miré feo a Nao, dejé de hacerlo al recordar que sus miradas si que podían matar.


Ahora, pongamos las cartas sobre la mesa, porque quiero que quede bien claro que no era Wikipedia y no tenía el conocimiento cósmico del universo, pero para las matemáticas era condenadamente buena, siempre lo había sido, era un efecto colateral de mi poder de teletransportación. Véanlo de este modo, como dije, podía ir a donde quisiera, siempre y cuando supiera como llegar, con esto claro, les digo que en mi cabeza había una especie de GPS que me ayudaba a localizar las ubicaciones de mis puntos de teletransportación, pero para ir de uno a otro, debía realizar ciertos cálculos que involucraban mi velocidad de teletransportación, la rotación y traslación de la tierra, las coordenadas geográficas y demás detalles que procesaba en cuestión de nada, casi como por arte de magia.


Era algo así como una calculadora humana con memoria fotográfica para la geografía. Según Saeko, eso me hacía calificar como un genio, pero como la escuela nunca me había interesado, nadie lo sabía, y no era como que me importara mucho, después de todo, para mí era algo completamente normal.


-Mira telescopio láser, si no fuera buena en esto, aparecería en el fondo del océano o en el espacio exterior, así que cierra la boca-. Seguí resolviendo mi examen.


Midori, fiel a su costumbre, se quedó dormida sobre el escritorio, no hicimos por despertarla, durmiendo no escupía fuego, bueno no tanto.


Al acabar mi examen, vi de reojo que Shizuru miraba el suyo con resignación, repito, esa cosa estaba hecha prácticamente para no ser resuelta, no era culpa de ella no poder hacerlo, sin decir nada, le indiqué con un gesto disimulado mis hojas. -¿Segura?-. Dijo con sorpresa, asentí. Aunque Midori no podría vernos, fue copiando de un modo tan disimulado que ni yo habría sospechado que me estaba copiando.


Entonces… "Psss, Natsuki" La honesta de Mai resultó no ser tan honesta. "Pásame las respuestas" Pero supongo que para situaciones desesperadas, medidas desesperadas.


Fruncí el ceño. "¿Por qué debería ayudarte?"


"Porque te debería un favor…" Ni siquiera tuve que pensarlo.


"¿Cómo adjunto imágenes aquí?" Shizuru seguía copiando mis hojas, pero las recordaba de memoria.


5 minutos después le había pasado todo a Mai, y siendo sincera, estaba completamente segura de que ella se lo pasaría a Mikoto. "Por cierto, Nao quiere decirte algo" Cambió el canal mental.


El poder de telepatía de Mai que funcionaba más bien como un servicio de mensajería, permitía establecer contacto entre los demás, con el detalle de que ella era como el servidor principal, o séase que todo pasaba por su cabeza también, aunque si podía bloquear a los demás para hacer canales "privados".


"¿Qué mierda quieres?" En mi cabeza no existía la palabra mermelada.


"Jojojo, darte las gracias por las respuestas"


"¡HIJA DE…"


"DE FRUTA!" Se burló, y Mai apagó la telepatía para que no nos diésemos de a telepaticoputazos en su cabeza.


La maldita de Nao había usado su supervisión junto con la visión de rayos X para ver todas mis respuestas, si era bruta pero no tonta la hija de puta.


1 HORA DESPUÉS


-Muy bien-. Midori ya había despertado y revisado nuestros exámenes. -¿Quién le copió a quién?-. Tenía las hojas desplegadas sobre su escritorio, me veía fijamente a mí.


-No sé de que hablas Midori-. Me encogí de hombros.


-¡Que me digas Midori Senpai!-.


-Midori o vieja, tú decides-. Me crucé de brazos.


Entrecerró los ojos. -Que demonios-. Pero al final también se encogió de hombros. -No me pagan para evitar que hagan trampa. Por lo menos van entendiendo la parte de trabajo en equipo-.




La siguiente clase fue "Desastres Naturales", para esta no hubo peros de nuestra parte, incluso yo comprendía la importancia de verla.


Uno de los principales motivos de Garderobe para juntarnos, había sido precisamente el de contrarrestar a la ola de desastres naturales que había estado sufriendo Japón durante los últimos meses, tsunamis, terremotos, huracanes, tornados, incendios, tormentas eléctricas, de un momento a otro, habían comenzado a manifestarse sin una explicación lógica, y creían firmemente que nosotras podríamos ser la pieza clave para disminuir las perdidas.


No me cabía en la cabeza como demonios, cinco adolescentes, le haríamos frente a una ola gigantesca o a un tornado, pero más me valía ir aprendiendo la manera.


Las primeras clases iban a ser solo teóricas, después empezaríamos con la práctica, y según Midori, aunque sería por medio de simulaciones, las sentiríamos bastante reales.


Volviendo al punto, el tema de ese día era: Tornados.


No quería morir joven, así que mejor puse atención.


-El tornado es uno de los fenómenos meteorológicos más peligrosos, y es el que libera más energía-. Para variar, Midori tenía una expresión seria. -Básicamente es una columna de aire gigantesca que gira de forma rápida y violenta-. Nos explicó como se formaban. -¿Alguna vez han visto uno de cerca?-.


Levanté la mano. -¿Qué tan cerca, Natsuki?-. Hice una mueca, el recuerdo no era uno exactamente bueno.


-Estuve en él-. Todas voltearon a verme.


-¿Qué mier… -. Shizuru calló a Nao con una de sus mini descargas eléctricas.


-No sabía que había uno cuando me teletransporté-. Dije de mal humor. -Y bueno… aparecí en medio de las corrientes de aire-. Me habían golpeado de manera bestial, el equivalente a que me golpease un camión, una comparación que literalmente podía permitirme, ya que también me había pasado, ya saben, desventajas de mis superpoderes, podía hacer cualquier calculo de coordenadas, pero había factores que simplemente eran imposibles de calcular.


-¿Cómo es que estás aquí para contarlo?-. En los ojos de Mai veía un claro: Quiero creerte, pero es difícil hacerlo.


Sentí la mirada de Shizuru super clavada en mí, supuse que tenía la misma duda. -¿¡Peleaste con el tornado!?-. Y Mikoto estaba emocionada al imaginarme en un ring con el tornado.


-Claro que no-. Casi escupí las palabras, eso no le quitó el entusiasmo. -Y si estoy aquí quizá es solo por suerte. Al aparecer en el tornado, automáticamente mi cuerpo se endureció-. No iba a decirles que debido al pánico tardé 30 largos y tortuosos segundos en reaccionar. -Poco después me teletransporté de regreso a casa-. Y Saeko me metió una regañada marca diablo, por ir al único lugar que aquel día me pidió no visitar, porque ella sí sabía del tornado, y me lo dijo, pero… traía puestos los audífonos cuando lo hizo, maldita vida, moraleja, préstenle atención a su madre o pueden terminar en medio de un desastre natural.


-Vaya… me alegró de que no estés muerta, volviendo a la clase-. Midori no tenía la mayor delicadeza del mundo, pero como en ese salón nadie, ni la buena de Mai, la tenía, no era un problema. -Para categorizarlos nos basaremos en la escala de Fujita mejorada, esta tiene 6 niveles, que van de EF0 a EF5…


El resto de la clase consistió en explicarnos que debíamos aprender a analizar el desastre en cuestión, para ver quien de las cinco era la más apta para tratarlo directamente, como por ejemplo, Mikoto sería nuestra carta de triunfo en una inundación, así como Shizuru lo sería en una tormenta eléctrica.


También nos explicó que debíamos meditar a fondo sobre nuestros superpoderes para encontrarles un uso aun cuando la situación dijera a gritos que no podíamos hacer nada, porque nosotras íbamos a ser superhéroes, y para los superhéroes no había imposibles…sí claro, aun no podía tragarme ese cuento, pero si tendríamos que vendérselo a los japoneses, iba a tener que creérmelo primero para hacérselos creer a ellos.


Debíamos convertirnos en la esperanza de Japón, a cualquier costo, o eso decía Garderobe.




A LA HORA DEL ALMUERZO


Entramos a la cafetería. -¿Nos extrañaste, Cocinero-kun?-. Nao le sonrió con malicia al pobre chico.


-¡Atrás, atrás Satanás!-. Y Cocinero-kun se escondió en la cocina. -¡Dejé la comida en su mesa!-.


Me senté en silencio. -Entonces a Natsuki le da por aparecer donde menos se espera-. Shizuru se sentó a mi costado derecho, como que le gustaba mantenerse de ese lado.


-Lo del tornado fue un accidente-. Mascullé, mientras servía en mi plato una ración de 40 alitas extra picantes.


Ella agarró un plato repleto de boneless BBQ. -¿Y lo de esta mañana también fue una accidente?-. Sentí que me atragantaba con el bocado de alita. -Ara-. Me pasó un vaso con agua, le di un trago. -Pero sabes, atrevida o no, te veías muy linda con tu pijama-. Y luego casi me atraganté con el agua.


Mi vergüenza no aumentó gracias a que Nao estaba ocupada causándole más traumas a Cocinero-kun, mientras que Mai le explicaba a Mikoto que no siguiera el ejemplo de Nao o nos quedaríamos sin cocinero.


-Todo…-. Respiré profundo. -Todo tiene una explicación-. En realidad no la tenía, no sabía porque de todos los lugares posibles, me había teletransportado a su habitación. -Yo… ¿Y si mejor cambiamos de tema?-. Sonrió, ella sabía que yo no tenía una excusa.


-Claro-. Lo meditó dos segundos y entonces me preguntó como había descubierto mis superpoderes.


-Bueno…-.


Según lo que me contó Saeko, tenía 11 meses de nacida cuando se manifestaron mis poderes.


Mis padres estaban en la sala, y de la nada, yo atravesé el techo, de pura chiripa Saeko alcanzó a atraparme. -¿¡Pero qué!?-. Gritó mi padre.


Luego me teletransporté por primera vez, de los brazos de Saeko a la cabeza de él. -¡Ahhh! ¡Quítame esa cosa, quítamela!-.


-¿¡Cosa!? ¿¡Cómo que cosa!? ¡Es nuestra hija!- Me teletransporté a la cocina, cerca de los cuchillos. -¡No Natsuki, no!-. Saeko corrió allá, antes de que llegara ya estaba sobre el refrigerador. -¡Ven con mamá, con mamá!-.


Yo me reía, ella estaba histérica y él se había desmayado.


Después de eso, papá se fue por cigarros y nunca volvimos a saber de él. Sin embargo, Saeko, ella sí que tuvo los ovarios bien puestos para criarme por su cuenta, aunque en ese momento no entendía que demonios estaba pasando conmigo.


-¿Y tú?-. Le pregunté.


-Causé algunos problemitas…-. Como que le daba vergüenza decirme, eso era nuevo, esos primeros tres días había sido yo la que se la pasaba avergonzada.


-Hey vamos, acabó de contarte que causé el divorcio de mis padres-. Técnicamente no era mi culpa que mi padre no tuviera los suficientes para criarme, pero entienden la idea. -No puede ser peor que eso-.


-Uy sí que puede serlo-.


-Nahh no lo creo-.


-Pues…


Shizuru tenía un año cuando su electrizante personalidad salió a flote.


Justo cuando su mamá le estaba dando un baño se le escapó su primera descarga eléctrica.


Y su madre la recibió de lleno. -¡AHHH!-. Por fortuna la descarga solo la tiró al suelo y le dejó el cabello como estropajo ahumado. -¡Cariño, ven acá!-. Le gritó a su esposo, cuando entró, Shizuru chapoteaba feliz en el agua.


-¿¡Amor!? ¿¡Qué te pasó!? ¿¡Estás bien, Shizuru está bien!?-. No sabía a cual de sus dos mujeres debía ayudar.


-¡Cárgala y míralo por ti mismo!-. Sacó a su hija del agua.


-¡AHHH!-. También le soltó una descarga y terminó en el piso junto a su esposa, aunque aún cargaba a Shizuru, la electricidad no le había permitido soltarla. -¡Shizuru, cariño, suelta a papá, suéltalo!-. Aparte también le había agarrado el brazo con sus manitas. -¡AHHH!-. Y se lo rompió sin querer.


Los padres de Shizuru eran muy especiales, porque en lugar de asustarse o llamar a emergencias…


-¡Es super fuerte!-. Gritó su madre emocionada.


-¡Papá está orgulloso!-. Al diablo su brazo roto y el haber sido electrocutados, ¡Su hija tenía superpoderes! -¡Amor, saca una foto de esto!-. Los tres le sonrieron al celular, justo cuando la tomaron, Shizuru volvió a electrocutarlos.


-Vale, casi matarlos es peor que causar su divorcio, tenías razón-.


-Te dije que sí que podía ser peor-. Sonrió. -La peor parte, es que colgaron esa foto en la sala-.


-Bueno… ahora entiendo porque a tus padres les emocionó tanto la idea de que seas un superhéroe-. Vaya, mis poderes hicieron que mi papá se fuera por cigarros, y los suyos que tenían potencial mortal emocionaron a sus padres, que cosas.


-Y yo me voy haciendo a la idea de porque tu madre te sigue tanto la pista-. Saben, iba agarrándole el gusto a eso de platicar, solo con Shizuru, pero algo era algo. -Aunque es una locura que adiviné donde estás, o donde no estás, no me queda clara esa parte-.


-Aquí entre nos, y entre Nao-. La maldita estaba en la cocina, a 10 metros de distancia, volteó y nos sonrió burlona, sabía que estaba en todo. -Saeko me puso un chip rastreador, es un martirio-.


-¿Y por qué no te lo quitas?-. Con mucho gusto lo habría hecho pero…


-Llevó 16 años intentando saber dónde me lo puso-. Era un completo misterio, conociéndola, bien podría habérmelo puesto en una muela o en el culo, jamás iba a saberlo.


-Ara, que dilema-. Puso una cara pensativa que a mi me dejó desconcertada.




Una vez que terminamos de comer, salimos de cafetería con rumbo a nuestra siguiente clase.


-¿Quién diseñó nuestro horario?-. Le preguntó Mai a Midori.


-¿Por qué lo preguntas?-. Con eso supe que ella quería ver si le echaba el muertito a alguien más.


-Porque…


-¡Porque tenemos ejercicio y acabamos de almorzar!-. Quedó más que claro que si Mai sería la consciencia del equipo. -¿¡Acaso quieren que vomitemos todo!?-. Nao iba a ser la voz, una que decía las verdades como puños.


-Fue Miss Maria…-. Intentó limpiarse las manos.


-¿Qué yo qué, agente Midori?-. Pero le salió el tiro por la culata.


Más de una vez llegué a preguntarme si la vieja también tenía superpoderes, porque antes de darte cuenta ya la tenías a un lado o detrás de ti. -Yo…-. De nuevo, Midori balbuceó, se le trababa más la lengua así que cuando estaba ebria.


-Retírese por el momento, llevaré a las chicas al gimnasio-. Seguimos a la vieja.


-Señora fósil…


-¡Mikoto!-. Una Mai muy nerviosa le tapó la boca. -¿Qué te dije?-.


-Asjjopwshf-. Retiró su mano. -Me dijiste que no la llamará señora momia-.


-Dile Miss Maria, ¡Miss Maria!-.


-Aquí es donde Edna Moda aparece y nos agarra a golpes con el periódico-.


-Ya vas a empezar con tus referencias Nao…-. Gruñí.


Vi aparecer el tic en el ojo de Miss Dinosaurio. -¿Sí, joven Minagi?-. Creo que si por ella fuese nos habría agarrado a periodicazos, pero no tenía un periódico a la mano.


-¿A que zona del gimnasio iremos?-.


Ohhh sí, es que ustedes no lo saben, teníamos una hoja con nuestro horario, sí, pero este solo indicaba "Clase", "Ejercicio" o "Comida", no nos decía donde ni de que, por eso los primeros días nos trajeron de un lugar a otro con guía incluido.


-A la cuarta zona-. Si no mal recordaba, algo imposible si hablábamos de un lugar, esa era el área de artes marciales, eso me puso de buen humor, no habría sido así si hubiera sabido la que me esperaba allá.


-Ohhh fantástico, seremos Kung Fu Panda versión X-Men-. Todas ignoramos a Nao.


Nos trasladamos hasta el gimnasio, podía llegar a ser absurda la distancia entre punto y punto dentro de Garderobe, con esa caminata, más la plena confianza que tenía en mi sistema digestivo, estuve segura de que no tendría problema alguno con hacer ejercicio después del almuerzo.


Cuando las puertas de la cuarta zona se abrieron, lo que vi no fue el ring que vi durante el tour, ahí había una arena de combate, rodeada por una jaula metálica, no creía tener una memoria tan mala como para haber omitido eso. -¿Aquí no había un ring?-. Le pregunté a la vieja, aunque en realidad soné como a: Sé que aquí había un ring, ¿A dónde coño se lo llevaron?


No fue ella quien me respondió. -La cuarta zona tiene múltiples modalidades, cambia según lo que se necesite-. Busqué al dueño de aquella voz, le encontré bajando las gradas que había a nuestra izquierda, mucho más cerca de lo que esperaba. -Miren-. Nos mostró un pequeño control remoto, al presionar un botón, parte del piso se abrió, tragándose la arena de combate, así mismo, de ahí salió el ring que recordaba. Demonios, el presupuesto de Garderobe cada vez me parecía más monstruoso.


-Tú debes ser Kuga Natsuki-. Se paró frente a mí, extendiéndome su mano, la rechacé.


-¿Y tú quien eres?-. Tal vez la pregunta me salió un poquito más altanera de lo que planeaba.


Frunció el ceño, y entonces entendí que también con él llevaría una relación complicada, bueno, supongo que no era extraño, lo raro era que tuviese una buena relación con alguien. -Soy Sergey Wong-. Era un hombre rubio de unos 30 años, alto y de constitución atlética. -Seré su instructor de Combate cuerpo a cuerpo-. La primera impresión que tuve de él, fue que era soberbio, y que no debía tomármelo a la ligera.


-Pero Miss Maria-. Mai tenía cara de preocupación. -¿No sería peligroso que entrenemos con alguien normal?-. Vi al rubio sonreír.


-Joven Tokiha, el agente Sergey no es un humano normal-. Fruncí el ceño, ahí había algo que no me cuadraba. -Al igual que ustedes, tiene superpoderes…


-Alto ahí-. Me daba igual interrumpirla, de todos modos siempre me veía como la manzana de la discordia hiciera o no algo, así que mínimamente le daría un motivo para que lo hiciera. -Dijiste que Midori era la única agente con superpoderes en Garderobe-. Sí por eso la teníamos de mentora aunque era una maldita ebria.


-Cuando les dije eso era cierto, el agente Wong acaba de ser transferido desde otra división secreta, con el único propósito de ponerlo como su instructor-. Seguía sin gustarme la idea.


-¿Y que es lo que puede hacer Sergey-Senpai?-. Esa fue Shizuru, me di cuenta de que ella también estaba tanteando terreno.


Su sonrisa no podía ser más pretensiosa -Soy un experto en artes marciales, y mi superpoder es la velocidad…


-O sea que ahora tenemos también a un Flash con complejo de Jackie-Chan-. En esa ocasión la referencia de Nao sí que me hizo gracia, porque le borró la sonrisa al rubio ese.


-¿¡Qué!?-. Gritó él, probablemente esperaba que lo tratásemos con respeto.


-¿O prefieres Quicksilver al estilo Bruce Lee?-. Sergey se puso rojo del enojo.


-Son todas tuyas-. La vieja se retiró.


Mientras él hacía corajes con Nao por eso de los apodos, fui con Shizuru a los vestidores, Mai y Mikoto nos siguieron de cerca. Por si se lo preguntan, sí, terminé yendo a mi habitación a cambiarme de nuevo, aun no podía lidiar del todo con la intensa y picara mirada de Shizuru.




ALGUNOS MINUTOS MÁS TARDE


Sergey volvió a cambiar la modalidad de la zona, retornando a aquella arena de combate que junto con su jaula metálica, me daba mala espina. No me sentí mejor cuando nos dijo que entráramos ahí mientras él seguía fuera.


El lugar era espacioso, los barrotes se elevaban unos buenos 4 m, y el área mediría alrededor de 20 m x 20 m.


-Esto será como un pequeño examen-. Aprendí por las malas que en Garderobe tenían un concepto muy distinto de la palabra pequeño. -Antes de comenzar a instruirles en esto del combate cuerpo a cuerpo, quiero ver de que son capaces en este momento, para llevar un registro de sus progresos-. Intercambié una mirada cómplice con Shizuru, ya sentíamos pasos en la azotea. -Para eso, se llevará a cabo un combate por equipos-. Las demás también intercambiaron miradas con nosotras, a todas iba cayéndonos el 20 de lo que iba a suceder ahí. -Como son 5, serán 3 contra 2-. El ambiente se volvió tensó, sabía con quién me iba a tocar antes de que lo dijera. -Minagi, Tokiha y Yuuki, contra Fujino y Kuga-.


-¡Oye! ¡Fujino puede electrocutarnos a todas, no es justo!-. Sonreí por el pánico de Nao, a decir verdad, era un alivio estar del lado de Shizuru, la consideraba la más peligrosa de las cinco, sí de potencial mortal hablábamos.


Sergey sonrió con fiereza. -Entonces, tendrás que ser más rápida que ella-. Para él, todo eso era un simple juego.


-¡Pero está con Kuga! ¿¡Como puedes ser más rápido que alguien que se teletransporta!?-. Creo que olvidó el hecho de que yo no podía teletransportar seres vivos, pero vaya, punto a mi favor entonces.


-Si ese es el caso, se más lista-. Declaró como si nada.


-¡PERO ES UNA PUTA CALCULADORA HUMANA!-.


-¡Esto sí que será divertido!-. Comenzó a carcajearse maniáticamente, con eso confirmé que al igual que a Midori, a él le faltaba un tornillo en la cabeza. Quizá la cara de espanto de Mai le hizo reconsiderar que debía verse como un loco, dejó de reír y aclaró su garganta. -Eso sí, no se vale matar a nadie, quedan estrictamente prohibidos los ataques mortales-. ¿El problema? Aun no estábamos muy seguras de que ataques eran mortales y cuales no, porque jamás habíamos combatido en serio.


-Ara, entonces intentaré no freír a nadie-. Joder, joder, joder, la amabilidad de la sonrisa de Shizuru desapareció para abrirle pasó a un gesto repleto de locura. Me dije a mí misma que seguramente era parte de la estrategia para intimidar al otro equipo. Tenía que serlo, no podían estar todos locos en ese sitio, ¿no?


-¡Esto es emocionante!-. O tal vez sí. -¡Quiero ir contra Shizuru!-. Mikoto también tenía una expresión que te hacía dudar de su cordura, aunque bueno, el puro hecho de querer ir contra alguien que levantaba 3000 Kg y lanzaba rayos ya era algo preocupante.


Vi a Mai alzar sus manos y a Nao enrojeciendo su mirada.


-Ay churro…-. ¿Dónde había terminado metida?


-¿Listas?-. Preguntó Sergey. No, no me sentía lista para ir a darme en la madre con mis compañeras, pero no creía que eso fuera a importarle.


-¿Cuándo nos convertimos en el Escuadrón Suicida?-. Dijo Nao entre dientes.


Endurecí mi cuerpo. -Mermelada-. Estaba segura de que eso no saldría bien.


-¡COMIENCEN!-.


Recibí un fuerte golpe en la cabeza, sospeché que había sido Mikoto, porque nadie más habría tenido el ángulo necesario para eso, me teletransporté y le pegué una patada a Nao, pero en ese mismo segundo tuve que esquivar una explosión de Mai, alguien, no estoy segura de quien, pero creo que debió ser Nao por lo sucio de la jugarreta, hizo que la arena del suelo volara por los aires y como resultado el ver más allá de un metro enfrente fue algo realmente complicado, pero como Shizuru estaba justo a mi derecha, tuvo la confianza de liberar una descarga sin miedo a darme a mí en el proceso.


El interior de la jaula se volvió una absoluta locura, con explosiones, láseres y rayos saliendo disparados en todas direcciones. Después de 20 minutos ni siquiera sabría decir con exactitud quien estaba atacando a quién.


En resumen, esa primera batalla fue un rotundo fracaso que terminó en la necesidad de remodelar la cuarta zona, y conmigo en la enfermería, sí, en la enfermería.




Cuando desperté en esa camilla, todas estaban en la habitación, les miré con reproche. -A ver… ¿Quién fue la que me hizo acabar aquí?-. Mai y Nao alzaron la mano.


-Lo siento-. Mai tuvo la decencia de disculparse.


-No me arrepiento de nada-. En cambio Nao sonrió cínicamente.


-¡HIJA DE PUTA!-.


-¡Aleluya, ya no dijo fruta!-. Continuó burlándose. -Este es un pequeño paso para cualquiera, pero un gran salto para Kuga-.


-Pero Nao, hace unos minutos estabas llorando porque Natsuki no despertaba…- Mikoto le delató.


-¡No es cierto!-. Negó de inmediato.


-Sí lo es-. Mai se puso en su contra. -Decías que…


-¡SHHH!-. Le tapó la boca. -¡Cállate o te cortaré las tetas mientras duermes!-.


Mientras Nao intentaba silenciar a Mai y Mikoto, Shizuru me miró con cara de alivio. -¿A que me veo fatal, no?-. Le dije.


-Ara… veamos el lado positivo, Natsuki es realmente resistente-. Bueno, mala hierva nunca muere, o eso me decía Saeko cada vez que hacia una tontería con potencial suicida. -Soportaste al mismo tiempo la explosión de Mai y el láser de Nao-. Definitivamente era un imán para los accidentes. -Tu endurecimiento tiene que ser muy bueno-. Ya…sí que me había salvado gracias a mi control sobre mi densidad y dureza molecular, pero no era porque me hubiera endurecido, fue lo contrario, si las brutas de mis compañeras no me asesinaron, fue porque prácticamente me hice un fantasma y sus ataques me atravesaron, pero no me molesté en aclararlo.


Dejé caer la cabeza en la almohada y gruñí -Pudo ser peor, al menos no me electrocutaste-. Por la forma en que se me quedó viendo…. -No me electrocutaste, ¿Cierto?-.


Sus labios se curvearon con diversión. -Claro que no-. Respiré aliviada.


La vieja ingresó a la enfermería. -Joven Kuga, Saeko dijo que le llamaras cuando recuperaras la consciencia-. Así que le habían avisado…


Habían dejado mis cosas en una mesita al lado de la camilla, pasé saliva antes de tomar mi celular y marcarle a Saeko. -¿¡CÓMO QUE CASI TE MUERES!? ¡MERMELADA! ¡TE PROHIBO MORIRTE ANTES QUE YO!-. Estuvo gritándome durante 10 minutos, en su defensa, estaba preocupada por mí, a su manera, aun así me ordenó seguir en Garderobe.


-¡Pero mamá…


-¡SERÁS UN SUPERHÉROE Y TE GUSTARÁ!-. Colgó.


¿Lo peor? Después de verificar que no tenía daños ni secuelas, nos mandaron de regreso a clases.


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