— ¡Peter! ¡Peter! ¡¿Dónde estás?!
Distinguió la voz de Stony fuera de la cueva. Limpió rápidamente sus ojos, eliminando la humedad de sus mejillas. Stony se asomó a la pequeña cueva, apenas si lograba entrar en ella.
— ¿Papá se escondió de Logan? — Preguntó sin mirarle directamente a los ojos.
— Así es. También Clint. Sólo quedamos Gwen y yo. Logan me reconoció por el teléfono, asumió que Gwen es tu mamá.
— Y... ¿estás molesto? No debimos huir así... — Peter se sentía aún triste y culpable. Stony rió, confundiéndolo.
— ¿Sabes? Es adorable que quieras estar con tu amigo. Es bueno que tengas compañía de otro humano. Entiendo que huyeran para estar más tiempo juntos. Y... respecto a Gwen. — Suspiró. — Ambos creemos en lo que tu papá Peter creía. Defendemos sus principios, este planeta, sus formas de vida... pero sobre todo, a ti. Somos familia.
Peter sonrió, no resistiéndose en abrazar con fuerza a Stony. — Gracias...
Stony acarició sus mechones Castaños. — Y respecto a Gwen... tendremos nuestras diferencias, pero eres nuestra prioridad, así como de Clint. Estamos juntos en esto. Ahora volvamos a casa, vas a congelarte.
Peter asintió, gateando detrás de Stony para salir.
Su hogar era cálido. Tanto Gwen como Clint habían ido hacia sus habitaciones. No era necesario que durmieran, por lo que utilizaban la noche para encontrarse a solas. Clint escuchaba música o practicaba con su arco. Gwen también entrenaba.
Al entrar por la puerta, Jarvis derribó a Peter, lanzándose y lamiendo su rostro. Jarvis era el león azul de su padre. Su melena era un portal a un extraño lugar donde el primer Peter guardaba sus antiguas cosas.
— ¡Jar! ¡Basta! — Le intentó apartar Peter entre risas. — Si estás aquí, ¿significa que los demás también volvieron? — Alzó la vista hacia Stony.
— Revisaremos el granero en la mañana. Por ahora debes dormir.
Peter dejó a Jarvis, dirigiéndose con Stony para que lo arropara como cada noche algún miembro de los Vengadores hacía.
— Stony, ¿puedes contarme de nuevo esa historia? — Pidió Peter mientras le cubría con una manta.
Stony sonrió, retirando sus lentes de sol para mostrarle sus pupilas de distintos colores. — ¿Y después prometes que dormirás?
Peter asintió, acomodándose en su cama mientras comenzaba a narrar.
...
Esta es la historia de dos gemas completamente distintas que servían a diferentes Diamantes, Yellow Rogers y Blue Stark.
Cada Diamante estaba a cargo de múltiples colonias a lo largo del universo.
Yellow era el perfecto estratega. El número de colonias que lideraba era impresionante. Su mando era firme y despiadado. Sus gemas recibían un trato militar. Las jerarquías entre cada tipo de gema son las más evidentes. Le temían.
Blue era todo lo contrario. También muy analítico, pero su especialidad era la tecnología. Sus colonias eran menores, aunque todo el sistema de nuestra especie dependía de él. Cada nave y arma, fueron creadas a partir de su hábil mente. Era muy respetado por sus gemas, a menos que lo contradijeras... entonces se volvía como Yellow.
Pink era un Diamante que basaba su poder en el amor ciego. Yellow y Blue le subestimaban. Sus subordinados eran peligrosos a pesar de lo que los otros Diamantes creían. La primera colonia de Pink sería la Tierra y todo marchaba bien para él, pero tu padre no era tan tonto como para seguir al resto de las gemas. No puedes obligar a nadie a amar sin ninguna razón. Un Cuarzo, tu padre, le detuvo; liberando a Gwen, su Perla personal. Varias gemas se unieron a su causa. Pensaron que todo sería mejor, pero desataron una guerra.
La formación de los Diamantes había sido debilitada por la pérdida de Pink. Yellow se mantuvo firme, declarando que algo así nunca volvería a suceder, pero Blue aún tenía muchas preguntas sin respuesta.
A pesar de las órdenes de Yellow, Blue visitó a la Tierra, la colonia fallida de Pink, para saber lo que había sucedido. Llevó consigo a toda su corte. La gema más importante para él era un Zafiro. Blue contaba con muchos, pero él era especial debido a la precisión de sus predicciones.
Como sabes, Peter, los Zafiros pueden ver el futuro más probable. Acertando casi en su totalidad. Esta gema nunca había fallado.
Yellow no estaba interesado en seguir a Blue a una colonia que no tenía remedio, pero para disminuir la posibilidad de error, envió parte de su escolta de Rubíes como apoyo. A Blue sólo le importaba resguardar ese Zafiro lo suficiente como para saber lo que sucedería en esa expedición mientras investigaban sus súbditos, por lo que cada Rubí se mantuvo a su lado.
Zafiro predijo a su Diamante lo que acontecería. El Cuarzo Rosa que había traicionado a su autoridad, así como una Perla, volverían gracias a la presencia de Blue. Ambas gemas rebeldes acabarían con cientos ahí, incluido a ese Zafiro, pero Blue tomaría la oportunidad para cobrar venganza por su querido Pink.
Así estaba escrito y Zafiro no podía hacer nada al respecto.
Cada gema cuenta con una habilidad, un propósito único. Ese Zafiro jamás había visto que una gema pudiese hacer algo distinto de lo que había sido creada.
Conocía a los Cuarzos, quienes sólo existían para trabajos de carga. Aquello no estaba predestinado, no estaba en su predicción y por primera vez no lograba ver.
Ese Cuarzo no era como otros, al igual que su Perla. Su apariencia era distinta a lo que sus pares vestían, ligeramente diferente. Su comportamiento nunca lo había visto antes. Se balanceaban de un lado a otro con una especia de red, acabando con sus oponentes y casi llegando a Blue.
Sus guardias Rubíes, a pesar de fusionarse entre ellos, no fueron lo suficientemente fuertes como para detenerlos, los eliminaron hasta dejar sólo uno. El Cuarzo y su Perla estaban a punto de acabar con el Zafiro, pero algo extraño ocurrió.
El Rubí que quedaba se había interpuesto, derribándolo y cayendo sobre el Zafiro para salvarlo. Sólo que en vez de quitarlos a ambos del camino de los ataques, había ocurrido algo más.
La emboscada se detuvo ante la perplejidad de todos. La fusión entre gemas de un mismo tipo era algo común, pero nunca había ocurrido cuando sus partes eran diferentes.
Blue enfureció y ante la confusión, los rebeldes escaparon.
Ante la corte sólo permanecieron ellos al separarse. Un Zafiro y un Rubí que caían en uno de los más graves desacatos.
Zafiro dejó de congelarse, temiendo por el Rubí que había salvado su vida. Le tomó con fuerza, huyendo rápidamente hacia la colonia salvaje y abandonada que había sido se Pink.
Se había equivocado en su predicción, abandonado a sus Diamantes. Eso les convertía en fugitivos y rebeldes también, les eliminarían.
Deambularon hasta hallar un refugio. Zafiro, además de su visión futura, también tenía poderes de hielo. Rubí, no sólo era fuerte, también generaba fuego.
Zafiro tenía el hábito innato de sobre pensar cualquier situación. Rubí era más adaptable al presente, por lo cual no miró atrás o hacia el futuro, le importaba con quien se encontraba ahora.
— Así que... hicimos algo prohibido. — Murmuró Rubí.
— Me salvaste. Gracias. — Respondió Zafiro luego de haber estado tanto en silencio. No era la respuesta que esperaba Rubí, de hecho, creía que se molestaría por haber causado un gran desastre. — Yo... nunca había sentido eso.
— ¿Una fusión? Lo hago todo el tiempo, con otros Rubíes. Somos un equipo que sabe exactamente qué hacer. Es sólo una tarea, se cumple y hacemos otra. No es muy interesante...
— Bueno, yo nunca había sentido el desconcierto. Es... impredecible. Logré ver diferentes futuros al mismo tiempo. También sentí... fuerza, deseo de hacer más, no sé qué con exactitud, pero fue increíble. — Zafiro sonrió. Nunca lo había hecho antes. Era feliz, libre.
Rubí se cautivó gracias al brillo en sus ojos. De repente la temperatura en su cuerpo aumentó más de lo usual, creando una pequeña llama debajo de sí que tuvo que pisotear. Esto hizo reír a Zafiro.
Ambos pasaron un tiempo explorando la Tierra, conociéndose mutuamente y conociéndose juntos.
Fusionarse era aprender todo de nuevo, inclusive caminar. Ambos eran tan diferentes, pero se complementaban. Al estar unidos era como si por fin fueran quien siempre debieron ser. Ya no importaban los Diamantes.
Fue entonces que se reencontraron con Cuarzo Rosa y su Perla. Increíblemente no les atacaron o juzgaron. Parecía que comprendían lo que sucedía y les aceptaban.
Así fue como se unieron a su causa y así fue como permanecieron en fusión, aprendiendo del mundo en el que se encontraban sin separarse.
Su equipo valoraba la individualidad, por lo que cada uno pudo elegir un nombre para ser llamado además de la gema que era. Sólo los Diamantes podían hacer aquello, pero demostraban su completo desafío a las órdenes teniendo nombres también.
Eligieron Steve y Tony, que en fusión serían Stony. Demostraban así su amor, porque eso era, lograron identificarlo. La sensación que les inundaba al encontrarse juntos era más intenso que el cariño que sentían por sus amigos.
La fusión no era algo sencillo, debía existir una genuina conexión, confianza y compatibilidad. Además de que no duraba por bastante tiempo. No siempre coincidían, inclusive llegaban a discutir, pero al final volvían a estar juntos y eso era impresionante. El amor implicaba trabajo, pero valía por completo la pena.
...
Peter respiró profundamente, imaginando cada parte de la historia, le fascinaba.
— El resto ya lo conoces, Pete. — Stony le observó con una cálida sonrisa mientras notaba cómo el pequeño se dejaba vencer por el sueño. — Descansa.