Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ese demonio... Me pertenece por SebbyPhantomhive

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Unos minutos después de haber sido consumidos por ese placer que aún los estremecía en cuerpo y demoniaca alma, la pareja se separaba sutilmente, Ciel muy sonrojado no sabía donde esconder la cara de la vergüenza que sentía ahora que entraba en razón por lo que había hecho.

Haber estado de esa manera con ese demonio que lo había acompañado los últimos años solo como un simple sirviente, un peón más en su juego de venganza, ahora lo había ascendido al puesto de amante y por cierto uno muy empalagoso porque no dejaba de abrazarlo y besarlo tan dulcemente que solo le provocaba que su delgado cuerpo tiritara.

Sentía arder su interior y como algo lo humedecía cálidamente dentro suyo, suponía que era ese espeso líquido que a el también le salió por su miembro cuando llegaba al máximo placer, entonces ¿Había complacido a su demonio? ¿Lo había hecho bien? No pudo evitar enorgullecerse un poco al pensarlo de esa forma.

—Ciel... Vamos a otro lado... —Agitado el demonio le susurraba al oído parecía no querer detenerse en seguir en esa intimidad iniciada con su pequeño amo.

Cuando era humano... ¿Cuántas veces se había relamido los labios cuando observaba su cuerpo desnudo al bañarlo? Al menos en los últimos meses lo hacia a menudo. ¿Cuánto se había excitado antes al imaginar someterlo de esta forma? Y ahora una de sus más pervertidas fantasías se había hecho realidad, repentinamente le entró la nostalgia haciendo que lo abrazara con más fuerza a pesar de que estaban semidesnudos en medio de esa fria noche.

—Ahhh joven amo... Mi pequeño niño...

—¡Cállate! —El joven notaba la mirada casi brillosa de su demonio se posaba en la suya, muy ridículo que lo apenaba más— ¿A qué viene esto? ¿Por qué dices eso justo ahora? ¿Por qué me dices joven amo?

—¿Sabes cuantas veces imaginé estar así contigo? Un humano como tú que me provocara de esa forma era muy extraño, ansiaba llenarte con mi hombría y dejarte mis fluidos dentro cuando llegáramos al placer juntos.

—Eres un pervertido... —Ciel desviaba la mirada al oírlo hablar tan toscamente pero de alguna forma le excitaba— ¿Querías seducir a tu amo desde antes?

El demonio asentía con la cabeza mientras le daba un pequeño beso en sus labios en medio de una traviesa sonrisa.

—Lo conseguí, aunque no de la manera que esperaba pero lo hice.

—Yo no me hubiera dejado seducir siendo humano... Lo sabes ¿No?

—¿Quien sabe?

La pareja se besaba a la vez que Sebastian arreglaba la ropa de su pequeño amante que temblaba un poco por el frío, al parecer no estaba acostumbrado todavía al ambiente infernal.

—No puedo volver a casa después de esto, tu esposo se dará cuenta— Confesaba Ciel con una voz temblorosa por el frio que recorría su cuerpo.

—Pero no quiero volver a casa... Vamos a otro lado donde nos abriguemos bajo las sabanas y yo pueda darte mi calor... Yo sé que quieres eso. —Se le insinuaba tratando de convencerlo.

—Ehh... aunque quisiera no puedo... —Sonrojado todavía le decía entre dientes.

El demonio le miraba un tanto confundido con la duda reflejada en su cara por esa excusa.

—¡Me duele el trasero maldito idiota! Si no me he movido de aqui es porque no puedo ¿y tu quieres seguir? Se nota que a ti no te la meten. —Le hablaba a manera de regaño mientras hacia un pequeño puchero.

El demonio no se sentía para nada regañado mas bien estaba enternecido por lo que esos pequeños labios le reclamaban, acercándose le daba otro pequeño beso.

—Lo siento... Por pensar egoistamente... No te enojes... —Le decía entre besos, el ex conde no los rechazaba pero tampoco los correspondía solo se dejaba consentir con fingida mala gana— Pero... ¿Lo volveremos a hacer cuando estés bien?... ¿Verdad?

—No lo sé... Si me dan ganas, tal vez... —Le decía en un puchero— ¿Ya podemos irnos?

El demonio antes de cargarlo en sus brazos se arreglaba sus ropas, estaba tan emocionado que no dejaba de sonreir, anteriormente no se había sentido tan vivo al realizar el acto sexual con alguien, tal vez porque ahora fue una entrega más significativa y profunda envuelta en los lazos del amor que los dos sentían.

Mientras emprendían su camino de regreso, el demonio contemplaba el bello rostro todavía ruborizado de su pequeño que callado solo recostaba su cabeza en su regazo. Ambos parecían meditar en la extraña situación actual quizás aún incrédulos por lo que se habían convertido, su relación de amo y mayordomo trascendió a un nivel casi mágico.

—¿Qué piensas? —Cuestionaba curiosamente el mayor rompiendo ese nada incómodo silencio que tenían.

—Nada... Extrañamente nada y todo a la vez.

—Siempre eres tan profundo, no hablas mucho pero cuando lo haces dices lo preciso.

—Solo digo lo primero que pienso... No es mi culpa tener una mente profunda y una lengua discreta. —Con aire soberbio le respondió.

El demonio solo sonrió un poco pícaro lo que el joven notó de inmediato, seguramente había pensado algo perverso.

—¿De qué te sonríes?

—Es que no solo tu mente es profunda y digamos que tu lengua es muy indiscreta conmigo.

—¿Seremos así de ahora en adelante?— Mascullaba apenado al oírlo hablar de esa forma.

—¿A que te refieres?

—A que me hables de esa forma... ¿Tan irreverente y perverso?

—Creo que si, los amantes se hablan así... Es una manera de mostrar confianza, complicidad... ¿Acaso te disgusta?

—Supongo... Que deberé acostumbrarme.

—Si... Supongo que si, así como tu cuerpo debe acostumbrarse al mío... —Le insinuaba coqueto pero más para molestarlo.

El joven le pellizcaba el pecho con molestia mientras seguían caminando parecían seguir entre discutiendo y conversando como una pareja enamorada que encontraba vitalidad en su romance con ese aparente desacuerdo. A los pocos minutos llegaban a la residencia del maestro de Noah.

—¿Estás seguro que quieres quedarte aquí?— Con algo de recelo Sebastian le preguntaba al estar en la entrada.

—Claro que si, tu esposo puede sospechar si llego a la casa todo adolorido sin poder caminar y en tus brazos. No estoy de humor para sus celos, que ahora si estarían justificados.

—Tienes razón... Evitemonos arruinar esta bella noche.

Estaban a punto de tocar la puerta cuando esta se abrió y un animado joven los recibía con una gran sonrisa.

—Papá... Ciel... ¿Qué hacen aquí?

—Vengo a pedir posada para Ciel esta noche.

—¿Por qué?

Ante la aparente inocente pregunta de Noah la pareja se quedó callada.

—¿Tuvieron sexo?

Ciel agachaba la cabeza muy avergonzado, Sebastian sonreía con fingida timidez pero su mirada perversa afirmaba la pregunta.

—¡Ahhh Ciel... Debes contarme...!—Todo emocionado el otro joven demonio exclamaba halando a su padre hacia dentro de la casa.

—¡No te voy a contar nada! ¡Eso es privado! —Le gritaba molesto y avergonzado Ciel.

—Se más discreto Noah...

Ciel miraba de reojo a Sebastian cuando escuchó aquello, el pedía discreción cuando él indiscretamente lo tomó en plena calle podría decirse.

—Ah son ustedes... —Se escuchaba la voz del dueño de la casa apareciendo frente a ellos.

—Ciel se va a quedar así que yo también... Tenemos cosas que hablar. —Decia Noah a su amante— ¿No te molesta?

—Ya lo decidiste querido... —Murmuraba este con una sonrisa— Sebastian tienes un hijo muy lindo pero mandón.

—Si... Lo lindo lo sacó de mi lo otro de su otro padre— en un murmullo hablaba el demonio— Espero no te moleste que te pida este favor, que dejes a Ciel pasar la noche aquí y a Noah también porque sería sospechoso si no lo hace y regresa a casa.

—No es molestia... Esta casa es de Noah también.

—Oye todavía no se casan no puedes decir eso. —Un poco receloso Sebastian hablaba por su hijo.

—Lo estaremos pronto... Después de todo ya convivimos como matrimonio.

—Si ya lo sé... Pero el está pequeño todavía para casarse.

—Me lo dices tú —Insinuaba este con una irónica sonrisa— el que acaba de intimar con el pequeño demonio, prácticamente Ciel es un recién nacido en este mundo.

—¡No soy eso!

Todos sonreían al oir a Ciel defenderse de esa aparente ofensa que no le agradaba nada, luego de esa pequeña conversación Sebastian seguía al otro demonio que los guiaba a la habitación que el adolorido joven usaría esa noche.

—Te amo Ciel... Te amo mucho... —Enamorado el demonio susurraba sobre sus labios cuando se despedía, se notaba que no quería dejarlo pero debía hacerlo, los otros dos demonios observaban la tierna escena de despedida de los amantes.

—Ciel... Tu también dile que lo amas.

—¡Cállate Noah yo se lo diré cuando me de la gana!

Sebastian sonreía al ver la actitud del joven, cuanto amaba esas reacciones con emoción tomaba sus labios con los suyos para robar un dulce beso antes de marcharse.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).