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Ese demonio... Me pertenece por SebbyPhantomhive

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El asombro de la pareja era evidente al ver a Noah en ese estado entrar a su habitación, Sebastian cubriendo su desnudez con una sabana se levantaba de la cama acercándose notaba como en las comisuras de sus labios y de su nariz salian unas gotas de sangre.

-¿Qué sucedió? ¿Quien te hizo esto? -Sebastian con seriedad le preguntaba tomándole el rostro un poco tosco, Noah desviaba la mirada sin querer responder.

-Sino hablas no podremos ayudarte. -Ciel le hablaba sentado desde el filo de la cama mientras se ponía la pijama. 
Noah agachaba la cabeza quizás preso de la vergüenza o tal vez arrepentido de haber hecho alarma de lo sucedido, escuchaba las insistentes preguntas de su padre a la vez su tacto rudo, apartándolo se alejaba y se disponía a ir con Ciel.

-¿Fue Mathew? -Le cuestionó Ciel al sentir como al acercarse lo abrazaba, de no ser por el estado de vulnerabilidad en que estaba su amigo seguramente lo habría empujado.

Este entre sollozos murmuraba un "Si" afirmando la suposición del joven demonio, Sebastian al escuchar su respuesta buscaba su ropa con prisa, aunque no figuraba como padre perfecto no significaba que no amara a su hijo y le doliera que alguien lo lastimara, más si ese alguien se suponía lo cuidara.

-No le hagas nada... -Le pedía Noah a su padre al intuir sus intenciones- De todas formas se fue.

-Pero...

-Papá, solo vámonos a casa. 
Ahora Sebastian se debatía internamente que hacer, por Ciel no podía regresar a su casa ahora menos que sospechaba su esposo tenía malas intenciones con su pequeño pero tampoco podían quedarse en esa residencia.

-Iremos pero primero debes decirnos que pasó. -Ciel le hablaba con firmeza, también pensando que la situación no le favorecía en nada pero no era momento de pensar en si mismo, quizás el amor lo estaba cambiando en no ser el mismo ser egoísta cuando era humano.

Noah se quedó pensativo un poco como ordenando las ideas de lo que había sucedido calmándose un poco se sentaba junto al otro joven demonio, unos segundos pasaron hasta que decidió hablar.

-Yo... Yo solo lo estaba molestando... Ya saben lo odioso que soy.

-Si lo sabemos pero tampoco es para que te golpeé aunque den ganas de hacerlo a veces.

Sebastian los escuchaba hablar a unos pasos, notando como Noah sonreía entre lagrimas por las palabras de aparente animo que le daba su casi joven padrastro.

-El ha estado un poco malhumorado estos días yo solo quería animarlo... -Murmuraba el joven con la voz entrecortada, la decepción y la desilusión en su mirada llorosa era evidente; al parecer era la primera vez que recibía un tipo de trato así por alguien que era tan cercano y tristemente amaba.

-Debemos irnos Sebastian. -Era la orden del ex conde mientras se levantaba de la cama buscaba su ropa para salir.

-Puedo ir solo... Sé que no es conveniente que Ciel vaya a nuestra casa.

-Noah creo que tienes razón pero tampoco puedo dejarte ir solo. -Sebastian indeciso hablaba.

-Estaré bien, además ¿Creen ustedes dos que me quedaré en la casa de un demonio que maltrata a quien dice querer? -Hablaba con firmeza el demonio de profunda mirada azulina- Pues no, vamos.

-Como diga mi señor, hay costumbres que no se pierden. -En un suspiro resignado hablaba ya vería que hacer después por lo pronto sería incómodo seguir en esa casa. 
Sebastian preparaba las pocas cosas de su mandón novio, mientras este con un paño húmedo limpiaba la sangre de su amigo que apenado no se atrevía a mirarlo.

-Debes pensar que soy un demonio patético, seguramente tu te hubieras defendido... Yo solo... Me dejé golpear sin decir nada. -Confesaba en un murmullo.

-No pienso eso, aún a mi me impresionó que Mathew haya actuado así, la verdad todavía no lo creo. El es tan amable y...

-Los demonios somos tan impredecibles a veces... No confíes mucho en nosotros. 
Ciel ante sus palabras se quedó pensativo llegando Sebastian donde estaban les decía que era hora de marcharse y asi lo hicieron, las tres siluetas demoniacas se perdían entre las sombras de esa noche infernal. A los pocos minutos llegaron a la casa de Sebastian, un poco titubeante Ciel se disponía a entrar.

-No te preocupes, el no está aquí esta noche. -El demonio mayor le susurraba al oído intuyendo el recelo justificado de su pequeño, su esposo estaría ausente esa noche como las noches y días anteriores. 
Un poco más tranquilo por su afirmación entraba a la casa, aun asi ninguno estaba seguro de cuando regresaría, podría aparecerse en cualquier momento.

-No es conveniente tentar la suerte si me quedo a dormir a tu lado esta noche además creo que le haría bien a Noah que lo acompañes así que le dije que podía dormir contigo. ¿Me ayudarás con eso? -Sebastian hablaba a solas con Ciel cuando lo acompañaba a la que era su habitación en un principio.

-Claro que puedo... Puedo estar sin ti, no te creas muy indispensable en mi vida -Refutaba en un lindo puchero mientras lo abrazaba por el cuello acercando sus labios a los suyos.

-Si... Si, como digas... Ciel... Gracias por apoyarme en esto... -Le agradecía entre besos- Esto de ser padre no se me da mucho. -Solo debes practicar, supongo... Cuando te conocí eras un pésimo mayordomo y mirate ahora... Eres un mayordomo perfecto.

-Bueno ser mayordomo y padre no es lo mismo pero entiendo a que te refieres. 
Con una sonrisa le decía seguía besándolo, se convencía cada vez más de la suerte que tuvo al encontrar a alguien como Ciel para amar. En un beso se despedían no sin antes hablar de un tema importante que a ambos aunque no lo dijeran les inquietaba.

-Mañana buscaremos una casa donde vivir... Tenía planeado hacerlo pero por Mathew ya ves que debemos apresurar el asunto.

-Pero... Tu esposo... No quiero complicarte más.

-Tu eres mi esposo ahora y no me complicas para nada.

-Claro que no, no soy tu esposo hasta que haya un acta de divorcio en una mano tuya y en la otra un anillo para nuestro matrimonio. -Le refutaba en tono coqueto el joven.

-No discutamos que me excitas... Y ya debo irme... -Sebastian advertía en igual tono coqueto, apartándolo sutil de ese abrazo para evitar caer en la tentación. 
En ese momento, Noah entraba a la habitación con sigilo, se notaba deprimido no como su usual actitud entusiasta de siempre.

-Estaré atento toda la noche, ustedes procuren descansar tranquilos. -Sebastian les decía mientras se disponía a salir.

Ciel se acercaba a Sebastian con prisa para detenerlo se acercó a susurrarle algo al oído.

-Pero... -Musitaba apenado Sebastian cuando su pequeño amante se apartaba.

-Hazlo... -Le ordenaba.

El demonio mayor se acercaba a su hijo que extrañado le miraba al predecir sus intenciones, y ciertamente se hacian realidad

El demonio mayor se acercaba a su hijo que extrañado le miraba al predecir sus intenciones, y ciertamente se hacian realidad al sentir su abrazo.

-Estoy bien papá... -Murmuraba correspondiendo su abrazo que duró unos segundos- Eres muy bueno al compartirme a Ciel esta noche.

-¡No soy juguete que se comparte! -Con fingida molestia refutaba el aludido joven demonio.

Ambos demonios que lo oyeron sonrieron entre si al ver su adorable reacción.

-Estaré cerca así que nada de consuelo sexual. -Les advertía Sebastian desde la puerta para tratar de levantar el animo de su hijo.

-No te preocupes papá, no estoy de animos para tener sexo pero si Ciel quiere consolarme así, no tendré más opción que dejarme hacer lo que el quiera.

Ciel sonrojado negaba con la cabeza.

-Les traeré algo de té. -Sebastian con una sonrisa se marchaba dejándolos solos prometía regresar en un rato.

Los dos jóvenes se recostaban en la misma cama sin mayor contacto que solo el de la mirada ya que cada uno estaba en su lado.

-Ciel... ¿Puedo decirte algo pero promete que no le dirás nada a mi papá? Sé que se enojaría. -En un tenue murmullo Noah rompía el silencio entre los dos, el otro al oír su petición asentía con su cabeza con seriedad.

-Dime... Aunque si es algo muy grave se lo diré. Noah se quedó pensativo unos segundos.

-No creo que sea muy grave -Murmuró- Creo que un bebé no es de gran importancia.

Entre lágrimas decía con cierta impotencia al morder su labio inferior, Ciel se sorprendía ante la noticia que no parecía broma ¿Por eso se enojó Mathew? Si era así ¿Por qué? Ahora entendía menos su reacción violenta contra Noah, entonces ¿los demonios eran asi de impredecibles? 













 


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