Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ese demonio... Me pertenece por SebbyPhantomhive

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

El joven ex conde confundido llegaba de regreso a su habitación de la cual ahora se arrepentía de haber salido, sentía como un extraño calor algo carcomía su interior, era ese enojo de antes intensificado y ahora se percibía con claridad como celos.


Su demonio es suyo... ¿Por qué otro se atrevía a tocar algo de su propiedad?


Del enojo pasó rápidamente a la frustración al no poder expresar lo que sentía, reprimiéndose disimulaba su enojo ya que era observado muy atento por el hijo de Sebastian que lo había seguido.


—Ya veo... Si te gusta mi padre —Le comentaba este con una sonrisa divertida al pie de la puerta. 


—No me gusta nadie... Déjame en paz.


—No tienes que enojarte, tu secreto no tan secreto está a salvo conmigo. Además intuyo que mi padre te corresponde, la manera en que te ve nunca he visto que mire así a mi otro padre.


—¿Se supone que eso debe animarme? —Refunfuñaba Ciel con el ceño fruncido.


—Pensé que si, pero noto que eres alguien complicado de satisfacer quizás por eso le gustas a mi padre.


—Deja de decir que le gusto a tu padre.


—Pero es verdad se le nota, hasta le gusta el nombre que le pusiste.


—Sebastian era el nombre de mi perro dudo que le guste.


—Hace un momento cuando hablábamos me dijo que le gustaba ese nombre que mientras tu estuvieras aquí lo llamara así.—Comentaba el joven demonio pelinegro con una sonrisa— A mi también ponme un nombre.


—¿Y no tienes uno?


—No... Los demonios tenemos nombres complicados y no podemos andarlos divulgando por cuestiones "técnicas" así que dame uno común que no complique las normas infernales.


Rogándole el joven le miraba con ternura para convencerlo, Ciel desviaba la mirada este niño era aún más odioso que su padre pensaba pero al menos su vana conversación disipó un poco su enojo anterior.


—Si así lo quieres te llamaré... —Se quedó pensativo unos segundos— ¿Te parece bien Noah?


—¿Noah? Si suena bien... —Emocionado le tomaba de las manos apretándolas a las suyas— Gracias.


El ex conde se sonrojaba al ver la emoción de este niño, su actitud un poco infantil le recordaba a Sebastian recordando a la vez sus celos, torcía la mirada y se apartaba de él se sentaba al filo de la cama.


—No te enojes con Sebastian el fue obligado a hacerle eso a mi caliente padre-madre. —Con un puchero le trataba de aclarar mientras se le acercaba para agacharse colocando su cabeza en las piernas de Ciel como si fuera un perrito esperando una caricia de su amo.


—¿Qué haces?


—Solo quiero ser tu perrito, dijiste que tenías uno.


—Pero murió hace mucho.


—Con más razón puedo ser uno para ti ahora aquí en el infierno.


Ciel no sabía o más bien no entendía la actitud de este niño, ¿Qué estaba planeando actuando de esta manera? ¿Era una trampa? Si era eso no caería tan fácil, ahora que estaba rodeado de demonios se sentía en un juego de ajedrez en que el era un peón más pero no sería el peón tonto debía utilizar su astucia para recuperar su lugar de rey como lo era en el mundo humano.


Acariciando su cabeza jugaba con sus dedos en esos cabellos suaves y oscuros haciendo que el otro se estremeciera y abrazara con fuerza sus piernas.


—¿Has tenido sexo? —Sonrojado el joven  demonio le cuestionaba con el respirar agitado.


—No... En si no tengo muy claro que es eso.


En un murmullo Ciel muy sonrojado le respondía tenía una vaga idea de lo que era ese acto pero le avergonzaba solo el pensarlo.


—¿Quieres ver lo que es? —Le cuestionó pero sin esperar respuesta lo tomaba de la mano y salían de la habitación.


—En mi habitación se puede ver lo que hacen, si te gusta lo que ves podemos hacerlo los dos.


El ex conde confundido se dejaba llevar a pesar de que algo en su interior se negaba, la curiosidad ganaba, ahora era un demonio y le era vergonzoso que aun fuera tan inocente en cuanto a algunos temas.


El otro joven emocionado rozaba su mano en la pared que compartía con la de sus padres, haciendo que esta se tornara transparente cual vidrio dejando ver lo que hacian.


—No puedo... ver esto... —Murmuraba muy sonrojado Ciel viendo como su demonio semidesnudo en esa cama se movía con fuerza sobre su antipático esposo.


Notó como su miembro entraba y salía con deleite del otro, así que eso era tener sexo pensaba muy apenado no pudo evitar imaginar como sería estar así con Sebastian, notaba como el otro sometido contra las sabanas disfrutaba pues no dejaba de moverse y gemir, acto que de alguna forma le hizo sentir envidia.


—¿Te gusta lo que ves? Pensar que hace rato estabas enojado por este acto carnal y ahora veo en tu mirada cierta lujuria.


—Claro que no...


Hablaban entre murmullos para no ser escuchados.


—Y cuando lo llena es aún más excitante. ¿Notas como Sebastian disfruta pero tiene los ojos cerrados? Creo que piensa que te lo está haciendo a ti.


—No digas estupideces... El nunca pensaría en mi de esa forma.


—Si lo hace puedo leer sus labios el te está llamando.


El joven de mirada azulina se sonrojaba más porque no podía ser cierto aquello, aunque en el fondo anhelaba que así fuera que su demonio lo deseara de esa forma le excitaba, salía con prisa de esa habitación pero en su mente no podía apartar la imagen de Sebastian teniendo sexo.


—Espérame... ¿Te gustó? ¿Te enseño como hacerlo? —El otro joven le cuestionaba al seguirlo pero solo sintió la puerta de la habitación de Ciel contra el rostro.


—Eso dolió... —Se quejaba el otro en el pasillo se acariciaba el rostro golpeado.


Ciel cerraba con fuerza los ojos tratando de borrar la imagen anterior vista ¿Era cierto que su demonio estaba pensando en él? Sentía como algo comenzó a arder en su entrepierna, un ardor molesto que al parecer desaparecía al ser tocado.


—No... No puedo hacer esto...


Minutos después el joven demonio al otro lado de la puerta en silencio escuchaba como Ciel jadeaba muy bajito y un sonido de humedad era evidente, este había cedido a sus deseos y por primera vez se masturbaba quizás pensando en su padre, no podía evitar sonreír perversamente por lo que había incitado.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).