El infierno al parecer sería el lugar propicio para un nuevo romance, Ciel no podía evitar sentirse emocionado al rememorar vergosozamente la calidez de los labios de su mayordomo quien "robó" su primer beso, aunque quizas no tuvo la intensidad que el se imaginaba pero sin duda fue significativo porque sentía aún su ser estremecerse, relamiéndoselos trataba de evocar el dulce sabor de los labios de su demonio.
De alguna forma se sentía deseado por Sebastian ahora que no tenía un alma que ofrecerle suponía que su interés era genuino o quizás ahora le atraía otra banalidad como el poseer su cuerpo eso lo confundía un poco, todo era tan repentino para pensarlo con claridad pero de algo podía estar casi seguro y eso era que no sería fácil presa para su depravado mayordomo.
Las horas parecían pasar con letargo en el infierno, no se podía precisar el día o la noche solo el ambiente frío era perceptible en medio de la oscuridad.
—Ciel... Hoy es tu segundo día aquí y nos ha salido de esta habitación. ¿Te sientes bien?
Era el cuestionamiento de Noah fuera de su puerta se podía percibir un tono de preocupación en su voz, ya que Ciel había decidido encerrarse en su habitación como escapando de la realidad a la que debía afrontar, esta confusión entre rechazar y a la vez sentir la necesidad de tener a Sebastian cerca. Irónicamente quería sentir la calidez del frío ser de su mayordomo para sentirse reconfortado, detalle que se negaba a admitir.
Le invadía la ansiedad pero sobre todo le embargaba tristemente este miedo al admitir que necesitaba al idiota demonio que le serviría por la eternidad, era lo que pensaba mientras sentía como una dolorosa sensación parecía removerse en su pecho.
—Estoy bien... —Murmuró para que el joven demonio al otro lado de la puerta se marchara y lo dejara seguir sumergido en sus absurdos pensamientos.
—Mi papá y yo estamos preocupados —Con tristeza le confesaba Noah en un murmullo.
Ciel suspiró cansinamente dudando en hacerle pasar porque tampoco quería que pensaran que estaba haciendo una especie de berrinche.
—Entra solo tú... Si Sebastian está ahí que no entre, no quiero verlo.
—¿Por qué Ciel? ¿Por qué me haces esto? —Se escuchaba a Sebastian casi sollozar.
—Porque eres un idiota.
—Siempre he sido así y eso no te ha molestado antes.
Ciel al escucharlo hacia un puchero pretendiendo hacerse el resentido pero su demonio en parte tenía razón no pudo evitar sonreír al oírlo hablar en ese tono sollozante.
—Solo que entre Noah...
Sebastian miraba algo receloso a su hijo al escuchar la petición de su amo.
—Bueno dile que lo extraño... —Susurraba el demonio a su hijo al oído en confidencia.
—Diselo tú... No voy a ser tu mensajero.
—Pero no quiere verme.
El joven demonio esbozó una traviesa sonrisa a su padre, Ciel en su cama miraba fijamente la puerta a ver quien era el primero en entrar de alguna forma deseaba que su mayordomo ahora pretendiente se apareciera aún desafiando su orden, deseaba en lo profundo de su ser que entrara y lo besara de nuevo. Sonrojado por su absurdo ideal notó como la puerta se abría lentamente pretendía estar serio.
—¿Noah? —Un poco decepcionado el ex conde murmuró al verlo entrar.
—Te decepcionó que fuera yo el que entrara, pensé que no querías que mi padre viniera a verte.
—No es eso —Nervioso en un murmullo muy sonrojado le refutaba al verse desvubierto— No seas tonto.
—¿Por qué estás enojado con mi papá? ¿Te hizo algo? ¿O no te hizo algo? ¿Ah? Dime...
Ciel suspiraba ante tantas preguntas tan molestas y algo vergonzosas ahora se arrepentía de haberlo dejado entrar.
—Mi padre dice que te extraña mucho y anhela con todo su frío corazón terminar el asunto que dejaron pendiente... ¿Será el asunto que estoy pensando?
—No es lo que piensas —Apenado y enojado el ex conde le refutaba al notar la insinuación que hacia y que prácticamente era cierta.
—¿Sabes? Si tu y Sebastian quieren hacer cosas de índole sexual deberían ir a otro lugar porque mi otro padre podría descubrirlos y te va a odiar más
—Nosotros no haremos esas cosas... De todas formas ya me odia sin haber hecho algo, así que da igual.
El joven demonio se acercaba a la cama recostándose confiadamente como si fuera suya con una enorme sonrisa.
—Eso quiere decir que si harás esas cosas con mi papá... —Picaramente Noah le insinuaba— ¿Quieren terminar lo que comenzaron antes en esta cama?
—¡¿Nos estabas espiando?! —Sobresaltado Ciel le gritaba casi cayendo de la cama— Es cierto puedes ver a través de las paredes sin que uno se de cuenta.
—En realidad no... —Le aclaraba el demonio— Mi papá me contó lo que hicieron que fue muy excitante y quería hacértelo pero tu no lo dejaste terminar.
—¿El te lo contó?
—No te enojes con él, es que yo le dije que no tuviéramos secretos así que me lo contó además no tienes que apenarte por ello son reacciones naturales del cuerpo.
Trataba de justificarse Noah mientras miraba como su nuevo amigo agachaba la cabeza apenado al confesarle aquello, pensaba que quizás en el infierno no había el sentido de la privacidad ese detalle le era vergonzoso pero suponía que era otra cosa a la que acostumbrarse. Por el momento solo sentía odiar a Sebastian por andar contando su asunto que se suponía era privado, con su indiscreción solo se ganaba su fastidio pensaba, ahora con más razón era más justificado ese supuesto enojo de antes.
—Ehhh Ciel... Por cierto hay algunas cosas que deberías ir aprendiendo, no solo de tu cuerpo sino del infierno en general. Podemos ir con mi maestro sino quieres que Sebastian te enseñe.
—Por fin has dicho algo razonable —Decía Ciel con algo de sarcasmo— Esa es buena idea.
Un poco emocionado el novato demonio se mostraba al terminar de hablar, sabía que eso molestaría a Sebastian complaciéndole solo el imaginar su gesto enojado cuando le diría que otro demonio sería su tutor.
—¿Quieres poner celoso a mi papá? —Noah le cuestionaba divertido sonriendo se le acercaba provocativamente— ¿Sabes que lo pondría más celoso?
—Eh... —Apenas musitaron los labios de Ciel cuando estos fueron besados inesperadamente con fuerza, tratando de resistirse solo lo empujaba mientras lo miraba con odio pero solo parecía que esto entusiasmaba más al otro que lo recostaba colocándose sobre su renuente cuerpo lo acariciaba para seguir.
Muchas gracias por leer este capitulo y seguir esta historia 💗💕