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Sexualmente Frustrado por Silver Bullet

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REGLAS

 

Habían pasado algunos años desde que Inazuma Japón se coronó como ganador del FFI. Con el paso del tiempo se les otorgó el título de leyendas, aunque ellos mismos lo veían como una exageración.

Por más que las distancia los separaba seguían en contacto, videollamadas, mensajes de texto, redes sociales incluso cada cierto tiempo, lograban organizar viajes para verse, por ejemplo: Tsunami una vez los invitó a una competencia de surf por caridad, querían reunir fondos para ayudar islas que fueron azotadas por una tormenta tropical, el evento fue un total éxito, más aún cuando se realizó un juego entre los locales y los chicos del Inazuma. O cada navidad que Fubuki viajaba desde Hokkaido y se hospedaba con alguno de los muchachos para no pasar solo las fiestas y el único año que no pudo viajar por una torcedura de tobillo, se llevó la sorpresa de su vida cuando abrió la puerta y se encontró a todo el equipo afuera de su casa. Kogure era visitado cada cierto tiempo por Haruna y uno que otro de los chicos que se le unía, generalmente Kido, ella le había tomado cariño al pequeño y se preocupaba por sus travesuras, aunque hay que admitir que maduraba de a poco con el paso del tiempo. Incluso una vez hubo rumores de que Tobitaka había sido amenazado por una pandilla nueva en la ciudad y que Fudo fue en su ayuda, aunque nadie nunca lo corroboró, pues los presentes de ese día suelen evitar el tema si se les pregunta.

Eran amigos, el futbol los unió y ese lazo fue creciendo poco a poco. Ahora con 17 años, los muchachos solo fortalecieron su amistad. Faltaban pocos años para que la mayoría ingresara a la universidad y estaban seguros que tomarían caminos muy diferentes, pues varios dejarían el futbol luego de la preparatoria.

Pero ese triste pensamiento no les impedía crear la mayor cantidad de memorias posibles. Desde que se creó un centro deportivo con diversas especialidades, era muy común ver a las Leyendas encontrándose cuando tenían tiempo libre.

Sin embargo, para este último tiempo, todos estaban seguros de una cosa: “Algo le ocurría a Kido”. Y nadie lo ponía en duda. Llevaba semanas en un constante mal humor y casi cualquier cosa podía alterarlo.

Sakuma preocupado por su amigo en más de una ocasión le preguntó si tenía algún problema. Pero la respuesta de Kido, fue todo lo contrario a lo que esperaba.

-No, estoy perfectamente. – lo dijo tan sinceramente que no puso en duda sus palabras.

Pero el problema persistía. Endo y Goenji también trataron de averiguar que le ocurría al estratega y mejor amigo de ambos, pensando que su padre estaba obligándolo a dejar el futbol y no quería decirles nada, como fue el caso de Goenji hace varios años, pero el resultado fue el mismo.

- Padre me ha dejado escoger la Universidad a la que quiera asistir e incluso me ha dicho que, si deseo continuar con el futbol profesionalmente, que tendré todo su apoyo.

¿Qué le ocurría a Yuuto Kido? Esa era la pregunta del millón.

Parecía dispuesto a gruñirle a cualquiera, pensaron que era fatiga, pero no. Nunca se le había visto tan activo. Un día festivo fueron desde temprano a entrenar, acabaron a las 10 de la noche y Kido aún tenía energía. Se preocuparon más cuando Kazemaru les dijo que se encontraron en la mañana y habían corrido los 5 kilómetros diarios que hacía el velocista para que al despedirse Kido le avisara que correría un rato más. Lo que llevó a que Fudo le preguntara al estratega número #1.

-¿Te estás drogando?

Decir que nunca escucharon gritar y maldecir tanto a Kido fue poco, entre Sakuma, Kazemaru, Hiroto, Endo y Goenji, evitaron que Kido le lanzara un pingüino emperador #1, mientras el valiente Fudo Akio, se escondía tras Haruna, que igualmente trataba de calmar a su hermano.

Luego de ese día, todos llegaron a la conclusión de que había que darle su espacio a Kido, hasta que estuviera bien. Pero el tiempo pasaba y parecía que todo solo empeoraba.

 

 

°-°-°-°-°

 

 

-Te lo juro Genda, Kido iba a demandar al dueño de la heladería porque el muchacho que estaba en la caja registradora le dijo a Haruna que tuviera un lindo día – Se quejaba Sakuma, recordando la salida que habían tenido hace poco pues Tsunami y Tachimukai vinieron de visita a la ciudad – Se puso como histérico a gritarle que él no tenía que decirle que hacer a su hermana y se metiera en sus propios asuntos.

- No pudo ser tan malo – decía Genda, palmeando la espalda de su pareja. Llevaba media hora escuchándolo quejarse del chico de la capa – de seguro estará estresado por algo.

- Para nada – le refutó Tsunami que venía caminando con ellos – nos tocó arrastrarlo fuera de la heladería, mientras Haruna se disculpaba. El muy enojón me mordió incluso. – Se quejó el surfista mostrándole el antebrazo, donde se apreciaba perfectamente la dentadura del estratega.

- No tiene problemas, económicamente está bien, tiene notas perfectas, Haruna no tiene novio, jugará futbol profesional o hará lo que quiera. ¡No hay motivo por el que deba estar así! – volvió a quejarse el chico del parche.

- ¿Quizás quiera una novia? – sugirió Tachimukai, que recién se unía a la conversación

- ¿Kido es hetero? – preguntó Genda, esperando la respuesta de Sakuma, que era el mejor amigo del chico con complejo de super héroe.

- Pues, nunca hemos hablado del tema… - respondió el muchacho – Aunque nunca ha tenido problemas escuchando cosas sobre nosotros – dijo sonrojándose, recordando todo lo que le contaba a su mejor amigo y que este nunca lo miró con asco.

- ¡ESO ES! – gritó Tsunami alterando a los tres oyentes- Kido está…

 

 

 °-°-°-°-°

 

 

-… ¿Sexualmente frustrado? – la cara de Fudo, era un poema. Veía a Genda y Sakuma como si les hubiera crecido otra cabeza.

- Si, no es tan descabellado como suena – decía Sakuma – por favor Fudo, hasta tiene sentido. Su mal humor, todo le molesta, el excesivo ejercicio… Todo encaja.

- Eso lo entiendo, lo que no llego a entender es ¿qué pinto yo en la vida sexual del perfecto Yuuto Kido?

- Fácil, creemos que le gustas a Kido – dijo el león seguro de sus palabras y con un pulgar en alto.

- Están dementes – dijo dándose la vuelta, dispuesto a irse del lugar.

- No espera – lo detuvo Sakuma tomándolo del brazo. – Fudo piénsalo un poco. Kido te ha permitido muchas cosas que a otros no les permitiría siquiera pensarlo. Incluso se que hay cosas que son importantes para él, que ha llegado a contarte y yo debo rogarle solo para que considere decírmelo.

- Por favor Fudo, sabemos que Kido no te es indiferente – apoyaba el portero – disimulas muy bien, pero he notado como a veces te le quedas mirando. Kido igual.

Fudo permaneció en silencio, analizando todo lo dicho por la pareja frente a él, que luego de mucho tiempo, aceptó que eran sus amigos. Sakuma viendo que estaba siendo más difícil de lo esperado convencer a Fudo, agregó

-Bueno, está bien si no quieres hacerlo. Supongo que ya encontraremos a alguien más que esté dispuesto a ayudar a Kido con su problema y… - el instinto de supervivencia que todos llevamos dentro, hizo que Sakuma se callara, la cara de Fudo decía mucho. Eran amigos, pero estaba seguro de que sería asesinado si continuaba su oración.

- Dile a ese pingüino con capa, que lo esperaré mañana en la torre de metal y que más le vale seguir todas mis reglas. – dijo para marcharse.

-Eso no salió tan mal – dijo Genda viendo como Fudo se marchaba.

- Yo sentí que iba a morir…

- Ahora solo debemos decirle a Kido de nuestro plan… y avisarle que está frustrado sexualmente.

-Vamos a morir – concluyó Sakuma palmeándose la frente con una gotita cayendo de su cabeza, imaginando el futuro.

 

°-°-°-°-°

 

-¡¿QUÉ HICIERON QUÉ?! – Haruna estaba segura de que el grito de su hermano se escuchó en todo el barrio.

- Calma Kido, déjanos explicarte – decía Sakuma asomando su cabeza tras Haruna, correcto, el lugar más seguro del mundo para decir cosas a Kido que él no desea escuchar, es bajo la protección de su pequeña hermana.

- Mas les vale tener una muy buena explicación – decía Kido cabreado con dos de sus mejores amigos. Mientras se sentaba y les pedía a todos los dioses que conocía le dieran paciencia infinita. Genda tomó la palabra, de manera que Kido no se ensañara solo con su novio.

- Veras luego de meditar mucho y ver que estás amargado sin motivo o preocupación alguna. Nos hemos dado cuenta de que te tiene que ocurrir algo y tu no eres consciente de ese algo.

- Y en medio de sus delirios de detective, llegaron a la conclusión de que estoy frustrado…

- Sexualmente frustrado – lo corrigió Genda

- ¡No sean ridículos!

- No es ridículo, Kido: ¿cuándo fue la última vez que te atendiste a ti mismo? – pregunto Sakuma.

- Con permiso, yo me retiro – Haruna vio ese momento como su escape. Podría amar mucho a su hermano, pero ella no necesitaba saber de la vida sexual de su hermano mayor, no señor, ella no necesitaba imágenes mentales de su hermano bajo ninguna de esas situaciones. Salió de la sala donde se encontraban y cerró la puerta, de paso pidiéndole a uno de los mayordomos que pasaba en ese momento que nadie interrumpiera en esa habitación hasta que terminaran de hablar.

- … - luego de la interrogante de Sakuma, reinó el silencio en aquella habitación. Kido estaba de todos los colores preguntándose ¿cuál es la manera más dolorosa de cometer un doble homicidio y no dejar rastro alguno? Y cuando casi tenía la respuesta a su interrogante. Genda lo sacó de sus delirios.

- Piénsalo Kido, al final todos necesitamos desahogarnos en algún momento. Ya sea con pareja o solos. Es sano para el cuerpo y bueno para la mente.

- ¿Dónde quedó la vergüenza? – era la pregunta que rondaba por la mente de Kido, él se negaba a emitir una sola palabra sobre el tema.

- Cierto, cierto. Mira que nosotros tratamos como mínimo dos veces a la semana tener sex… – pero Sakuma se vio abruptamente interrumpido

- ¡Ya entendí! – Kido, se había levantado del sofá completamente rojo y tapándose los oídos – si voy a la dichosa cita con Fudo, ¿Dejarán de hablar del tema?

- Sip – dijeron a la vez unos muy felices Genda y Sakuma. Claro, lograron su objetivo y vivieron para contarlo, sin Haruna de por medio.

 

°-°-°-°-°

 

Fudo estaba recostado tranquilamente al tronco de un árbol, en el parque de la torre de metal, esperando que el frustrado Kido Yuuto se dignara a honrarlo con su presencia. Aunque después de 15 min esperándolo, luego de la hora acordada empezaba a preguntarse si vendría.

 Cuando estaba por marcharse del lugar, el estratega hizo acto de presencia, causando que Fudo retuviera la carcajada que deseaba salir de sus labios. Kido parecía un robot por su forma de caminar, un robot con mal funcionamiento hay que decir, pues el pobre no dejaba de temblar y estaba más rojo que una señal de tráfico.

-¿Estabas por marcharte? – la pregunta de Kido, sonó entre aliviada y ofendida.

- Bueno el señorito puntualidad, decidió no ser tan puntual.

- ¿Crees que es fácil estar parado frente a ti para resolver este “problema”?

- ¿Problema? Así como como le dices a la falta de sex…

- NO LO DIGAS

- Prefieres que diga que estas frustrado sexual… Kido, cubrirte las orejas no hará que “el problema” desaparezca – al ver que Kido seguía con el infantil comportamiento cubriendo sus oídos y mirando sus muy interesantes y caros zapatos, Fudo tomó una gran bocanada de aire, para calmarse antes de perder la paciencia. – Necesito que me escuches, si quieres que te ayude – lentamente Kido bajó los brazos y alzó la mirada. – Pongamos unas reglas.

- ¿Reglas?

- Si, reglas. Tanto para tu comodidad como para mi salud mental. Primero que todo – dijo Fudo enumerando con los dedos y evitando que Kido reclamara - Trabajaremos en esto por 7 días, durante dos horas. No hay horario fijo, te enviaré un mensaje para indicarte el momento en que iniciarán las dos horas. Y no acepto réplicas a eso – agregó al ver que venía un reclamo – Segundo, tienes prohibido contarle a Sakuma lo que hagamos.

- ¿Por qué crees que le contaría a Sakuma lo que sea que me hagas?

- Porque es un metiche. Mira que logró convencerte de que te ayude con la falta de sex…

- QUE NO LO DIGAS

- Kami-sama ¿por qué pones pruebas tan difíciles en mi camino?

- Es un problema ¿ok? Llámalo por su nombre. No es falta de ssss…

- El nombre de tu problema es frustración sexual, lo que se resume en falta de sexo.

- ¿Quieres dejar de burlarte de mí? No soy idiota, yo lo entiendo ¿sí?... pero, no puedo, yo resuelvo problemas… No los genero. – Por un momento Kido juró que Fudo ablandó sus gestos. – y tener sss… “eso” es un problema que estoy creando…

- Kido, no estás “generando” un problema. No fue como si pensaras: “Hey, quiero joder a mis amigos, me frustraré sexualmente para fastidiarlos un rato”. ¿quieres culpar a alguien? Culpa a las hormonas. No eres el primero que le pasa y créeme que no serás el último. Solo que a diferencia de los demás, tu no te atiendes y por eso tus lindos amiguitos pidieron mi ayuda.

- Mataré a Sakuma y Genda por esto… Termina de decirme las reglas.

- Tercero, no puedes tocarte antes ni después de las dos horas, quedarás restringido de ese placer mientras dure esta semana. – y antes de que un Kido rojo como tomate quisiera volver a reclamar continuó hablando - Última regla, en el momento que inicien las dos horas, me debes completa obediencia, seguirás todas mis instrucciones al pie de la letra, pero si te atreves a desobedecer alguna, serás castigado. – la cara de Fudo al final de la oración, no auguraba nada bueno. Kido hizo una nota mental de hacerle caso. – ¿Preguntas?

- ¿Qué haremos?

- Muchas cosas

- ¿Tendremos sssx…. sex… “eso”?

- No Kido, no tendremos sexo – Fudo estaba descubriendo el placer de decir sexo, solo por ver las expresiones de Kido – bueno, no al menos que tú me lo pidas.

- ¡Como si yo fuera a pedirte eso!

- Nunca digas nunca. – dijo con cara de superioridad - Te aseguro que, para el final de la semana, de rodillas me pedirás que tengamos sexo.

Era un reto, Fudo estaba retándolo a sobrevivir diario dos horas con él, mientras profanaba su cuerpo se maneras que solo Kami-sama y la autora sabrían.

-Ya que todo está aclarado, andando. – Dijo Fudo mientras se daba la vuelta y comenzaba a caminar.

- ¿A dónde vamos? – preguntó Kido siguiéndole el paso. Viendo como Fudo le dirigía una mirada de costado mientras le sonreía como solo él sabía hacerlo

- A mi casa, tus dos horas acaban de comenzar.

 

Continuará...

Notas finales:

Gracias por tomarse el tiempo de leer.


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