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Wrong por TiaRyu

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Notas del capitulo:

[El título es un juego con la palabra weak y week. La primera significa débil y la segunda semana]


 

 

Cuando el llanto de ambos hermanos seso se quedaron de pie en el mismo lugar. En silencio. Un silencio pesado a la par que agobiante. Tenían sólo seis días, ya que el primero ya había sido desperdiciado llorando y buscando una solución a algo que no lo tenía.

—Lo único que sé… es que tenemos que aprovechar estos días al máximo —el mayor había roto el silencio con esas palabras.

—Lo sé —Ichimatsu dio un paso al frente y extendió su mano para que Karamatsu pudiera tomarla—. Larguémonos de aquí.

Karamatsu sonrió y tomó aquella mano en silencio.

Juntos comenzaron a caminar hacia otro lugar. No querían ir a casa, no querían ver a sus hermanos y mucho menos tenían ganas de ver a Choromatsu. Solo querían pasar el tiempo juntos, a solas… Solo querían estar en un lugar donde pudieran amarse sin problemas, algún sitio perdido donde poder amarse como lo habían hecho durante los últimos tres años.

Tres años.

Tres maravillosos años donde después de muchas confusiones y peleas se habían gritado lo que sentían. Tres años donde habían aprovechado cada momento de soledad para perderse entre besos, gemidos y caricias. Tres años donde Karamatsu  había visto cambiar a Ichimatsu. Ya no era tan siniestro, ni tan frío. Esos tres años Ichimatsu los agradecería hasta el día en que muriera.

Desde hace tres años habían dejado de verse como hermanos… Ya no podían verse de esa forma. Habían dejado atrás esos lazos para pasar a ser simplemente dos hombres que se amaban.

Ya cuando pasaban de las dos de la mañana llegaron frente a su casa, la única luz encendida era la de la habitación que compartían los seis. Sus hermanos seguían esperando que ambos regresaran.

—Entremos —Ichimatsu abrió la puerta.

—Espera —Karamatsu jalo la manga de la sudadera de su hermano para detenerlo—, dame un beso —sus ojos suplicantes fueron irresistibles para el menor, el cual sin dudarlo se acercó para besar aquella boca una vez más.

— ¿Ahora sí? —Ichimatsu estaba sonrojado, sabía que si seguían besándose no podría parar.

—Si —Karamatsu sonrió, al igual que su hermano sabía que si continuaban no podría parar.

Ambos cruzaron el umbral y subieron las escaleras hasta llegar la puerta de su habitación. Respiraron hondo y entraron. Para la sorpresa de ambos el único que estaba despierto era Osomatsu.

—Hola —el mayor de los Matsuno saludo a sus hermanos apenas los vio de pie en la puerta—, ¿Dónde estuvieron metidos todo el día? —el tono de voz de Osomatsu fue casual. Era solo una pregunta trivial sin ninguna mala intención.

—Estuvimos bebiendo en el puesto de Chibita —una verdad a medias fue la respuesta de Karamatsu.

—Para la próxima invítenme, no sean crueles con su querido hermano mayor —sus palabras fueron una mezcla entre verdad y broma.

—Fue solo para pagar una apuesta que perdí contra Kusomatsu —Ichimatsu avanzó hasta el closet  y revolvió la ropa en busca de su pijama. Estaba realmente cansado.

El cuarto de los Matsuno abandonó la habitación rumbo al baño para poder cambiarse tranquilamente.

—Osomatsu, para la próxima yo pagaré tus cervezas —Karamatsu imito la acción de su hermano  y una vez tuvo su ropa de dormir siguió los pasos de Ichimatsu.

Ichimatsu entró rápidamente al baño a cambiarse de ropa y lavarse los dientes antes de que llegara Karamatsu a hacer lo mismo. Tenían como regla no entrar los dos juntos al baño desde un pequeño incidente que habían tenido hace un tiempo atrás.

— ¡Ahh! —Ichimatsu dio un salto al ver el reflejo de su hermano en el espejo.

—Solo soy yo Ichimatsu —Karamatsu cerró la puerta tras de sí.

— ¿Qué haces aquí? —Ichimatsu apretó el cepillo de dientes un poco nervioso.

—Lo mismo que tu my Little Ichimatsu —comenzó a desnudarse doblando cuidadosamente cada prenda que se quitaba.

—Pero…

—Lo sé, sé que tenemos esa estúpida regla —se quitó el pantalón—, por esta vez solo olvidémonos de ella —les quedaban pocos días de aquella relación, así que ¿Qué importaba romper las reglas? Karamatsu quería dejarse llevar aunque fuera solo un poco.

— ¿Puedo…? —Ichi volteo temeroso y noto como su hermano había dejado de desvestirse quedando solo en ropa interior.

—Puedes hacer lo que quieras —sonrió coqueto y avanzó hasta atrapar aquellos labios que tanto le gustaban.

Les hubiera gustado tener más tiempo y así poder hacer el amor de forma adecuada, pero dada la situación en la que estaban eso era lo de menos. Por lo menos, tenían el tiempo suficiente para tocarse y besarse de las formas más obscenas que pudieran desear.

—Te amo —la voz rasposa de Karamatsu llegó a los oídos de un aturdido Ichimatsu. El aliento en su oreja y las constantes embestidas lo tenían al borde de mandar todo a la mierda y olvidar que no estaban solos en la casa. Quería gritar, quería gemir el nombre de Karamatsu, pero no podía. Ichimatsu solo se limitó a ahogar de forma, algo, torpe sus gemidos.

—Más... más —susurro Ichimatsu. Un poco más y Karamatsu tampoco sería capaz de controlar el volumen de su voz.

—No me dijiste que me amabas —detuvo sus embestidas. Le gustaba joder a Ichi con ese tipo de cosas.

—Sabes que te amo Kusomatsu... no te detengas —suplico y sintió como aquella erección volvía a moverse en su trasero. Era la gloria.

—Me falta poco… —anunció enterrando sus uñas en esas caderas carnosas que tanto le gustaban—. Corramonos juntos.

—Está bien —Ichimatsu agarró su propio pene y comenzó a masturbarse al compás de las penetraciones —. Ah... Se siente tan jodidamente bien —apretó su miembro sintiendo como el clímax se aproximaba.

Ambos aceleraron el ritmo. Karamatsu dio la última embestida llegando tan profundo como las limitaciones físicas se lo permitían y se derramó en ese interior, mientras que Ichimatsu se derramaba manchando su mano y el piso de baño.

Se quedaron en silencio tratando de recuperaban el aliento. Tenían que limpiarse y cambiarse para ir a dormir.

—Te amo Ichimatsu.

—Y yo a ti… Karamatsu.

•••

Durante la mañana siguiente pasó lo que querían evitar.

Karamatsu le había insistido a su hermano el pasar el día fuera, pero Ichimatsu quería desayunar primero. Error. Apenas abrieron la puerta se toparon de frente con Choromatsu.

—Buenos días —Choromatsu los saludo como cada mañana, aunque ese día su mirada estaba su mirada estaba llena de asco.

—Buenos días —ambos respondieron por mera formalidad, no querían que el resto de sus hermanos se preocuparan de forma innecesaria.

— ¿Van a pasar?

—Claro —Choromatsu se hizo a un lado para dejarles el camino libre, pero para su sorpresa ambos se dieron la vuelta para ir hasta la entrada principal—. Lo siento Pajamatsu, cambiamos de idea — Ichimatsu le saco la lengua y siguió a su hermano mayor fuera de la casa.

—Idiotas —Choromatsu apretó los puños. Aún seguían juntos y solo les quedaban cinco días de felicidad. Él sería el que reiría al final, seguramente todos le darían la razón—. Yo estoy bien, ellos están mal —había estado repitiendo esas palabras constantemente desde que decidió separar a sus hermanos.

— ¿Quiénes están mal? —Osomatsu se había colocado a su lado.

—Nadie —Choromatsu evitó la mirada inquisitiva del mayor, no tenía ganas de discutir con él.

Osomatsu había notado que algo no andaba bien entre sus hermanos. Choromatsu se había vuelto más amargado que de costumbre y siempre estaba vigilando los pasos de Karamatsu e Ichimatsu. Parecía un loco paranoico.

—Deberías buscarte una vida Pajamatsu —rió mientras salía de la habitación donde habían desayunado para partir rumbo al pachinko.

—No te metas —el tercero estaba cabreado—. Me voy —salió de la casa para seguir los pasos de Karamatsu e Ichimatsu. Definitivamente si el resto de sus hermanos se dieran cuenta de lo que esos dos estaban haciendo le darían la razón.

Choromatsu estaba claramente obsesionado. Su sentido de la moral y lo políticamente correcto estaban yendo por sobre el amor que le tenía a sus hermanos, por sobre su bienestar.

Para Choromatsu ellos ya no eran sus hermanos, en el momento que descubrió el porqué de las sonrisas, las caricias bajo la mesa y los besos furtivos que se daban cuando creían que todos estaban demasiado borrachos para darse cuenta. Choromatsu había dejado de considerarlos sus hermanos cuando los vio besándose y frotándose de forma indecente en el callejón donde Ichimatsu solía alimentar gatos. Nadie iba a ese lugar, pero ese día se le ocurrió buscar a Karamatsu ahí y los vio. Sintió ganas de vomitar, ¿es que acaso no se daban cuenta de lo mal que estaba esa situación? Además de ser hermanos y hombres, eran sextillizos... tenían la misma cara. Era repulsivo.

Y él, solo él tenía el deber moral de hacer que lo entendieran.

 

Notas finales:

¡Gracias por leer!


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