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Los Clásicos de Gazette por urumelii

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Notas del capitulo:

ay kai <.<

Kaicienta


 


Había una vez, un hombre que vivía muy feliz con su hijo. Poseía una gran casa y un pequeño restaurante que aunque era modesto, les daba que comer. Sin embargo, el hombre siempre pensó que su hijo sería mas feliz si tuviera una familia mas grande, pues aunque El Niño era alegre, parecía pasar sus días jugando solo. 


 


Poco tiempo pasó antes de que el hombre conociera a una hermosa mujer llamada, Satomi, quien era viuda y tenía dos hijos. Estuvieron varios meses saliendo, hasta que el hombre decidió casarse con la mujer y llevarla a vivir junto con sus hijos a la gran casa. 


 


-Kai, - dijo el hombre muy feliz - te presento a tu nueva madre, Satomi y a tus hermanos: Tora y Hiroto. - 


 


Kai parpadeó muchas veces pero sonrió, con la sonrisa mas bonita que jamás cualquiera de los presentes hubieran visto. Aquello asombró a la mujer pero no dijo nada - que gusto que sean parte de la familia - dijo alegremente con dos pequeños hoyuelos que se le formaban en las mejillas. 


 


Por un tiempo, todos parecían una familia feliz; aunque los nuevos hermanos de Kai parecían ser un poco caprichosos, el chico no se dejaba desanimar. Y por muchos medios trató de ser su amigo, pero descubrió que ellos no estaban interesados en lo mismo. Kai lo comprobó de la peor forma posible, pues unos meses después su padre falleció, dejándolo al cuidado de Satomi y los otros dos. 


 


Kai no se desanimó, sabía que estaba bajo un gran cuidado y la mujer nunca le había mostrado una señal de desprecio. Pero todo cambió el mismo día del funeral de su padre, cuando Satomi le dijo que los había dejado llenos de deudas y que ella misma había puesto mucho de su dinero para pagarlas, por lo que ahora Kai estaba en deuda con ella. El chico, era muy pequeño y creyó cada palabra de lo que la mujer le decía; por lo que a partir de ese día Kai se volvió poco menos que el mandadero de la familia. Además de trabajar como mesero en el pequeño restaurante de su padre, el cual se había quedado como parte del pago hacia Satomi. 


 


A pesar de todo, al menos en la cabeza de Kai, Satomi no era mala. Lo dejaba quedarse en la casa que de no haber sido por ella habría perdido por las deudas. Asistía a la escuela y una de las cosas mas importantes, lo dejaba tocar la batería. Bueno, esta ultima no era del todo cierta, Kai tenía pocos momentos para practicar por todos los mandados que tenaz que cumplir, pero en sus tiempos libres podía tocar. Además, comenzó a faltar a algunas clases en la preparatoria para poder hacerlo mejor. 


 


Así que no todo estaba tan mal. Uruha, el chef principal y gerente del restaurante italiano, decía que Satomi estaba loca y Ruki, su mejor amigo, concordaba. Pero Kai decía que la mujer era buena en el fondo y gracias a ella había llegado lejos sin estar desamparado. 


 


Cuando Kai cumplió los diecisiete, estaba dedicado no solo hacer las pobres de la casa como limpiar, recoger, coser y a veces cocinar para su madrastra y sus hermanos. También estudiaba batería para intentar entrar a la escuela de arte de Tokio y atendía las mesas en el restaurante. Sin embargo, había una cosa más que embargaba su mente: Reita Suzuki. 


 


Reita era un año mas grande que él, y el bajista más talentoso de la escuela. Todo el mundo lo conocía, por su amabilidad y gran porte; pero además porque era bajista de una banda de rock que era un poco famosa en la ciudad. Reita seguía estudiando en la preparatoria pues decía que quería tener la educación de cualquier chico, pero era obvio que no era cualquier chico. Tenía admiradoras por todas partes y aunque Kai lo idolatraba, lo hacía de lejos y en secreto; por alguna razón pensaba que el chico debía ser un pedante, a pesar de que todos le dijeran lo contrario. Pero eso no le impedía pensar que era bastante guapo. 


 


Ya iban a ser vacaciones de verano cuando Ruki entró al restaurante un martes después de la escuela. 


 


-No vas a creer lo que pasó - le dijo el chico a Kai, mientras se sentaba en la barra donde su amigo recibía la comida para los comensales. 


 


Kai negó - no tengo idea - tomó tres platos de las manos de Uruha, quien también escuchaba atentamente. 


 


-La banda de Reita está buscando músicos - anunció Ruki como si fuera la noticia del siglo. 


 


Kai parpadeó mucho, dejó los platos en la mesa correcta y regreso - no estoy seguro qué tiene eso de increíble - dijo confundido. 


 


Uruha se recargó en la barra - pues que podrías audiciones, ¿no es cierto Ruki? - lo animó. 


 


Ruki asintió enérgicamente - están buscando baterista y tu eres el mejor baterista que conozco, deberías intentarlo - casi gritó. 


 


Kai rió fuertemente - claro que no Ruki, esas cosas solo son para profesionales y aunque sea bueno, no creo estar a la altura de un profesional. Además soy el único baterista que conoces - se volvió a alejar a recibir a mas comensales. 


 


-Puede que sea el único que conozco pero es realmente bueno - le aseguró a Uruha. 


 


-Lo sé, lo he escuchado tocar- inquirió el chef. 


 


Kai llegó de nuevo con la orden de las bebidas, las cuales comenzó a buscar. 


 


-Kai - insistió Ruki - la convocatoria la pusieron en la escuela, eso quiere decir que están buscando estudiantes como nosotros. Vamos, tenemos que participar. Es el próximo viernes - le rogó. 


 


El chico castaño volvió a negar - tu puedes hacerlo, eres un gran cantante pero yo no creo que mi habilidad con la batería sea suficiente para una banda de rock


 


-¿Quieres entrar en la escuela de arte y piensas que no eres suficiente? - Ruki se cruzó de brazos. 


 


Kai suspiró - ¿no vas a dejar de insistir, verdad? - dijo un poco decepcionado. 


 


-Es Reita Suzuki - dijo Ruki con los ojos muy abiertos.


 


Kai le estaba dando la espalda a la puerta del restaurante - Ya sé que es Reita Suzuki, pero eso no lo hace extraordinario ¿sabes? Solo toca el bajo - dijo despreocupado. 


 


-Bueno la próxima vez, puedes tú tocar el bajo - le dijo una voz ronca detrás. 


 


Kai se giró sorprendido, para encontrarse con el famoso bajista de frente. Su amigo no se había referido a él para convencerlo, le había mencionado que estaba detrás de él. 


 


-Hola ¿alguien nos puede atender? - dijo el rubio con una banda en la nariz - o no se puede por que solo soy un bajista - se rió, ninguna de sus palabras fue malintencionada, parecía estarse burlando de sí mismo. 


 


-Lo siento - dijo Kai abriendo y cerrando la boca, sintiendo sus mejillas ruborizarse. De pronto hacía mucho calor. 


 


-Aoi - dijo Uruha sin poder creerlo. 


 


El acompañante del bajista era un chico de cabello negro con aspecto despreocupado, aspecto que cambió de inmediato al ver al chef detrás de la ventana de La Cocina. Uruha salió al encuentro del mencionado, ambos se veían intensamente. 


 


-¿Qué haces aquí? - preguntó el chef. 


 


-Soy el representante de la banda - señaló a Reita. - ¿tú que haces aquí pensé que te había perdi…-se detuvo a medio ademán de agarrarlo. 


 


-Soy chef de este restaurante desde hace casi diez años - se cruzó de brazos con una mueca en el rostro. - en fin, bienvenidos. Kai les mostrará su mesa - de pronto el chef parecía enojado por algo. 


 


Kai hizo lo que pedían sin atreverse a mirar a los otros dos. 


 


-¿Como es que lo conoces? - le dijo Reita al pelinegro. 


 


-No importa - dijo sentándose en la mesa - me puedes traer un vaso con agua - ni siquiera miró a Kai al hacer su orden. 


 


-Yo té helado - de la misma manera, Reita miró el menú sin notar a Kai. 


 


El mencionado suspiró y se retiró a La Cocina. 


 


-Ni siquiera me notan, jamás podría tocar con ellos - dijo Kai un poco decepcionado. 


 


-Deja que te escuchen tocar. - le respondió Ruki. 


 


-debes hacerlo - dijo Uruha amenazándolo con una espátula. 


 


De la visita no pasó más. Aoi trató de despedirse de Uruha, pero el chef argumentó que tenía platillos que preparar y no salió; cuando Kai y Ruki hicieron preguntas no obtuvieron respuesta de nada. 


 


-Lo conocí en mis días de músico - fue todo lo que dijo. 


 


Kai regresó a casa pensando seriamente si debería ir a la dichosa audición de la banda de Reita, no era que no se creyera bueno, aunque esa hubiera sido la primera excusa. La verdad era que nunca se había pensado como estrella de rock, casi siempre sus fantasías musicales involucraban el jazz, una orquesta o algo parecido. Nunca ser famoso. 


 


Abrió la puerta de entrada de la gran casa donde fue recibido por un enorme grito agudo de Hiroto - Kaiiiiiii, ¿dónde diablos te metiste? ¿Qué no ves que esta es una crisis? - dijo en tono dramático mientras caminaban a la sala. 


 


-¿Qué pasa? - preguntó confundido. 


 


-Reita está buscando musicos para su banda - contestó Tora despectivamente, cruzado de brazos sentado junto a su madre - y vamos a audicionar por supuesto - dijo como si fuera obvio. 


 


Ambos chicos sabían tocar la guitarra, no lo hacían mal. Nada. Pero Kai podía pensar en diez chicos mejores. 


 


-Y obviamente serán seleccionados - dijo Satomi con una gran sonrisa en el rostro - mas de lo quepeudo decir de ti - miró a Kai - pobre de ti, sin ningún talento musical - dijo como si de verdad sintiera lastima. 


 


Kai miró a la alfombra tratando de no sentirse herido por las palabras, quería convencerse que siempre que las oía eran por su propio bien - de hecho - dijo con timidez - estaba pensando audicionar -. 


 


Los otros tres lo miraron como si estuviera loco y comenzaron a reír. 


 


-¿Tú? - dijo Tora, - pero si no sabes hacer nada. 


 


-Pensaba tocar la batería - contestó sin levantar la mirada. 


 


Satomi giró los ojos - otra vez esa tontería de la batería, querido no tocas ese pedazo de chatarra desde hace meses. La música requiere talento y practica, tu no tienes ninguna de las dos. Por favor no vayas a hacer ridiculos - se giró a sus hijos - ahora, si fueras un dulce y nos trajeras de cenar. 


 


Kai asintió y salió disparado a La Cocina. Tratando de ignorar las lagrimas que salían de sus ojos por las hirientes palabras que acababa de recibir. A veces solo quería escaparse de ahí, aunque trataba mil y un veces de pensar que lo hacían por su bien y mantenerse optimista, a veces sentía que ya no podía más. Sin embargo aún le faltaba un año de preparatoria, la audición a la escuela de arte y que lo aceptaran. Le gustara o no estaba atado a esa casa. 


 


A menos que ganara el lugar en la banda de rock de Suzuki. 


 


Se fue a la cama decidido. A pesar de que se fue dormir bastante tarde pues tuvo que lavar ropa y trastes y dejar todo listo para mañana cuando se marcharan a la escuela. 


 


A la mañana siguiente se despertó primero que todos en la casa, bajó, limpió un poco La Cocina hizo de desayunar para sus hermanastros y madrastra. Cuando estos se levantaron, tendió las camas y se aseguró que la ropa que fueran a usar estuviera limpia y en impecables condiciones. Tuvo que limpiar los tenis de Hiroto dos veces, pues tenían una mancha y él quería que se vieran completamente blancos. Lavó rápidamente el auto de Tora y por fin, se dispuso a ir a la escuela. 


 


Sin embargo, ese día no fue a clases, fue al estudio donde se encontraba el club de música. Y por tanto la batería con la que procuraba practicar diario, aunque su remedo de familia no supiera. Aquel día se propuso a practicar más, pues se había convencido que la única manera de salir de aquella casa de pesadilla era ganando la audición. 


 


Puso los pies sobre los pedales, tomó las baquetas y comenzó a pegarle al instrumento sacando toda su frustración. 


 


Reita no quería admitir que estudiar en una escuela normal, le aburría. Las clases le gustaban, algunas actividades le gustaban; pero no podía aguantar a la gente de la escuela; todos parecían hacer malabares solo para agradarles. La gente podía ser muy rara si convivía con algún famoso. Y ahora que Aoi lo había convencido de abrir la convocatoria para formar una banda, estaban mas insoportables que nunca, todos lo llenaban de regalos y favores, pues esperaban que los tomaran en cuenta en la audición, que para acabarla sería en la misma escuela frente a medio mundo. 


 


Se había saltado las clases aquel día harto de los chicos invitándolo a salir o tratando de comprarle cosas, caminaba por el pasillo hacia el club de música cuando escuchó los tambores. El ritmo perfecto de la persona que estaba tocando y no, no era nada fácil lo que hacía, era jazz. 


 


Trató de abrir la puerta del lugar pero estaba cerrada con llave y la persona que estuviera tocando ahí adentro jamás escucharía la cerradura tratando de abrirse. Sacó su celular y le marcó a Aoi. 


 


-¿Escuchas eso? - dijo rapidamente 


 


-Sí, es brillante ¿quién es? - le contestó el peligro. 


 


-No lo sé, pero lo necesito. 


 


Colgaron después de grabar unos minutos. Reita permaneció ahí esperando a que la persona terminara de tocar, minutos que le parecieron horas. Cuando por fin la música cesó, tocó con fuerza para que le abrieran. 


 


-¿Sí? - dijo una voz temblorosa del otro lado de la puerta. 


 


-¿Me podrías dejar pasar? Soy Reita y te escuché tocar - dijo emocionado. 


 


-Ehm - Kai, dentro estaba teniendo un ataque de pánico. - no - fue todo lo que alcanzó a contestar. Fue presa de sus propios nervios, pues no tuvo la voluntad de abrir, que lo escuchara tocar lo hacia sentir sumamente inseguro. 


 


-Escucha, tendremos una audición el viernes y pensé que podrías…tocas increíble ¿quién eres? - continuó el rubio. 


 


-No importa, no creo que me conozcas - contestó rápidamente recordando el episodio del restaurante. 


 


Reita frunció el ceño - ve a la audición - dijo. 


 


-No me reconocerás - aseguró Kai. 


 


-Lo haré, si tocas así, lo haré. Lo prometo…


 


Kai salió por la ventana para no ser descubierto, cuando por fin pudieron abrir el cuarto de música ya no había nadie y  Reita no supo quién era el chico de hermosa voz de increíble talento. Lo único que le quedaba esperar era a la audición, deseando que se presentara, porque para él ya había ganado un lugar en su banda. 


 


Kai llegó al restaurante contándoles su encuentro o no encuentro con Reita a Ruki y a Uruha. Además les contó que era su plan para salir de la casa de su madrastra, algo por lo que se alegraron muchísimo. 


 


-Tienes que ganar - dijo Ruki. 


 


-Te ayudaremos - le sonrió Uruha. 


 


-sólo falta que Satomi me de permiso de ir - dijo Kai con amargura.


 


-Escápate - sugirió Ruki


 


Kai negó - imposible, la única razón por la que quiero ganar esto, es para salir de ahí. Pero eso no significa que no le deba dinero, mis papeles, todo lo tiene ella. Lo necesito si es que quiero recuperar este restaurante - explicó. 


 


Uruha lo miró con compasión, la única razón por la que se había quedado trabajando ahí era por el chico. Había sido amigo de su padre y se rehusaba a dejarlo solo. Tampoco creía que Satomi fuera la verdadera dueña, conocía al padre de Kai y estaba seguro que jamás lo hubiera dejado desamparado, pero por más que le trataba de decir a Kai al respecto, el chico no quería creerlo. 


 


-Bueno, - dijo Ruki - pídele permiso a Satomi


 


-¿Permiso para que? - como si el mas bajo tuviera habilidades de invocación, la madrastra de Kai se presentó frente a ellos con un atuendo que lucía carísimo. Sus dos hijos detrás de ella como un par de cuervos. 


 


Kai se giró sonriendo ligeramente - hablábamos de la audición. Quería pedirte permiso para…


 


-Kai, querido ya hablamos de esto. Pero si te sientes mejor, puedes ir. Aunque vayas a hacer el completo ridiculo; claro, después de atender tu turno aquí y terminar las labores de la casa. - dijo como si le estuviera haciendo un gran favor. 


 


La cara del baterista se iluminó - claro que terminaré, gracias - dijo genuinamente. 


 


Toda la semana se preparó para la audición, mientras trataba de balancear sus calificaciones; las labores del hogar y el restaurante. Sentía que estaba durmiendo muy poco, pero tenía que lograrlo. Después de clases en un momento que tuvo antes de ir al restaurante pues no había tenido su clase de historia, aprovechó para practicar un poco mas. Fue cuando Tora lo vio, horrorizado por el gran talento que el chico desplegó. 


 


No tardó en hablarle a su mamá y hacer el berrinche del tamaño del mundo. 


 


-No quiero que audicione mamá, va a quitarme mi brillo. Siempre tiene que estar llamando la atención - dijo tajantemente - sería muy egoísta de su parte


 


Su madre lo escuchó y le aseguró que Kai no iría a la audición si él no quería. 


 


Sin decirle nada al chico, el viernes terminó sus labores temprano. Estaba muy emocionado, la audición sería por la noche; pues querían hacer todo un show al respecto. Así que esforzándose mucho logró terminar. Se preparaba para salir pero Satomi lo esperaba en la entrada con sus hermanastros. 


 


-Kai, que bueno que aquí estás - dijo en un tono exagerado, fingiendo preocupación - necesito que vayas al restaurante. Nos falta un mesero y hoy es noche de mariscos, sabes que se llena muchísimo, además de que pusimos un promoción especial. No será suficiente con el personal que hay - terminó. 


 


Al chico se le borró la sonrisa de la cara - ¿Hoy? Pero…


 


-Querido, yo sé que querías ir a la audición. Pero esto es mas importante ¿lo sabes, verdad? Estás en deuda conmigo y necesito que trabajes - detrás de ella Hiroto y tora sonreían cruelmente. 


 


Kai sabía que no lo estaban dejando ir a propósito, pero no halló como negarse - de acuerdo, iré para allá - dijo decepcionado. 


 


En menos de quince minutos entró al restaurante tratando de no llorar. 


 


-¿Qué haces aquí? - preguntó Uruha desconcertado. 


 


-No puedo ir a la audición - dijo Kai con tristeza. 


 


-¿por qué? 


 


-Tengo que ayudar aquí - tal como había dicho su madrastra el lugar estaba a reventar - dijo que había faltado un mesero…


 


Uruha se mordió el labio - le dio el día libre - explicó - maldita bruja, de acuerdo, tienes que ir a la audición, se nos hace tarde - dijo el chef. 


 


-Pero, no puedo


 


Uruha se quitó la filipina de un jalón y llamó a su sous chef - vamos a salir, es una emergencia - le señaló a Kai, todos en el restaurante amaban al chico así que accedió a quedarse a cargo de inmediato. Para reemplazar al mesero que hacía falta, Uruha le habló a Ruki, quien ya estaba en a escuela esperando pero que salió corriendo en ayuda de su amigo. 


 


El chef llevó a Kai a su departamento, el cual se encontraba apenas a una calle del restaurante. 


 


-Te volviste loco - dijo Kai - si Satomi me descubre…


 


Uruha estaba metido en el armario, de donde sacó unos jeans negros, una playera blanca y un chaleco igualmente negro. - no lo hará - dijo sacando una mascara de color negro que le cubría perfectamente la mitad del rostro - y esto - le tendió un par de guantes - son para que no te astilles las manos con las baquetas - le tendió ambos palillos de madera. 


 


Kai estaba sorprendido - ¿Cómo? 


 


-Te dije que fui músico, todavía tengo un toque - Uruha sonrió - te llevaré a la escuela, vamos. Llega, toca y sales de ahí ¿de acuerdo?  Si ganas o no, será algo que sabremos después sin falla - aseguró mientras se subían al auto del chef y este aceleraba a fondo. 


 


Entraron juntos al gimnasio de la escuela para inscribirse, pero el chico del modulo les dijo que como ya había comenzado el espectáculo era imposible dejarlos participar. 


 


-No entiendes - dijo Uruha - tienes que dejarlo participar - le dijo con desesperación al pobre chico. 


 


-de verdad no puedo


 


Kai había perdido la poca esperanza que tenía para ese momento, suspiró apretando las baquetas entre sus manos. Estaba a punto de decirle a Uruha que mejor regresaran al restaurante cuando escuchó al chef gritar. 


 


-¡Aoi! 


 


El peligro salía del gimnasio con el celular en la mano, su semblante cambió en cuanto vio al otro - Uruha, qué sorpresa, ¿qué haces aquí? 


 


Uruha bufó - tienes que dejar que toque - señaló a Kai - dice que no lo pueden inscribir porque ya empezó. 


 


Aoi torció la boca - bueno, por normas oficiales, no sería justo para los demás que…


 


-Me debes una - espetó Uruha. 


 


Hubo un silencio entre ellos que a Kai le pareció eterno. 


 


Aoi terminó por girar los ojos - de acuerdo, irás al ultimo. Síganme - abrió la puerta para dejarlos pasar. 


 


Kai no podía creer su suerte y fue entonces cuando comenzó a sentir verdaderos nervios. Se quedó todo el tiempo a un lado de Uruha y de Aoi, aunque traía la mascara puesta y estaba seguro que nadie lo reconocería, le aterraba que Satomi lo viera. 


 


-Lo harás bien - le dijo Uruha dandole palmadas. 


 


-Eres una verdadera hada madrina ¿sabías eso? - le dijo sonriendo. 


 


-Un gracias hubiera bastado


 


Aoi se acercó a ellos - de acuerdo, es tu turno. ¿Cómo te presento? 


 


-Solo di el baterista de jazz - dijo Kai tomando aire. 


 


El otro sabía que los músicos eran raros, así que no cuestionó nada. 


 


Reita había esperado toda la noche por el baterista que había escuchado pero nadie de los presentes había tocado de esa forma. Aunque hubo varios batistas ninguno tenía el talento del chico detrás de la puerta. No quería que hubiera un ganador hasta que no se presentara, pero era obvio que el otro no se presentaría a la audición. Decepcionado, iba a levantarse después del ultimo. Sin embargo, Aoi salió al escenario de repente a presentar a un ultimo participante que no estaba en el programa. Por lo que Reita volvió a sentarse. 


 


-Un aplauso para el baterista de jazz - dijo Aoi. 


 


Y a Reita se le paró el corazón. Al escenario entró un chico que parecía común y corriente, usaba una mascara que cubría la mitad de su rostro por lo que si lo conocía, no fue capaz de reconocerlo. El chico se sentó detrás de la batería y sonrió, sus hoyuelos marcandose en sus mejillas. Para Reita era el chico mas perfecto del mundo y lo confirmó en cuanto comenzó a tocar. Era él, el mismo chico, la misma precisión, la misma pasión. Era SU baterista. 


 


Al final todos estallaron en aplausos, el talento del chico era inigualable. Reita logró levantarse un poco antes que los demás, para interceptarlo, tenía que saber quién era y lo necesitaba ya. Logró alcanzarlo antes de que este saliera por la puerta de atrás. 


 


-No huyas de nuevo - le gritó.


 


El otro se giró - me reconociste - sonrió. 


 


Reita se deslumbró por la bonita sonrisa - te dije que lo haría - dijo con tono altanero. 


 


-No lo harás de nuevo - trató de salir, pero Reita lo tomó de la mano. El otro se zafó como pudo. 


 


-tengo que irme, en serio - Kai había logrado ver a sus hermanastros y madrastra en el publico, lo habían reconocido o si no lo había hecho estaba sospechando, pues la vio levantarse y salir. Kai jaló fuertemente y la baqueta se rompió en su mano con un gran pedazo de astilla quedando atorado en el guante que se sacó con rapidez, se quedó el otro pedazo de baqueta en la mano y corrió. 


 


Reita se quedo con el guante y la astilla en la mano - ¡espera! ¡Tu ganaste! - pero el chico no se detuvo. 


 


Kai corrió a toda velocidad con el pedazo de astilla aun en la mano, se subió al auto de Uruha y regresaron al restaurante, cuando el chico se dio cuenta que había perdido el guante. 


 


-Lo siento - se disculpó de inmediato - me lo prestaste y yo…


 


-No pasa nada - dijo Uruha - estoy mas que seguro que ganaste - sonrió mientras bajaban y corrían a La Cocina. Se cambiaron lo más rápido que pudieron, apenas dos minutos antes de que Satomi entrara por la puerta gritando el nombre de Kai. 


 


El mencionado salió a su encuentro - ¿Qué pasa? - dijo tratando de disimular la carrera. 


 


-¿Estuviste aquí toda la noche? - preguntó seria.


 


-Aquí fue donde me dijiste que estuviera - contestó triste. 


 


Satomi se fue sin decir nada más. 


 


Nadie supo nada del ganador hasta tres días después, donde en toda la escuela había carteles pegados que decían: 


 


SE BUSCA BATERISTA


Si adicionaste el viernes, tú ganaste. Por favor preséntate con Reita Suzuki


 


Fue un caos, de pronto había una enorme fila frente a Reita, todos diciendo que ellos eran el baterista de jazz, pero ninguno pasaba la prueba y no era que los pusiera a tocar la batería. Al parecer, tenía un guante y una astilla, estaba buscando el otro par. 


 


Kai se armó de valor para ir a presentarse, pero Hiroto y Tora se le adelantaron en la fila. Este ultimo tenía un guante en la mano, el guante que le había dado Uruha. Kai se adelantó hacia ellos. 


 


-¿De donde sacaron eso? - les dijo sin poder creerlo. 


 


-Creíste que ibas a mantener ese secreto - dijo Hiroto molesto - vacíamos tu habitación y lo encontramos. Ahora, Tora será parte de la banda y yo también - le enseñó la lengua.


 


-Tu no puedes tocar la batería - dijo tratando de aguantar las lagrimas. 


 


-Mejor que tú, seguro sí - le sonrió de lado. 


 


Ruki se le acercó - tienes que decirle la verdad - le dijo. 


 


-¿Para qué? Ellos ganaron - dijo limpiándose las lagrimas - yo podré ir a la universidad y ya


 


Después de entregar el guante, Reita y Tora se estrecharon las manos aunque el primero parecía un poco confundido. 


 


-debes venir al restaurante a cenar, celebraremos el contrato - dijo Hiroto lo suficientemente alto para que Kai escuchara. 


 


Sintió su corazón romperse en mil pedazos y ademas tendría que servirles la cena. 


 


En la noche, como había prometido Reita se apareció en el restaurante junto a su manager. Kai los recibió con la mejor sonrisa que pudo mostrarles. 


 


-Ya que tienen reservación, les mostraré su mesa - dijo tratando de sonar alegre. 


 


-¿Te conozco? - dijo Reita mirándolo fijamente. 


 


Kai le devolvió la mirada - no - contestó derrotado mientras les mostraba la mesa en donde ya se encontraban su madrastra y sus hermanastros con una enorme sonrisa. 


 


-Kai traenos vino, la ocasión lo amerita - dijo la madrastra. 


 


El otro se giró para ir a La Cocina, donde Ruki se encontraba con Uruha. 


 


-tienes que decirle la verdad - insistió Ruki. Pero Kai negó sirviendo la botella en el hielo. 


 


Uruha trató de decirle algo, pero Kai no escuchó. Sólo era otro año el que tenía que aguantar para poderse ir a la universidad. 


 


-Sí, los dos planean ir a la escuela de arte de Tokio - escuchó a Satomi mientras servía el vino - mi hijastro, no podrá ir lamentablemente el dinero no nos alcanza para pagar la universidad de todos y tampoco somos candidatos a becas, pues al tener el restaurante nuestros status sube. Irónicamente. Es una lastima - dijo la mujer. 


 


Kai dejó caer la botella al piso, rompiendose al estrellarse contra el piso  y llamando la atención de todos en la mesa - no puedes hacer eso - le dijo por primera vez - no puedes decidir si voy o no a la universidad - no estaba triste, estaba enojado. Había llamado la atención en todo el restaurante, que solo eran los empleados, pues Satomi había mandado cerrarlo por la ocasión. Pero todos habían sido testigos de los abusos de la madrastra contra Kai. 


 


-Querido, no hagas una escena - dijo Satomi verdaderamente apenada - y si tienes que saberlo, pagarte la universidad incrementaría tu deuda - dijo tranquilamente para que solo él escuchara. 


 


-No la pagues, pero no me puedes prohibir ir - gritó. 


 


-Estás poniéndonos en ridículo - dijo Tora. - deja de decir tonterías, ¿en serio abandonarías este restaurante? -después de tantos años sabían que decir para hacerlo sentir mal. 


 


Kai vio de reojo como el personal del restaurante se movía a una velocidad impresionante. Se había quedado sin habla - iré a recoger esto - dijo tragándose su orgullo.


 


-No, no lo harás - quien lo dijo fue Uruha, que estaba parado frente a ellos - Satomi, por años he visto como humillas a este niño una y otra vez, pero se acabó. No te vas a quedar con lo ´único que tiene para sobrevivir - por un momento Kai pensó que hablaba del restaurante; pero el chef se movió y dejó ver una batería que armaban entre todos los meseros. 


 


-Uruha, ¿era él? - preguntó Aoi, aunque le había preguntado una y otra vez po ala identidad del baterista, el chef se había rehusado a decirle pues le había prometido a Kai que no revelaría nada, pero ya estaba harto. 


 


-toca - le dijo el chef a Kai - tu ganaste


 


Satomi se levantó horrorizada - esto es un escándalo - pero Kai ya se había sentado en el banquillo. - Kai suelta esos palos de inmediato - sentenció, sin embargo el chico puso los pies sobre el pedal y comenzó a tocar. 


 


Reita lo reconoció de inmediato - eres tú - gritó - ¿Cómo es que ustedes? 


 


-Se lo robaron - gritó Ruki, el ruido de la batería continuaba - como le han robado todo lo demás


 


Kai se detuvo llorando sobre la tarola, era mucho para él. Reita se acercó a él hincandose a su lado para calmarlo. 


 


-POr favor no llores - levantó su rostro por la barbilla - todo estará bien a partir de ahora, tu ganaste; queremos que toques en mi banda. No estarás desamparado


 


-Puedes quedarte conmigo - dijo Uruha - renuncio - le dijo a Satomi. 


 


-No puedes hacer esto - dijo la mujer horrorizada. 


 


Reita tomó la mano de Kai - vámonos de aquí, no tienes porque estar cerca de personas tan horribles - a pesar de no tener todo el contexto el bajista entendió bastante de lo que estaba sucediendo. 


 


Llevaron a Kai de regreso ala gran casa para que tomara sus cosas y se alejara de su madrastra de una buena vez, pero Aoi tuvo la grandiosa idea de revisar las cosas de la madrastra como ellos habían hecho con las cosas de Kai. A pesar de sus protestas, fue Ruki quien descubrió el papel que cambiaría su vida. 


 


Su padre le había dejado el restaurante y la casa a Kai, no había dejado nada para Satomi y sus hijos. Las deudas no existían, todo había sido un fraude de la madrastra. Kai se llevó el papel y poco después comenzó la batalla legal, sin embargo, no levantó cargos en contra de la madrastra. No tenía el corazón para hacerlo. 


 


Uruha se hizo cargo del restaurante mientras él salía de gira. Sí, de gira como baterista de Reita Suzuki.  Aoi se quedó con el chef a supervisar el restaurante, aunque aquello nunca convenció a Kai del todo, no hizo preguntas. 


 


En cuanto a Reita…


 


-te dije que te reconocería - dijo el bajista mientras estaban en un avión privado viajando a otra ciudad para la gira. Lo tenía abrazado por los hombros. 


 


Kai sonrió - no lo hiciste…


 


-claro que sí, pero no lo hice por tu manera de tocar. Fue tu hermosa sonrisa - lo besó delicadamente. 


 


Y vivieron felices para siempre. 


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