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Cancion de un pajaro enjaulado por diclonius

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Notas del capitulo:

Capítulo 3 espero que lo disfruten

[Kisame]

Desperté como cada mañana, cansado, adolorido y deseando mandar todo al diablo para volver a la cama.

Me dio demasiada flojera entrar a ducharme así que solo me lave la cara y baje a poner la cafetera. Deje que el agua hirviera y el olor a café amargo remplazara al olor a humedad que invadía la casa en esos días. Me vestí mientras escuchaba la radio, a esta hora sonaba un programa de rock clásico que al menos me motivaba un poco a empezar el día.  Serví una taza de café del tamaño de una jarra, y la bebí casi de una vez, tome mis llaves y partí camino a la estación aun con esa sensación caliente en los labios.

Hoy empezaba en la prestigiosa escuela SM, una de las universidades más prestigiosas y costosas del mundo. Nunca dude de mis capacidades de entrar, pero la parte de costosa era mi problema. Viví junto con mi madre una infancia sin lujos, ni carencias. Esta clase de universidades no se encontraban ni en mis sueños. Hasta que el hombre que toda mi vida no había sido más que una sobra negra de personaje si desbloquear, apareció queriendo que después de más de 20 años de ausencia corriera a sus brazos y lo llamara “papá”, al parecer el sujeto en cuestión eran un adinerado co-dueño de un casino. Mi madre nunca había hablado de él y yo nunca había preguntado, pero el apareció y me contó la historia que nunca quise saber, se excusó en que era joven y tonto, y que ahora entendía la importancia de un hijo. Y como prueba de su “Arrepentimiento”, pago mis estudios en esta dichosa escuela, iba a negarme, pero mi madre me insistió en que aceptara, así que lo hice por ella. También me ofreció cosas, como un departamento cerca de la universidad y un auto, pero rechace todo, ese hombre era más idiota de lo que ya creía que era, si creía que con comprarme unos cuantos regalos caros lograría que yo lo llamara “papi”.

Llegue a la universidad temprano, pero aun no quería entrar, solo por afuera ya se sentía el aura de niño mimado que inundaba toda la maldita institución.  Camine sin rumbo por las calles cercanas, hasta que pasaban tres minutos de la entrada, solo entonces me decidí a entrar. Entre al salón a diez minutos de empezada la clase, el profesor mi regaño con la mirada, pero seguí mi camino, cuando levante la vista vi un rostro conocido.

“Itachi Uchiha” pensé, lo recordaba de la secundaria, “El niño milagro” lo llamaban algunos directivos, ya que había decorado la pared de la escuela con unos cuantos premios en diferentes categorías, era algo reservado, pero se podía decir que nos llevábamos bien, no mal al menos.  Habíamos hablado un par de veces y una vez almorzamos juntos, pero al menos me alegraba ver a alguien que no tuviera la sonrisa cosida y el trasero de oro.

_Así que los rumores eran ciertos- dije estirándome en mi asiento, mientras de reojo miraba al moreno.

_ ¿Rumores?- dijo volteando ligeramente, y haciendo que nuestras miradas se cruzaran.

_El gran Itachi Uchiha consiguió la legendaria beca en la universidad SM- dije con tono de broma –Eso decían todos cuando terminamos la secundaria- dije manteniendo la mirada en sus ojos negros.

_Ja así que aun después de irme seguían hablado de mí- dijo aparentando altanería, no pude evitar sonreír de medio lado al oírlo.

_Realmente no has cambiado Itachi- dije estirando mi brazo y dando un suave golpe en su hombro.

_Por lo que veo tu tampoco Kisame- dijo con una suave sonrisa, esa que recordaba haber visto en contadas ocasiones. Le devolví la sonrisa sin darme cuenta.

Durante la siguiente clase, Itachi parecía ya haberla visto mil veces, no me sorprendía, conociéndolo ya había estudiado todo el programa y solo venia para tener la presencia. Yo tome algunos apuntes, pero en general no estaba peor que él. Esta escuela tenía un solo defecto, y era que sus programas parecían adaptados hechos para el de menor promedio, por ende los del mayor, se sentían aun en la secundaria. Pero para la mitad del año, se volvían más interesantes.

Cuando dio la hora del almuerzo, Itachi fue uno de los primeros en desaparecer tras la puerta. Yo me dedique a recorrer un poco el lugar tratando de encontrar un sitio tranquilo para fumar.

Mientras me perdía en los pasillos, escuche el lejano sonido de un piano, lo seguí hasta que me encontré con la espalda de Itachi, sentado frente a un gran piano jade, cantando una canción que parecía brotar de sus labios sin un rumbo fijo. De pronto se detuvo y no pude evitar aplaudir con suavidad.

_No recordaba que cantabas- dije acercándose a donde estaba sentado.

_No creo haberlo comentado- respondió volteándose en mi dirección-¿Qué haces aquí?-dijo con la voz suave.

_Solo quería fumar- dije mostrándole mi cajetilla de cigarrillos–Y supuse que aquí no habría nadie, pero no te molesta ¿o sí?- mentí para no confesar que me atrajo su música.

_Para nada- dijo con algo de desagrado, pero al final encendí mi cigarro mientras me sentaba sobre el marco de una ventana, fue entonces cuando una duda comenzó a dar vueltas en mi cabeza.

_Itachi, ¿Estas triste?- pregunte ante su mirada confundida.

_ ¿Por qué lo estaría?-dijo algo desorientado ante lo repentino de mi pregunta.

_La canción que cantabas, sonaba bastante triste-dije con sinceridad mientras el rostro de Itachi se trasformaba en uno de confusión, como si intentara comprender que era lo que sentía.

_Quizás o quizás solo eres muy dramático-dijo con un poco de broma en la voz, yo reí, el también rio, y de pronto el ambiente se volvió ligero.

_ ¿No almorzaras?- pregunte mientras sacaba mi caja de almuerzo de mi mochila.

_No, no tuve tiempo de prepáralo esta mañana- dijo dándole poca importancia.  

_Ten- dije mientras le extendía un onigiri. –Si sigues perdiendo peso, vas a desaparecer-dije, notando como su uniforme le quedaba grande en la cintura, cosa que no sería preocupante si no fuera un uniforme de talle chico.

_Gracias- dijo mientras aceptaba la bola de arroz, cuando la mordía sus ojos se iluminaros. –Están muy buenas- dijo aun con más mejillas llenas de arroz.

_Lo sé, yo las hice después de todo- dije orgulloso de mi cocina, mientras miraba divertido al moreno.

Entre varias cosas, el fin de clases llegó. Me apresure a alcanzar a Itachi en la entrada.

_Itachi-cuando escucho mi voz se detuvo– ¿Vas a la estación?-pregunte con una sonrisa.

_Si- murmuro algo confundido.

_Vamos juntos-dije mientras rodeaba sus hombros con mi brazo. Caminamos con lentitud hasta la estación, mientras yo solo pensaba en una cosa. “Itachi, serás mío”

Notas finales:

Gracias por leer, espero que les haya gustado, nos leemos pronto~


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