Al despertar no recordabas mucho, solo sentías un intenso dolor en todos lados, miraste tus muñecas más que moradas por los amarres y las horribles mordidas por tu abdomen y piernas, estabas muy lastimado, sin embargo ninguna lágrima salía de tus ojos. Te levantas con cuidado tanteando las paredes hasta llegar al baño de la habitación, llenas la tina con agua caliente y te sumerges en ella, para limpiarte cuidadosamente y relajar tus adoloridos músculos, resbalaste poco a poco hasta estar completamente sumergido, piensas que sería maravilloso morir en este instante, lástima que Dave te saco de un jalón del agua.
— ¿Qué mierda intentabas hacer John?
—Nada, solo estaba bañándome—le respondes sin emoción alguna.
—Morirás cuando yo quiera Egbert ¿Me oíste? —sin más se alejó de baño.
Luego de eso, trascurrieron un par de dias a merced de Dave y de cada idea retorcida que se le ocurria para dañarte, sin poder hacer nada al respecto, el era mas fuerte y no tenia caso intentar algo, al final, siempre resultaria peor para ti. Te encuentras sentado en una esquina de la gran habitación, con brazos y piernas vendados, algunas heridas aun sangraban pero no te importaba, solo querías olvidar todo.
De pronto la tranquilidad se vio interrumpida por disparos, muchos disparos, sientes un poco de curiosidad por lo que sucede a fuera.
—¡Rápido hay que encontrarlo!— escuchas una voz femenina muy familiar.
—Busca en las habitaciones —oyes la voz de… ¿Dirk?
Te levantas rápido del rincón y abres la puerta justo al tiempo que él, al verte te abraza con demasiada fuerza, a lo que sueltas un gran quejido, él te suelta de inmediato y mira un momento con horror por tu estado.
—Oh dios —escuchas la exclamación de Roxy y te lanzas a sus brazos, ella te abraza maternalmente.
—Hay que salir, antes de que Dave vuelva…—caminas lo más rápido que tus piernas lastimadas te permitían apoyado en Roxy.
Al llegar Rose suelta un grito ahogado, te dice lo mucho que se alegra de verte en una pieza y pisa el acelerador a fondo para escapar. Ibas sentado entre Dirk y Roxy, te sentías tenso, no podías olvidar que ese maldito te vendió ¿y ahora viene a salvarte? ¿Que pretendía? Te pegaste a Lalonde lo más que pudiste, querías alejarte lo que más te fuese posible.
—Tranquilo, ahora todo estará bien—susurro la chica rubia pasando un brazo por tu hombro.
Aguantaste las ganas de gritar en la asquerosa cara de poker que Dirk traía en ese momento, que todo lo que le sucedió fue por su culpa, que nada estaría bien, su maldito ex novio era psicópata y su hermano es un puto traidor, a la mierda los Strider y el día en que los conoció, maldito el día en que confió en ellos y los amo.
Llegan a la casa de Lalonde por pedido de ella, dice que tiene lo necesario para tratar tus heridas y tú accedes, no tenías nada que perder. Ella te prepara un baño tibio con olor a lavanda para que puedas relajarte, le ves hablar con Dirk para que te ayude, pero tú te niegas y cierras de un portazo, le pones seguro y si hubiese algún mueble para apilar lo pondrías para que no entrara.
Sueltas lágrimas de rabia, sigues sin comprender como puede verse tan tranquilo después de todo y llegas a la conclusión de que jamás le importaste. Quitas tu ropa y despejas tu cuerpo de las vendas, tus brazos y piernas tienen cortadas tan profundas que podías ver aun tu carne, algunos aun sangraban un poco. Te metes de una vez y algunas cortadas arden, el agua se torna ligeramente roja, frotas un poco para quitar la sangre seca y te quedas ahí, mirando la nada ¿y ahora que sucedería? ¿Tendrías que ir con Dirk? De todas formas todas tus cosas estaban ahí. Te sentías terriblemente vacío, solo deseabas morir. Resbalas hasta quedar sumergido, rezando que esta vez sí puedas ahogarte pero al igual que la última vez alguien rubio y desagradable te quita el placer sacándote del agua.
— ¡¿Qué intentabas?!
—Que mierda te interesa Strider—gritas furioso.
—Fíjate que me interesa, no me arriesgue para que murieras estando a salvo.
— ¡¿Te arriesgaste?! Tú me vendiste para empezar, me abandonaste cual saco de basura y mira—le señalas tu cuerpo ultrajado y cortado—esto es tu culpa—gritas a todo pulmón sintiendo como tu garganta se desgarraba con aquello.
Él se queda en silencio viendo tu cuerpo, analizando cada corte, cada mordida, cada quemadura de cigarrillo, le ves quitarse las gafas y restregar sus ojos cubriendolos con ambas manos, él está…No puedes creerlo, él está llorando y él no tiene ese derecho. Sales de la tina y cubres tu cuerpo con una toalla que Roxy dejo ahí para ti y pasas junto a Dirk para ir a la habitación a ponerte un bóxer, luego a la sala a que curen tus horrorosas heridas.
Sientes que a Roxy le tiemblan las manos al cocer tus heridas, tu apenas sientes dolor, Rose está a un lado tuyo sujetando tu mano y Dirk está sentado en el sillón de enfrente, ambos se miran en silencio, el con culpa y tú con indiferencia.
—Ya está, puedes ir a vestirte— te levantas y vas a la habitación de la rubia. Escuchas a Lalonde gritar escandalizada, nunca la habías escuchado así y luego a Rose tratar de calmar los ánimos.
— ¡¿Cómo pudiste hacerle eso a John?! lo tiraste a los brazos de Dave y mira todo lo que le hizo—la escuchas sollozar—apenas pude mantener la calma al ver todas esas cortadas, eres un monstruo.
—Lo iban a matar —le escuchas hablar serio, piensas que solo miente y quería excusarse—Dave hizo un trato con Gamzee, le habían puesto precio a la cabeza de John, si yo no lo entregaba, seguro alguien mas lo habria hecho…si eso hubiese pasado quizas el siquiera estaría vivo ahora…sabes lo que le paso a Jake, no podía vivir algo así de nuevo—escuchas su voz quebrarse y a decir verdad si te daba un poco de lastima—no podía ver a la persona que amo morir de nuevo.
Abres la puerta de la habitación de golpe y los tres chicos en la sala quedan de piedra, te acercas con furia a Dirk y le propinas un golpe que posiblemente no le dolió pero necesitabas hacerlo.
—Eres un maldito idiota, de todas formas no te perdonare, jamás.