Insider
“Juntos, pero no revueltos”
Por La MueRtHeSitHa
Naruto, ya con a punto de cumplir diecisiete años, acababa de salir de la regadera. Sus ojos apenas se querían abrir. Fue al lavabo y se cepilló sus dientes a la vez que caían pequeñas gotas de su cabello. Se terminó de secar y se vistió con un jean azul y una camisa negra. Sólo iría de misión, no a una cena de gala. Fue a la cocina, prendió el televisor en las caricaturas y desayuno pan tostado con mermelada, no tenía ganas de cocinar. Entonces apareció Sasuke en el portal de la cocina y se vieron extrañados un momento: estaban vistiendo igual, haciéndole mostrar un rostro de fastidio en el azabache.
—Cámbiate tú. —declaró Sasuke
—Claro que no. Hazlo tú.
—¿Quién te hizo dueño del conjunto azul con negro?
—Nadie, pero yo salí primero así. —el de mirada ónix masculló un “idiota” de camino al cuarto y se volvió a cambiar.
No sólo eran compañeros de equipo y de apartamento, ya se estaban empezando a levantar sospechas sobre su relación, pero aun así se negaban rotundamente a salir como gemelos cual pareja melosa en la que combinaban hasta los accesorios.
Después de entrenar y de ir por las compras, Sasuke se dispuso a preparar una cena especial, un festín como solía llamarlo el rubio. Entre ellos ya se llamaban pareja, pero fuera de ese departamento trataban de mantenerse como si no hubieran declarado sus sentimientos cuatro años atrás.
-Flash back-
—No más besos. —ordenó el rubio, pero al otro no le importó y le besó con suavidad en sus labios, sorprendiendo. —¿Cómo me desobedeciste? —cuestionó extrañado. ¿No que el genjutsu tenía el poder de hacer doblegar al otro? Descubierto Sasuke se alejó un poco viendo hacia abajo con inseguridad. —Eres tú, Sasuke, ¿verdad?
Ahora ya no tenía escapatoria. No podía seguir fingiendo. El azabache fue hasta el de mirada azulina para besarle con todos los sentimientos que tenía escondidos y demostrando que había sido descubierto yen un momento de calma admitió haber salido del genjutsu hacía unos días. No importaba que no dijera la fecha exacta, lo importante ya estaba dicho.
—¿Por qué no me querías decir? —cuestionó el rubio, quien se contuvo de tomar su mano
—Me fue fácil mentir, pero es que tus cuidados me gustaban. —podría decirlo de mil maneras aunque el orgullo se lo impidiera, pero ya estaba explícito el “me gustas”
—Sasuke, a mí también me gustas. —declaró tomándole de las manos, transmitiendo su amor y nerviosismo al tallárselas con cariño con la yema de sus pulgares. Los ojos ónix brillaron ante esto y aun así continuó de necio.
—No es que sea fácil declarar nuestros sentimientos. —y es que el mundo ninja aún estaba lejos de permitir ese tipo de amor.
Permanecieron así, viéndose a los ojos con intensidad no sabiendo que hacer ante tal situación. Entonces Sasuke se acercó al otro para darle un tembloroso, pero suave beso. Las palabras de amor no viajarían por su garganta, mas podía demostrarlo con acciones. Naruto le tomó del rostro con sus cálidas manos haciéndole perder el miedo.
-Fin del flash back-
Les tomó un tiempo reconocer que la compañía del otro era necesaria, para así decidirse a vivir juntos. Aunque Sasuke tuviera terrenos, con los recuerdos dolorosos no parecía una buena opción, por lo que decidieron vivir en el mismo edificio de Naruto, sólo que en otro departamento por tener dos habitaciones, mas con el tiempo fue sólo por aparentar.
Estaba prohibido tener muestras de amor en el exterior. Y dentro del departamento no mostraban cursilerías. Sasuke no cortaba las verduras en forma de corazón, con preparar los platillos favoritos del revoltoso rubio bastaba y sobraba. Siendo reflejando en la sonrisa de amor de este al devorar los alimentos. Mostraban su amor a su manera.
Cuando Naruto llegó a casa fue recibido por una variedad de deliciosos aromas. Sasuke estaba preparando costillas, surimi empanizado y un arduo caldo para ramen. El de marquitas al instante quiso ayudar para que cenaran más rápido y de paso robarse un par de bocados
—Naruto, ¿me puedes explicar esto? —y Sasuke señaló un vaso vacío que estaba a centímetros del lavadero.
—Un vaso. —contestó el susodicho con obviedad.
—Ya sé lo que es, lo que quiero saber es qué hace aquí.
—Sólo lo dejé ahí por si quería tomar otro vaso de agua.
—Pero eso fue desde hace horas que te fuiste ¿te costaba tanto lavarlo? —le reprendió
—Sólo es un vaso. —exclamó el otro. —Además yo no te voy regañando cada que olvidas apagar la luz del baño o de cualquier habitación que dejas. —un mal hábito que le había quedado a Sasuke desde niño.
Sasuke le vio con reproche, pero Naruto cedió poniéndose a lavar el vaso para dejarlo por la paz, a lo que el ex vengador le sonrió con aprobación. Sí, “ex vengador” porque desde que había llenado su rencoroso vacío con el afecto del de mirada azulina, su venganza había quedado en segundo, no, hasta tercer plano. No dejando de lado su deseo de hacerse más fuerte. Pero ser fuerte no siempre va de la mano con lo físico y eso lo iban aprendiendo cada día desde que estaban juntos.
Naruto, queriendo hacer pasar el tiempo más rápido, prendió la radio en su estación favorita y se puso a hacer quehacer en el departamento. El rubio ya estaba habituado a tener un lugar limpio, por que quién no se acostumbra a dormir entre sabanas esponjosas.
Las canciones de Naruto eran demasiado movidas, por no decir erráticas. De repente la estación cambió a otra calmada. Sasuke necesitaba tranquilidad para preparar la cena. Sin embargo Naruto necesitaba agilidad para que el tiempo pasara a prisa. Ya tenía hambre.
Entonces los dos se encontraron en la radio peleando por quien tendría control sobre la música, resultando enfrentamiento en una estación intermedia que daba para los dos. Con la mirada acordaron que lo dejarían ahí para continuar con sus actividades y antes de darse cuenta estaban coreando una canción.
—Kono ryote ni kakaeteiru mono toki no shizuku —“estoy sosteniendo una gota del tiempo en mis manos” lanzó Naruto
—Sotto nigirishimete wasureta kioku —“tranquilamente tomo los recuerdos olvidados” respondió Sasuke
—Nakusita kotoba —“las palabras perdidas” cantaron ambos viéndose con una sonrisa, sólo para después fingir que tocaban instrumentos durante el interludio.
Con la cena servida Naruto no pudo evitar mostrar un brillo en su mirada ante tal gesto. A Sasuke debió tomar horas preparar todo eso.
—Te ha quedado delicioso. —mencionó Naruto al primer bocado y el otro le sonrió con soberbia. Sabía que tenía buen sazón. —¿A qué se debe tanto? —entonces Sasuke mostró una mueca.
—Hace cuatro años que pasó lo del genjutsu. —contestó el azabache con rencor. Aunque más específico sería decir que fue la noche en que se declararon
—¿Es hoy? —recibiendo un gruñido de respuesta. No eran una pareja de melosos, pero esas fechas se debían recordar.
—Perdón, lo recordaré a la próxima. —pero permanecieron en un silencio incómodo
—Mañana debes entregar el reporte, ¿verdad? —preguntó Sasuke a mitad de la cena, y el otro sólo asintió sorbiendo los fideos de su tercer plato. —Encima del refrigerador está el recibo y mi parte para que vayas a pagar mañana.
—¿Ya tan pronto hay que pagar el gas?
—No, ese es la próxima semana. Toca pagar el agua.
El rubio soltó un bufido por la situación. Estos pagos lo dejarían justo. Porque Sasuke y Naruto vivían juntos, pero mantenían las cuentas separadas. Como decía “Ni todo el amor, ni todo el dinero”. Ni modo, tendría que comer en casa durante una temporada. Lo bueno que el ramen especial de Sasuke de tomate con cerdo era en supremo deliciosa.
Después de preparar su reporte Naruto fue a hacer su ritual de lavado y a cepillarse los dientes para dormir fresco. Mientras que Sasuke leía en la cama. Parecía una noche cualquiera, pero en el fondo agradecían a Sakura por haberlos juntado por accidente.
Naruto apagó la luz dejando la lámpara que estaba del lado de Sasuke, se dieron un rápido beso de buenas noches, pero Sasuke lo prolongó, dejando claras sus intenciones al cerrar su libro dejándolo a un lado.
Lo usual era tener una sesión intensa de besos, mas al quedar en paños menores siempre se detenía. En esta ocasión Naruto mostró un pequeño frasco. Le había costado horrores conseguir el lubricante a escondidas de sus superiores (y aun así Kakashi lo había descubierto, pero este había simulado ignorancia). Había fingido olvidar el aniversario.
Sasuke tomó el frasquito entre sus manos, dudando sobre la situación ¿serían capaces de llegar un paso más allá?
—Si no te sientes listo, podemos esperar un poco más —mencionó el de marquitas separándose con levedad para darle espacio. El azabache apretó un poco las sábanas, no es que no quisiera, sólo que se sentía nervioso. Inhaló profundo y con seguridad se acercó al otro para darle un beso profundo, mostrándole así todo el amor que le tenía.
Fin