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Insider por LaMueRtHeSitHa

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Insider


“Nadie sabe para quién trabaja”


Por LaMuerthesitha


—Ya no me quieres. —reclamó Sasuke mientras le arrojaba almohadas, vasos y lechugas a Naruto.


—No es lo que crees.


—¿Por qué no quieres dejar de hablar con él?


—Pero si es como si hablara contigo —se justificaba Naruto.


—No. Lo prefieres a él. —y aunque le explicaran de mil formas el Sasuke enamorado siempre reaccionaría de la misma manera porque para él era imposible que Naruto pusiera más su atención en otra persona. Por su parte el verdadero sólo observaba comiendo palomitas y disfrutando la función.


—“Eso te ganas por andar aceptando tan fácilmente los besos de mi copia” —mencionó el vengador. Naruto esquivaba todo y atrapaba todo lo que fuera frágil. Que no era rico. Pero en un descuido recibió un sartenazo que lo dejó viendo estrellitas.


—Cálmate. —fue lo último que ordenó Naruto antes de caer desmayado.


Cuando despertó el atardecer inundaba el pequeño departamento. Su cabeza estaba vendada y recargada sobre el regazo del Sasuke enamorado, quién le acariciaba su cabello y ambos sobre la cama. Mientras que el vengador, recostado en el sillón, les observaba con resentimiento.


“Harás cualquier cosa que tu persona amada te ordene” recordaban Naruto y el verdadero Sasuke. El rubio no podía dar órdenes groseras porque no soportaba ver al azabache llorar, pero el vengador le reclamaba que fuera débil. Como decían “nadie sabe para quién trabaja”


—No soy como tú. —declaró el rubio al Sasuke espíritu. —No puedo dejar pasar más misiones.


El genjutsu debía portarlo Sasuke sólo un día, pero Kurenai había salido de misión sin poder deshacerlo. No confiaban lo suficiente en Sakura como para liberarlo y no querían involucrar a Kakashi. Preferían mantenerse al margen de la situación. Por lo que había acordado no salir de misión para evitar cualquier inconveniente que pudiera arriesgar la misma. Cada que los mandaban a llamar se excusaban con un resfriado o malestar estomacal, pero después de una semana empezaban a levantar sospechas.


+.+.+.+.+


Los pájaros trinaban y el fresco entraba por las ventanas. El enamorado terminaba de preparar un bento perfecto para su amado mientras que Naruto se debatía si comerse su desayuno: unos huevos perfectos en forma de corazón y con los símbolos de las familias Uzumaki y Uchiha. Pero cedió porque ya se le hacía tarde para verse con sus compañeros de misión. Sería sencilla. En dos días estaría de regreso. Mientras que el otro se quedaría y así Sasuke, aunque no pudiera hacer nada, le vigilaría.


—¿De verdad sientes algo por mí? —interrogó Naruto. Porque aun sin sentirlo, no podía sacarse aquellos besos de la mente, mismos que Sasuke había aprovechado para complicar la situación entre ambos.


—Siento algo por ti. —escribió Sasuke, pero no era la respuesta que quería el otro. El de mirada azulina comenzó a impacientarse. —Pero no ilusiones. Amor mucho, pero no demasiado. —se negaba a mostrar más sus sentimientos, aunque estos golpeaban peor que tormenta de verano.


Para que el Sasuke enamorado no se deprimiera por estar separado de su amor, Naruto le dejó una larga lista de mandados para mantenerlo ocupado hasta entonces.


—Que te vaya bien, mi amor. —pronunció el azabache cuando Naruto estaba terminándose de poner su calzado en el genkan, sólo para que cuando este se levantara le robara un beso.


Inconscientemente Naruto se inclinó con ligereza deseando alargar ese gentil beso. La situación se había mantenido controlada desde que le había pedido que le bajara a sus ímpetus carnales. Pero ya se estaba acostumbrando y no le molestaba en lo más mínimo. En su mirada se notaba, asombrando al verdadero Sasuke. ¿Naruto se estaba enamorando del falso Sasuke?


Camino al mercado para comprar la despensa, Sasuke seguía a su cuerpo, pero sin prestarle atención. El pensamiento de que Naruto estuviera cayendo ante un espejismo le hacía entrar en conflicto. Entonces alguien se interpuso en su camino. Era Kurenai, quien le sonrió en complicidad.


—No pensé alargar tanto el genjutsu, se me interpusieron unas cosas.


—“Claro, no hay problema. Si no fuera por el autocontrol de Naruto ahora estaría de encargo” —interrumpió el espíritu con fastidio. La mujer se agachó a su altura, para después aplaudir y liberarlo.


—Gracias. —mencionó el vengador con alivio. Ya no más cursilerías de aquí en adelante.


—Perdón por la tardanza. —pero Sasuke sólo lo aceptó con la cabeza.


—Ya todo se arregló. —ella le sintió, pero notó incomodo a Sasuke, pero no quiso hacer más problemas y se despidió dejándolo solo con la bolsa del mandado.


+.+.+.+.+.+.


Estaba atardeciendo, Naruto regresaría esa noche a su departamento. Y ahí estaba Sasuke preparando una cena sencilla. No es que quisiera consentir al rubio, pero el otro regresaría hambriento y debían hablar de sus sentimientos. Sólo era una cena de aclaración “Soy tu amigo, todo lo que pasó fue efecto del genjutsu de amor”


Cortaba las zanahorias con fuerza sacando así una frustración por su conflicto interno. Lo obvio era decirle que ya había regresado a su cuerpo, que le perdonara el beso de la otra noche y todo seguiría su curso. ¿Entonces por qué su interior se negaba a regresar a casa?


No habían pasado mucho tiempo juntos, pero sentía celos por no sentir los labios del rubio, que le dijera palabras cariñosas y que le dejara hacer mimos relajantes… ¡¿Pero en que estaba pensando?! ¡Él no podía aceptar eso! No podía admitir que el revoltoso rubio le gustaba. Él no podía ser así, como si dejar fluir tus emociones te hiciera blando. Entonces notó que había cortado las zanahorias en forma de corazón.


Queriendo no pensar más en el asunto se concentró en preparar la cena, pero como el otro no llegaba fue preparando más y más, al punto de hacer un festín similar a su falso yo. Se escucharon las llaves de la puerta e inhaló profundo: era hora de decir la verdad.


—Estoy en casa. —anunció el rubio quitándose los zapatos.


—Bienvenido. —le contestó el de ojos ónix desde el portal de la cocina. Naruto alzó la mirada con una sonrisa en el rostro, causándole un vuelco, pero el rubio al notarlo serio le vio extrañado.


—¿Sucede algo? —siendo el falso tan meloso, no tardaría en darse cuenta. Naruto se acercó preocupado y de forma inconsciente le dio un suave beso, a ver si así reaccionaba. Esto hizo titubear al azabache, haciéndole contestar con presura.


—No, nada, es sólo que te extrañé mucho. —Naruto le sonrió con ternura y le abrazó tallando su espalda, a lo que el otro respondió con duda.


—No te preocupes, ya estoy aquí. —un calor reconfortante se guardó en el estómago de Sasuke. Extrañaba esa sensación de ser querido de forma sincera e incondicional. “¡Está bien! ¡Sólo un día más!” pensó el vengador.


—La cena ya casi está lista.


—¿Qué preparaste?


—Ramen con cerdo empanizado. —contestó con una falsa sonrisa, sólo que a diferencia del otro él no emanaba un aura luminosa.


—Hasta acá huele. Prepara todo. Yo voy en un momento.


Naruto tomó disimuladamente un clip y en el baño llamó por Sasuke, pero este nunca contestó, preocupándolo ¿y si ese abrazó había hecho enfadarlo? Y se tachó de tonto por su imprudencia. Bien le había dicho Sasuke “no más cariñitos”, pero ahí iba él de necio a sonreírle al otro. Pero es que el de mirada azulina extrañaba mucho al verdadero Sasuke y ya se estaba habituando a tener al otro en casa.


Debido a la culpa se mantuvo distante de Sasuke, incluso cuando este intentó besarle el de marquitas aplicó “La cobra”.


—¿Qué tienes? —interrogó con sincera preocupación


—Nada, es sólo que estoy cansado y me falta hacer el reporte. —entonces se levantó y recogió sus platos. —Te quedó todo delicioso.


El tiempo pasó. Sasuke seguía cuidando de Naruto. Robándole esos besos cargados de deseo. Pero notando que no había día en que el rubio no le buscara por su reloj de palabras. Esto hizo sentir a Sasuke la necesidad de declarar sus sentimientos amorosos, pero su orgullo se lo impedía. Para él era más sencillo dejar fluir su semblante como falso esclavo, que declararlo con sinceridad. ¿Cómo reaccionaría Naruto cuando tuvieran que hablar de sus sentimientos? ¿Qué pasaría? Porque como iban las cosas parecía lo más fácil.


Un día Naruto estaba estudiando genjutsu cuando Sasuke le fue a entregar un té y, tal cuál cómo había hecho el otro, le besó en la mejilla, pero el rubio le ignoró. Estaba concentrado en su pergamino. Esto molestó al vengador, quien con insistencia se sentó en su regazó. El de ojos azules se puso nervioso y tragó grueso, pero continuó viendo el pergamino. Sasuke comenzó a beber de la misma taza, para después abrazarlo y así  leer juntos. Mas Naruto estaba leyendo sin leer. Jugueteó los mechones dorados a la vez que se “acomodaba” acercándose más, acelerando el corazón del otro, quien luchaba por controlarse.


Naruto había resistido como soldado el no sobrepasarse con Sasuke, pero él no era de piedra. Y cayó la bomba: Sasuke le abrazó por el cuello, olió su aroma, sólo para segundos después darle un beso. Eso fue suficiente para hacerle ceder.


Dejó caer su pergamino a un lado para tomar a Sasuke por la nuca para profundizar ese beso. Bajó sus manos llevándolas con suavidad por su espalda. Sasuke se sintió desvanecer por este tacto que le hacía sentir electricidad viajando por su columna hasta su pelvis.


Entonces se escuchó un ruido que hizo que Naruto se separara del otro con miedo, sólo habían sido las cortinas al moverse por la ligera brisa que entraba. Pero fue motivo suficiente para Naruto: había sobrepasado los límites.


Ya en la noche, después de que habían apagado las luces y se habían acostado a dormir; Sasuke no podía olvidar la sensación placentera que había tenido esa misma tarde. Se giró y vio a Naruto, quién le daba la espalda. No podía dejar las cosas así.


Se irguió para voltear a Naruto contra el colchón y antes de que este pudiera reaccionar ya estaba besándolo con deseo. El rubio, estando más dormido que despierto, supuso que estaba dentro de un dulce sueño en que se sentía a merced de su amado, respondiendo así con levedad.


En un movimiento brusco con las sábanas movieron la mesita de noche haciendo caer la lámpara, despertando por completo a Naruto y asustándolo. Ese en definitiva parecía Sasuke furioso. Pero el verdadero sólo quería seguir recibiendo esos suaves mimos cargados de amor y volvió a insistir con mirada suplicante mientras repartía apacibles caricias. Naruto no podía con eso, lo tomó de los hombros y lo separó con firmeza.


—No más besos. —ordenó el rubio, pero al otro no le importó y le besó con suavidad en sus labios, sorprendiendo. —¿Cómo me desobedeciste? —cuestionó extrañado. ¿No que el genjutsu tenía el poder de hacer doblegar al otro? Descubierto Sasuke se alejó un poco viendo hacia abajo con inseguridad. —Eres tú, Sasuke, ¿verdad?


Ahora ya no tenía escapatoria.

Notas finales:

Agradezco su paciencia por esperarme un día más, pero aquí la actu :3

Mañana el capítulo final :D

 

Buenos días, tardes, noches o lo que se les antoje ;)

 

Atte.

La Muerthesitha


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