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MARCADO por LIAMSUZUKI

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Notas del capitulo:

Muchas gracias por su apoyo en este fic, sé que a la mayoria no le agrada mucho el omegaverse pero intento hacer lo mejor que pueda.

Este es un capítulo con sexo explicito, si no te gusta puedes ignorar esa parte ó por el contrario ¡ENJOY!

Me cuesta un poco de trabajo escribir sobre la trifecta y más con lemon, pero creo que quedo decente.

 

Podría gritar.....que me dejes beber de tu sangre

 

                            Los amantes de Lola

 

 

 

 

 

El pelirrojo sintió su sangre hervir conforme se erguía, la imagen frente a sus ojos le enervó por completo: Takafumi desnudo,llorando y sufriendo el ataque del idiota de Tsumori.

Apretó los puños haciendo que su sangre brotara más por las heridas causadas al romper la ventana y se lanzó al ataque.

 

!SUÉLTALO!

El alfa usó la voz y cogió por el cabello a Tsumori impactándolo en una de las paredes viendo de reojo a su hermoso Delta jadeando a causa del aparente celo 

 

TAKAFUMI 

 

—Zen....

  

 

 

—!¿Como llegaste?! ¡¿Como pudiste escapar de Kisa?! 

Tsumori se incorporó de prisa y su erección se desplomó al instante, Kirishima pudo  reírse pero fue lo contrario cuando el aroma cítrico del alfa  llegó a su nariz causándole repulsión.

 

—¡Apestas!—En dos segundos ya estaba frente al rubio y con la cabeza le impactó la nariz—¡No te enseñaron a respetar lo ajeno!

 

El alfa se sobo la nariz y se lanzó al ataque también 

—¡Yokosawa no  es tuyo! ¡Eres un imbecil!—Tsumori le soltó  un derechazo arrojando a Zen al piso y mostrando los colmillos aterrizó sobre él para seguir golpeando su cara. Al menos tres veces le impactó con los nudillos haciendo sangrar al pelirrojo de la boca.

 

Yokosawa intentó ponerse de pie  para vestirse, con pesadez veía el rostro de su alfa ya con sangre y se sintió él inútil más grande del mundo por no poder intervenir, su celo podía más con el en estos instantes.

 

Zen golpeó el estómago  de Tsumori con las piernas provocando que le escupiera sangre en la cara—¡Serás asqueroso Tsumori!

 

—¡Callate! !No saldrás vivo de aquí si eso es lo que deseas!—Tsumori atestó otros golpes más por el bello rostro de Zen.

 

El último golpe pudo esquivarlo haciendo que el puño de Tsumori diera sobre la madera rompiéndola y que una astilla grande se enterrara por el dorso de su mano.

El alfa chillo por el dolor y mucha sangre comenzó a salir, Zen lo arrojó al piso y comenzó a patear su estómago 

 

—¡¿Como te atreves a tocarlo?! ¡Él es mío! ¡Takafumi es mío!

 

El rubio agarró el pie de Zen y pudo lanzarlo, impactándose con un armario, le pateó los costados del estómago provocando que Zen se retorciera por el dolor, quizo golpearlo en la cara otra vez pero el alfa le detuvo el puño donde yacía la madera incrustada y lo apretó con mucha fuerza, 

—Agg...—Tsumori se doblaba  por el dolor y sentía la punta enterrándose más por su mano, si no hacía algo; la madera lo atravesaría 

 

—Esto  te pasa por meterte con Takafumi... —Zen pateó de nuevo el estomago del alfa con todas sus fuerzas.

 

La sangre de ambos se esparcía por toda la habitación, sería algo perturbador a quien viera la escena, Zen de verdad actuaba enardecido, sus ojos destilaban odio hacia Tsumori quien ya jadeaba por los golpes que impactaban su cuerpo, sin embargo Kirishima no se detenía.

 

 

—Zen.... basta... 

El pelirrojo volteó a ver a su delta que se había envuelto con las mantas de la cama. Tsumori aprovechó para cogerlo del cuello e impactarlo de nuevo por elpiso y correr hacia donde estaba Yokozawa.

 

—¡Te marcare! —El rubio se lanzó directo al cuello y nuca de Takafumi....queriendo terminar a la mala como le dijo. 

 

 

 

La boca de Tsumori estaba a milímetros de la nuca del pelinegro, Yokosawa sentía estar atornillado por la cama sin poder moverse, de verdad que era un completo inútil sin poder defenderse, creyó que este sería el final hasta que un intenso aroma inundó la casa.

 

 

Todo paso tan rápido, un jalón por su cuerpo para ser arrojado hasta la esquina de la cama  y con eso logró alejarlo del alfa. De dos movimientos Kirishima ya tenía a Tsmori  sujetado del cuello.

 

TE DIJE QUE NO LO TOCARÁS

El alfa interno de nuevo hizo presencia 

 

Zen parecía poseído, sus ojos oscuros aterraron un poco a Yokosawa, nunca había visto a un alfa en plena lucha por defender a su pareja.

Takafumi sintió una inmensa excitación por oler a Kirishima, se sintió querido y protegido. Al parecer  había alguien que pudiera ser su destinado.

 

 

 

Tsumori comenzaba a quedar inconsciente, esto sirvió para que Yokosawa por fin reaccionara 

 

—Basta Zen..No lo hagas..Detente..

 

Kirishima parecía no escuchar y seguía apretando el cuello, Tsumori movía los pies desesperado intentando  librarse y coger aire para sus pulmones, su rostro era repulsivo para el juez.

 

 

Como pudo, Yokosawa se levantó de la cama y se posó a espaldas de Kirishima para evitar un crimen.

 

—Ya ...fue suficiente.... no hagas lo mismo que yo. Zen, por favor— Yokosawa cogió su mano libre e intentó morderlo, antes de que pudiera hacerlo, él atractivo pelirrojo reaccionó soltando a Tsumori que cayó pesado sobre el suelo provocando un sonido hueco.

 

—Dale gracias a Takafumi que te deje libre y te advierto que pasaras a mejor vida si te atreves a seguirnos o hablar de mas. Eres despreciable Tsumori...

 

El rubio respiraba con dificultad y continuaba desangrándose de la mano lo último  que vió fue a Yokosawa sujetando su pecho e inhaló el delicioso aroma que nunca le pertenecería y al instante quedó inconsciente....,

 

Zen giró con su delta y lo abrazó con fervor para después cargarlo y llevarlo lejos de ahí 

 

 

 

 

 

El alfa no sentía cansancio, su mente y corazón lo único que deseaba era encontrar el lugar del que Kyo le había 

hablado hace mucho y en el cual pudiera llevar a Yokosawa para que pasara los síntomas del extraño celo.

Sakura su ex, después del cambio de alfa a delta, sufrió estragos notables, desde su aroma hasta cuando gestaba a Hiyori. Fue complicado para la joven terminar con el embarazo y dar a luz a una niña alfa muy saludable, Zen pensaba que lo mismo podría ocurrir con Takafumi.

 

Tenía leve conocimiento de que los deltas de nacimiento se caracterizaban por tener un aroma agradable, contrario a los demás, a esto se le sumaba la sorprendente fuerza y por sí fuera poco algunos hombres eran fértiles al igual que las mujeres. Zen no podía creer que en sus brazos llevara a uno de ese 2% de hombres deltas que tal vez podrían crear vida en su interior. 

 

Vislumbró la zona de casas que Kyo le habló hace tiempo, agradecía que el pintor en sus años de juventud se dedicara a vagar buscando inspiración para sus obras. Se sintió mal de invadir el lugar donde Ijuuin le dijo que llevaría a Misaki después de la exposición de sus pinturas, pero no había de otra, debía de ocultar a su delta.

 

Yokosawa se aferró fuerte a su pecho cuando el alfa descendió por una colina y de reojo vio unas tipo cabañas, le sorprendió que Zen supiera la clave del tablero para ingresar a una de ellas.

Oía claro el latir de su pecho, el rostro de Kirishima era hermoso aún estando golpeado y con sangre, apenas si pudo limpiarse con una parte de las mantas que había agarrado 

 

—Takafumi.... yo.... no sé si podré controlarme...cuando entremos—le besó la frente y respiró muy profundo—Esto...es más fuerte que yo..—Kirishima intentaba ser tierno con el.

 

Yokosawa lagrimeaba por ver así de alterado a Zen, sus sentidos se nublaban a cada segundo y sabía que el alfa estaba igual o peor que el. El celo estaba a nada de llegar a su climax y no sabía que podría esperar de ello.

 

 

 

 

 

Con mucho cuidado recostó a Takafumi por la cama y cerró la casa con seguro a toda prisa. Fue a mojarse el rostro al sanitario, revisar lo que recogió del auto de Kyo y regresó para desplomarse por la puerta sin quitar la vista del hermoso pelinegro. Su labio sangraba por los golpes y continuaba agitado por oler la fragancia de Takafumi.

 

—¿Por que Yokosawa? ¿por que ocultaste ...tu verdadero aroma?—Preguntó Zen sofocado—¿Acaso no sabes  que ...tú esencia es lo más delicioso que he olido en toda mi vida?... eres.. un desconsiderado,muy descortés de tu parte engañarme de ese modo.

Takafumi respiraba  de forma violenta y sujetándose de las sábanas intentó hablar lo más claro posible. Ya no tenía caso seguir ocultando sus actos a Zen....

 

—Fue..por Takano y....

 

—No menciones a ese prepotente, lo detesto....

 

—T..tengo que hacerlo.Hace 10 años intenté seducirlo.. me rechazó, me ofrecí ante el con este aroma y terminé humillado. Por... eso decidí que no volvería a mostrar este aroma en mi vida, por eso quise irme y que Takahiro san me hiciera una cirugía para no volver a estar celo nunca más....

 

—Eso ....es una estupidez ¿Lo sabias?

 

—No lo es. Ese maldito día quise pasar mi celo con él y me rechazó por Ritsu, me rechazó por que lo ama. Ese día hasta le abrí las piernas y le dije que lo amaba. !Ese día dejé solo a Kai Takahashi sabiendo que  mi verdadero padre buscaba  a mi mamá! ¡Misaki estaba de excursión escolar! ¡Aiko no era omega! ¡Era delta igual que yo! Esa vez por intentar acostarme  con Takano ....—Yokosawa sollozó  por los recuerdos que le golpearon—¡Ese maldito día.. por rogarle a Takano, no llegue temprano a casa!.....ese  día, fue cuando mi mamá murió....

 

 

Lágrimas brotaron al confesarse y Yokosawa se retorció cuando el intenso calor se apoderó de su cuerpo, la sangre subió hasta sus mejillas, su corazón latía tan fuerte que Zen podía escucharlo. Tantos años inyectándose inhibidores tan potentes y disfrazando su aroma ahora tenían consecuencias. Su esencia se dispersó en segundos llenando la habitación y el celo de Takafumi hizo presencia.

 

El aroma tan profuso se asimilaba en intensidad al de Misaki, el alfa aspiró extasiado y relamió sus labios por la intensa fragancia. 

En un instante ya estaba sobre ese hombre que provocaba tener todos sus sentidos e instintos alterados. No comprendía del todo la amarga experiencia de Takafumi pero estaba dispuesto a hacerle olvidar y encontrar esperanza a su lado.

 

 

Takafumi tembló al sentir como Zen quitaba las sábanas con brusquedad dejándolo expuesto, el miembro del delta ya tenía algo de forma desde que estaba en brazos del alfa.El pelirrojo admiró todo ese cuerpo, grabándose los detalles y dimensiones de los músculos de Yokosawa, apreciando  la blancura y pulcritud de cada rincón de ese bello ser rendido ante el.

 

Kirishima quería subir esas piernas a sus hombros y joderlo al instante, más sin embargo no podía. Ver a Takafumi con lágrimas y respirando entrecortado le hizo comprender una verdad que hace mucho le rondaba en la cabeza: Lo amaba, lo amó desde ese día que le vió entrar un poco nervioso en la recepción. No sabia como explicarle pero le amaba y por ese amor le haría sentir todo lo que su corazón había guardado por tantos años.

Zen Kirishima sin duda había sido atrapado por el destino, su destino era Takafumi.

 

 

 

 

 

 

El alfa retiró los despojos de camisa que traía puestos, Yokosawa admiró el torso perfectamente esculpido y su vientre marcado por donde una gota de sangre descendía hasta perderse por el pantalón. Zen se inclinó para besar a Takafumi quien gustoso y jadeante aceptaba la intromisión en su boca, el delta saboreó los restos de sangre de Kirishima que se mezclaron con la saliva de ambos. La lengua de Zen se abría paso por su boca disfrutando de esa cavidad y de los labios que le correspondían con tanto desenfreno.

Takafumi enredo sus dedos en el cabello rojo y comenzó a tirar de él soltando suaves gemidos que morían en la boca del alfa; su miembro palpitaba con cada rose que Zen daba por su cuerpo  hasta que soltó un gemido más fuerte.

—Ahhhhh...

Kirishima lamia y mordía su cuello con devoción dejando leves rasguños  con sus caninos por donde la sangre apenas si se asomaba. La piel de su delta era tan suave y perfecta como siempre lo había imaginado, regresó a su oído para morderle y respirar en el

 

—Eres..tan...bello Takafumi 

 

Fue descendiendo por el torso de Yokosawa para concentrarse en los pezones y lamer uno por uno, primero lo hizo con suavidad chupando la aureola con insistencia, no pudo contenerse más y comenzó a jalarlos con sus dientes muy desesperado hasta dejarlos firmes e hinchados

 

—Zen...ahhh

 

La lengua experta recorrió cada parte del cuerpo de Yokosawa con besos mordidas y succiones, era la primera vez que tenía a un hombre debajo suyo y quiso disfrutarlo todo, cada centímetro del cuerpo de Takafumi debía ser marcado por su boca y por sus manos.

Yokosawa sentía como por su entrada comenzaba a fluir algo de líquido por sentir la boca de su alfa mordiendo un glúteo y que provocó que su pene se levantará más y tocase un poco el torso de Zen. 

Él pelirrojo lo sintió y se incorporó para apreciar la erección que Yokosawa le ofrecía, le gusto la forma que ese miembro se erguía y lo acarició un poco El falo de Yokosawa estaba tan firme y comenzó a estirarlo con una mano y con la otra presionaba los testiculos. 

 

—... despacio... ahhh

 

Las manos de Zen masturbaban con brío a Yokosawa y no se aguantó las ganas de hacerlo junto con el, así que ante la mirada del pelinegro comenzó a quitarse el pantalón, el delta podía apreciar a la perfección ese enorme miembro atrapado entre el bóxer y quiso tocarlo. 

Takafumi posó sus manos por encima de la tela y acarició a Zen con sus dedos  temblando, apenas si tocó un poco y de nuevo sintió como más líquido descendía por su ano. El pelinegro se atrevió a lamer por encima del bóxer, delineando con su lengua parte de la virilidad de Zen y mordió un poco comprobando que ese miembro era bastante grueso.

El alfa ya no se contuvo y de un jalón quito su prenda dejando expuesto su pene duro como piedra, Yokosawa se sorprendió del tamaño, tan solo el glande formaba un capullo demasiado regordete y rosado que apenas si podría cubrir con sus labios, el tronco se hallaba muy rígido por toda la sangre que subía para mantenerlo en ese estado tan tentador  y más abajo estaba la protuberancia donde anudaría si se decidieran hacerlo.

 

Sin perder tiempo, Zen junto su miembro con el de Yokosawa y comenzó a sacudirlos con fiereza, el pelinegro se retorcía entre las sábanas por sentir la carne del alfa rosando con la suya. Algo tibio recorrió su falo y supo que Kirishima  había arrojado líquido preseminal y lo esparcía entre ambos penes haciendo una placentera fricción 

 

—Detente..... me harás venir...ahhh

 

—¿Que dijiste?—Zen aumentó el ritmo de las sacudidas—¿Quieres eyacular en mis manos?—el pelirrojo bajó todo el prepucio de ambos sin delicadeza provocando más gemidos de Yokosawa.

 

—Ahhh..ahhhh-Takafumi se sujetó del  colchón al sentir como la lengua del pelirrojo dió una lamida por el frenillo de su pene, y después se abría paso por el orificio de la uretra con leves embestidas, la lengua de Kirishima rodeó el glande y después lo metió en su boca 

 

—Zen....ahhhhh...ahhhh....

 

Kirishima chupaba todo el miembro con gula y sin dejar de mirar a su hermoso delta gimiendo fuerte a causa de la felación. Su lengua insistía en saborear el escroto y subir por todo el tronco muchas veces hasta dejar ese pene muy brillante por tantas lamidas.

 

El alfa sacó la virilidad de su boca para voltear a Yokosawa y que su trasero quedara expuesto, una enorme sorpresa se llevó al ver cómo las sábanas ya estaban húmedas por la lubricación natural que Takafumi emanaba e incluso vió como ese líquido viscoso recorría parte de sus muslos formando hilos transparentes que unían ambas piernas 

 

Kirishima no resistió y fue directo a lamer los fluidos de su amado, su lengua chupó los muslos empapados mientras el trasero y testiculos de Yokozawa le impactaba por momentos su rostro. El alfa seguía disfrutando la lubricación tan copiosa que Takafumi le ofrecía en su boca, era un preciado néctar para su garganta y quiso beber cuanto pudiera.

 

—Sabes delicioso cariño—continuo lamiendo hasta llegar a su entrada y volvió a coger el miembro de su delta para masturbarlo....

 

—Zen... ya no soporto.. yo.....Ahhhhhh.

Ahhhh....me harás.. ahhhhhh—Yokosawa no terminó la frase.....

 

Su cuerpo expulsó semen provocando un orgasmo tan placentero que le hizo gritar como nunca. Zen vió todo ese esperma salpicar por la cama y emanó más de su fragancia, volteó a Yokosawa y aprovechando su letargo introdujo su pene en la boca del pelinegro; su erección dolía bastante y quiso encontrar consuelo entre sus labios

 

—Chupala un momento en.. lo que te lubricas más mi amor 

 

Lágrimas descendían del rostro de Takafumi por culpa del placer y del pene que apenas si podía devorar. Kirishima solo introducía una parte de su falo, los movimientos tímidos de Yokosawa le hicieron saber que era la primera vez que hacía un oral y aquello le encantó, el delta a partir de hoy,sería solo suyo y de nadie más.

 

Yokosawa sacó el miembro de Zen de su boca para tomar un profundo respiro, casi se atraganta por tener semejante tamaño en su boca, notó con sorpresa cómo estaba más hinchado, la parte donde anudaría era la más gruesa de todo el tronco y su cuerpo ya le pedía sentir ese miembro penetrandolo.

 

Kirishima lo sabía también, recostó a Takafumi con cuidado, lo volvía a besar y muy cerca de sus labios pidió lo que su cuerpo tanto anhelaba:

 

—Quiero follarte... quiero hundirme en ti..

 

Zen se apartó de su boca y abría las piernas de Takafumi, ese orificio lucía tan ajustado y de un color rosado demasiado exquisito a sus ojos, consideró que ya estaba lo suficiente mojado para entrar y sin más colocaba su polla por el ano, lo acarició con el glande y después ejerció mucha presión...

 

 

 

Takafumi extendió  más sus piernas y dejó de respirar al sentir él glande de Zen abrirse paso por su ano.

—Ahhhhhhhhh—

—Takafumi.... 

Kirishima sintió de inmediato la calidez de Yokosawa, esa cavidad anal era tan caliente y estrecha que tuvo que empujar más para poder introducir algo más que la punta.

 

—Duele.... me duele..Zen—Yokosawa a pesar de estar tan lubricado sintió un poco de escozor 

 

—Relájate mi amor—Kirishima introdujo hasta donde llegaba la protuberancia que haría el nudo y comenzó con las estocadas.

 

—Ahhh... no tan fuerte ... ahh

 

—Perdóname....pero no resisto—Zen continuaba entrando y saliendo con rapidez, como era posible que le pidiera ser gentil si su aroma y ese ano tan delicioso lo estaban enloqueciendo por completo.

 

—Ahhhhh.. ahhh..—El delta rasguño los brazos de su alfa por el ardor que sintió—Zen...ahhh

 

—Si....gime para mi... di mi nombre.

 

El alfa jaló a Yokosawa para dejarlo en el borde de la cama y poder subir las piernas a sus hombros, debido a lo intenso de las estocadas el miembro de Zen escapó del interior de Takafumi.

Kirishima vio con sorpresa rastros de sangre por su pene y por la entrada de su delta. Eso solo significaba una cosa..

 

 

Yokosawa era virgen

 

 

—Ohhh amor mío tú...—Zen se sintió tan extasiado al descubrir otro secreto de su delta y provocó que su cordura se fue al carajo.

 

Kirishima volvió a insertarse con fervor por aquel orificio que apenas si cedía a su tamaño  y retomó las embestidas causando otro grito del pelinegro 

 

—¡ZEN! Ahhhhh.. mmmm

 

—!Ábrete más para mi! !Deja que tu alfa te posea!

 

Con brusquedad abrió las piernas de Yokosawa y las llevó hasta casi colocarlas a cada lado del rostro del delta,  causando dolor e introdujo de nuevo su virilidad sin una pizca de compasión 

 

—¡AHHH!

Takafumi sintió dolor y a la vez un extraño placer cuando Zen tocó una parte de sus entrañas que le hizo soltar más lubricante.

 

—Si.. amor.. así .. a esto me refiero..

El alfa entraba y salía, una y otra vez viendo con insistencia el ano de su delta, la sangre se disolvía con cada estocada y ese orificio se dilataba más y más, con lo que sería fácil introducirse de forma completa en su recto.

 

—Te voy a meter todo Takafumi—Advirtió Zen y el delta fue volteado y colocado en cuatro—Lo siento pero ya no soporto— En segundos, Yokosawa sintió ese enorme miembro deslizarse sin remordimiento y con la protuberancia del alfa, abriéndose paso por su esfínter ....

 

—Zen..... Ahhhhhh... 

 

Yokosawa quedó perdido, concentrándose en las embestidas que su alfa propinaba con desenfreno, sintió la boca caliente y húmeda de Kirishima besar toda su espalda y hombros, su lubricación escurría por todas sus piernas mientras el sonido de sus genitales al impactarse llenaban sus oídos. Fue jalado del cabello y Zen volvía a besarlo con deseo, le abrió el labio con uno de sus colmillos y saboreó el líquido rojo que brotaba de su boca.

 

—Takafumi.... eres maravilloso

 

Zen volvió a tocar ese punto que hacía delirar a Takafumi, su rostro ardía, todo su cuerpo se encendía con cada embiste y caricia del alfa, el aroma de ambos se mezcló llenando sus sentidos, 

El delta por fin sentía todo ese miembro dentro suyo, extasiándolo por completo  y sin pensarlo llevó su mano por debajo de su vientre para acariciar los testiculos de ambos.

 

Kirishima abrió los glúteos  para observar con detenimiento cómo entraba de forma total y ya no pudo controlarse.

Cogió la cintura de Takafumi con fuerza  y las embestidas se hicieron violentas provocando que el pelinegro gimiera como nunca

—Ahhhh... ahhh.....mas..quiero más..

 

Yokosawa sentía perder el aliento por tanto gemir, las paredes de su cavidad anal se contraían provocando que la virilidad del alfa quedara apresada 

 

—Takafumi....me volverás loco si haces eso... me vendré en tu interior  y querré marcarte 

 

El delta era consciente de que el pene de Zen estaba cada vez más hinchado y de continuar, tal vez no podría liberarse, eyacularia en su interior y eso era algo que él deseaba...ansiaba pertenecerle de forma total. Su pene se puso erecto de nuevo y el delta movía sus caderas buscando más contacto con  Zen, el alfa correspondió al instante retomando las deliciosas embestidas.

 

—Takafumi.... si pudieras ver lo que yo... ahhhh... muévete más...quiero que me pertenezcas...

 

—Ahhhhh....Zen.... hazlo..quiero ser solo tuyo 

 

Oír la confirmación de Takafumi le nubló los sentidos, levantó más ese trasero y se insertó lo más profundo que pudo, Zen descubría la nuca de su amado y siguió embistiéndolo con brutalidad, como si la vida se le fuera en ello

 

—Takafumi... ya no puedo más... dime lo que quieres...

 

—Márcame... Zen... ahhhhhh

 

—Takafumi.... TE AMO...

 

El alfa se incorporó hasta casi quedar montado sobre Yokosawa, la penetracion fue tan profunda para el delta, provocando que arqueara su espalda por el placer y que Kirishima lo cogiera del cabello con saña.

 

El pelirrojo mostró sus colmillos y los clavó muy profundo......

 

Ls sangre brotó en segundos..... Y Yokosawa profirió el gemido más placentero que el alfa jamás había escuchado 

 

—AHHHHH.......¡ZEN!

 

Takafumi Yokosawa por fin le pertenecía.... 

 

El delta, había sido MARCADO

 

 

 

 

 

 

 

 

Zen bramó por tanto placer, su eyaculación era abundante y mientras todo su esperma salía llenando el esfínter de su amado, su boca era saciada con la sangre de Takafumi, era una sensación muy vibrante y caliente, su lengua sintió el primer atisbo del  líquido, siguiendo por la garganta hasta llegar a su estómago y de ahí extendiendo el delicioso sabor por todo su cuerpo.

Yokosawa daba gemidos ahogados, profirió un pequeño lamento por el dolor de que su piel fuera atravesada, era una sensación indescriptible y que le llenaba el cuerpo y corazón. Uno a uno sintió los dientes clavarse por su piel mientras Zen bebía por su nuca, las manos del alfa lo abrazaron por su estómago oyéndolo gemir y el sin esperarlo volvía a eyacular

-Ahhhhhhh

Los espasmos provocaron que contrajera su ano y succionó con más fuerza el miembro de Kirishima

 

 

 

Agotados, ambos se dejaron caer por la cama, oyendo sus respiraciones entrecortadas, se recostaron de lado y el alfa mimaba con besos a Takafumi y lamía la sangre que seguía saliendo de la marca....

 

 

 

Zen se apartó de él con dificultad, su pene se había hinchado bastante, no a tal grado de anudar pero le costó trabajo separarse, su delta respiraba de forma errática, la imagen de Takafumi sudoroso y con rastros de sangre por su espalda era sumamente bella, ese hombre lo tenía loco. Se incorporó para quedar sentado sobre Yokosawa y besó su mano.

 

—Sellaremos nuestro pacto Takafumi 

 

El alfa mordió su muñeca y vertió su sangre en la boca de Yokosawa, el delta bebió con los ojos cerrados y pronto sintió la boca de Zen besándole con tanto amor y de esta forma ambos probaron la sangre del otro

 

—Takafumi.... lo dire de nuevo 

TE AMO..... te amo como nunca creí en la vida.....

 

 

 

 

 

 

 

Misaki detuvo su paso al sentir a su hermano, provocando que Ritsu chocara con el

—¡Ey! ¿Que te pasa idiota? ¿Porque te detienes así?

 

Él omega parpadeo varias veces ignorando a Ritsu e intentando descifrar lo que sintió en su corazón, una sonrisa se dibujó en su rostro sin motivo, por lo menos Takafumi al parecer la estaba pasando bien.

 

—Lo siento Ritsu, oye como que empiezas a liberar feromonas.

 

—Si... ya casi llega mi celo, solo recogeremos tu extraño "paquete" y me largo de aquí

 

—Está bien 

 

Misaki seguía pensando en Takafumi. Retomó el paso, ya estaban a nada de llegar con Tanaka san, el fiel sirviente de los Usami y que entregaría el medicamento de Yokosawa. El pelinegro usaba un supresor de aroma, anticonceptivo por si las dudas y una feromona sintética muy potente, todo junto y que eran muy costosas y elaboradas en específico para el. 

 

Después de la muerte de su madre, el hermano se volvió terco y no quiso saber nada del celo y se fue de Japón. Misaki tampoco conocía la terrible verdad que Yokosawa le escondía, si supiera que el delta pudo evitar la muerte de su madre y no lo hizo por estar con Takano, Misaki jamás se lo perdonaría....

 

El castaño miraba sonriente el puerto de Marukawa cuando una mano lo agarró del cuello sofocándolo 

 

—Hola Misaki 

 

Yuu Yanase y Shizuku lo miraban con burla....

 

Notas finales:

Comentarios? Sugerencias? Tomatazos?

Mentadas de madre? ahh ¡no! ¡Eso no! Perdón se me fue...

Muchas  gracias por leer 


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