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Vella por aries_orion

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Le cuesta montones y montones de paciencia a Steve.

Se pone nervioso, le sudan las manos, su corazón se acelera, pero al compartir unos minutos con Anthony todo queda olvidado. Cada que puede le delinea con la mirada, se imagina los contornos, las montañas de músculos que la ropa oculta. Han salido en unas cuantas ocasiones, otras se han añadido los demás chicos. No se queja, es divertido.

Pensó que al aceptar sus sentimientos sería más sencillo lidiar con ello, pero se volvió difícil. Anthony tampoco se lo pone fácil precisamente.

Le ha invitado a comer. Debe ir a las oficinas de Industrias Stark a buscarlo. Lo espera en recepción, no le permiten ir más allá, ha controlado con éxito su puchero por la negativa, él quería conocer su oficina, verlo en otro elemento que no fuera el taller o el complejo.

Otra vez, sin saber cómo ocurre, una secretaria le toma para besarlo.

–¡Capitán! –El llamado es fuerte, se aleja tan deprisa que debe limpiarse los labios. –Si ya terminó, debemos irnos.

Deja vú.

Joder, joder.

Steve está ruborizado y Anthony le vio besando a la chica. No le habla, sólo camina, le guía al auto. El silencio es feo. Muy feo.

–Anthony…

–No me interesa, por mi puedes besar a todas las mujeres que quieras, sin embargo, Rogers, aléjate de mis empleadas. No quiero demandas o errores en documentos por tus estúpidos labios.

–¿Estas celoso?

Si no es porque ha cogido la costumbre de ponerse el cinturón de seguridad una vez se sube en un auto con Anthony, está seguro que habría atravesado el parabrisas y terminado en la acera.

–No te des tantos aires Steven.

El soldado antiguo no agrega más. Sus palmas ocultan la sonrisa de sus labios. El auto continúa su movimiento.

 

**

–¡Me beso! Vella, ¿puedes creerlo? ¡Anthony me beso!

Vella no le mira, ni siquiera hace el amago de levantar la cabeza, apenas mueve las orejas, está acostada en la cama sobre una almohada que ha jalado minutos atrás.

Steve no puede detenerse, la felicidad le invade, está sobreexcitado y no sabe cómo sacársela. Quiere gritar, bailar, correr, brincar. Ya le duelen las mejillas, lleva sonriendo desde su arribo, pues antes de bajar del auto, Anthony le beso. Le dejó sin aire, con los labios hormigueando y un suave sabor a mora en la boca.

–Oh, Vella.

Se tira a su lado, la canina ha rebotado en el colchón. Le ladra. La toma, la abraza y oculta su rostro en su cuerpo.

–Me estoy enamorando de él, Vella.

 

 

__________________________________________

Repito, límite...

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Le cuesta montones y montones de paciencia a Steve.

Se pone nervioso, le sudan las manos, su corazón se acelera, pero al compartir unos minutos con Anthony todo queda olvidado. Cada que puede le delinea con la mirada, se imagina los contornos, las montañas de músculos que la ropa oculta. Han salido en unas cuantas ocasiones, otras se han añadido los demás chicos. No se queja, es divertido.

Pensó que al aceptar sus sentimientos sería más sencillo lidiar con ello, pero se volvió difícil. Anthony tampoco se lo pone fácil precisamente.

Le ha invitado a comer. Debe ir a las oficinas de Industrias Stark a buscarlo. Lo espera en recepción, no le permiten ir más allá, ha controlado con éxito su puchero por la negativa, él quería conocer su oficina, verlo en otro elemento que no fuera el taller o el complejo.

Otra vez, sin saber cómo ocurre, una secretaria le toma para besarlo.

–¡Capitán! –El llamado es fuerte, se aleja tan deprisa que debe limpiarse los labios. –Si ya terminó, debemos irnos.

Deja vú.

Joder, joder.

Steve está ruborizado y Anthony le vio besando a la chica. No le habla, sólo camina, le guía al auto. El silencio es feo. Muy feo.

–Anthony…

–No me interesa, por mi puedes besar a todas las mujeres que quieras, sin embargo, Rogers, aléjate de mis empleadas. No quiero demandas o errores en documentos por tus estúpidos labios.

–¿Estas celoso?

Si no es porque ha cogido la costumbre de ponerse el cinturón de seguridad una vez se sube en un auto con Anthony, está seguro que habría atravesado el parabrisas y terminado en la acera.

–No te des tantos aires Steven.

El soldado antiguo no agrega más. Sus palmas ocultan la sonrisa de sus labios. El auto continúa su movimiento.

 

 

Notas finales:

Siguiente.

^_^


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