Capítulo 3
Desde temprano, es más. El sol apenas comenzaba a lanzar los primeros rayos de sol. A esas horas donde todavía se considera como madrugada. Rin yacia levantada, emocionada tanto. Que por la corta noche que le aconteció a la plática anterior. Ideo formas, maneras de observar de cerca aquel experimento, y quizás. Más que diversión, estaría ganando experiencia ajena a una posible idealización de su emparejamiento prematuro con shirou. Aquel que, no se quedaba muy atras en conquista y pretendientes. O no, ella lo había observado bien. Tanto, que a veces tenía envidia de todo el tiempo que pasaba sakura a su lado.
Así que grito. Hondo y muy precipitado.
─ Archer. ─
Y este, como era de esperar de un espíritu heroico. Salió a su encuentro, con ambos brazos cruzados con tanto indulgencia.
─ Que extraño que te levantes tan temprano. ─
─ Ya tienes algo planeado. ─
Esta ladeo la cabeza socarrona. Esperando al plan que su sirviente ideó durante la noche. En verdad esperaba algo, por que de no ser así. Tendría que llevar a cabo su ingeniosa idea.
Si, ahora lo mejor sería escuchar algo absurdo. Podiendo imponer más peticiones.
─ Estuve pensando. Y creo que en caso de una "cita" entre amigos. Lo mejor sería ir a un bar. O... ─ y ni bien pudo terminar, cuando Rin ya estaba soltando hondas carcajadas. (En realidad no le parecía absurdo. Solo que la sola idea le pareció un tanto divertida.)
─ No esta mal. Nada mal, pero es preferible que lo lleves antes a un lugar de distracción. ─
─ Lancer no es tan amigo... ─ replicó, conservando su perfil imperturbable. Perspicaz en el habla y tan informal con una compañera como le era Rin.
Claro estaba, Rin quería algo más. Y en lo permitía tan sencillamente. Podía ver sus sucias trampas desde muy lejos. Para algo le servía ser de la clase arquero. Contando con un ojo tan bueno, detectando hasta la menor de las intenciones.
─ Pero una cita en el cine también es una opción. Recreativa y... ─
─ Así ¡será!─
Y rin ya sonreía, tan segura en si misma. Que paso de alto la cara de triunfo que su contrario profería.
─ Y deberá ser una de miedo archer. ─
─ Como ordené master. ─ El arquero se desvaneció, tomando aquel brillo azulino típico de los sirvientes al ocultar su presencia. Estaba ¡decidido! Iría primero al cine. Y al terminar, pondrían juntos marcha a comer y beber. Emborracharse era algo que hacían bien los irlandeses. Y conociendo de antemano el verdadero nombre de lancer....
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En la pescadería, nada aparte de la venta acontecía. El rumor de la plena tarde le estaba haciendo llevadera la poca venta que el día dejaba a su paso. Siendo una día con poca clientela, se sentía abatido. Había prometido hacer lo posible por dejar prendandos a cada persona con su encanto. Desde las bellas chicas que lo visitaban, hasta las dulces ancianitas que le veían como un dulce joven con espléndida sonrisa.
Bueno, al menos con eso interpuesto. No tendría que ver directo al asunto que le dejaba inquieto. El estar día y noche con kirei al mando. Era ciertamente. ¡Hartante! El lo sabía de sobra. Y más con ese irritante visitante de Babilonia. Es más, a veces podía sentirse demasiado incómodo ante la interacción de esos dos haciéndole burlas en más de una ocasión.
Por eso, conseguía trabajos por doquier. Donde fuera, y para quien fuera. Distrayendolo en su totalidad de la responsabilidad que tenía con el sacerdote.
Y cuando dio la vuelta, aplicando la misma comitiva de siempre. Se encontró con "el".
─ Sería una molestia para usted dejar el puesto de pescado. ─ La voz de archer sono con elegancia. Algo atípico y sospechoso en más de un sentido.
El quería contestar un instantáneo. ¡No! Pero la voz se le quedó atorada. Observando con cuidado, pues si no fuera poe que hablaba de verdad. Hubiera creído que aquel ruin combatiendo, le retaba a una disputa singular.
─ Que quieres en realidad archer. ─
Contestó, no sin dejar aquel poste alto. Simil a su preciada lanza, no se dejaria. Si es que de una trampa se trataba en realidad.
─ Solo puedo asegurar que. Comprar pescado no está entre mis planes. ─
─ Entonces. ─ cu resopló. Y dejando tanto ferocidad a un lado. Esbozo la gran risa perspicaz que mostraba su amplia cordialidad.
─ La bella señorita toshaka quiere pescado. Debía suponerlo. ─
Rápidamente, en la cara del otro se reflejó un bajon. Era simple, a lancer nada le era muy claro, más si eso tenía que ver con intenciones. O coquetería hacia su mismo sexo.
─ No, tampoco. ─
─ Entonces. ─
"Será más difícil de lo que imaginé."
Pensó con avidez, ideando una mejor forma. Una tan sutil que pasara desapercibida hasta para el más distraído. Pero bueno, lancer no mostraba mucha destreza en ciertas situaciones.
─ Quería invitarte una salida. ─ Las palabras, un poco atoradas. Debido a su misma naturaleza cerrada, salieron atropelladas. Pero claras como el agua.
─ Bueno. Hoy no hubo mucha actividad. Si cierro ahora... No habrá mucha diferencia de todas formas ─
Y asintió, por que. En verdad comenzaba a aburrirse de estar ahí solo parado. Mirando a sus costados, enrabietado de su mala cierta en aquel día.
Que, una salida para despejarse. Le venía sentando demasiado bien.
─ A donde me llevarás ─
Pregunto, dando un salto al costado del moreno. Apañando su antebrazo para afianzar la confianza que sentía con aliados.
Archer por su contrario, se vio exaltado. Con los ojos bien abiertos ante la clara condición de desconcierto latiendo en su corazón. Era increíble la forma en que el irlandés se desenvolvía. Y aún mejor lo era mirar cada dulce expresión que en su rostro se formaba...
─ Al cine. ─
Y ni bien terminó de vociferar los planes. Lancer ya se cambiaba a otra ropa menos informal. Cerraba el local, y le ofrecía un pedazo de salmón recién preparado. Para así, comenzar a avanzar.
─ Vámonos ya. ─
El peliazul respondió, alegre de safarse de la cotidiana rutina. Y contento de que aquella razón fuera el arquero.
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