Mu de Aries había desaparecido, o al menos una parte de su cabello. Esas hebras largas y lilas que lo caracterizaban, ahora eran sólo un vago recuerdo. Su cabello estaba más corto que nunca en su vida.
Cuando June llegó al departamento y lo miró sentado en la sala leyendo la estúpida revista, entrecerró los ojos verificando de que sí se tratara del de Aries.
-¡Ay, por Dios! mírate, apenas y te reconcí.
-Mi cabeza está en el programa de protección a testigos- dijo el pelilila levantándose del lugar para saludar a su asistente y amiga.
-Luces increíble, un nuevo tú.
-Necesito una nueva vida, eso sería mejor.
-Hablando de eso, es hora de reunirte con el mundo, te conseguí un nuevo celular.
-¿Tan pronto?- rezongó Mu con un puchero aceptando el nuevo móvil.
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-Milo de Scorpio ¿Quién habla?
-Mu de Aries… o solía serlo- saludó al teléfono comenzando a llamar a todos sus contactos para que registraran su nuevo número.
-Hola, Mu, ¿Qué tal todo?
-Horrible, como siempre.
-Me dijo Afrodita del nuevo tú y tu corte de cabello.
-No hay un nuevo yo, soy el mismo, lo único que falta es mi vieja voluntad para vivir.
-No es tan horrible como mi vida ahora- Mu frunció el ceño- No puedo dejar de ver a Camus, pero tampoco puedo abandonar a Shaina. Después de lo que sucedió con Shaka, no puedo.
-¿Estás durmiendo con los dos?
-¿Eso es malo?
-Para ellos, lo es, les estás mintiendo Milo y al no querer hacerles daño, se los estas haciendo.
-Mi vida es basura.
-Bienvenido a mi vida.
-No sé qué hacer. El sexo con Camus es increíble, pero siempre que terminamos me siento mal con Shaina y tengo la responsabilidad de hacerle el amor.
-Eso creo que es una adicción al sexo, amigo.
-Quizá, pero no funciona para nadie, alguien saldrá lastimado.
-El que más sufrirá serás tú si sigues con esto, Milo.
-Lo sé, quizá por eso no quiero terminarlo- Mu chistó.
-Haz lo que tengas qué hacer, sabes que te apoyaremos.
-Bien, demasiado drama por hoy, te llamo después y por favor permanece con vida. Te quiero- finalizó el griego haciendo sonreír a su amigo.
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El desempacar el armario había comenzado, y en verdad era algo exhaustivo. June no podía creer cómo ese hombre podía tener tanta ropa y accesorios.
Estaban abriendo todas las cajas, cuando entre ellas estaba una enorme igual a otras tres. Mu la tomó sin percatarse qué era hasta que June la abrió liberando su hermoso traje de boda.
La rubia lo miró por unos segundos sintiendo un poco de pena mientras Mu parecía no poder quitar la mirada de él.
-¿Quieres que me deshaga de él?
-No, es muy hermoso- negó en un suspiro y una ligera sonrisa -Lo enterraré muy en el fondo, como hice con mis sentimientos.
-¿Lo extrañas?- preguntó la joven rubia tratando de no sonar muy agresiva y haciendo que Mu torciera el gesto.
-Todos los días, aunque es extraño, no lloré demasiado- dijo con una sonrisa torcida- No sé… tal vez sólo se permite cierta cantidad de lágrimas por hombre y mi cuota se rebasó.
-Creo que necesitamos un coctel, Mu.
-No sólo uno, linda- dijo yendo hasta el mini bar sirviendo dos copas de vodka.
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La remodelación de la oficina de Mu, así como de su departamento estaba comenzando, era un cambio en su antigua vida, algo sutil, extraño y necesario.
Ahora estaba con Afrodita comprando un par de muebles nuevos.
-Shaka dice que Saga no deja de llamar y de ir a su casa, lo mismo Milo. No le han dado ninguna pista sobre tu paradero, aunque es obvio que sabe que sigues en Atenas.
-Estúpida Vogue- el sueco lo miró con una línea en los labios tratando de liberar un poco lo que sentía por su amigo. Claro que odiaba a Saga, pero Mu lucía tan devastado.
-Mu, ¿Estás seguro de…
-No quiero verlo, no podría, ni siquiera quiero salir a la calle por temor a encontrármelo- soltó un poco alterado.
-¿Por lo que vaya a decirte?
-No hay nada que pueda decirme, es más por el temor de lo que yo sienta…- entonces Afrodita lo entendió -¿Se puede morir de tristeza?
-Sigues con nosotros, cielo.
-Sí, que mal- el de Picis sonrió mientras veían más y más muebles, entonces Mu recordó de una llamada que había recibido dos días atrás de DeathMask.
-Oye, Death me llamó para decirme que no estás haciendo ejercicio.
-¿Por qué haría eso?- soltó Afrodita extrañado.
-Porque te ama y está preocupado- el peliceleste frunció el ceño y sonrió restándole importancia.
-No hay nada de qué preocuparse.
-¿El doctor te dijo que hay algún riesgo si haces esfuerzos?
-Dice que por el momento no.
-¿Y entonces…
-Tengo miedo de que algo malo suceda- interrumpió sacando lo que al parecer guardaba desde hacía un tiempo -Es un milagro que esté esperando un bebé, y estoy feliz, pero muy asustado. Nadie tiene todo lo que desea, sólo mírate, y a Shaka, tan excelentes personas y todo lo que han pasado, claro que algo malo me va a pasar a mí.
-Afrodita, te casaste con un impotente antes de Death, tal vez ya sucedió- y entonces el sueco lanzó una carcajada junto al pelilila.
-Tienes razón.
-Corre y haz ejercicio, no sucederá nada malo, no puedes vivir con miedo- sonrió Mu tomándolo por los hombros.
-Deberías aplicar tus consejos, cariño, no deberías vivir con miedo.
-Tú y Shaka deberían ser esgrimistas- chistó negando.