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Acepto... ¿En serio? por Aranel Poli

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Todos se habían reunido para cenar como cada semana lo hacían, aunque Mu esperaba a Saga, quien al parecer salía un poco tarde del trabajo.

-¿Ya le dijiste a Saga lo de la revista?- preguntó DeathMask aprovechando que el peliazul no había llegado.

-No, aún no- negó el pelilila, y de pronto se giró para ver a Milo con el rostro molesto -¡Dios! mastica bien, hasta acá puedo oír mugir a la vaca de tu boca- bufó con una mueca de asco mientras su amigo cenaba una hamburguesa y le sonreía.

-Muuuu.

-Oye Milo, ¿Vendrá Shaina?- preguntó Afrodita.

-No pudo, tuvo una reunión con sus amigas, pero invité a Camus.

-¿Camus de Acuario? Siempre ha sido algo serio- el peliazul se alzó de hombros mordiendo su hamburguesa.

Camus de Acuario era un hombre francés crítico de comida y era amigo de Milo desde hacía muchos años. Algunas veces lo había invitado a cenar con los chicos, pero era cierto lo que Afrodita decía, era muy serio y uraño.

Comenzaron a cenar, y unos minutos después Saga llegaba disculpándose saludando al pelilila con un beso en los labios.

-Chicos, lo siento, debo hacer una llamada- se disculpó saliendo de su vista dejando a Mu extrañado mientras sus amigos lo miraban.

-Tu prometido suele ser muy extraño en algunas ocasiones- se quejó Shaka bebiendo un poco de vino tinto. Mu se alzó de hombros y se llevó un camarón a la boca, entonces su celular vibró dentro de su pantalón.

“Sal, tienes menos de cinco minutos”

Sonrió perversamente y se disculpó con sus amigos alegando que iría a buscar a su prometido, lo cual era cierto, lo que ignoraban era que no regresaría. Ya se los explicaría después.

Cuando salió del lugar, el aire frío se coló por su piel, pero en cuanto vio a Saga dentro de su covertible, el frío desapareció. Se acercó a la ventana con una sonrisa y ésta se bajo develando una sonrisa coqueta por parte del griego.

-¿Te subes, lindura?- dijo con una media sonrisa.

Mu negó sonriendo y abrió la puerta. Amaba cuando Saga lo sorprendía de esa manera.

En cuanto llegaron al departamento de Saga, este tenía una sorpresa en el comedor, velas, vino y un poco de pasta.

-Espero que no hayas cenado demasiado.

-Tienes suerte, estaba esperándote- dijo el menor sonriéndole y besando los labios de su prometido. Después, fue directo al comedor tomando una botella de vino y un par de copas.

-¿Vino?

-Te quiero a ti- respondió Saga quitándose el saco acercándose a Mu, quien destapó la botella de vino dándole un gran trago en cuanto el griego lo tomó por la cintura para acercarlo a él.

Mu sonrió de lado y lo besó, compartiendo con Saga un poco del vino, se besaron por unos minutos más hasta que se separaron buscando oxígeno, pero no del todo. El peliazul bajó al cuello del pelilila haciéndolo sonreír al besar esa sensible zona.

-El vino sabe mejor en tus labios- susurró contra la blanquecina piel del menor, quien le daba acceso directo alzando su rostro disfrutando de las atenciones de su prometido.

-¿No íbamos a cenar?

-Creo que tengo hambre de algo más- Mu sonrió dejando que el mayor hiciera con él lo que le placiera, aunque Saga parecía pelear con el conjunto que llevaba.

¿Por qué demonios tenía que usar tanta ropa encima? Pensó, y al parecer Mu vio su frustración al sonreír. Se alejó y poco a poco comenzó a quitar lo que estorbaba, quedando sólo en un pequeño bóxer negro, mientras Saga se desnudaba rápidamente dejando sólo su slip azul.

Se besaron frenéticamente, podían pasar mil años y jamás se cansarían de sus pieles, de sus sabores, de la pasión que siempre los envolvía, porque si Mu se había sentido excitado con sólo ver a Saga en su convertible, el griego se había sentido fascinado e invitado a una noche de desenfreno con sólo ver la mirada que su apuesto novio le dedicaba.

Mu sonrió tomando el aceite de oliva mientras Saga, mostrando una erección considerable, bajó el slip liberando su miembro. El pelilila vació un poco de oleoso líquido en su mano para ir directo al miembro de su pareja y embadurnarlo todo.

Saga jadeaba ante el tacto, lo caliente que se volvía el aceite al pasar por su miembro y el movimiento de Mu de lubricarlo y masturbarlo al mismo tiempo.

Pronto el menor se encontraba contra la barra de la cocina con una pierna sobre ella siendo embestido con ferocidad por el peliazul. Los gemidos, los jadeos, las palabras ininteligibles de ambos llenaban el lugar y agradecían que no tuvieran vecinos cercanos.

Mu se sujetaba a la barra alzando el rostro en ocasiones y otras dejándolo contra la piedra fría refrescando su caliente piel. El griego sostenía con fuerza la cadera del menor, seguramente mañana tendría unas marcas violáceas.

Cuando Saga encontró la próstata de su prometido, este dio un grito ahogado comenzando a mover sus caderas al compás de su movimientos, así que aumentó la fuerza y la rapidez de las embestidas.

Mu se corrió manchando un poco la barra y el suelo de la cocina mientras Saga, al sentir estrecharse ese canal, no le quedó más que llegar al orgasmo segundos después.

En su cama volvieron a hacerlo una vez más, porque si algo había que no faltara en su relación eso era el sexo.

-Cariño, bájate, aún no dormiremos- musitó Mu bajando al hermoso perro de Saga, que ya se había subido a la cama -¿Cielo?- preguntó de pronto sentándose a horcajadas sobre el peliazul, quien acarició tiernamente los lechosos muslos.

-¿Sí?

-Hilda tiene un regalo de bodas para los dos.

-¿Ah sí?

-Estaremos en la portada de Vogue- sonreía emocionado mientras Saga hacía una mueca que Mu no pudo decir si era una sonrisa o algo más, pero no dijo ni una palabra -Creo que no escuchaste amor, estaremos en la portada de Vogue.

-Te escuché la primera vez, pero ¿Cómo? ¿Cuándo?

-En un par de días tendremos la sesión, ¿No es genial? Harán un artículo de nosotros y estaremos en la portada.

-Mu…

-Ya sé que no te gusta la atención, pero hazlo por mí- pidió haciendo un puchero.

-¿No haremos un circo de todo esto?

-Sólo si eres un dulce y sexy payaso- dijo sonriendo bajando hasta el rostro del mayor besando la punta de su nariz.

-Mejor un pastor de ovejas- respondió el peliazul girándose y con eso dejando debajo a Mu para comenzar con una tercera sesión y no precisamente de fotos.

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-Sonríe, cariño- susurró Mu arreglándose el cabello para la sesión.

Se encontraban en una hermosa casa que la revista había alquilado. Afrodita, DeathMask, Milo y Shaka los acompañaban. Lo cierto es que en ese momento no cabían las burlas, lucían tan bien juntos, al igual que hacía diez años.

-Me agradan tus sorpresas- musitó Saga sarcasmo.

Jamás le había gustado la prensa, el medio artístico, las cámaras y la atención social, pero si su prometido deseaba eso, lo haría, pero eso no significaba que lo disfrutara.

-No tardaremos demasiado, luces muy apuesto.

-¿Y por qué no trajes de boda?- preguntó Shaka tomándoles una foto con su celular, después se la enviaría a Aioria, quien no deseaba perderse nada de eso.

-Es de mala suerte ver al novio con su traje antes de la boda, además, aunque no fueran los mismos trajes, le restaríamos un poco de emoción.

-Por cierto, Mu, en unos días iremos a buscar lo que nos falta- dijo Milo y el pelilila sonrió hacía su prometido, quien sonrió de lado negando, ese hombre podía conseguir lo que fuera.

-Tú lucirías increíble incluso con una bolsa de papel encima- sonrió Saga besando su mejilla.

-Sería práctico- susurró Mu con perversidad gruñendo al final de la frase.

-No me provoques niño, terminemos con esto.

-Chicos, a sus lugares, y no crean que no los veo, aún no se me olvida la escapada que se dieron del club- regañó Afrodita aplaudiendo para que se colocaran en sus lugares.

-Milo ¿No te dan ganas de dar el siguiente paso?- preguntó DeathMask haciendo que el griego se alzara de hombros restándole importancia.

-No lo sé, tal vez.

La sesión duró unas horas, entre bromas de los novios y de sus amigos, quienes tomaban fotos con sus celulares. Aioria, por otro lado, sonreía en su celular al ver aquello recordando cuando vivió aquel momento con su querido Shaka.

Notas finales:

Gracias por leer esta historia, no olviden dejarme sus reviews...

Besos inmensos!


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