School love
Al día siguiente cuando me desperté vi que Gaara aún dormía así que me deslice entre sus brazos hasta conseguir levantarme de la cama.
Me dirigí a la cocina me prepare el desayuno y me tumbe en el sofá a ver la tele, era una de mis costumbres desde chico.
Al rato bajo Gaara sin camiseta, siempre que le veía así mi sangre comenzaba a aumentar de temperatura.
-Oye...¿Qué te parece si vamos a lo alto de la montaña hoy?-
-¿Qué?-dijo preparándose el desayuno.
-Pues eso... esta tarde... para ver como se oculta el sol tras las montañas-
-Bueno…-
-Bien-me levanté y le besé.
Pasamos el resto del día en la piscina, montándonoslo por toda la casa hasta que llego la tarde.
Nos vestimos, cogimos el coche y nos dirigimos al norte del pueblo donde había una gran montaña decorada con pelaje verde y marrón y en su cumbre con una iglesia.
Al subir a la montaña nos bajamos del coche, cogimos una manta y la echamos en el suelo. Cogimos otra por si hacía frío y nos sentamos a esperar a que atardeciera.
Estábamos solos, lentamente el sol se fue ocultando en el lejano horizonte.
-¿No es bonito?-dije abrazándome a él.
-Si... esta bien-dijo en un tono sarcástico.
-¿Qué te pasa? ¿No te gusta?-dije separándome de él.
-¿Sinceramente?... pues no-
-¿Y por qué no me lo dijiste?-me levanté furioso.
-No hay por qué ponerse así-
-Si... me has mentido y...-me tambalee durante unos instantes.
-Naruto ven, vamonos, no estas bien-
-¡Estoy perfectamente! ¡Yo pensando en un plan romántico pero parece que para ti solo soy como una película porno, solo para sexo, sexo y mas sexo...-
-No estas bien-me agarró por el brazo.
-¡Estoy perfectamente! suéltame-le pegue un puñetazo y tras unos breves momentos recupere la razón-Gaara, yo... lo siento-Me acerque a él y le abracé-por eso quería que lo dejáramos, no quiero que me soportes en este estado-
-Lo superaremos...-me abrazó a su vez.
Lloré durante unos instante para luego calmarme y observarle. Su rostro reflejaba amargura.
-Pronto es... mi santo ¿Qué te parece si organizamos una moraga en la playa?-
-Si... claro-
-Invitaremos a todo el mundo que conozcamos-dije feliz.
Durante los siguientes días nos dedicamos a organizar todo. Nos fuimos de la casa de campo y volvimos a nuestras respectivas casas.
Por fin llego el ansiado día de mi santo. Todo el mundo me felicitaba. Siempre soñé con ese momento pero nunca pensé que pudiera llegar a pasar. Me encontraba en el auge de toda mi vida.
Saltamos sobre la hoguera y cenamos. Habíamos alcanzado a encontrar una playa en la que había muy poca gente.
Después de pasear con nuestros amigos nos fuimos nosotros solos. Vimos una gran hoguera un poco lejos, fuimos hasta ella y vimos que no había nadie.
-Que grande es ¿no?-dije emocionado.
-Si, oye... con este calorcito me están entrando unas ganas de...-
-Pero pueden venir y pillarnos...-
-Si vienen nos vamos corriendo y yasta-
-Bueno...-
Nos besamos , acariciamos y gozamos de nosotros mismos. Una vez hubimos acabado, yo me encontraba sobre él. Nuestros cuerpos sudorosos demostraban nuestra pasión.
-Te quiero Gaara-
-Te quiero Naruto-
De repente me note desfallecer y caí en los robustos brazos de Gaara. Mi mundo se oscureció y yo dormí para no volver a despertar.
Sakura cerró el pequeño librito. Junto a ella se encontraba Ino, las dos mejores amigas de Naruto.
-Estas... últimas palabras debió escribirlas Gaara, debió encontrar el diario y no quiso que quedara incompleto-
-Es una pena la verdad fue... como el romance de Romeo y Julieta, ambos se amaban con gran pasión y acabaron en tragedia, les echare mucho de menos. Gaara fue la única persona que hizo verdaderamente feliz a Naruto y ahora... ambos estás muertos...-dijo Ino.
Ambas se encontraban sentadas en un banco en el parque.
-Al menos piensa que ambos murieron su amor podría decirse que esta sellado-replicó Sakura.
-En realidad... me alegro por ellos, ahora estarán juntos por siempre-dijo Ino-Aún así, le echare mucho de menos... aunque Naruto pensara que todo el mundo podía prescindir de él al menos nosotras dos no podíamos hacerlo. Ya no será lo mismo-Una lágrima resbalo por su rostro dolido.
-Esto fue algo... mágico, por decirlo de alguna manera. Pocos días después de la muerte de Naruto a Gaara se le detecto otro brote de SIDA y este le consumió en poquísimo tiempo. Un día... La historia de ellos es como la de las tórtolas, inseparables, cuando uno muere el otro también lo hace-
Ambas se levantaron y comenzaron a andar por el parque. Las hojas otoñales cubrían el suelo aunque aquello hacía que el parque fuera aún mas hermoso.
La vida es como un teatro, una novela, en la que después de todas las penalidades pasa algo bueno que lo recompensa. Y finalmente ellos la obtuvieron.
Brisa Marina
Al llegar a su casa Naruto la encontró vacía, desierta, y carente de vida, como se notaba que el pelirrojo se había ido.
Los dos días siguientes fueron una tortura, ya acostumbrado a dormir con Gaara no dormía bien, no se sentía bien, se sentía incompleto.
-¡Mierda! Es verdad eso de que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes. Le echo tanto de menos...Tal vez lo mejor sea...-
El rubio se encamino al armario y comenzó a sacar cosas.
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Flash Back
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La lluvia salpicaba contra el cristal del coche, Naruto en su interior iba muy agitado en dirección a su casa, acababa de volver del forense y lo que le había dicho le había dejado helado.
Recordaba las palabras del medico en su mente.
-El Señor Sasuke se automedicaba, era... drogadicto. Aunque por lo que veo en su cara de incredulidad le puedo asegurar que es totalmente cierto. La muerte se la produjo una sobredosis-
Pronto sería el funeral y tendría que prepararse para despedirse de Sasuke por última vez.
--------------------------Fin Flash Back--------------------------
El avión había llegado finalmente a Tokio, el plan de Naruto estaba saliendo a la perfección, sabía exactamente donde trabajaba el pelirrojo así que le daría una sorpresa.
El sol calentaba aún más las abarrotadas calles de Tokio. El edificio en el que trabajaba Gaara estaba en la otra punta de la ciudad, por lo que al rubio le esperaba una larga caminata.
Cuando por fin llego al edificio estaba sudando y medio muerto.
-Por...fin-
Al entrar sintió como la brisa fresca del aire acondicionado le envolvía. Fue directamente al mostrador de información donde fue informado de que Gaara era el encargado de la 5ª planta. Una vez subió, al no verlo pregunto a una mujer quien le dijo que estaba en el despacho del redactor jefe, en la 8ªplanta.
-Joder...-
Una ves ya allí, observo desde fuera el despacho pero las cortinas estaban echadas, abrió la puerta para ver si finalmente Gaara estaba allí y si, estaba allí, entre las morenas piernas del redactor jefe muy afanado en su trabajo.
Cuando tanto el jefe como el pelirrojo se percataron de la presencia del rubio se quedaron inmóviles observando como la expresión jovial del rubio había cambiado por otra totalmente diferente, fría y dura.
Cuando Gaara intento dirigirle la palabra Naruto ya había salido por la puerta hacía afuera.
Con lágrimas en los ojos salió a la calle, había ido a Tokio decidido a darle una sorpresa a Gaara pero la sorpresa la había recibido él y no había sido demasiado buena.
La persona en la que él más había confiado le había fallado de forma grave, sino podía confiar en la persona en la que depositó todos sus secretos y confianza ¿En quién podría confiar?.
Cogería el próximo avión de regreso a su hogar esperando no volver a ver nunca al pelirrojo.