[D.4]
Sousuke tenía un merecido día completo para descansar y que mejor que hacerlo en familia.
En esta ocasión, planeaba ir a un parque de diversiones de la cuidad que Kaoru no tuvo oportunidad de conocer y quería cumplirle ese capricho.
—¿Y ustedes fueron a ese parque de diversiones cuando eran jóvenes?
—Claro que si hijo. Fui varias veces con mis amigos de Iwatobi. Ya sabes, Haru y los demás. Es muy divertido, aunque a Rei y a mi nos aterraba el tren fantasma. Evadíamos ese juego con cualquier excusa. Admito que ahora también me daría miedo. —Confesaba mientras pasaban por su cabeza muchas anécdotas de esos días. Si a Kaoru se le ocurriese querer entrar a esos lugares terroríficos prefería que Sousuke sea quien lo acompañe.
—¿Y tu Sousuke? ¿Has ido con Rin y los demás?
—N-no...
Makoto y el pequeño se miraron extrañados. Sousuke había hecho una expresión de ¿Vergüenza? ¿Acaso pasó algo? Y Kaoru no iba a conformarse. Quería saber que clase de experiencia tuvo en ese lugar.
—Entonces ¿Con quién?
—E-el punto es que fue divertido. Bueno, al menos hasta la mitad del día...
En este punto su pareja e hijo estaban desconcertados ante tal reacción y esas contestaciones no eran para nada satisfactorias. Algo parecía querer ocultar.
Pero las insistencias del mas pequeño no cesaron ni cuando ya iban en viaje, que mientras miraba a su padre manejar, seguía preguntando por eso. Y parecía que esta vez Sousuke no tendría el apoyo de Makoto en lograr que el niño se olvide del tema porque estaba de su lado y también necesitaba saber que clase de experiencia tuvo y el por que de esa reacción al recordar.
—¡Esta bien! ¡Basta de insistir tanto hijo! Te lo diré pero seré breve ¿Okey?
—¡Acepto!
—Fui con una chica y me divertí mucho. Mis juegos favoritos podría decirse que son los de vértigo. Solo recordé que tuve un desencuentro con la chica y se enojó conmigo. Pero el parque era bonito.
—Ah ya veo ¿Tenías miedo de que Mako se ponga celoso por mencionar a una chica? —Preguntó en tono travieso.
—No suele ser celoso. Es por... porque no quería recordar esa discusión que tuve. En fin, ya casi llegamos. Espero estén preparados para un increíble día —Les sonrió aún algo inquieto después de contar aquello que por suerte dejó conforme a Kaoru quien, ya notando que casi llegaban al lugar, olvido el tema por completo y se enfocó en explotar su adrenalina una vez allí.
Pero Makoto no lo olvidó.
No eran celos, fue algo de su pasado y ya. Sin embargo no era tan ingenuo como su niño. Sabía que Sousuke no contaba todo por alguna razón y esperaba en algún momento del día tener una oportunidad para charlarlo.
La experiencia en el parque de diversiones fue fabulosa para todos. La parte favorita de Makoto fue cuando entraron a un laberinto oscuro de paredes en color blanco y negro que daban un efecto confuso para que sea haga mas difícil encontrar la salida. Fue complejo llegar al final. Varias veces chocaron con paredes negras y la escasa luz no ayudó. Por suerte Kaoru fue el mejor guía para encontrar la salida y daba la impresión que era al revés: Makoto y Sousuke eran sus hijos y él, un padre. Había tomado la mano de ambos y después de un buen rato, lo consiguió.
Sousuke tampoco fue de ayuda. No solo se sentía perdido, sino mareado entre tanto blanco y negro sumada las vueltas repetitivas que los llevaban siempre al mismo lugar. Que agradecido se sentía de tener un hijo listo. En todo caso, ese fue el juego menos favorito. Se quedaba mil veces con los de velocidad como la montaña rusa.
Kaoru parecía ser amante de todas las atracciones que giraban en círculos. Su favorita fue la rueda de la fortuna. También hubo otros que no llegó a conocer porque su estatura y su edad no lo permitían y eso lo frustró un poco pero prometió volver mas veces sin duda porque no le faltaba demasiado para tener permitido el paso a esas.
Casi finalizando el recorrido, el niño optó por subir al carrusel enorme ubicado en el centro del parque. Y al parecer, tenía ganas de dar muchas vueltas.
Sousuke le tomaba fotografías mientras Makoto lo observaba, luego se dio cuenta que era la oportunidad perfecta.
—Ahora que Kaoru no está escuchando ¿Me puedes decir por qué lucías tan incómodo cuando el niño preguntó lo del parque? Estoy seguro que evadías algo...
—Es porque se trata de algo vergonzoso que nadie sabe. Además, no me pareció apropiado para contárselo a Kaoru.
—Te escucho amor.
—Antes tienes que prometer algo.
—Dime.
—N-no te rias.
—No sé que reacción tendré pero... lo intentaré. —Le sonrió con confianza.
Trató de no extenderse demasiado. Era cierto que la primera vez había ido a ese parque con una chica y efectivamente fue una cita. Solo que él... no lo sabía.
Fue un gran problema antes de descubrir que pasaba con él.
Esa muchacha se acercó por su cuenta a él e inmediatamente se hicieron amigos que compartían gustos en común. Sousuke no parecía a primera impresión un tipo flexible, pero en realidad cuando alguien le hablaba con tanto entusiasmo y se esforzaba por acercarse a él, entraba en una etapa cercana a la confianza.
Su compañera logró ese acercamiento en un lapso de dos semanas para luego invitarlo al parque de atracciones. Y aunque no haya dicho la palabra "cita", era obvio que se trataba de una.
De hecho, siendo hoy un adulto y pensando en ello, se daba cuenta que se notaba como aquella chica tenía otras intenciones más que solo amistad, pero no las vio y fue entonces que a mitad del día, la joven tuvo que darle un golpe para que reaccionara.
"Por si no lo notas ¡Estoy coqueteando todo el tiempo contigo!" fueron las palabras claves que lo despertaron. Luego siguió la bofetada y luego su contestación que alejó por completo a la chica. "Espera ¿Es esto una cita? Lo siento mucho, no lo noté"
Básicamente la cagó.
Fue la última vez que ella se acercó a él. Tampoco Sousuke la buscó porque lo había pensado lo suficiente para entender dos cosas: primero que fue patético haber sido tan despistado y no notarlo, y segundo, porque no se sentía interesado de esa manera.
Makoto tomó aquella anécdota como algo entendible. Era propio de esa edad donde es normal no entender muy bien como funciona el mundo del romance. Mucho menos sin experimentar el estar enamorado.
Pero no era lo que Sousuke quería dar a entender. Esto se repitió a lo largo de su vida con diferentes personas que se acercaron buscando esa dirección.
Su secreto vergonzoso no era una vieja anécdota, era su incapacidad de diferenciar un coqueteo de las simpatías y buenas intenciones. Pero a un nivel extremo, no a uno que puede pasarnos a todos alguna vez, sino que directamente se le dificultaba procesar hasta frases muy directas. Podía estar la otra persona diciendo a gritos "quiero tener sexo contigo por favor" y él después de un rato demasiado largo, quizás notarlo.
Con Makoto no había pasado porque fue él quien primero cayó enamorado e hizo de las suyas para conquistarlo. Además, lo suyo con Makoto fue una historia diferente a todas esas. Su amor floreció por otros motivos.
Y aunque confesó eso a su pareja, quería que nadie mas lo sepa. Sentía que era patético y vergonzoso, muy vergonzoso.