[D.3]
Sousuke estuvo de viaje por casi dos días porque fue invitado desde otra región a un evento donde asistirían prestigiosos nadadores del país a dar una charla motivacional a otras personas interesadas en la natación que deseen adentrarse más a ese mundo. Estaba seguro que se cruzaría con Haru, Rin o Ikuya porque también se enteró que estaban invitados.
Era de esperarse un largo día, al otro ya volvería a su casa por la noche para por fin descansar.
Y si que resultó ser interesante. Demasiadas personas reunidas un mismo día en un mismo lugar era algo que acostumbraba. Sin embargo esta vez fue una dinámica diferente la cual estaba conforme de poder aconsejar a esos jóvenes novatos llenos de vitalidad. También fue una sorpresa que muchos de ellos lo reconocieran e incluso otros que lo admiraban y estaban al tanto de su trayectoria como nadador profesional. Algo avergonzado pero feliz de ser visto con orgullo por otros.
Rin y Haru eran otro dúo ovacionado por las medallas y trofeos que consiguieron a nivel internacional. Sus nados eran una maravilla en ojos ajenos y ese día que estaban juntos, Sousuke los escuchaba con atención.
Haru habló lo justo, remarcando unas viejas oraciones muy conocidas como que al agua no hay que temerle, que no hay que resistirse a ella y demás que solo un verdadero amante del agua con esa perspectiva como la de Haru podría entender. Todos allí lo escuchaban con mucha atención a pesar de que no haya compartido consejos técnicos. Rin en cambio estaba muy contento de poder hablar con todas esas personas que compartían una vista en común, él remarcaba que lo importante es siempre sentirse motivado, tener una razón por la cual nadar y además, prolongó un poco la charla ofreciéndose a responder cualquier inquietud técnica que tengan.
Todos parecían profesores pero simplemente trataban de transmitir consejos mediante la experiencia adquirida en competencias. Después de ese intercambio de palabras, pasaron a la parte práctica conjunta.
Haru y Rin una vez mas y a su estilo, les mostraron una competencia entre ellos que varios filmaron maravillados por aquel dúo.
Esa tarde todos los profesionales trabajaron duro para ser de ayuda a los jóvenes que veían nadar, comprobando el potencial de cada uno y enseñándoles a progresar.
Cuando todo acabó, Sousuke pudo encontrarse con Rin y hablar un rato con él. Enseguida se pusieron al tanto de sus cosas a pesar de que mucho no había por contar porque cada tanto se hablaban o escribían.
—Lo olvidaba, iré de visita a tu cumpleaños.
—¿Cumpleaños? Cielos, lo había olvidado.
Haru no se encontraba demasiado lejos de ellos dos. Estaba guardando algunas cosas en su bolso y de casualidad oyó la oración dicha por Rin.
Apenas terminó se dirigió a toda velocidad donde ellos estaban, preocupado porque Rin estaba a nada de meter la pata. Se suponía que la fiesta de cumpleaños era una sorpresa y él con su gran bocota lo arruinaría. Así que trató de buscar la manera en que Rin remiende lo dicho y le dio dos codazos disimulados para que reaccionara y reflexione sobre su error.
—¡Ah! Eh... digo... si, tu cumpleaños. Pensaba ir de visita a-aunque no hagas nada ese día quería ir de todas formas para saludar.
Haru suspiró ya mas calmo. Por suerte se dio cuenta.
—Si tienes otras cosas que hacer no te molestes, es solo un día mas. De todas formas si vienes te recibiremos con los brazos abiertos.
—Iré idiota. Eres importante para mi y para muchas mas personas.
—Haru, tu también puedes venir si quieres. Makoto estará feliz de verte.
Haru asintió para luego ambos despedirse de él. Mientras se alejaban, Sousuke veía como Haru empujaba fuerte con el codo a Rin, como si estuviera molesto por algo y Rin se llevaba una mano a la nuca avergonzado mientras reía. Notó que esos dos nunca cambiaban y que lucían tan unidos como siempre.
Por la noche, cuando por fin llegaba de un largo viaje a su casa, el primero en correr a sus brazos al verlo entrar por la puerta principal fue Kaoru. Lo había extrañado mucho y enseguida se encargó de recoger su bolso y llevarlo a la habitación. Quería que directamente se dirija a la cocina para que se encuentre con Makoto, quien ya casi terminaba de hacer la cena en este caso para recibir a su invitado de honor que volvía de lejos.
—¿Tonkatsu?
—Sousuke, me alegra que ya estes aquí. La cena esta casi lista y si, como te extrañábamos un poco... quería cumplirte este capricho y cocinar lo mejor posible tonkatsu, tu favorito.
No acotó nada más y se acercó a besarlo. Lo había estado extrañando y solo fueron cuarenta horas.
En el medio de su romántico beso, se separaron luego de sentir un flash sobre ellos. Era Kaoru.
—Lo siento, les tomé una fotografía porque... porque... bueno porque no tienen una besándose. —Guiñó un ojo a Mako.
—Todo un paparazzi —Decía Sousuke mientras miraba con detenimiento la pantalla del celular con el que Kaoru tomó la fotografía.
Makoto entendió enseguida que era para agregar al video que estaban por hacer y no pudo evitar pensar que Kaoru era un niño muy listo para su edad. Siempre atento a su alrededor.
Sousuke les contó con entusiasmo todo lo que hizo en su viaje incluyendo el encuentro con Rin y Haru quienes ahora sabía que probablemente vendrían de visita el día de su cumpleaños.
A Kaoru le encantaba escuchar a Sousuke cuando se llenaba de emociones positivas hablando de lo que le apasionaba. A Mako tambien lo hacía feliz oírlo y sobre todo saber que se divirtió teniendo nuevas experiencias.
Después de la riquísima cena y de mirar una película todos juntos, Kaoru se durmió en los brazos de Sou quien lo llevó a la cama para que descanse bien y mañana se despierte a horario para asistir al colegio. Lo arropó para después entregarle un suave beso en la frente, despedirse e ir a su cuarto para también descansar.
En la cama junto a su pareja, mirándose mutuamente, estiró sus manos para alcanzar el rostro ajeno y acariciarlo.
—Te salió riquísimo ese Tonkatsu. No se como haces para además de trabajar, conservar energía y esmerarte en cocinar tan rico.
—Y-yo no puedo creer como tus palabras me siguen haciendo sentir avergonzado si ya llevamos bastante de pareja. —Contaba con un sonrojo que no podía evitar.
—Me pasa igual... dices o haces algo lindo y siento ese calor en mis mejillas ¿Será amor? —Bromeaba.
Reían porque sabían la obvia respuesta. Aún así, había veces que seguían comportándose como si fuera la primera vez.
—Mako ¿Sabes que también es riquísimo?
—Mm no ¿Tienes otra comida favorita? No lo sabía.
—Si, tu —Se acercó y lo besó mientras lo rodeaba con sus brazos.
Makoto sintió otra vez sus mejillas arder y correspondió el beso gustoso que se prolongó lo suficiente para luego continuar esta vez hundiéndose entre las cobijas.
Podían esperar un poco mas antes de descansar.