Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sueño de Quimeras. por Seiken

[Reviews - 12]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Kanon y Milo estaban sentados en el Nirvana, con una copa de vino en la mesa y un platillo que parecía una obra de arte abstracto, con una apariencia agradable, que apenas era apreciada en esas mesas, a las que acudían únicamente porque deseaban presumir que estaban en ese sitio de moda. 
 
—Así que… dime, qué hay de especial en este “hallazgo” que deseas interferir en los negocios de Saga para obtenerlo, o es por una revancha nada más. 
 
Kanon sonreía con una mirada que dejaba en claro que lo único que deseaba era diversión, así que no dijo mucho al principio, pensando en la respuesta y tal vez era que con unos cuantos pasos ese rubio comprendió exactamente quién o que era él, que era un hombre peligroso, alejándose inmediatamente, conociéndolo de inmediato apenas pudo verlo, no ese amable sujeto, ese jovial hombre de negocios, sino la sombra oscura que se retorcía en su interior, su verdadera personalidad, como ni siquiera Milo hacia, mucho menos sus viejos amantes, o los estúpidos que habían suplicado su ayuda, que les dejara ir, tocandolo con sus despreciables manos, pero su rubio se alejo, temeroso de tocarlo, porque si lo hacía, ocurriría como pasó cuando el tocó esa piel y ese cabello, una corriente eléctrica se apoderó de el, ese pequeño bastardo era eso que buscaba en un amante. 
 
—Quiero fastidiar a Saga, porque yo gane esa subasta, lo bueno es que este negocio me costará mucho menos de lo que oferte por él. 
 
Milo comenzó a reírse, negando eso, creyendo cada una de sus mentiras, porque fastidiar a Saga se había vuelto algo poco importante, en cambio, poseer a ese rubio era mucho más significativo para él de lo que podría pensar, porque ese “hallazgo” era como él, podía sentirlo en los poros de su piel, en su corazón de tener uno, ese rubio era otro como él, pero debía ayudarlo a alcanzar su potencial.
 
—Ya le tengo comida, agua y hasta una mantita. 
 
Pronunció bastante alegre, cortando la carne con su tenedor, para llevarla a su boca, escuchando la risa de Milo, que simplemente siguió con su cena, sin ninguna otra molesta pregunta. 
 
Camus les acompañaba en esa cena y estaba demasiado silencioso, con un papel en sus manos, la fotografía de un chico de cabello blanco que estaba en la billetera de ese niño inocente, que guardó silencio, comprendiendo que podían matarlo y que su vida había dejado de tener valor. 
 
La forma en que casi llora cuando le dijo que no podía conservar esa fotografía, haciendole sentirse culpable por algunos momentos, era un niño, apenas tenía 17 años, estaba solo, desnutrido, cansado, pero aún así le vendieron como si fuera menos que una mascota, una cosa sin valor, para que hicieran con él un sin número de actos imperdonables, destruyeran esa pureza que podía ver en aquellos ojos amarillos. 
 
—Sabes Kanon, yo soy fiel partidario del amor a primera vista, a mi me paso con Camus, a ti con ese rubio y de ser mucho más servicial en el negocio de tu hermano, lo habrías visto antes que todos los demás, pero a ti te gusta perder el tiempo en tonterías… 
 
Kanon encajo el cuchillo en el trozo de carne, sumamente molesto, logrando que Milo dejara de reír por su molestia, porque no le parecía divertida esa idea, de que pudo tenerlo antes que Afrodita, pero qué más daba, encontraría la forma de traerlo a su lado. . 
 
—Eso no importa Milo, lo que importa es que deseo realizar una indescriptible lista de actos pecaminosos con ese pequeño rubio, educarlo para que sea un buen esclavo y obedezca mis órdenes, arrebatarle la pureza que veo en sus ojos, para que despierte la bestia que duerme en su interior, crear a mí igual en ese dulce efebo que corrompere alegremente hasta que me cansé de él. 
 
Si es que alguna vez pasaba, haciendo que Milo sonriera, al mismo tiempo que los meseros cambiaban sus platos, quienes habían escuchado esa conversación, sin inmutarse siquiera, al igual que todos los presentes en ese restaurante. 
 
—Así que consígueme su dirección, para que pueda hacer mi sueño realidad. 
 
*****
 
Minos fue directamente a la dirección que Shion le dio en ese papel blanco, esperando saber algo de su hermano, Aiacos a sus espaldas, quien había sido un buen amigo, casi como un ángel guardián desde que llegó a ese condado, primero dándole algunas monedas, después dejándole dormir en su pórtico, para conseguirle un trabajo, era un buen hombre y ahora era su pareja, su novio.
 
-No debí dejarlo solo, debí ahorrar para un boleto de tren, o ir por el… 
 
Se quejaba como en una letanía, diciendo lo mismo cada instante, desde que su hermano había desaparecido en el camino, aunque se negaba a pensar en lo peor, que probablemente ya estaba muerto.
 
-Probablemente habrían desaparecido los dos. 
 
Pronunciaron a sus espaldas, el mismo sujeto de cabello verde, que abrió las puertas de su casa, para dejarle entrar, notando que se trataba de un albergue, uno clandestino, en donde fueron conducidos hasta una oficina, en donde se sentó, tras cerrar la puerta con llave.
 
-Se perdieron cien personas… se han perdido miles, pero en este viaje fueron cien personas, setenta de estas podrían ser encontradas en el basurero de ese condado, a unos cuantos metros, pero, no los buscaran, nadie dice nada… 
 
Minos llevó sus manos a su rostro, tratando de no llorar, al imaginarse que su pequeño hermano había sido asesinado, todo por su culpa, por decirle que ese lugar era seguro, cuando no lo era.
 
-Un amigo me dijo que conservaron a treinta, que eran los que estaban en condiciones de trabajar, a varios los vendieron en grupos, pero uno de ellos, el “hallazgo” lo vendieron por bastante dinero en una página de la red oscura llamada “Sombrerero”… 
 
En ese momento comenzó a llorar, cerrando los ojos con fuerza, apretando sus puños, sin comprender porque habían hecho eso, qué clase de monstruo lo haría, solo se trataba de un niño, buscando una forma de ganarse la vida, nunca se metía con nadie.
 
-Esta página se especializa en vender menores de edad a toda clase de clientela y tu hermano estaba limpio, era… inocente, no saben a quien lo vendieron, pero se que fue Saga Gemini, un hombre muy poderoso, un político supuestamente intachable.
 
Minos llevó su mano a su boca, sentado en esa silla, sintiendo los brazos de Aiacos tratar de reconfortarlo, escuchando los pasos del que esperaba pudiera brindarles ayuda, pero, parecía que nadie se preocupaba por su hermano menor.
 
-¿Para que me llamó entonces? ¿Si me diría esto? 
 
Minos grito, sosteniendo a Shion de la ropa, furioso, asustado, pensando sin siquiera desearlo por lo que estaba pasando su hermano, mordiéndose el labio, al saber que todo eso era culpa suya, su secuestro, su dolor. 
 
-¡Si dice que mi hermano está muerto o algo peor! 
 
Shion le sujetó de los brazos, para ayudarlo a sentarse, sabia que Minos esperaba escuchar alguna noticia que le diera paz, o esperanza, pero no había nada que pudiera hacer, su hermano menor estaba perdido en el sistema.
 
- Porque pienso que es mejor que sepas que paso con el, y no que simplemente desapareció.
 
Shion carecía de una forma de hacer justicia, pero al menos les daba comida y refugio a los que tocaban a su puerta, información a las pocas familias separadas, aunque esta no fuera para nada lo que esperaban escuchar, porque generalmente cuando ya sabían un nombre, estos habían muerto.
 
-Lo siento mucho… 
 
*****
 
Milo estaba polveando su nariz en uno de los baños del club nocturno a donde habían decidido seguir su reunión, Camus bebía un cóctel de un vaso largo, de color azul celeste, aún tenía la fotografía en su bolsillo, observandole fijamente, pensando cómo pedir lo que deseaba.
 
-Quiero unas vacaciones con todo pagado en compañía de Milo, por dos meses. 
 
Kanon le observo con una mueca divertida, preguntándose, como se suponía que podría tomar unas vacaciones, si tenía que revisar la mercancía, además, a el que le importaba todo eso. 
 
-Y quiero que tu lo pagues… además, que consigas a un médico que tome mi lugar esos dos meses, y le digas a Milo que debe realizar este viaje conmigo, ya que el siempre te escucha. 
 
Kanon prendió un cigarrillo, sin comprender a qué iba Camus con todo eso, que le hacía pensar que se había convertido en una alcancía o que conseguiría un doctor, y un reemplazo para Milo, quien, como siempre, le hacia mucho mas caso a el, que a su novio. 
 
-¿Porque haría algo como eso? 
 
Le pregunto, notando que Camus colocaba una fotografía en la mesa, en donde podía verse un joven de cabello blanco, ojos grises, era bonito, pero no como su rubio, así que esperaba que se suponía que trataba de decirle con eso.
 
-Esta fotografía estaba en la billetera de tu pequeña obsesión, puedo dártela, si tu me consigues todo eso. 
 
Kanon intentó sostener la fotografía, pero no pudo tocarla, ya que Camus la alejó de sus manos con una sonrisa burlona, bebiendo un poco más de su cóctel, esperando que el hermano de su jefe, el mejor amigo de su novio, comprendiera que podía destruir esa información, si no le daba lo que deseaba. 
 
-Tu puedes decirte que solo estas haciendo esto para joder a Saga, pero, yo se que no es así, algo en ese mocoso llamó tu atención, no se que fue, ni me importa, tampoco lo que hagas con él, yo solo quiero unas vacaciones en alguna isla paradisíaca, junto a mi escorpión, unas vacaciones como las que tu tomas cada año, quiero sentirme como un emperador… 
 
Kanon asintió, podía pagar eso y mucho mas, tenía suficiente dinero para dos o tres vidas de lujos insospechados, así que podía darle lo que deseaba, unas vacaciones con Milo, a cambio de esa fotografía. 
 
-Te conseguiré una tarjeta negra de mi banco, podrás hacer lo que desees y te cubriré dos meses, pero me darás esa fotografía. 
 
Camus le dio entonces la fotografía, porque a pesar de todo Kanon era un hombre de palabra, cumplía sus promesas, sin importar lo que le costara, así que le daría sus vacaciones, a cambio de más información de su pequeña obsesión.
 
-Espero no sea su novio… 
 
Susurro, algo molesto, escuchando entonces su risa, no era su novio, el chico era virgen, era una rareza en ese lugar, con la mala suerte que tenía, además, después de venderlo, era seguro que ya no seria virgen por ninguno de sus agujeros, si es que lo encontraban antes de que lo mataran. 
 
-A ti te da lo mismo, para este momento ya debió haber sido poseído de todas las formas posibles, aun así lo deseas. 
 
Eso era cierto, se dijo en silencio, pensando en quien podía ser el que diera con ese albino, debía saber quién era, cómo conocía a su pequeño rubio, esperando que no fuera su novio, tal vez su amigo, o su hermano, porque de ser su novio, lo mataría, como al bastardo que le dieron la victoria de su subasta. 
 
-Tienes razón, Camus, como siempre. 
 
*****
 
Kanon despertó pocas horas después, el agua estaba especialmente fría, pero no fue eso lo que le despertó, sino él, a quien empezaba a imaginar cómo su chico, hincándose delante suyo con la misma ropa con la cual se fue con Hades, ropa cómoda, que suponía olería a su colonia, la del dios de la muerte. 
 
-¿Qué estás haciendo aquí? 
 
Le preguntó, ofreciéndole una toalla mullida, que no sabía de dónde la había sacado su visitante, porque no era su chico, pero aun así la acepto, dejando que Radamanthys lo cubriera con ella, llevándolo a sus habitaciones. 
 
-Mi señor Hades me dejo salir temprano, está molesto, pero comprende que no estoy dispuesto a romper mi promesa. 
 
Su promesa, no entendió en un principio, observando la ropa que había en la cama, que era parecida a la que usaba Radamanthys en ese momento, ropa casual, cómoda, que tenía algunos nombres de grupos de rock grabados en su tela. 
 
-La noche aun es joven y me preguntaba si deseabas salir conmigo, divertirnos un poco, tu y yo, solos. 
 
No tenía porqué realizar esa pregunta, saldría con él a donde lo llevara, así que empezó a vestirse con la ropa seleccionada por su dragón, finalizando con una chamarra de cuero, que lo cubriría del frio. 
 
-¿Sabes manejar una motocicleta?
 
Le pregunto con unas llaves en sus manos, pero no lo sabía, no comprendía cómo utilizar una motocicleta ni nada del mundo moderno, del mundo exterior, así que se avergonzó, porque no supo qué responder al principio, observando como Radamanthys comprendía su temor. 
 
-No te preocupes, yo te enseñaré todo lo que quieras saber Kanon. 
 
Le respondió, rodeando su cuerpo para besar sus labios, gimiendo al sentir su sabor, su esencia, relamiendo sus labios, apartándose unos minutos para después, sonreírle, tomándolo de las manos, para llevarlo a donde dejo la motocicleta que había comprado a un sujeto con suerte. 
 
-Tu y yo tendremos una hermosa noche juntos, una hermosa cita. 
 
Susurro, Radamanthys, besando sus labios, subiendo en la motocicleta, para empezar su viaje en dirección de alguna zona donde podrían divertirse. 
 
-Vamonos Kanon. 
 
*****
 
Hola, espero que les haya gusto el capitulo, mañana como regalo de año nuevo, les daré una hermosa cita de Kanon y Radamanthys, pero... ¿Que desean leer? Muchas gracias por todo, por acompañarme este año, les deseo lo mejor y espero seguir contando con ustedes en el futuro. SeikenNJ. 
 

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).