Capítulo 3
-No puedo creer que estemos en marzo ya, y que Kaoru no demuestre sentimiento alguno por Coya a pesar de que suelen conversar durante mucho tiempo, practican y van juntos todos los días a casa, y que ya sabe el pequeño secreto de Coya (sobre sus gustos)- dice Miki a Kotarou su novio después de un mes de ver a su mejor amigo saliendo con el chico que le gusta sin avance alguno.
Su frustración solo aumentó cuando Kaoru se enteró de la orientación sexual de Coya por obra y gracia de la pequeña chica y no pasó nada.
-Es tiempo de poner en marcha el plan “celos prenupciales”; Kotarou dime, ¿Cuáles son los mayores atractivos de Kaoru?-
El chico la mira con una sonrisa un poco burlona y le dice:
-Deberías preguntarle eso a una chica, supongo que es porque es alto, tiene un buen estilo de peinado y tiene ojos muy negros,… deberías dejar que Coya se defienda solo por un tiempo pareces una madre casamentera; concéntrate un poco más en nuestra relación al menos por hoy.-
Dichas palabras hicieron reflexionar a Miki, como cinco segundos a lo cual respondió
-Está bien, hoy seremos solo nosotros y mañana le presentaré un amigo a Coya-.
Mientras caminaban hacia sus casas Kotarou pensaba que tenía una novia sumamente extraña, pero tal vez es eso lo que más le guste de ella.
Por otro lado, Coya admiraba la belleza del atardecer al lado de Kaoru mientras caminaban a casa, todavía estaba muy avergonzado pues no podía creer que el capitán siguiera a su lado después de saber que le interesa el sexo masculino.
-“¿Te gusta un chico? ¿Es alguien a quien conozco? No, mejor no me digas”- fue lo único que preguntó al respecto ruborizándose hasta el tope y era todavía más evidente con su piel tan blanca.
“Al menos no me odia o rechaza supongo que ser amigos no está mal al menos puedo estar cerca de él”; pensaba Coya mientras sin darse cuenta sostenía el brazo de Kaoru con una mirada un tanto ansiosa.
Kaoru empezaba a entender que no era lástima o pena lo que sentía por el tímido muchacho que tenía a su lado.
-¿Recuerdas esa vez hace tres años en la piscina del colegio?- pregunta Kaoru
-¿La vez que Miki me lanzó un balón de futbol y casi me ahogo? Algo, ahora es un recuerdo algo cómico, soy un chico bastante débil ¿no?, ni siquiera recuerdo a la persona que me salvó-
En ese momento el capitán tragó un poco de saliva pues él sabía muy bien quien fue el salvador de ese día pero no se atrevería a decirlo puesto que lo tomó en sus brazos como una princesa y le dio respiración de boca a boca, sería vergonzoso para él confesar su beso indirecto.
–Sí, desde ese día Miki ha sido más apegada a mí, supongo que siente la necesidad de cuidarme; aunque últimamente no la he visto debe estar muy ocupada con su novio, jejeje.-
Dijo Coya mirando a Kaoru, mientras este con una actitud muy seria pensaba “seguramente esa chica debe estar tramando algo extraño, ¡tú eres un chico demasiado lindo es tu culpa que tu amiga sea tan rara!, sin embargo también me haces sentir diferente últimamente”.
Al llegar a la mitad del camino, coya tropezó fuertemente con una roca para su buena suerte Kaoru siempre fuerte y ágil pudo atraparlo a tiempo, ¿Qué podrían hacer ambos con esta oportunidad?, Coya acercó su rostro en señal de que esperaba un beso, Kaoru lo sostuvo con firmeza en señal de que no podría escapar aunque quisiera. Sus labios por fin se unirían sellando una nueva relación, el capitán podía sentir la débil respiración y los nervios de Coya, definitivamente era el momento, de ser honesto consigo mismo y admitir cuanto deseaba poseer a este pequeño, así que sus labios estaban listos para unirse y…
-¡KAORU!, por fin te encuentro, los miembros del concejo escolar te están buscando, debemos definir los candidatos para tu remplazo como representante, ah, hola Coya ¿Estás enfermo?- pregunta la estudiante número uno y probablemente la chica más popular del colegio “Nadeki”.
Coya, separándose lentamente de Kaoru le responde
–No, es solo que me sentí mareado y el capitán me estaba ayudando, pero espera ¿quieres retirarte del consejo? ¿Por qué?-
Nuevamente sonrojado contesta- Es solo que no tengo mucho tiempo para mí con las prácticas y el concejo. Lo lamento Coya, debo acompañar a Nadeki, probablemente sea ella quien me reemplace, es realmente tenaz, responsable y me da un poco de miedo cuando se enoja con migo-
– Está bien, nos vemos- dijo Coya mientras esta fabulosa chica se lo llevaba del brazo.
“Parecen una bonita pareja” pensó mientras sus ojos se volvían rojos insinuando llanto.
Nadeki siguió caminando y Kaoru regresó en un instante, lo sostuvo entre sus brazos y lo besó hasta que esa lágrima por fin rodó por la mejilla de Coya,
-Si vas a llorar es mejor que sea de felicidad, nuevamente me haces perder el control, pero ¿sabes? ninguna otra persona me gusta como tú en este momento, y no me importa si te gusta alguien más, quiero estar contigo. Mañana tendremos una cita adecuada, ¡adiós!-
Cuando se alejaban, Coya sentía que se desmayaría de nuevo pero no podría dejar de mirarlo a la distancia además se percató de que en esta ocasión Kaoru no se enrojeció al confesarse
-¿hablaría en serio?- se dijo a sí mismo-, y si es así eso significa que mañana tendremos… ¡una cita!; es más de lo que puedo procesar en un día mejor voy a descansar-
Esa noche había tres personas esperando ansiosamente el día de mañana, dos de ellas para reunirse con alguien y una para dar una inesperada sorpresa.