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Mi amor hacia a ti. por Playbooks

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Notas del capitulo:

Muchas por leer, y disculpen alguna mala ortografía.

Ya era de día. La luz del sol atravesaba la carpa y nos acobijaba del calor de la madrugada. Me di la vuelta algo adolorido ya que de igual forma podía sentir el suelo duro, y ahí estaba. Sonreí y de inmediato mi corazón se cargó de alegría, subía y subía la alegría, la emoción de amanecer junto a él. Tenía la boca entreabierta, su cabello desordenado y en su frente, tenía su mano derecha en su brazo izquierdo, y su mano izquierda estaba en ese espacio donde nos dividía, quise tocar su mano pero temí despertarlo, asustarlo y que me rechazara, así que escondí mis manos mientras seguía mirándolo sonriente. Se veía tan hermoso, y yo, pues tenía baba en todo el suelo, y creo que tenía algo de sangre en mi boca, y un muy mal aliento, no quería que me viera así, entonces me levante con cuidado y vi que eran las seis de la mañana en el reloj que deje en un tronco, y que cuya alarma suficientemente fuerte sonaría a las siete en punto para todos. Era un buen amanecer. Los pájaros cantaban, los rayos del sol cálidos estaban, me gustaba estar, es tan tranquilo.


-¡AAAHHHH!


O así lo era. El grito de Parkinson despertó a todos, incluso a mi bello durmiente, se veía tan lindo desordenado y con su pijama negra, se veía hermoso.


-¡AAAAHHH!


Pero Parkinson no me dejaba contemplarlo. Todos fueron a verla y ella estaba corriendo hacia abajo donde estábamos notros con sus manos aleteando y cerrando los ojos, no creo que haya visto hacia donde iba porque la muy bruta choco conmigo.


-¡¿Parkinson estas bien?!


¿Y yo que o qué? Mi amado ni me miro, solo recogía a esa loca.


-¡¿Qué te pasa?! ¡Ya cállate, deja de gritar, pareces loca!


Le grite mientras Draco la sostenía de los hombros, y Parvati le decía que abriera los ojos, y yo me limpiaba la tierra que tenía en toda mi ropa, los únicos que se reían eran los otros amigos de Draco Vincent Crable y Greogry Goyle, era chistoso, sí, pero no estaba de humor porque quería que Draco me viera a mí, a mí me empujaron no a ella.


-Cálmense todos. Parkinson, abre los ojos, vamos, abre los ojos, todo está bien. Eso.


El profesor Lupin tiene esa voz de miel que puede persuadir a cualquier ser humano, incluso hasta a un asesino si fuera el caso. Parkinson abrió los ojos verdes enormes y se pegó a Draco que le acariciaba su cabeza de hongo negro.


-¿Qué paso? ¿Por qué gritabas?


Todos hicimos las mismas preguntas que el profesor Snape y la miramos como ella tomaba aire para relatar lo que le paso.


-Estaba… quería hacer mis necesidades… y pues…. Tome el balde y… ay… cuando termine, me di cuenta que me faltaba mi reloj, y… fue horrible… no estaba y… comencé a buscarlo y…. lo encontré… ay fue asqueroso profesor, era asqueroso, creo que ni animal era. Era una cosa negra, cola pequeña, tenía boca de pato, pelaje negro, y ojos negros separados, patas de con uñas afiladas, fue tan rápido, no pude ni atraparlo. Pero eso no fue lo raro, lo raro fue que…


-¿Qué fue lo raro?


Lavender como muchos se le habían acercado como las vecinas chismosas que se sientan afuera a mirar todo.


-Que… metió mi reloj… en su pansa.


-¡Ay ¿es enserio?!


-¡Weasley!


-¿Qué profesor Lupin? Es falso. Seguramente tenías mucho sueño y lo que se llevó tu collar…


-Reloj…


-Como sea, habrá sido una rata, eso paso, no seas tan dramática.


-Se mas empático, Weasley.


El Weasley de la voz de mí amado salió más enfático, dejándome en claro que al parecer no quería llamarme por mi nombre, ¿será por esto? Sería una estupidez.


-Lo siento, no debí decirte eso.


-Está bien.


Tenía que disculparme, aunque no me saliera del corazón pues la disculpa iba más para Draco que para ella, así que igual contaba, creo. Pues la cosa fue que ella se calmó, y pensó que tenía razón, que quizás si fuera una rata, y al darse cuenta de eso pues vomito todo lo que comió a noche, el olor, uf, eso fue asqueroso, pero sorprendentemente Hermione la ayudo a calmarse y vigilarla por si se ponía mal. Luego cada uno se fue a vestir y tras esto les di tareas si o si, nada de premios y esas cosas, un grupo en cocinar los fideos, otro en armar el fuego para cocinar esos fideos, otros conseguir agua del rio y colarla para que no hubiera piedras, otros picar las verduras, otros hacer la salsa, otros exprimían naranja que se encontraron en un árbol ayer en la noche mientras buscaban al profesor y a Luna que se me acerco mientras estaba con la moledora de choclo.


-Hola, Ron.


-Hola, Luna.


No podía mirarla, solo podía oírla pero en parte no quería oírla, es que me viene con cada cosa.


-Oye, ¿así que están más cercano tú y Draco?


La mire de reojo y vi que tenía esa sonrisilla diminuta que como si fuera blanca paloma que no era.


-Pues… si… o sea… no… solo… nos estamos acercando.


Me dificultaba un poco hablar y poder decir algo coherente, aunque la pregunta de ella fue normal y yo no sabía que responder ya que pensándola bien, Draco y yo seguimos en nada, estamos cada uno al otro extremo del mar que nos separa.


-Ah… yo pensé que ya se habían besado o algo así, la tensión sexual entre ustedes es muy fuerte.


-¡Mierda!


¡¿Qué dijo que cosa dijo?! No podía creer lo que dijo, o sea, sé que soy algo notorio con mis emociones, prácticamente se me nota todo en mi cara cuando me enojo, hago gestos, gestos de desprecio, de asco, de alegría, soy muy notorio, ¿pero tensión sexual? ¿Entre ambos? ¿O sea que Draco tiene tensión sexual conmigo? ¿Cuándo? ¿Cómo? No entendía nada, tampoco porque tenía tanta sangre en mis dedos, creo que me voy a desmayar.


-No se desmayes Weasley, deja de ser tan dramático, solo es sangre.


-Es mucha sangre…


Mi voz temblante solo fue una palanca para mi vomito premeditado, ya sabía que iba a pasar. Sangre, mas asco, mas mareos, mas nervios de que Draco me esté mirando, es igual a vómito, si yo digo, soy un desastre en vida.


-Ya, ya, solo son algunos cortes.


-¿Algunos cortes, Lupin? Creo que vi un pedazo de uña afuera de su dedo.


-Shhuu.


No importaba que el profesor Lupin callara al profesor Black que fue golpeado en la nuca por el profesor Snape, ya escuche, y lo siento, de verdad siento que no tengo uña en el dedo índice, me voy a desmayar.


-¡Que no se desmayes Weasley! ¡Que alguien limpie el vómito, y ni se le ocurra vomitar Parkinson!


Todo fue un desastre. Resulta que la uña solo era un pedazo de choclo botado, nada grave, exagere las cosas y en verdad no era mucha sangre, tuve que repetírmelo muchas veces cuando miraba mis tres dedos de al medio vendados, que dolor.


-Bueno. Ya paro la sangre, y quizás sería lo mejor que no toque nada por ahora.


El profesor Lupin fue el único que se quedó conmigo luego de vendarme los dedos ya que los otros fueron a supervisar algunos de los chicos que se estaban yendo a otra parte.


-Puedo cortar, ¿o no?


-Mmmm, no creo, tendrías que a sujetar los vegetales y tus dedos no están aptos para nada, será mejor que solo… guíes, guía a los que crees que están haciendo algo o mal o algo así.


-Pero…


-No, Weasley, deben de doler sus dedos, no hagamos que no. Ahora ve y trate de guiar a los demás.


Yo no sirvo para guiar. No tengo ese liderazgo natural como lo tiene Harry, solo digo ideas y ya, si bien es cierto que yo organice las tareas  y es porque sé que me tienen que obedecer, pero si no fuera por eso nadie me haría caso, por eso los premios, no soy tonto, sé que nadie me hará caso, yo soy parte de los corderitos que siguen a cualquier lado al pastor.


Vi como algunos ya tenían todo arreglado, nadie me necesitaba hasta ver a mi amado, supuestamente los padres tenían que ayudarnos, no sentarse alejado en una silla mirando todo, y eso lo estaba haciendo el señor Malfoy que miraba fijamente a Draco que  picaba lentamente un pedazo de pimentón.


-¿Te ayudo?


-¿Eh?-Me miró fijamente y sus ojos parecían púas que me atravesaban todo mi cuerpo creando una electricidad agradable y estremecedora por todo mi cuerpo.- No, gracias.


Yo solo me encogí de hombros hasta ver que le costaba cortar la cebolla, de por si la cebolla se puede cortar de dos formas para partirlas, pero como es dura cuesta un poco más si el cuchillo no tenía el filo, como en su caso. Lo vi tan concentrado en partir esa gran cebolla que me dio ternura, y la ternura me dio risa.


-¿De qué te ríes?


-Ah… no, no quise burlarme, solo… me dio ternura.


Solo resoplo y volvió hacerlo pero como tratando de hacerlo más rápido, más o menos rápido igual le costaba, pero cuando ya lo tuvo cortada quedo mirando la cebolla unos segundos.


-¿Qué cortes quieres?


-¿Qué?


-Corte, ¿Cuál quieres? ¿Qué vas hacer con la cebolla?


-Este… tomate con cebolla, pero en tiras, largas…


-Ah, entonces es en pluma. Tienes que darle vuelta a la cebolla, y de lado vas cortando finamente desde abajo hacia arriba, deja que el cuchillo vuele solo.


-¿Vuele solo?


-Ah sí, mi madre dice eso, que es como un pincel pero afilado. Inténtalo.


Draco lo hizo a la primera, aunque le costó un poco pero luego el cuchillo hacia su inercia y yo simplemente lo contemplaba lo concentrado que estaba.


-¿Qué quieres Weasley?


-¿Qué?


-Me miras mucho, ¿Qué quieres?


Pues a ti.


-Eh… nada, nada, solo te miraba, ¿y que te gusta comer?


-¿Qué?


-Sí, que te gusta comer, de ensaladas, postres, esas cosas.


-¿Para qué quieres saber?


-Bueno… pensé que nos íbamos acercar más…


-¿Hablando de comida? ¿Qué no tienes cosas más interesante de que hablar o es que eres limitado en ese ámbito?


Auch. Eso dolió, si es cierto, no tengo mucho tema de conversación como muchos lo tienen, pero tengo la concentración para escuchar a los demás, él pudo simplemente responderme y yo escucharlo, no tenía que ser de ese tipo.


-¿Por qué eres así? Me dijiste que lo intentarías esta semana en tratar de hacer mi amigo pero ya empezaste a tratarme mal.


Solo suspire cansado mientras ideaba que más hacer para acercarme a él. Siempre supe que sería difícil así que no me sorprendía tanto que me respondiera en ese tono. Me encerré en la carpa viendo los planes de esta semana, el último día sería mucho más tranquilo, sería un momento para conocernos así que será algo empalagoso ese día. Pero lo de hoy día seria escalar otra vez los árboles, pero solo por mera entretención, luego poner dos cuerdas de un árbol al otro extremo para pasar la cuerda como equilibristas de una altura considerable con un arnés que me dieron mis hermanos Fred y George del circo, luego jugaríamos juegos didácticos, o sea la pinta, la escondida, el reto de encontrar la banderita, las quemadas, durante mucho rato para agotarlos a todos, y en la anochecer jugaríamos a las cartas, y al otro día más y eso, hasta… el sábado en la noche, volveré a sacar las cartas pero cuando los profesores no estén, sacare un trago que tengo bien guardado para esa noche, haremos un sinfín de juegos que hare que vomiten todos al mismo tiempo, ya verán.


Cuando ya era la hora de almorzar guarde el cuaderno donde tenía anotado todo y  justo cuando iba a salir Draco entro su cabeza chocando nuestras frentes.


-Ay…


-Lo siento…


No supe porque pedí disculpas pero fue más costumbre que por culpa.


-AGh… hola, ¿Cómo sigues con tus dedos?


Ah, se preocupa por mí, es están lindo.


-¿Ron? Oye, contéstame.


-Ah sí… eh bien.


Pues mal, el dolor de mis dedos se fue a toda mi mano, me dolía toda mi mano como si muchas personas hubiesen caminado sobre ella, pero sabía que si lo decía me mandarían a casa y todo esto se iría al caño.


-Bien, es solo un dolorcito.


-Oh bien… oye… ya vamos almorzar.


-Bien.


Le sonreí feliz de que me hablara, me está hablando porque le nace, y estaba más que contento por ese gran pequeño comienzo. Cuando salí de la carpa vi que ya estaba puesta la mesa alargada, el mantel celeste y los platos repletos de comida, me iba a sentar por ahí hasta que escuche su melódica voz atrás mío.


-Lo siento.


-¿Eh?


-Lo siento por lo que te dije. Tienes razón, yo dije que intentaríamos ser amigos y yo fui grosero, debo poner de mi parte también para hacer amigos.


Y próximamente novios, pero no voy a presionarlo. Solo asentí y le sonreí, es que no puedo estar más feliz sabiendo que él quería seguir con este intento para derribar toda rivalidad sin sentido.


-Claro, está bien, no importa. Vamos a sentarnos.


Nos sentamos juntos, ¡juntos! No podía creerlo. No paraba de sonreír como estúpido. Cuando me senté a su lado podía sentirlo, podía sentir el calor de su cuerpo en mi brazo derecho, como también podía sentir toda mi mano adolorida, me estaba preocupando mucho por la mano, el dolor se volvía de a poco más fuerte y no sabía si era buena señal, o si simplemente es un hinchazón o algo así, solo esperaba que nadie lo notara, no quería fastidiar. No hablamos mucho en realidad, más bien le preguntaba si le gustaba, si no le gustaba, y el simplemente respondía con palabras cortas, pero aun así, me sentía feliz que se diera la oportunidad de acercarse un poco a mí.


Sé que es apresurado, que durante años jamás hemos hablado sino más bien gritado uno al otro. Pero quería de todas formas que fuera diferente este año. Faltaba este mes y el otro para que acaben las clases, y cuando se acaben cada uno tendrá que ir a una universidad, esta Gryffindor, ahí estudiaron la gran mayoría de mi familia por becas, luego Slytherin, Hufflepuff, y Ravenclaw, son las más conocidas de todo el pueblo. Pero también esta IIvermony cuyas casas de fraternidades como Wampus Trait son fraternidades bien respetadas y reconocidas por casi toda Inglaterra, y esa universidad está en la gran ciudad Avada Kedavra. Y temo, que Draco vaya halla, es una de las mejores de verdad, es casi imposible que no vaya, y si va nunca podre saber si pudimos no pudimos ser amigos, estaré con esa incertidumbre y sufriré por no haber ni si quiera intentado. No soy un cobarde y por eso lo intento, no importa que quede tan poco tiempo, por lo menos sentiré que podríamos ser amigos.


-Bien chicos, reposen un rato la comida y luego Weasley les dará sus actividades, y no teman perderse, ahora tenemos a un gran guía aquí.


El profesor Black señalo sonriente y creo que aliviado a Hagrid, él es un gran hombre, con un gran corazón, tanto que cuando los padres y los profesores (a excepción de Malfoy) le pidieron que se quedara el solo se rio y dijo que no había necesidad de pedirlo,  que lo haría con gusto. En parte estábamos tranquilos, pero sabíamos que no debíamos abusar de su bondad. Cuando pasaron algunos minutos les dije que íbamos a escalar pero esta vez con una escalera de cuerda que traje desde mi casa. Es de todos mis hermanos ya que lo ponemos afuera de nuestra casa para limpiar las ventanas de afuera que no se pueden abrir bien. Es grande, tiene casi tres pisos, digo casi porque el cuarto está a medio construir, no estamos seguros de hacerlo ya que la casa sigue tambaleándose, no sabremos cuanto durara. Los chicos preguntaron si era en grupo pero no lo era, trataba de que no se dividieran tanto para hacer el curso más como un grupo, pero quienes escalaban más rápido se ganaría la opción de no lavar todos esos platos que dejaron para lavar, así que en resumen los chicos escalaban como si se fuera acabar el mundo.


-¿Por qué a nadie le gusta lavar los platos?


Draco me está hablando, ¡me está hablando por su propia cuenta! De acuerdo, respira y bota aire, respira y bota aire, ¿Cómo se dice en otras palabras? ¿Exhala he inhala? O ¿inhala y exhala?


-¿Es exhala o inhala?


-¿Qué dijiste?


Lo pregunte en voz alta, que imbécil.


-Eh… pues eso…


-Este… inhala y exhala, ¿por?


-Nada, no nada, eh… bueno… es agotador lavar, ¿a ti te gusta?


-No me molesta hacer las cosas que normalmente hacen los demás.


-¿Lo que normalmente hacemos?


-Exacto. En mi caso siempre me hacen todo, todo lo hacen y yo simplemente… no hago nada.


No sé por qué sentí que su comentario era algo triste, como si no fuera genial que te hicieran las cosas.


-Pero vamos, es genial que te hagan todo, la comida, que te limpien la ropa, o que te hagan la habitación, oh, eso sería asombroso.


-Tú no entiendes nada.


Su susurro me dolió. Me dejo solo para irse a escalar y yo me quede con ese sabor amargo. No entiendo. No lo entiendo, si no lo entiendo menos nos acercaremos. Yo en verdad no veo nada de malo que te hagan todas las cosas.


-Es porque no estás en sus zapatos.


-¡Luna, mierda!


Algún día me dará un ataque de corazón esta chica.


-Tú nunca te has sentido inservible, que no te dejan hacer las cosas más simples porque las puedes hacer mal. Y si te ofreces hacerlo eres raro o eres estúpido. También está el hecho de que al servirle está demostrando que él tiene que mostrar liderazgo y control en los demás que quizás no quiere tener. Tú dices que lavar platos es agotador, y eso es porque tu madre te obliga hacerlo, pero no lo hace porque si, lo hace para enseñarte labores que te hacen útil en tu casa, te hace hacer unos de los actos de limpieza más antiguo del mundo que en cierto punto transmite tranquilidad. Pero para aquellos no lavan, es un área curioso, es solo lavar platos, ¿entonces porque no le dejan hacer algo tan simple?


-¿Ah?


-¡Me toca!


Me costó como tres minutos mientras veía a Luna a escalar analizar todo lo que dijo. No entendía mucho, creo que hasta es algo exagerado sentirse inservible por no lavar unos simples platos… oh… ya veo.


-¡Bien, esta es la última ronda, tendrá solo dos minutos para escalar ese árbol!


-¡¿Dos?!


Todos gritaron cuando vieron al gran árbol un poco más alejado, diría que estaba casi al centro. Nos costó escalar el árbol, la escalera no era tan alta como para abarcar todo el tronco, pero hasta donde pudimos era hasta donde deberían llegar, yo ya sabía qué hacer.


-Ron, es muy alto, no alcanzaremos llegar hasta arriba dos minutos.


Seamus era el único quejón que habla por todo el curso.


-Si podrán, no sean dramáticos. La escalera no toma todo el árbol, así que solo tienen que llegar al final de la escalera.


-Pero es casi igual de larga.


-Ni tanto.


Si era largo, pero no me importa. Hice que hiciera una fila y deje de último a Draco. Todos habían perdido claramente, todos creían que iban a lavar los platos, hasta que llego mi amado. El apenas un puso un pie ahí escalo extremadamente rápido como una araña en tu telaraña, era tan ágil que pensé que saldría saltando desde ahí arriba y aterrizaría. Cuando termino, resulto que si hizo dos minutos, todos quedaron boca abiertos menos yo, él es bueno en todo lo que hace.


-¿Así que gane?-


-¿Nosotros lavaremos los platos? Ay no.


Dean ya se estaba quejando y casi pataleando como un niño pequeño al creer eso. Vi como Draco suspiraba y negaba con la cabeza al mirar su berrinche, y yo solo me reí.


-¿De qué te ríes, Ron?


-Yo en ningún momento dije que si llegan a los dos minutos ganarían a no lavar los platos.


Todos se quedaron callados cuando dije eso. Es cierto, nunca lo dije, solo que escalaran hasta allá dos minutos, no dije que ganaban.


-Quien haría los dos minutos, seria quien lavara todos los platos del campamento durante lo que resta de la semana.


Todos gritaron como locos menos Draco quien me miraba como serio, ¿él quería esto o no? Mierda, ¿ahora que hice?


-Oye, igual creo que es mucho una semana que Draco este lavando los platos de todos. Los profesores no te dejaran hacerlo.


No me importaba lo que tanto decía Hermione, solo miraba a Draco que parecía ausente y de repente dio una leve sonrisa, fue tan pequeña que desapareció con mi suspiro.


-No tengo problema. Y si los profesores se oponen yo lo me lo arreglo.


Todos lo aceptaron diciéndole a Draco que si se cansaba que solo lo diga y podían ayudar, pero solo eran palabras que no se comparaban con ese brillitos en los ojitos de Draco cuando vio todos esos platos en la mesa alargada que eran pedazos de tabla que traíamos de la escuela para armar como mesas.


-¿Dónde lavare?


-En un barreño echaras toda el agua, más detergente y dejaras los platos en la bolsa donde los trajeron.


-Bien.


-Quítate el suéter para que no te mojes.


-No, estoy bien.


Se arrodillo dándome la espalda mientras agarraba el balde metálico y lo llevaba para llenarlo de agua.


-Te ayudo. Te será pesado cuando lo llenes.


Fuimos juntos con cado uno a cada extremo. Era tan extraño esta cercanía pero tan agradable poder hablar con él sin sentir que iba a tartamudear. Cuando lo llenamos hizo todo que le dije pero de una manera lenta, muy lenta.


-Te vas a demorar, en unos minutos iremos hacer otra actividad.


-Oh… pero es agradable hacerlo así. Me relaja.


Solo suspire viendo como lentamente sacaba el plato, lo envolvía lentamente de espuma, lo volvía a meter y lentamente con otra esponja sin detergente lo enjuagaba, y como lo secaba circularmente el plato. Me desesperaba un poco verlo tan lento, y eso es porque cuando me mandaban a lavar lo lavo como un maldito flash para que no venga otra persona y me deje otro plato sucio. Así que me arrodille ante él y comencé hacer lo mío.


-¿Por qué me ayudas?


-Es que lo haces algo lento.


-Pero me gusta. Relájate, no perderás nada nuevo.


Su sonrisa mientras lavaba me relajo. Lavar me relajo. Verlo lavar me relajo. Al final terminamos sentados lavando con tranquilidad los platos. Escuchaba los pájaros cantar, el sonido de las hojas que se rozaban con el suave viento, la luz del sol atravesándolas, el sonido de los chicos paseando por el bosque y los profesores llegando de haber traído más leña con Hagrid que llevaba todo.


-¿Todavía siguen? Eso sí que es paciencia, como yo con estas leñas.


-Draco, ya déjalo. Ni si quiera sirves para eso, ¿ves? Ya te lo dije. Deja que ese Weasley termine. 


‘’Ese Weasley’’ me sonó tan déspota que casi estuve por lanzarle el plato seco a su duro rostro, pero respire profundo y guardando todo el drama Weasley hacia adentro.


-Padre…


-Deja eso.


-Su hijo lo está haciendo bien. Yo le dije que lo hiciera más lento ya que no tenemos nada que hacer. Y aparte Draco perdió en escalar, y el limpiara los platos durante esta semana.


-Ningún Malfoy lavara los platos de alguien como ustedes.


-¿Cómo nosotros? ¿Qué somos nosotros?


Ya me había levantado alterado enfrentado a Malfoy padre. Me sorprendió mucho su manera de hablar sobre nosotros. Somos los compañeros de su hijo, creo que deberíamos de tener mínimo respeto, más aun que algunos de los padres de mis compañeros van a verlo en la iglesia, no sé si es estúpido o se cree lo suficiente como para creer que aunque humille no significa que lo dejen de seguir.


-Ya basta Malfoy. Dejemos que los chicos terminen con sus deberes y luego haremos las siguientes actividades. Sigan chicos.


El profesor Lupin tenía una voz tan suave que hasta a mí me hipnotizaba a veces, pero no estaba a la altura de mi Draco que suspiro y volvió a sentar con ligeros temblones en la mano que sujetaba los platos.


-¿Qué te pasa?


-Nada… no es nada…


Me estaba preocupando su voz temblorosa y su mano que veía que sujetaba débilmente los platos. Ya no parecía sereno en lavar los platos, ya no parecía ser feliz, entonces no sé porque, comencé a tararear una canción muy vergonzosamente antigua que es la canción ‘’La bohemia’’ hay muchas versiones, pero todas tienen la misma hermosa letra, la misma entonación y es tan hermosa, es tan tranquila tararearla, que no me di cuenta que cuando habíamos terminado.


-Linda canción, ¿Cuál es?


Casi me reí de felicidad de que me preguntara la canción que me gusta, que me hablara, me hacía feliz verlo sonreír.


-La bohemia.


-Mmmm, era una cultura de vida al parecer.


-Sí.


Le respondí sonriente mientras cerraba la bolsa con los platos adentro y sin darnos cuenta comenzamos a caminar hacia el grupo de chicos que se habían formado en el rio mojándose sus pies.


-Mi padre siempre nos cuenta esa historia de mis abuelos que vivían de esa forma.


-¿Enserio?


-Sí. Ellos eran pobres pero tenían una vida apasionada por el teatro, la música y las pinturas. Mi padre decía que cuando el nació su vida seguía igual de bohemia, a veces lo llevaban a algunas casas a tomar café, tocar música, hablaban y hablaban y decía que no entendía nada, pero todo se sentía tan acogedor y libre. Con el tiempo mis abuelos comenzaron a ponerse serios, vino la crisis económica y pues tuvieron que dejar esa vida.


-Yo pensé que ustedes seguían llevándola.


-Pues sí. No tanto como antes pero sí. ¿Te gustaría cuando termináramos las clases ir a mi casa a escuchar a mis hermanos tocar música? Yo se cantar un poco.


-Ah… no. Mi padre dice que los bohemios no son más que gente pobre que lo disimula con música cuyos instrumentos debieron haber sido caros, por lo tanto gastaron dinero innecesariamente, que son personas que pasan hambres y que cuando se acaba la fiesta se amargan.


Maldito futuro suegro amargado


-Claro que no. La fiesta sigue siempre, hay veces que no dormimos por tanto de tocar música y hablar de cualquier cosa. O en el caso de mis padres cuando invitan a sus amigos y uf, ellos sí que hablan de cosas que no entiendo, dramaturgos, obras nuevas, obras antiguas, recitan frases de grandes obras que ya han actuado. No son simplemente pobres. Son gente culta que saben de arte y son felices con solo saber.


-No lo había visto de esa forma.


-¿Y entonces?


-¿Qué?


-¿Quieres ir a mi casa en las vacaciones de verano?


-Ron… recién nos estamos conociendo. Dame tiempo.


Paso de largo hacia los chicos y yo suspire por estúpido. Tenía razón, tengo que esperar. Hicimos algunos juegos, las escondidas lo cual no fue nada fácil ya que muchos se habían escondido atrás de Hagrid y todos decían que era trampa, luego hicimos de las cuerdas para pasar por ella, fue chistoso ver como muchos se reían de los nervios, Draco fue el único que paso sin problema y todos le tiraban ánimos a él, luego se tuvo que acabar abruptamente porque Goyle rompió la cuerda al subir y bajar como forma de juego, muchas veces le dije que dejara de hacerlo pero parecía no querer escuchar hasta que se calló.


-¡Vamos Goyle, me faltaba a mí!


Todos nos reímos de Seamus y seguimos con un último juego para luego tomar once que era buscar la banderita. Les dije que me esperaran adentro de las carpas mientras que con Hagrid buscábamos donde esconder el cofre con algo de dinero y una bolsa de malvavisco con chocolate adentro.


-Ya sé dónde esconderlo.


Solo yo sabía dónde estaría. El bosque estaba conectado a una pradera muy lejos, donde hay un árbol cubierto por la maleza floreada que se conoce como sauco, es tan hermoso, mide como diez u once metros y tiene flores blancas, es perfecto para estar ahí abajo y descansar de un largo día. Yo vengo aquí porque me queda más o menos cerca de casa, paso entre medio de dos montañas para llegar, es perfecto. Paramos a mitad del camino, ya que no quería que Hagrid viera hacia donde iba, y si lo hacía, estaba seguro que le diría a cualquiera quien le preguntase más de dos veces, es fácil de sacarle cualquier información, es pésimo guardando secretos.


-Bien, Hagrid, les dirás que me tienen que encontrar a mí, quien porta el cofre, les dirás una pista que: ‘’El sol atraviesa dos rocas, que ni viento y ni lluvia las bota, y debajo de una varita de sauco es quien porta la victoria con cofre de oro endulzado’’, simple.


-Excelente Ron. Estas haciendo un buen trabajo.


-Ya, ya, ya, no me halagas tanto o me subirás más el ego que ya tengo. Anda ve.


Estaba feliz con mi idea, solo deseaba que me encontrara Draco pero puede ser cualquiera en verdad. Este era el lugar al que quería llevar a Draco. Aquí fue donde supuestamente fallecieron esas dos personas, donde aquí se cumplen todos los deseos, y el que más quería ahora era que Draco correspondiera mis sentimientos tan fuertes como los míos, que me encontrara y que se aliviara mi dolor de mano. Estaba preocupado de que si seguía el dolor no me dejarían quedarme lo que restaba de la semana y no quería eso, solo esperaba que todo pasara, si todo pasa, todo está bien. Como este suave sueño que me envolvía con el calor del sol atravesando las hojas del este árbol que acunaba mi cuerpo, solo espero que no me despierten abruptamente.


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En un campamento estudiantil, había llegado un robusto hombre sonriente cuyos dientes tapaba su barba. Estaba feliz de que el hijo de uno de sus amigos se volviera alguien más creativo y capaz de organizar las cosas como su amigo Harry Potter. Ron era distinto, era divertido, era sociable, era un chico puro a su parecer, pero veía con claridad la poca fe que se tenía a el mismo, siempre quiso que Ron tuviera esa confianza que de Harry, y ahora podía verlo y nada más le hacía más feliz que eso.


-¡Chicos, chicos, salgan!


Llamo a los pequeños niños que salieron como conejos en su cueva mirando con respeto y cariño al gran hombre.


-¿Y Ron?


-Pues eso vengo a decirles. Él es quien lleva el cofre, y quien lo encuentre se llevara los regalos que hay adentro. Recuerden trabajar en equipo, y respetar la naturaleza…


-Al grano, Hagrid, vamos, ¿Qué pista tenemos?


-Ah sí… la pista…


Oh demonios pensó Hagid, se había olvidado algunas partes de lo que dijo, estaba tan feliz que se le olvido memorizarlo, trato y trato y no logro mucho, sino que logro conectar palabras que no habían salido de la boca de joven debajo del árbol.


-Eh… este sí, era algo así… entre dos cuevas pasa el sol, no se corren ni se mojan, y algo de… de la varita de sauce está el tesoro y los trofeos.


Claramente era un evidente resumen mal hecho de lo que en verdad le dijo el pequeño pecoso, solo que el gran hombre con un gran corazón de bondad no sabía. Tampoco supo la extrañeza de los rostros de los pequeños que lo miraban, principalmente uno cuyo cabello platinado danzaba con ligero viento que aparecía, y que encontró que la pista era muy básico. Solo que dos cuevas donde entremedio atraviesa el sol era difícil de ver, también un árbol de sauce, eso nunca lo había visto por el bosque, no sabían por dónde empezar. Se dividieron por dos grupos mixtos y se fueron con profesores a buscar a Ron que plácidamente dormitaba debajo del árbol que lo acobijaba y lo trasportaba a un hermoso sueño. Aquel sueño donde se envolvía en una tela blanca, sedosa, con partes cálida y fría, en esa envoltura aparecía unos cabellos rubios, enredándose en la mano del joven soñador, con labios que se entrelazaban y no se soltaban aferrándose como cadenas, y sus cuerpos uno ya eran, así que en resumen, el chico soñador estaba bien soñando, y los demás comenzaron a preocuparse al darse cuenta que no lo encontraban, ya estaba atardeciendo y no lograban hallar el lugar en concreto.


-De acuerdo. No se desesperen. Hagrid recuerda bien lo que te dijo, ¿te acuerdas? ¿Enserio eran dos cuevas? Aquí solo hay una cueva en el pueblo y está a mitad del mar. Tú conoces el bosque entero, ¿Cómo no sabes dónde quedo?


-Sí, lo sé Sirius, pero él se fue a mitad del camino, no sé dónde exactamente fue. Solo que tal vez me haya equivocado de pista… ay… no… era algo de rocas que se mojaban y que soplaban y no se pueden mover.


-Eso son montañas.


-Bien Luna. Entonces son montañas. Pues… estamos rodeado de montañas, algo más…


-Eh… era algo del sol que los atravesaba.


-Hay muchas de ese tipo.


-Cierto… este… la varita…. De sauce…


-Hagrid…


-Ya se, ya sé, no hay sauces por aquí… ¿Cómo se llama? Tiene un nombre parecido.


-Sauco.


-Eso.


-De acuerdo… no hay ningún árbol de sauco.


-Si hay…. El prado Agfalma. Mi padre me llevaba ahí para hacer picnic con mi madre cuando seguía viva.


Las últimas palabras dejaron un ligero amargor a quienes se enfocaron en concentrarse lo que dijo Luna, solo que se quedaron algo sorprendidos que se viera campante recordar eso, y era porque para Luna la muerte de su madre ya formo parte de ella y simplemente acepto que ya no estaría y de nada servía seguir llorando y lamentándose cuando tenía a su padre destrozado a su lado.


-Eh… bien. Llévanos halla.


Todos siguieron aquellos que portaban las linternas que eran todos los adultos y se dieron cuenta de lo lejos que estaba la pradera comenzaron a tener cierto enojo contra el joven pelirrojo.


-¿Por qué eligió un lugar tan lejos? ¿No pensó que sus compañeros podrían perderse? No creo que algunos de ellos conocieran este lugar tan… infectado de insectos.


El señor Malfoy fue el único que hablo por los adultos que en verdad no se sintieron representando respecto al enojo, el enojo en verdad era preocupación por el chico, ¿Por qué tan lejos? Cuando llegaron vieron una gran pradera tropical con diversas flores, malezas altas, cubiertas por luciérnagas que iluminaban el gran terreno abierto.


-Es hermoso.


-Por favor, Draco. Es asqueroso, todos esos insectos.


Pero su hijo no pensaba lo mismo. Parecía estar hipnotizado por el lugar como muchos que seguían contemplando.


-¡Ahí está el árbol!


Era el único árbol que había ahí. Casi tapado por toda la vegetación del lugar. Se podía divisar el árbol con cuyas flores blancas lo hacían ver hermosamente misterioso. Y debajo de aquel pequeño he inofensivo árbol estaba aquel chico tan buscado.


-Bien, no iremos todos de golpe, nosotros…


-¿Pero y el premio?


-¿Enserio Finnigan?


-Pero profeso Snape, es un premio, quiero saber que hay en ese cofre. Ya lo encontramos, debe de estar ahí. Quien llegue primero y toque el árbol o a Ron gana.


-¡No, esperen!


Ninguno le hizo caso. Todos estaban concentrados en lo más habitual que había en ellos que era la diversión. Era su momento de diversión, no era el momento de hacer caso a los aburridos adultos sino de simplemente de estar felices. Todos corrían pero algunos se quedaban atrás por el embrujo de las luciérnagas y las flores que portaban unos olores singulares.


-¡Draco, ven aquí!


El señor, Malfoy, estaba eufórico al ver a su hijo puro correr entre esos salvajes hormonales, pero nada ni nadie podía quitar esa impulsividad que tenía en Draco de seguir hacia al frente. Algo en ese árbol lo llamaba, quería estar ahí no por el premio, sino por… lo que había ahí más que el tesoro. Cuando todos llegaron, todos gritaron y corrieron hacia el árbol, en cambio a Draco que sin querer choco contra el chico encontrado que dormitando seguía estando.


-¡Lo siento mucho, yo…!


No pudo seguir. Era tan bello, su cabello rojo resaltaba de su vestimenta simple, sus adorables pecas, sus labios alargados y gruesos, se veía tan inofensivo, tan puro, tan etéreo, que se sintió basura de solo pensar en haberlo tocado, el, Draco Malfoy se sentía basura, y es que lo era por fingir que no le atrae los hombres, por fingir que no le atrae Harry, por fingir que… no le gusta Ronald Weasley.


-¿Qué pasa? ¿Qué? ¿Por qué es de noche? ¿Por qué…? Mierda.


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¿Qué mierda paso? ¿Cómo es que anocheció y no me di cuenta? Estaba atontado, no podía lograr ver bien en la oscuridad, si no hubiese sido por las luciérnagas quizás no me hubiese dado cuenta que los chicos estaban alrededor, y mucho menos que Draco estaba arrodillado frente de mi mirándome como raro.


-Hermano, hola.


Todos los chicos me levantaron con cuidado y logre ver el resto del curso oliendo las flores y tratando de atrapar las luciérnagas y un gran grupo de adultos viniendo desde frente.


-Weasley.


-Profesor Lupin, ¿Qué paso? ¿Recién me vienen a encontrar?


-Lo siento Ron, es que se me olvido la pista, lo siento, dije otra cosa…


-Ya, ya, Hagrid, míralo, está bien, ¿estás bien Ron?


-Yo…


Moví mi mano inconscientemente y al hacerlo me sorprendí al no sentir ningún dolor. No había nada, fue como si nunca me hubiese lastimado, incluso quise quitarme la venda de lo bien que me sentía pero pensaba que podría infectarme la herida si lo hacía, solo me sentía… muy bien.


-Me siento genial.


-¿Ves? Todo está bien.


-Claro que no. ¿Quién gano?


-Draco.


-Yo.


Lavender y yo hablamos al mismo tiempo tras la pregunta de Seamus. Yo sé que fue Draco, el me despertó prácticamente.


-No, fui yo. Yo toque el árbol.


-Pero Draco me toco, el me despertó.


-Si pero…


-Yo pongo las reglas, y la regla era quien me encontraba A MI, ganaría, y tú no fuiste, fue Draco.


-Pero entonces todos ganamos porque todos te encontramos.


-No, claro que no, yo…


De la nada se inició una conversación estúpida donde no iba a ningún lado. Estaba adolorido de mi espalda, sentía que tenía bichos por casi todo mi cuerpo, tenía frio, tenía hambre y ya no me importaba nada más que irme a mi casa que está casi cerca cruzando esas montañas, bañarme y dormir en mi cálida cama, así que no me quedo de otra que resignarme y decir que todos ganaron, y cada uno se llevó un dulce y solo los que tocaron el árbol y  a mí se llevaban algo de dinero que no era mucho en realidad. Estaba cansado de haber estado acostado en un suelo tan duro en vez de un saco de dormir que para mí fue la gloria al sentirlo en mi cuerpo.


-We… ¿Ron?


-¿Si?


A pesar del cansancio, no podía negarle mi atención a mi gran estrella del cual giraba yo.


-Me alegra que estés bien. Si… necesitas ayuda por tu mano, solo pídemela.


-Está bien. Gracias… Draco. Buenas noches.


-Buenas noches.


Mi corazón parecía una máquina de escribir que no me dejaba respirar bien de la gran felicidad que se instalaba en mi pecho. Solo faltaba unos días más, y todo se desataría.


Durante los días fue como si todo fluyera como el agua tranquila. De a poco nos acercábamos, hablábamos, o más bien él hablaba de libros, cosas que él pensaba de tales cosas, y yo lo escuchaba. Escuchaba su suave voz gruesa en mi oído zumbando como una dulce gota de miel. El aire que respiraba dejaba de existir cuando comenzábamos a caminar al lado del rio hacia la pradera donde siempre le invitaba y el aceptaba haciéndome el chico más feliz del mundo.


-Entonces… esa tal Ofelia… prácticamente era la protagonista de la obra, ¿o no?


-No, Ron. No lo era. Pero fue ella a quien más daño le hicieron todos ahí. Su pureza y credulidad que le hacían fácil de manipular para cualquiera, más el daño que le hacia su amado y su padre, la muerte de su padre por su amado, la volvieron loca, pero fue en su locura donde se encontraba algo de cordura, su personaje fue tan cruelmente asesinado por su autor.


-AGH, es mucha información.


-Tus padres debieron  haber hecho la obra, ¿Cómo es que no la conoces?


-Si… Es que jamás le puse atención. Es que son tantas palabrerías, tantas palabras que no entiendo que me aburro. Aparte cuando salía la tal Ofelia no era mucho lo que abarcaba su personaje, incluso su muerte por lo poco que me acuerdo, ya que luego me iba por lo aburrido que era.


-No son palabrerías, son poesías. Y la muerte de Ofelia es una de las muertes más hermosamente poéticas descritas en el mundo de la literatura. Ya sea corta o no su escena, es hermosa y trágica. Y las obras de teatro no son aburridas.


-¿Te fascina?


-¿Qué cosa?


-La literatura y esas cosas.


-Si… es como… se puede sentir todo en una sola frase. Son muchos los escritores que transmite eso en cada página, la literatura te transporta, te hace sentir cosas desde un papel, y también puedes… transformarte en alguien que no eres al escribir, puedes ser soberbio, puedes ser humilde, puedes ser quien quieras, uno es dueño de lo que escribe, uno es capaz de cambiar todo con borrar y volver a escribir. Se siente bien eso.


-¿Quieres ser escritor?


Su risa, fue amarga, fue seca, fue triste para mí, fue como si se burlara sí mismo.


-No… no importa. Vamos, ya es hora de hacer tus actividades. Mañana es el último día.


-Sí, mañana… ¿me darás la repuesta?


-¿Qué respuesta? Ya nos estamos acercando, nos estamos volviendo amigos.


-Si pero… también quería que tu fueras algo más que mi amigo.


-Ron, no. Nunca seremos eso.


-Pero…


-No. Entiende, a mí me gustan las mujeres, no los hombres. Métetelo en la cabeza.


El enojo comenzó a salir dentro de mí al escucharlo. ¿Qué no le gusta los hombres?  Él va al gimnasio solo a ver a Harry, lo noto, siempre lo mira,  siempre se le acerca para hablar cosas sin importancia, siempre lo halaga, jamás se le ha visto interesado en chicas, sino en Harry que es más que obvio, le sonríe más a el que a un payaso, y a los únicos partidos que va es el del baloncesto, a ninguno más, lo sé porque yo he ido a muchos de la escuela, y solo va al de baloncesto, ¿para qué? PARA VER A HARRY, ¿y me dice que no le atrae los hombres?


-¿Qué te pasa?


-¿Mmm?


-Estas… rojo, y respiras muy profundo, ¿estás bien?


-Sí, sí. Me voy.


Si seguía ahí, estaba seguro que explotaría contra menos quería. Es que en verdad no entiendo porque me quiere ver la cara de estúpido, está bien, la tengo, pero no soy tan estúpido. Aun así no podía enojarme, no tenía derecho de hacerlo, no somos nada, casi ni amigos somos aun, recién nos estamos conociendo, solo desearía que fuera más rápido, siento que el tiempo se va volando y cuando menos lo espere el estará en un avión desplegando hacia la gran ciudad, y yo aquí arrepintiéndome por ni haberlo intentado. Solo tenía que estar despacio, de a poco, Draco es como un animalito que dañaron mucho, y yo solo quiero darle ese amor que tanto quiero darle, si veo que no quiere más que una simple amistad, pues prometo hacerme un lado, y si no, intentare con más ganas.


Ya era sábado, y sabía lo que tenía que hacer, embriagarlos a todos. Puedo hacerlo mañana, pero nos toca clases si o si el lunes y no creo que con lo que voy hacer se podrían levantar al día siguiente. Cuando ya anocheció, cuando los profesores se fueron a dormir, los invite hacer una fogata no tan lejos del campamento para no perdernos. Al principio les dije que jugaríamos las cartas, y todo estaba bien, solo me aseguraba que los profesores estuvieran lo suficientemente dormidos como para poder comenzar. Ya eran la una y ya era la hora para la fiesta, les dije que me esperaran y fui a buscar ron y whisky, quise traer vodka pero mi madre es buena para tomar ese trago los fines de semana, si descubría que faltaba su trago favorito, me colgaría de un árbol.


-Bien chicos, que empiece la fiesta.


Casi todos gritaron y se rieron al ver los tragos, menos Hermione y Draco que quisieron irse.


-Vamos, solo será una vez. Luego no podremos por los exámenes, esta semana ha sido muy aburrida, tengamos algo de diversión.


-¿Embriagarse es tu sinónimo de diversión? Si es así pues me largo. Ya que cuando uno se embriaga no recuerda nada.


-Eso es mentira Hermione, y tú lo sabes muy bien. Ya siéntete y no te hagas que no quieres, y tu Draco, vamos, ¿eres tan débil como para no aguantar unos par de tragos?


-Claro que no…


-Que bien, porque tengo un sinfín de juegos. Empecemos.


No deje que siguiera hablando, quería que estuviera aquí, que se divirtiera un poco. Siempre lo veo estudiando y estudiando y cuando lo veo en fiestas siempre son como quince minutos y luego se va, ahora quiero que este una fiesta, que se ría sin parar, como ahora que todos están muertos de la risa.


-QuinceLimonesMedioLimones No puedo…


Todos se reían al escuchar la fuerte risa de Luna al no poder terminar la frase y la pobre tuvo que tomar otro trago, entre nosotros quien más perdía era Goyle, Luna, Draco, y Lavender, estábamos como estúpidos repitiendo las palabras que teníamos que decir recorrido pero no podíamos por el ataque de risa que nos apoderaba todo el cuerpo.


-Shhuu, shhhuu, van a despertar a los profesores… ahora… otro juego…


Tuve que decirle el otro juego luego de cuatro o más minutos de mi ataque de risa.


-Es… ay perdón… empecemos con palabas encadenadas, esa ya se lo sabe. Ahora.


-Ratón.


-Tonto.


-Tomate.


-Te… ay mierda.


La regla consistía que si no podía decir ninguna palabra que comienza con la misma silaba que termino el otro en menos de tres segundos tenía que tomar. Este juego al principio no era complicado hasta que tenían que pensar que decir.


-Xa…. Ay no se… ¿Qué empieza con Xa?


-Xanax, hermano.


Todos nos reímos del pobre Seamus que le respondía a Dean, y que iba perdiendo en este juego tan simple que alzaba su vaso vacío.


-Bien, bien, ahora, uno poquito más complejo… la monedita.


-Ay no.


-Dios, Ron, ¿nos quieres ver muerto o qué?


-Ese juego perderemos todos, míranos, apenas se si hay uno o dos Ron. JA, ron, ¿entendieron? ¿Ron y Ron? ¿O Run? ¿No? De acuerdo.


Todos los chicos trajeron sus tazas y me dieron esas monedas que ganaron en la semana para empezar, consistía en jugarlo con monedas de 10 o de 5, tratamos de meterlos en uno o más vasos, pero las reglas varían. Si la moneda pega en el borde tiramos de nuevo. Si la metemos seguimos tirando hasta que nos equivoquemos y luego repartimos la cantidad de tragos por cada vez que metimos la moneda. Si uno de los jugadores mete la moneda en otro vaso, se toma un fondo como perdedor, y bueno… fue un desastre. Seamus y Dean se iban de lado, algunos chicos tuvieron ataque de risa, otros vomitaban, otros comenzaron a ponerse medios pesaditos con las chicas y algunas chicas con los chicos, se me estaba saliendo de las manos, pero Draco, Draco se veía tan relajado riéndose con Parkinson y Goyle y Crabbe que envidie ese vaso que posaba en su suave y húmedo labio embriagado.


-Chicos, otro juego, más sencillo.


-Ay por fin.


Suspiro y se quejó al parecer Cho Chang que se sentó con los que ya no podían levantarse de tanto tomar.


-Ya ni si cuando bebí…


-Jugaremos… pasar la carta con la boca.


Todos los que por lo que pude ver entendieron, y buscaron lugar para sentarse mientras sacaba una carta de naipes que tenía guardado en mi bolsillo. Me acerque donde Draco para sentarme a su lado pero el de inmediato se levantó y yo le agarre de su delgada muñeca.


-¿Qué haces?


-Siéntate.


-No Ron. No jugare contigo al lado.


-Solo es un juego, no seas dramático.


-No lo soy pero…


-¿Te vas a sentar o qué? Los chicos no me están dando espacio.


De la nada Lavender apareció mirándonos desde arriba, ay no, no quiero, lo estuve planeando por semanas y ahora todo se iba al caño.


-Claro, siéntate…


-No, Draco se sienta acá…


-Ya basta Ron…


-Ya decídanse.


-Pero…


-¡Aquí hay un lugar!


-¡Maldición Luna! ¡¿Qué mierda de te pasa?! ¡Estás loca!


Crabble estaba levantado tocándose los ojos y Luna palmaba el lugar donde estuvo y Lavender se fue como si nada a ese lugar, ¿enserio nadie se dio cuenta que ella le tiro tierra en los ojos? Claro que no, están ebrios, apenas saben quiénes son.


-Bien empecemos.


Me puse el naipe en mi boca y sentí a Draco muy tenso en mi mano, sonreí un poco por lo divertido que era al creer que iba a empezar con el cuando en realidad empecé con Cho. Lo mire y vi su perfil más tieso que lo normal, no sabía si era porque estaba nervioso de que nos iba a tocar, o porque no lo hice con él, creo que más la primera, no veía por qué que quisiera darme un beso indirecto. Sé que esto es mucha presión, que prácticamente lo estoy obligando pero… quiero tener algo más de cercanía que un simple paseo al lado del rio y estar en la pradera, quería avanzar, el tiempo pasa volando pero el arrepentimiento no. Ya era hora que nos tocara, vi como Hermione le pasaba la carta a Draco pero no que giraba, estaba ebrio, quizás no es la mejor excusa pero no veo otra explicación del porqué agarre su barbilla entre mi mano izquierda y se le cayó la carta, todos gritaban que le tocaba a Draco tomar y no sé qué más, solo me concentraba en esos ojos grises con tonalidades azules, su boquita húmeda, su respiración, todo el, quería que fuera mío.


-¡¿Chicos?! ¡¿Siguen afuera?!


Todos se levantaron de golpe lo cual causo que se cayeran algunos por lo rápido que fueron, pero todos mirábamos hacia donde vino la voz que era el padre de Dean, se le veía la silueta y no quería que nos descubriera tan rápido, así que no me ocurrió otra genial idea que gritar ese estupidez, con el padre de Dean ahí acercándose.


-¡Al lago, vamos al lago!


Fue como prender una bengala llena de adrenalina. No parábamos de correr cuesta abajo chocando de vez en cuando con los árboles o algunas ramas. Incluso hubo algunos que se caían para luego rodar y volver a correr, estaban como… embrujados por lo que dije, todos lo estábamos. El también, al lado mío, a la par, corría como loco y cuando podía lo miraba con su cabello rubio platinado hacia atrás por el aire que chocaba contra nuestros rostros, eramos almas libres que querían seguir siendo libres. Cuando llegamos al lago paramos y fui yo quien empezó a sacarse la ropa y todos siguieron. El agua estaba heladísima pero no era un impedimento para nosotros que nos adentrábamos de a poco. El agua tenía una tonalidad rojiza que parecía sangre pero en realidad no manchaba nada, era extraño este lago.


-¡Vamos, Draco!


El grito de Parkinson me hizo darme cuenta que él seguía en la orilla del lago, con su mano izquierda en su brazo derecho que parecía estar pellizcando. No me gustaba verlo tan alejado, tan aparte de nosotros. Nade más rápido que Parkinson y cuando estuve ahí él se dio vuelta, lo cual me hizo darme cuenta que estaba desnudo.


-Draco…


-Malfoy para ti.


-Pero…


-Todo esto fue planeado ¿no es así?


-Yo…


-Tú sigues con la idea de querer algo más que una amistad. Entiende que esto es lo único que te ofreceré. No me gustan los hombres.


-¿Entonces porque no giras? Somos hombres no hay nada nuevo que ver.


-No lo hare. Esto es… vergonzoso, desnudarse, parecen pervertidos.


-Tú siempre participabas en todas las actividades…


-Porque eran sensatas, esto es descabellado. No tiene ni pies ni cabeza lo que han hecho.


-Lo que hemos hecho. Tú también corrías.


-Pero nunca pensé que se iban a desnudar. ¿Qué les pasa? ¿Qué te pasa a ti?


-¿Quieres saber lo que me pasa?-Le agarre el hombro y le di vuelta obligando que me mirara, sus ojos bien abiertos pegados a los míos.-Pasa que este es el último año que estaremos todos juntos, que tú y yo estaremos juntos, falta solo este y el próximo mes para que estemos juntos, para poder acercarme a ti. Yo…sé que es una locura. Me estoy enamorando más de ti.


-No, no lo estás. Estás enamorado de una idea de mí. No me conoces.


-Entonces dame la oportunidad de hacerlo.


-¿Para qué? Nunca te corresponderé esos sentimientos.


-¿Jamás?


-Jamás.


-¿Por siempre?


-Siempre.


Su voz parecía firme. Su rostro estaba como una escultura llena de ira, pero yo, jamás me rindo, convertiría esta escultura de ira en una de amor, si no podíamos ser más que amigos, entonces… solo amigos seriamos, me dolara, más el hecho de que sé que le gusta los hombres y quizás él no quiere decirlo por miedo y porque yo no le gusto, pero esta es la única forma, entonces está bien para mí.


-Entonces…. Volvamos al inicio… Draco Malfoy, ¿me dejarías ser tu amigo desde ahora en adelante?


Extendí mi mano hacia él, alejándome un poco, poniéndome firme y recto y mirándolo a los fríos ojos de mi amado.


-¿Por qué lo haces tan dramático?...


-Es cosa de familia, no lo tomes a mal.


Apretó mi mano justo cuando escuchamos como alguien hacia ese grito interno, como esa señora que descubre a un chico con la ‘’lisiada’’,  era chistoso ese video.


-Draco Lucius Malfoy Black, ¿Qué estás haciendo con un Weasley estrechando su mano,  desnudo?


-Él no está desnudo…


-¡Hablo de ti mocoso!


-Ah…


-Ya, ya, ya, no se alteren… chicos, chicos, chicos venga, chicos…


-¡Ya vengan maldita sea!


Los chicos parecían peces saltando en el mar tras la orden del profesor Black que no parecía nada amigable, esto va mal.


-Vístanse y cuando lleguemos al campamento les diré su castigo…


-¿Castigo? Pero por lo menos escuchen nuestra versión…


-¿Su versión? ¿Qué versión? ¡Que tomaron como locos dejando la botellas vacías por ahí, que cuando escucharon a un adulto empezaron a correr como si le fuéramos a torturar para luego meterse en lago, desnudos, DESNUDOS! Sera mejor que se callen. Vítense y vámonos.


-Espere…


-¿Qué Weasley?


-Fue mi culpa. Yo les dije sobre jugar con alcohol, los chicos al principio no querían pero yo insistí. Aparte Draco fue el único que no quiso meterse al lago con nosotros…


-Claro que no lo haría. Él no es un pervertido ebrio como ustedes. Y les aviso que mañana en la mañana nos iremos.


-¿Por qué? No es justo, el no…


-Sé que mi hijo no tuvo la culpa. Pero dejarlo aquí más tiempo con alguien como tú que lo  mal influencia, es como dejar a un bebe con drogadictos. No quiero que mi hijo siga estando en el mismo lugar que un Weasley que hace lo que se le dé la regalada gana. No te vuelvas acercar a mi hijo, niño. Vámonos.


-Si padre.


La última mirada de Draco fue tan extraña y tan lejana que me dieron ganas de gritar y llorar entre las quejas de mis compañeros. Lo arruine, por completo lo arruine.


Al otro día. En la mañana, él ya se había ido. Todo se fue al caño por mi impulsividad y mi egoismito, porque si fui egoísta al querer y seguir queriendo que fuéramos más que amigos cuando él me dejo en claro que no quería eso. Pero no me importo, yo simplemente seguí con lo mío, con estúpido plan que nada sirvió. O quizás sí, nos acercamos un poco en esta corta semana, solo poco, quizás la nada misma.


-Oye… ¿estás bien?


Estaba en el lago Sectusempra y por dé tras vino el profesor Black, no quería que me viera así. Ya era de noche, ya habíamos hecho todo, incluso la pequeña y sencilla actividad que era decir la cualidades del otro, yo iba a decirle todo a Draco, era como una confesión camuflada, y al final, no pasó nada.


-Si…


-Oye… tienes que entender que el tema del amor no es como un cuento de hada, él no se va enamorar de ti en un dos por tres por arte de magia. El amor del otro se gana con el tiempo, no lo fuerzas, y si la otra persona no te corresponde no lo hostigues más, a veces no se gana en el amor, se pierde, cuesta asimilarlo y luego… llega otro amor, más fuerte, que te corresponda, así que no te desanimes, sigue intentando, pero si él no quiere corresponderte, hazte un lado.


Las palabras del profesor fueron más esperanza que advertencia, yo tengo tiempo, y sé que enamorare a Draco Malfoy, somos el uno para el otro, él es frio, yo calor, él es firmeza, yo fluidez, él es ambicioso, yo ansioso, él es un líder, yo su fiel seguidor.


 

Notas finales:

Muchas gracias por leer el capítulo.


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