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Nikki por Raziel Soul

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DIARIO DE KYO

28/JULIO/1997

 

Me tiemblan un poco las manos al escribir la que podría ser la última página de mi diario, y no lo digo porque las páginas estén por terminarse, más bien tal vez sea mi existencia la que termine mañana. Hace más de una semana que no plasmaba aquí lo que ocurría en mi vida, justamente ayer comenzó el torneo, esta vez ha sido más apresurado de lo que me imaginaba, quizá solo tenga que ver con todos los viajes que hemos hecho, creo que solo descansamos en el avión, las horas se pasan rápido, los combates me han fatigado demasiado, no solo a mí, a muchos de los concursantes, más de lo que quizá sea normal ¿tendrá esto que ver con Orochi y la energía que necesita para despertar? Pero me estoy adelantando a los acontecimientos. Quiero centrarme en el 26, el día antes de comenzar las batallas. Por la propia Chizuru me enteré que fue ella quien nuevamente organizó el torneo, y dejó en nuestras habitaciones los pases – al menos ese misterio ha sido resuelto – pidió que nos encontrásemos justo en el lugar a donde me llevó la última vez, era temprano, apenas las diez de la mañana, me sorprendí un poco al principio al ver quienes llegaban pues no sabía que había citado a Yagami también, fue en ese momento que me enteré, el coche del pelirrojo seguido de la moto de la sacerdotisa, tuve que contener mi sonrisa al verle, estaba feliz pero no podía ser tan obvio con ella ahí. Nos saludamos y guardamos silencio unos momentos.

 

-Tal vez era necesario que Maki muriera – dijo de pronto mirando hacia el tétrico árbol guardián de Orochi, los amuletos y cintillas dispuestas para atraparle estaban desgastadas y muchas ya desgarradas

- ¿Qué estás diciendo? – la voz de Iori tenía un dejo de molestia

- Tres tesoros sagrados… - comentó la sacerdotisa clavando sus orbes en las de Yagami – no te molestes, me refiero a que era menester que una de nosotras muriera, si pudiese intercambiar mi lugar con ella lo haría sin dudarlo, de las dos quien más tomaba en serio su labor como guardiana era Maki – la voz de Chizuru era tan seria que no daba cabida a la duda

- Tres tesoros – repetí en voz baja, ambos voltearon a verme – sé que les sonará tonto pero aun no me hago a la idea de que esto nos esté pasando a nosotros – dije sincero

- Es normal… a nosotras desde pequeñas se nos dijo la verdad, de lo contrario nadie hubiese cuidado el sello… se nos habló de ustedes como la espada y la joya, para Maki solo éramos un espejo y su reflejo. A decir verdad siempre creí ser solo el reflejo de ella. – note una sonrisa algo triste – en cambio a ustedes se les mantuvo al margen de todo, incluso más de lo que pudiese ser conveniente

- ¿Para qué querías vernos? – como siempre Iori no se anduvo por las ramas

- Me alegra que por fin la espada y la joya hayan limado asperezas – mis mejillas se tiñeron de rojo, lo sé porque las sentí calientes, Iori desvió la mirada un poco – y como espejo que soy… como parte de los tesoros sagrados destinados a proteger este mundo solo quiero decirles que les protegeré también, daré mi vida si es necesario para que nadie más muera, yo, Yata Chizuru… defenderé a mis clanes hermanos y a cada uno de sus descendientes más allá de mis fuerzas.  – créeme cuando te digo que sentí un escalofrió recorrer todo mi ser, nos miraba a ambos sin parpadear siquiera – no les pido nada más que protejan a quienes aman, al finalizar el torneo vamos a enfrentarnos con uno de los peores demonios que existen… y necesito su ayuda.

- No haré un juramento como el tuyo – Yagami la tomó del mentón de forma algo brusca – pero no dejaré que lo que sea que aparezca te haga lo mismo que a Maki, ni a ti ni a nadie… - le soltó – además, no en vano estuve entrenando como si no hubiese un mañana… - comenzó a caminar – para esto debiste citarnos en una cafetería o algo… gasté mucha gasolina – iba balbuceando cosas

- Yo juro…

- Gato idiota apúrate – me interrumpió el pecoso a lo lejos

- Esta espada jura proteger a todos de ese monstruo… - dije sincero y con toda la determinación que me fue posible, noté como sonrió comprensiva

- Me estoy yendo… - puse un gesto de disculpa por la impertinencia del pelirrojo

- Tranquilo… les agradezco a ambos sus palabras… y sé que aunque lo niegue hizo internamente su juramento – asentí y caminé siguiéndole, Iori ya había entrado a su auto, yo subí a mi moto y nos fuimos

Horas después llegamos a su departamento, no nos detuvimos para nada en todo el maldito trayecto.

 

-¡Anda abre ya! – dije con toda la paciencia que mi vejiga me dejaba tener en esos momentos

- Ya voy… debiste pasar al baño antes de ir con Kagura

- ¡Si sí pasé! – me quejé moviéndome un poco

- Si sigues bailoteando así te voy a dejar afuera… igual ganas un concurso de danza – estuve a punto de reclamarle pero me metí apenas abrió – ¡maldita sea voy a ponerte estos zapatos de sombrero! – le escuché decir desde el baño, pero él tuvo la culpa por hacer el tonto y no abrir rápido

- ¡Salgo y los acomodo! – respondí aliviado.

 

Suspiré feliz al sentirme mejor, lavé mis manos y me acomodé un poco el cabello pues con el casco  se me aplasta de forma graciosa, me lavé la cara y salí, apenas di un paso afuera me acorraló contra la puerta del baño, que afortunadamente alcancé a cerrar o me hubiese ido de espaldas directo contra la taza. “¿Qué pasa?” pregunté bajito.

 

-Espero que no me vayas a salir con que ya te vas – mientras hablaba no pude evitar mirarle a los ojos, o mejor dicho a su ojo, ese maldito flequillo siempre tapa uno de esos mares, con cuidado aparte el mechón de cabello para ver su rostro por completo, tal vez la palabra correcta sea admirar, si, exacto, admiré cada centímetro, esas cejas rojizas, las pestañas algo “caídas” porque no las tiene rizadas como yo… lo cual es bueno porque desde pequeño por tenerlas así me han comparado con una niña, pero las de Yagami son… normales. Y llegué a uno de mis sitios favoritos… un poquito arriba de sus mejillas, la línea imaginaria que pasa de manera horizontal por en medio de su nariz, ese caminito de pecas que muchas veces se camuflan por la distancia. – ¿ya dejaste de estudiarme? – como siempre su voz grave me sacó de mi abstracción, mis dedos apenas rozaron su piel, supongo que eso no le agrada demasiado

- Perdona… es solo que me gustas mucho – no es como si fuese a callar lo que sentía, mucho menos en la situación que nos encontrábamos, más allá de estar solos en su departamento, lo que nos esperaba podría separarnos por siempre, pero no deseaba pensar en ello, no ahora. Pude percibir como sus pupilas se dilataban un poco tal que si se hubiese sorprendido por mis palabras.

No respondió nada pero no tuve tiempo siquiera a desanimarme, sus labios buscaron los míos, mi cuerpo fue empotrado contra la puerta a mis espaldas, sentí su lengua juguetear con la mía comenzando a rendirme segundo a segundo, le tome de las mejillas para no dejarle irse pese a saber que no se separaría de mí. 

 

-No me iré… - pegó su frente contra la mía mirándome sin pestañear – quiero quedarme esta noche… aunque partiré mañana temprano – asintió volviendo a mis labios, yo tampoco deseaba apartarme de los suyos.

 

Nuestros pasos comenzaron a guiarnos a su habitación, la ropa iba quedando por ahí, casi paso un momento vergonzoso cuando al quitarme los pantalones algo pasó que perdí el equilibrio, de no ser por mis reflejos hubiese acabado en el piso, pero terminé sobre la cama

 

-Mira que conveniente – le escuché decir, sonrió con un dejo divertido, no puedo evitar embobarme cada que descubro en él algunos resquicios de actitudes “típicas” en personas de nuestra edad

- Es que hasta mis pantalones me quieren sobre tu cama – respondí con una sonrisa visiblemente divertida

- Idiota – me besó sonriendo también, su mano acarició mi mejilla mientras continuábamos el besándonos, para después bajar por mi costado, ciñéndome de la cintura con firmeza para atraerme un poco más.

 

No te mentiré, esa noche no fue menos perfecta que nuestra primera vez, puedo decir que incluso fue mejor, no hubo tristeza previa, si bien no descubríamos nuestros cuerpos eso logró que se tocasen lugares ya conocidos que nos hicieron excitar demasiado, hablo en plural pues no fue solo Iori el que actuó esta vez, y aunque me apartó antes de llegar al orgasmo me alcanzó a manchar la cara, ¡casi me cae en el ojo! Estuve a un segundo de reclamarle cuando noté esa cara semi pervertida al verme así. Joder siento mis mejillas ponerse calientes en este momento y no soy capaz de plasmar en palabras lo que me hizo sentir con esa mirada, era como si el deseo desbordase por sus ojos siendo mi cuerpo su objetivo principal. No me dolió como la otra vez, pese a ello tuvo el suficiente cuidado de prepararme y lubricarme… creo que se gastó medio bote y al principio el sonido de nuestro movimiento me hizo reír porque parecía un chapoteo raro.

 

-¡Cállate gato idiota o te saco de la casa en pelotas! – me pellizcó el trasero mientras me regañaba

- ¡Perdona! – dije aguantándome la risa, afortunadamente me besó comenzando a moverse nuevamente, le abracé contra mi sin parar de besarle también, dejé de lado los sonidos a nuestro alrededor concentrándome en el placer que su sexo me proporcionaba, sumado a esas caricias, besos y furtivas mordidas.

 

Él tampoco se fue limpio esa noche, dejé algunas marcas en su cuello, como su piel es demasiado blanca se verían bastante al día siguiente, afortunadamente siempre usa ese extraño cinturón de cuello el cual las tapará un poco. Tres rounds y quedamos rendidos, por lo menos yo sí, respiraba agitado sintiendo mi trasero arder un poco. Pero no me importaba, me sentía tan feliz, aun ahora que lo recuerdo me siento como en ese momento, sin la incomodidad del semen resbalándose… como sea, sentí de pronto como me abrazaba contra sí, casi termino encima suyo, me abracé a él también acariciando un poco su torso, notaba el sudor en su piel, bajé mi mano delineando un poco su ombligo alargado, al tiempo que el paseaba los dedos por mi cabello, creo que le gusta jugar con él porque lo hace cada vez que tiene oportunidad.

 

-En qué piensas? – pregunté dando un beso en su blanca piel.

- Nada que te importe… - soltó y rodé los ojos con cierto fastidio, a veces no puedo evitarlo, es tan cortante pese a que acabábamos de hacer el amor

- Bien, mientras piensas en lo que no me importa iré a lavarme – me levanté, alcanzando a retirar la mano antes que la tomase con la suya, me bajó el humor y quería dejar de sentirme raro del trasero. – ¡ey! – diez minutos después, justo cuando estaba en la ducha noté su presencia – ¿tan rápido terminaste de pensar? – fruncí el ceño pero sus manos me rodearon sin que me respondiese más que un escueto “ujum”.

 

Acaricié sus brazos notando sus labios en mi cuello, era la primera vez que nos metíamos juntos a la ducha, y en su departamento algo así era una proeza, el ofuro es para una sola persona y la regadera ni se diga. Pero estando pegaditos si alcanza el espacio. Me talló la espalda e hice lo propio, no hablamos, apenas nos dimos un par de besos tranquilos, por primera vez despedimos el mismo aroma, salimos de la ducha sin enojos, sí que relaja el agua caliente, máxime si la persona que amas está a tu lado… seguro que si él leyese esto me diría cursi, pero no me interesa. Al regresar a la habitación noté que cambió las sábanas, quizá por ello no me siguió de inmediato, ahora que me he dado cuenta llega a ser bastante cariñoso y no suele dejarme solo mucho tiempo cuando estoy en su casa, es cálido, solo que le han enseñado que debe ser frío y distante, que no debe amar porque solo ha nacido para matarme.

 

-¿Qué pasa? – su voz volvió a traerme a la realidad y negué – entonces ¿por qué tienes los ojos como si quisieras llorar? – me sorprendí pues no lo noté hasta ese momento

- Seguro ha sido algo de champú en los ojos – los tallé para después secarme el cabello

- Mañana es el día – el tono de su voz era algo apagado

- Si, pero si peleamos los tres es seguro que venceremos – asintió, con la toalla se secó el rostro.

Terminamos por acostarnos, podía escuchar sin problemas el ruido de la calle, algunos autos, perros…

 

-¿Y el gato que alimentas? – pregunté con curiosidad

- Lo llevé con una vieja amiga – susurró

- ¿Vieja amiga? No me habías mencionado que tuviese amigas

- Hasta los don juanes como yo tenemos nuestros secretos- le golpee las costillas haciéndole quejarse, pero me abrazó firmemente – ni se te ocurra la idiotez de que te vas, esta noche eres mío hasta el amanecer – para mi sorpresa su voz parecía querer quebrarse.

 

No dije nada más, no iba a discutir, no lo que restaba de la noche, terminamos durmiéndonos. Al otro día despertamos casi a las 7, el torneo comenzaba a las 9 pero tenía el tiempo justo para ir a casa, pasar por mis maletas y correr hacía el lugar donde me reuniría con mis amigos. Me vestí rápidamente, no me dijo nada, correspondió el beso que le di antes de salir de su departamento, tampoco dije nada, ¿qué podría decirle? Muchas cosas sí, pero en ese momento mis palabras se quedaron en la garganta, ardiendo por salir sin poder lograrlo. Mi pecho se sentía vacío pues dejaba tras de mí una parte de mi corazón.

 

Dos horas después estábamos frente al auditorio escogido para ser la sede de presentación y cierre del torneo de ese año, tragué saliva puesto que era el mismo que en mis sueños se caía a pedazos.  No les dije nada a Goro y Benimaru, entramos directo a los vestidores, desde los cuales se podía escuchar el revuelo en las gradas, gritos, ovaciones, silbidos, aplausos, cada uno de ellos imponía, tener a más de mil personas que han ido a verte es grandioso pero a su vez te obliga a no dejarte vencer. Siendo los ganadores del año pasado fuimos presentados primero, el anunciador dio el nombre de nuestro equipo, el japan team, y salimos uno a uno, todo fue ensordecedor, las pantallas gigantes mostraban nuestros rostros, nuestras mejores técnicas.

 

Después nos siguieron los demás equipos: Fatal Fury (Terry me vio saludándome de Nuevo :3), Art of Fighting, Ikari Warriors (la chica de cabello azul me recuerda un poco a Yagami), Psycho Soldier (Athena cada vez se pone más linda, y con muchos fans), Women Fighters (No creí que Chizuru estuviese en un equipo este año), Korea Justice,  Special Team (uno de los tipos que hizo equipo con Yagami en el 95 estaba ahí junto con una chica muy bonita y un tipo más loco que el tal Billy… no sé cómo Mary parecía tan tranquila en medio de dos sujetos así), New Faces (por cierto nos toca enfrentarnos a estos sujetos, sé que no le agradan a Iori porque cuando salió y les vio su gesto se tornó más que serio, su mandíbula se tensó bastante, y desde el primer momento a mí me dieron desconfianza, especialmente, y aunque ni yo mismo lo crea, el más joven y “tierno” de ellos, un chico llamado Chris, tendrá como unos…16 años a lo mucho).

Como lo suponía uno de los que estarían combatiendo solos era Yagami, y pese a sus actitudes raras los años anteriores cuando salió muchos gritaron… incluyendo a varias mujeres, debo admitir que sentí algo de celos. Pero me consuela saber que nadie más que yo puede tenerlo… una sorpresa mayor fue al conocer al otro individual, ni más ni menos que ¡Shingo! ¿Puedes creerlo? Según lo que me enteré después al parecer mi padre le entrenó un poco más de lo que yo lo hice, ahora puedo decir que es un chico fuerte y bastante entusiasta, perdió en la cuarta ronda pero era de esperarse, Terry no dejaría ganar a nadie, no es que sea alguien malo, al contrario, sabe que todos se han esforzado, si él no lo hiciera sería faltarle el respeto a su contendiente, creo que en eso se parece mucho al líder del team Koreano, el sr. Kim me parece por demás ético y amable, contrario a sus subordinados, pero los tres hacen un buen  equipo.

De más está decirte que Yagami tiene un lugar en las semifinales, y lo más probable es que nos enfrentemos, claro si es que el maldi //aquí Kyo deja de escribir súbitamente//

 

¡Yuki ha sido secuestrada! Su padre me ha llamado hace unos minutos, dijo que estaba en la habitación junto con su esposa, un fuerte grito les hizo correr al cuarto de Kushinada y al entrar la ventana estaba abierta, en la cama una nota “gracias por el sacrificio” al parecer después de 1800 años la historia se está repitiendo, pero no dejaré que nada le pase, si bien habíamos terminado fue mi novia durante mucho tiempo, es alguien importante para mí, no puedo dejar que muera, al fin de cuentas es la princesa y parte fundamental de todo esto, hemos regresado al principio, los objetivos son los mismos, rescatar a la princesa y destruir a Orochi. No te mentiré, tengo miedo, más de lo que creía iba a tener.

 

 

Diario de Iori

28/Julio/1997

 

Nunca creí que me iba a encontrar a mitad de un vuelo escribiendo un diario, la pelea contra el Equipo de Chizuru terminó rápido, claro que ella no luchó contra mí, y no es que menosprecie a Shiranui ni a esa chica King, pero no tienen idea que, de haberme enfrentado con Kagura tal vez su equipo hubiese ganado, el poder que emana de ella es sorprendente, lo sé porque tuve oportunidad de verle luchar contra otros equipos, sin olvidarme claro está de la lucha con Goenitz, pero créeme cuando te digo que ese poder mostrado anteriormente no es nada comparado con esta ocasión. Estamos a un par de horas más de aterrizar en Tokyo, descansar un poco para dirigirnos después a la sede de las batallas finales. Desde hace una semana esto ha sido una completa locura, te conté sobre el encuentro que tuvimos con Chizuru en lo que parecía ser el encierro de la serpiente, no solo me di cuenta por toda la parafernalia shintoista, sino por la energía que de ahí se desprendía, no se lo dije a ninguno de ellos dos pero sentía el impulso de liberar todo lo que en ese lugar estaba encerrado, como si me llamase, apenas pude quedarme lo suficiente para escuchar lo que ella tenía que decirnos, pero estoy seguro que unos minutos más y caería presa de lo que fuese que quedase ahí, porque de algo estoy seguro, la mayor parte de Orochi está ya con los que ella y Kyo llaman Hakkeshu, sé que no me equivoco.

 

Lo único bueno que pasó desde aquel día fue que pude estar de nuevo con el gato idiota, sin llantos ni confesiones de ninguna índole, solos él y yo entregándonos sin inhibición alguna, incluso se atrevió a hacerme un oral… bastante de novato, sentí sus colmillos jalándome la piel, tenía ganas de darle un buen coscorrón por dejarme el pene con cierto ardor, sin embargo cuando comenzó a hacerlo mejor me hizo excitarme  demasiado, al punto que no pude evitar correrme antes de avisarle, y he ahí que mi excitación creció más, pese a mi experiencia era la primera vez que veía una escena a la par de erótica y ¿tierna? No sé qué otro adjetivo puedo usar, el punto es que fue jodidamente genial, su cara manchada con mi semen aunada a ese gesto de… inocencia, sus ojos tan expresivos entrecerrados por lo ocurrido, si no fuese porque tengo una enorme capacidad de disimular mis expresiones tal vez incluso hubiese sangrado de la nariz por esa visión frente a mí. Debido a que no le preparé como la primera vez me sentí en la necesidad de usar el suficiente lubricante para que no le doliese demasiado al entrar en él, aunque creo que me pasé un poco, si bien no me quejo de lo delicioso que era entrar en esa estrechez se empezó a escuchar un extraño sonido, como chapoteo, sí, no hay otra forma de describirlo, era la primera vez que me pasaba, había notado algunos sonidos raros cuando estuve con alguna chica debido a la misma acción pero esto no se comparaba, Kyo comenzó a reírse, primero a lo bajo pero después parecía que se burlaba el muy cabrón

 

-¡Cállate gato idiota o te saco de la casa en pelotas! – le espeté dándole un buen pellizco en una de esas redondas nalgas  

- ¡Perdona! – se disculpó pero sabía que se estaba aguantando la risa, me incliné para besarle de forma profunda y lúbrica intentando que así se dejase de idioteces, al parecer sirvió porque esos “ronroneos” suyos de placer comenzaron a escucharse, pude concentrarme también para mover mis caderas a un ritmo más acorde.

Su cuerpo me recibía sin problema alguna, aunque era la segunda vez que teníamos relaciones tal pareciera que de tantas batallas nuestros cuerpos se reconocían el uno al otro, logré golpear su próstata sin tanto problema, lo sé porque ese gesto que pone cada vez que lo hago le delata, no pude evitar dejarle algunas marcas, me gusta ser un tanto salvaje con él, es mío y quiero que los demás lo sepan, obviamente no iba a terminar como un hematoma andante, y esta vez él también me dejó una marca, no me quejé en absoluto, eso me deja saber que desea poner su sello en mí, afortunadamente lo hizo por donde va el cinturón de cuello que uso, claro que no me molestaría que viesen el “sello” Kusanagi, pero al ser el primero deseo que sea mi “secreto”. Gracias al tiempo y los ánimos que teníamos por delante pude atenderle tres veces, si hubiese sido decisión propia no le habría dejado dormir en toda la jodida noche, pero creo que le dolía el trasero, se notaba cansado también. Besé su frente con mimo al finalizar la tercera ronda. Miré esos ojos atrayéndole para abrazarle.

 

-¿En qué piensas? – estaba haciendo una de las cosas que más me relajan en el mundo cuando me preguntó aquello

- Nada que te importe… - susurré sin detener de acariciar esos mechoncillos castaños, miraba el techo solamente, en verdad no pensaba en nada, pero supongo que él siempre que se queda mirando al infinito tiende a pensar en algo porque después de decirme no sé qué se levantó, creí que comenzaría a vestirse pese a decir que iba a lavarse, es muy bipolar, así que me incliné para intentar tomar su mano, pero logró esquivarme, afortunadamente caminó hacia la ducha, le miré andar, si bien su caminar no es sexy como el de una chica, esos pasos firmes y varoniles también son bastante atrayentes, aún más desnudo pues así logró notar cada músculo en acción.

Bajé la mirada notando el desastre que eran mis sábanas, definitivamente no íbamos a dormir entre semen y sudor, me levante para cambiar la ropa de cama, y ¿por qué no? Ir a darme un “chapuzón” al lado de un gato imbécil, aunque ahora que lo pienso yo actué como felino puesto que entré sin que se diese cuenta, quizá el ruido del agua al caer, lo cierto es que le di un susto.

 

– ¡Ey! – masculló reclamándome después él no sé qué, algo que no me interesó en absoluto pues no lo recuerdo, balbucee una muletilla mientras le abrazaba, sentí como disfrutaba de ese abrazo, besé su cuello con  tiento tomando la esponja para tallarle la espalda, hizo lo mismo conmigo he de confesarte que me sentí extraño, tan feliz que sentí una cierta opresión en el pecho, siempre que he experimentado ese tipo de alegría algo tiene que  llegar y arrebatármela, intenté que esos pensamientos negativos se esfumasen de mi mente., lo que me ayudó fue sentir como me besaba, debía disfrutar de él al tenerle junto a mí, ¿para qué pensar en cosas que tal vez nunca ocurran? Tras salir comenzamos a secarnos, su mirada parecía en otro mundo ¿y se queja de mí? Pero algo me desconcertó bastante

-¿Qué pasa? – Pregunté pero solo negó como si eso respondiese mi pregunta – entonces ¿por qué tienes los ojos como si quisieras llorar? – le tomé del mentón con algo de brusquedad sin querer

- Seguro ha sido algo de champú en los ojos – ¿enserio cree que voy a tragarme eso? No quería discutir así que solo le miré secarse el cabello

- Mañana es el día – dije con cierto desgano, la verdad es que era más un dialogo conmigo pero fue de esas veces que dices cosas que deseabas solo quedasen en un pensamiento.

- Si, pero si peleamos los tres es seguro que venceremos – comentó, puede que tenga razón. Tras el pequeño diálogo nos metimos entre las sábanas, el silencio entre nosotros era tal que se hubiese podido escuchar el susurro de una cucaracha, si tuviese alguna en casa pero eso no va a pasar… esos malditos bichos me erizan la piel.

-¿Y el gato que alimentas? – voltee a verle, sus ojitos marrones escrutándome en la oscuridad

- Lo llevé con una vieja amiga – respondí sin mucho entusiasmo

- ¿Vieja amiga? No me habías mencionado que tuviese amigas – el tono que usó, aunque intentó esconderlo, fue de celos

- Hasta los don juanes como yo tenemos nuestros secretos- un golpe en mis costillas que me hizo encogerme un poco pues sus codazos no es como si fuesen suaves, aun así al notar ese “puchero” de molestia le atraje contra mí - ni se te ocurra la idiotez de que te vas – de pronto sentí una honda tristeza, algo me decía que después de ese día tal vez no volviese a verle - esta noche eres mío hasta el amanecer – logré contener el nudo en la garganta hasta la última palabra, espero que no se notase el leve temblor en mi voz.

Desafortunadamente las horas pasaron más rápido de lo que hubiese deseado, a las 7 tomó sus cosas para irse, debía encontrarse con ese par de imbéciles que me desagradan… bueno realmente el chico Judo me tiene sin cuidado pero el otro pelos de escobillón me crispa los nervios, el solo hecho de pensar que van a parar en los mismos hoteles y seguramente en la misma habitación me hace sentir el cosquilleo del fuego en mis manos, como para rostizar a la escoba con piernas, además le mira de una manera que se lo quiere comer con los ojos, ni se diga cuándo aprovecha cualquier oportunidad para abrazarlo y seguramente se le escapa algún toqueteo, claro que ese gato tarado ni cuenta se ha de dar… pero no quiero continuar pensando en la brocha rubia porque voy a terminar quemando el diario, lo cual es lo último que quisiera hacer.

 

Algo que me sorprendió bastante fue saber que lo que me hizo sentir que mis sueños eran solo eso terminó confirmándome que eran premoniciones, ¿recuerdas a los idiotas de CYS? El trio de buenos para nada terminó siendo el New Faces Team – que nombre tan patético – aunque si bien no sentí un enorme poder emanando de ellos en las batallas que he logrado observar, el tal Chris me da mala espina, no me preguntes por qué, es como una corazonada, y estas no me suelen fallar casi nunca. También reconocí al sujeto con gesto loco, se llama Yamazaki, su forma de pelear es… extraña, como si cierta desesperación le invadiese, creo sin temor a equivocarme que es un asesino a sueldo, y por lo que pude darme cuenta se lleva bien con el desgraciado de Nanakase.

Son casi las 4 de la mañana, quedan pocas horas para llegar a Japón, debo dormir al menos un poco para no ser presa fácil mañana, no me preocupa demasiado pues debo enfrentarme a Kyo y sus mascotas, aun así siento una opresión en el pecho, tal vez sea porque mis ataques de tos han aumentado y sienta la muerte cerca, pero no quiero sacar especulaciones.

 

 

Te amo madre. 

 

 

DIARIO DE KYO

29/Julio/1997

Hoy es el día, escribo esto unas horas antes que todo comience como si fuese mi última voluntad,  meteré este diario en la maleta de Goro junto con una nota, no es que no confié en Benimaru, es solo que no deseo que se entere de algunas cosas, sé que la curiosidad le mataría y tal vez se animase a leer algunas hojas más de lo que pido a Goro que lea, él es menos cotilla.

 

Madre, Padre, gracias por prometerme no venir a verme pelear como me dijeron querían hacerlo, no deseo que les pase nada, y si están leyendo esto es porque la tierra ha sido salvada pero nosotros no hemos logrado sobrevivir, o al menos yo no pude, confió en que Chizuru-san lleve a Yuki con su familia.

 

Madre, sé que te prometí regresar, e hice todo lo que pude para mantener ese juramento, pero a veces las pruebas son más difíciles de lo que pensábamos, y tal vez mi destino era dar mi vida por las personas que amo, y a ti te amo por encima de todo, siempre me impulsaste a dar lo mejor de mí, aun cuando me regañabas sé que lo hacías por mi bien, gracias por aconsejarme y soportar todos mis berrinches, tanto cuando era niño como hasta ahora. No quiero que llores más, siempre estaré junto a ti cuidándote tal como lo hiciste tú. No dejes que papá se deprima, y si pueden denme un hermanito, siempre se los pedí pero una vez me confesaste que no deseabas repartir tu amor de madre con nadie más que conmigo, ojala aun estén a tiempo de formar otra personita que seguro será mucho mejor que yo porque echando a perder se aprende.

 

Padre, gracias por entrenarme, he crecido como peleador debido a tus consejos, no solo dentro sino fuera del dojo, cada golpe, cada ojo morado o labio sangrante fueron lecciones que se quedaron conmigo, si bien tus golpes apenas y pude esquivarlos me prepararon para luchar contra muchos enemigos y vencer. Haz a mamá tan feliz como hasta ahora o más, también te pido intentar traer otro ser al mundo.

Debo confesarles que a veces me sentía solo, no malinterpreten, siempre supe que los tenía a ustedes, pero me hizo falta el cariño, la complicidad y el amor/odio de un hermano, pelear por sus atenciones, por los juguetes, una mano a la cual tomar cuando pasara algo que consideraba tan tonto para decírselo a ustedes pero tan importante como para compartirlo con un hermano.

 

Yuki, deseo que estés bien, juro por mi honor que hice todo lo posible porque así fuese, no dudo que ahora  tus padres estén a tu lado dándote fuerzas para superar mi muerte, lo harás no tengas duda, vivimos muchos años como novios, pasamos un sinfín de cosas juntos. Perdona la forma tan poco delicada con la que te pedí terminásemos nuestra relación, debo confesarte que tenías razón, había alguien más en mi vida, no lo planeé, no quise herirte pero no podía evitarlo, simplemente me enamoré.

 

Iori, no hay mucho que pueda decirte, porque no sé si, como le pido a Daimon-san, te encuentres en la misma habitación que los demás para escuchar esto o si como yo tampoco lograste sobrevivir, si es lo primero quiero que sepas que pensaba decirle todo a mis padres después del torneo, decirles que tú eres la persona que amo, que pese a los esfuerzos del clan mi corazón fue rindiéndose ante ti día tras día, más allá de los golpes, más allá del odio, nada pudo evitar que mis verdaderos sentimientos florecieran. Viví tan feliz a tu lado el poco tiempo que estuvimos juntos que no podría cambiarlo por seguir vivo sin ti.

 

Les digo adiós a todos, o mejor dicho, un hasta luego, nos veremos cuando sus vidas en el mundo deban terminar, tengan por seguro que los estaré esperando cuando sea el momento, que cuidaré de ustedes desde donde esté esperando que vivan tan felices como lo hice yo.

 

ATTE: Kusanagi Kyo

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Es momento de terminar con esto, el sol está saliendo ya y mis compañeros no tardan en despertar, debo de prepararme, consciente estoy de los peligros, y de que puedo morir durante la batalla, pero confió en mis amigos, en mis clanes hermanos, Chizuru quien prometió protegernos, sé que jamás rompería una promesa, los Yata han pasado siglos protegiendo el sello de Orochi, una promesa de unas horas no la olvidaría.

Y Yagami, el año pasado me demostró que me protegería sin importar qué, pero a diferencia de esa vez no me quedaré sin hacer nada, daré todo de mi para que este diario no sea leído por nadie más, para que mi vida continúe y pueda gritar a los cuatro vientos cuanto amo a ese pecoso del demonio, cuando todo esto termine tomaré su mano con fuerza, y no le soltaré jamás, nunca más volverá a estar solo ni yo tampoco.

 

Te amo maldito pecoso. Te amo Iori.

DIARIO DE IORI

29/Julio/1997

No pude dormir, siento la cabeza como bombo de batería en pleno concierto de death metal. Estoy solo en mi cuarto de hotel, apenas a unas cuadras del estadio donde se llevarán a cabo las últimas batallas, lucharé seguramente contra Benimaru y Goro, los dejaré inútiles para que no tengan la mínima oportunidad de intentar quedarse a proteger a Kyo, sé que lo que menos quiere ese gato tonto es poner en riesgo a sus amigos así que he decidido darle una mano.

 

He de admitir que me da algo de envidia, desde que les conoció en el primer torneo en que participó no ha tenido que preocuparse por buscar compañeros para un equipo, en cambio yo siempre he tenido que cambiar, no es como si me fuese a poner dramático, es solo que Kusanagi se ha quejado un par de veces sobre su soledad, me ha dicho que soy afortunado por tener hermanos, alguna vez me preguntó qué se sentía tenerlos. No pude contestarle, tengo hermanos pero jamás me sentí parte de esa familia, y es más doloroso, porque a pesar de estar rodeado de personas siempre estuve solo, aislado del resto, era como un adorno más que pertenecía a la casa. La única que se preocupó por mí fue mi madre, y el dolor de haberla perdido aún no desaparece.

 

Justo ahora que tal vez mi vida se acabe no sabría a quién dedicarle mis últimas palabras de no ser a él, el chico con cara de niña bonita.

 

Akane, Kaoru y Yukari, si este diario llega a sus manos espero que lo quemen junto con todas mis pertenencias, no es necesario que conserven las cosas de alguien que no significó nada en sus vidas. Y lo mismo digo si es Yume el que está leyendo esto, gracias por los golpes y maltratos, me ayudaste a no tener que necesitarte ni en la hora de mi muerte, y créeme cuando digo que en lo último en qué pensaría antes de morir es en ti. Si aún te queda algo de humanidad y encuentras mis restos por ahí déjame estar al lado de madre.

 

Ahora que lo pienso sería un desperdicio que mis pensamientos fuesen a parar a manos de cualquiera de los Yagami, lo mejor será encontrar a alguien más, te llevaré a Chizuru antes de que empiece todo esto de la final, ella sabrá qué hacer, tanto ella como el gato idiota vivirán, no es un deseo, es una certeza, porque sin importar nada no moriré mientras estén en peligro. Deben vivir para ser felices, cada uno tiene aún algo por qué hacerlo.

Yo también, tengo al maldito gato idiota, pero si debe haber un sacrificio con gusto lo haré, sus padres le esperan, Chizuru aún debe seguir protegiendo al mundo guardando el sello del idiota de Orochi, la maldita serpiente a la que volveremos a encerrar.

 

Madre, contigo puedo ser sincero, no quiero morir, no estoy preparado aún, pero la maldición avanza cada día más, si no muero hoy pasará poco tiempo para que mi cuerpo sucumba, estoy en una disyuntiva, vivir mis últimos años con la persona que amo, y hacerle infeliz al ver cómo me deterioro, o dejar que todo termine hoy, sufrirá pero pasará más rápido porque no me verá decaer… sé lo que se siente ver a alguien que amas marchitarse día con día, sin poder hacer nada para aliviar su dolor, para que vuelva a sonreír, cada una de tus lágrimas secó mi corazón como si fuesen mías, tus gritos de agonía resuenan aun en mi cabeza, los ruegos hacia mi padre para que me dejase verte, tu voz llamándome con desesperación los últimos minutos de tu vida. Por más que corrí hacia ti no pude lograr llegar, ni siquiera me dejó entrar a la habitación para despedirme, el día de tu funeral me obligó a entrenar con la amenaza de golpearme al llegar si no había completado todos los ejercicios.

 

Todo da vueltas en mi cabeza, lo único cierto en mi vida ahora es Kusanagi, hoy  cuando Orochi se presente ante nosotros tomaré su mano con firmeza, le diré cuanto le amo y haremos frente a ese demonio.

 

Es tiempo de irme, ha llegado la hora y visitaré a Kagura para entregarte a ella.  

 

 

Madre, Kyo, los amo.

FIN

  

 

 

 

 


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