No sabía cuál era el plan de SiWon, pero estaba seguro de que el infierno no estaba funcionando, porque Ryeo podía sentir el momento en que el adepto a la mente descubrió que no tenía ningún vínculo mental.
La presión fría y sin emociones en su mente se convirtió en sospecha, luego en ira, luego en sospecha otra vez, antes de que la presencia invasiva desapareciera de repente de su mente.
Jadeando por respirar, Ryeo abrió los ojos de golpe. Tratando de ignorar el dolor de cabeza y las náuseas, centró su mirada con cierta dificultad en lo que estaba sucediendo en la habitación.
El Alto Adepto también estaba arrodillado, como si sus rodillas se hubieran agotado. Estaba temblando levemente, su rostro pálido como la muerte. Sus ojos, una vez sin emociones, estaban muy abiertos por el shock y algo como el horror mientras luchaba por respirar, mirando a SiWon.
SiWon, que tenía una mirada de intensa concentración en su rostro, una gota de sudor corría por su frente.
La piel de Ryeo picaba con la piel de gallina. Él podía literalmente sentir el poder pulsando en la habitación, una mente tratando de someter a la otra. Podía sentir que el Alto Adepto estaba peleando, su entrenamiento en artes mentales era claramente superior al de SiWon. Pero aún no era suficiente.
Aunque SiWon le había dicho a Ryeo que el poder en bruto no lo era todo, obviamente lo era en ese caso particular. Ryeo podía sentir la fuerza de la telepatía de SiWon aplastando al otro hombre, una y otra vez, un golpe tras otro.
Por fin, el Alto Adepto gimió, la sangre goteando de su nariz mientras se desmayaba, cayendo al suelo.
SiWon exhaló, su rostro perdió la mirada de concentración, pero sus hombros se mantuvieron tensos mientras miraba al inconsciente monje con una expresión sombría en sus ojos.
-¿Qué hiciste?
Susurró Ryeo, mirando hacia la puerta, temiendo que alguien entrara. Si habían sido observados, estaban jodidos.
Y entonces él casi se echó a reír. ¿Qué estaba mal con él? Tenía miedo de lo incorrecto aquí. Si SiWon pudiera reducir incluso al mejor adepto a la mente en el planeta a un montón en el suelo, entonces fácilmente podría joder con la mente de Ryeo diez veces y hacerle creer lo que quisiera. Debería haberlo asustado.
No lo hizo. Sentía muchas cosas alrededor de SiWon, pero el miedo no era una de ellas, nunca lo había sido.
Tal vez él era un idiota.
SiWon movió sus ojos hacia él.
-Tu nariz está sangrando - dijo con voz cortada. - ¿Te lastimó?
Ryeo se tocó la nariz y se limpió las pocas gotas de sangre que encontró.
-¿Qué pasó?
-Desmonté sus defensas mientras estaba distraído, pero era más fuerte de lo que esperaba. Al menos es de clase 6 - se puso de pie y, tomando la muñeca de Ryeo, lo levantó. - ¿Te duele la cabeza?
Dijo, sin mirarlo.
Ryeo lo miró fijamente.
-¿Importa?
Un músculo flexionado en la mandíbula de SiWon.
-No perdería mi tiempo preguntando por algo que no importaba. Es un telépata de alto nivel. Un contacto telepático prolongado con uno siempre es peligroso.
-También eres un telépata de alto nivel - murmuró mirando a SiWon con curiosidad. - He sobrevivido teniéndote en mí varias veces muy bien - Inmediatamente, Ryeo lamentó su elección de palabras. Ugh. - Llegó bastante profundo, pero te he tuve mucho más profundo.
Ryeo se sonrojó, mortificado por las cosas que salían de su boca. ¿Qué demonios estaba mal con él? ¿Por qué seguía recordándole a SiWon lo que habían compartido?
Afortunadamente, SiWon todavía no lo estaba mirando, así que no vio su sonrojo. Su mirada fue desviada, su rostro duro como la piedra. Solo su agarre en la muñeca de Ryeo se apretó.
-Eso fue diferente. Él no soy yo.
Antes de que Ryeo pudiera procesar lo que se suponía que significaba, SiWon soltó la muñeca de Ryeo y caminó hacia el hombre inconsciente. Presionó su mano debajo de la oreja del Alto Adepto y cerró los ojos por un momento.
Al acariciar su propia muñeca, Ryeo miró fijamente el perfil de SiWon, sus ojos recorrieron la fuerte mandíbula de SiWon y la firme y arrogante curva de sus labios.
Él arrastró su mirada lejos.
-Actúa un poco desorientado y abrumado - dijo SiWon, enderezándose. - Cómo si acabaras de romper tu vínculo.
Antes de que Ryeo pudiera decir algo, el Alto Adepto abrió los ojos y se incorporó, frunciendo el ceño.
-Mis disculpas, Su Gracia - dijo SiWon, sonando avergonzado, de todas las cosas. - No quise empujarle.
La cara del Alto Adepto se aclaró, como si las palabras de SiWon tuvieran sentido total.
-Entiendo. Me han dicho que la falta repentina de la unión puede ser desorientadora.
Una arruga apareció de repente entre sus cejas. Miró entre ellos bruscamente mientras se ponía de pie.
Se le cayó el estómago a Ryeo. ¿Sospechaba algo, después de todo?
El Alto Adepto miró a SiWon.
-Como usted es un señor canciller de la MIA, estoy seguro de que no necesito recordarle que vuelva a tomar el examen telepático estándar en los próximos dos días, Su Alteza.
SiWon asintió.
-Y me aseguraré de que Ryeo'ngh'veighli haga lo mismo.
El monje miró a Ryeo.
-¿Está bien, Su Alteza? Se ve pálido.
Ryeo se estremeció.
-Sólo un poco abrumado. Todo se siente... mucho más.
Debió haber sonado bastante convincente, porque el Alto Adepto en realidad parecía simpático.
-Era de esperarse. Pero si experimenta alguna dificultad para manejar sus sentidos intensificados, puede regresar al Alto Hronthar. Haré tiempo para usted.
-Estoy seguro de que no será necesario - dijo SiWon rotundamente. - Gracias por su tiempo, Su Gracia.
Ryeo siguió a SiWon fuera de la habitación. Sintió la mirada desconcertante del Alto Adepto en su espalda hasta que la puerta se cerró detrás de ellos.
-Creo que sospecha algo.
Susurró Ryeo.
SiWon no dijo nada.
-¿Me escuchaste?
Dijo Ryeo.
-Sí.
Dijo SiWon, mirando al frente.
-¿Y? - Ryeo se quedó en silencio, esperando a que los pocos monjes que se dirigían en dirección opuesta pasaran junto a ellos. - ¿No estás preocupado?
-No importa.
Todavía no lo estaba mirando. Ryeo lo fulminó con la mirada, empezando a enojarse mucho.
Nada lo enojó tanto como cuando SiWon lo ignoraba y lo hace sentir como si no importara.
-¿Por qué no?
Dijo, cruzando los brazos sobre el pecho.
-No se atreverá a hacer nada contra mí. Incluso si él está sospechando algo, tengo suficiente suciedad sobre él para hacerlo muy agradable.
-¿Viste sus recuerdos privados?
Ryeo no estaba seguro de lo que decía sobre él de que la emoción que sentía era la exasperación, no la indignación o el disgusto.
-Por supuesto que sí - dijo encogiéndose de hombros ligeramente. - No podía perder la oportunidad de obtener influencia sobre uno de los individuos más poderosos del planeta. Soy un político.
-Eres una persona terrible.
Dijo Ryeo sin mucho calor.
-Sí.
Ryeo se echó a reír a pesar de sí mismo y volvió la cabeza para que SiWon no pudiera ver su sonrisa.
Podía sentir los ojos de SiWon en un lado de su cara. Figuraba por supuesto, el imbécil lo miraría ahora que Ryeo no quería que lo miraran.
-Lo estás subestimando, sabes - dijo Ryeo, pasándose una mano por el pelo. - Él es... extremadamente poderoso. Nunca he sentido algo así. Es muy, muy fuerte.
Una llamarada de molestia que salió de SiWon tomó a Ryeo por sorpresa. Por lo general, SiWon tenía un control increíble sobre sus escudos mentales, y rara vez permitía sentir sus emociones, a menos que Ryeo lo estuviera tocando, por lo que su repentino control fue muy sorprendente.
-Lo vencí con bastante facilidad.
Dijo SiWon uniformemente.
-¡Solo porque lo tomaste desprevenido! Es peligroso.
-No más que yo.
Ryeo parpadeó. Inclinó la cabeza hacia un lado, observando la expresión pétrea de SiWon. ¿Estaba SiWon realmente molesto porque Ryeo lo consideraba inferior al Alto Adepto?
-No lo sé - dijo Ryeo casualmente. - Se sintió mucho más fuerte que tú cuando estaba en mí.
La mandíbula de SiWon se apretó.
Ryeo reprimió una sonrisa, completamente encantado. No podía creer que SiWon realmente se estuviera poniendo nervioso por algo tan ridículo. Como, sabía que SiWon se esforzaba por lograr la perfección en todo lo que hacía, pero ¿no era un fanático del control que quería ser el mejor en todo? No era realista. Fue completamente loco.
-Se sintió más fuerte solo porque no sabía cómo manejarte - dijo SiWon con voz cortada. - La fuerza bruta es la ruta más fácil cuando la mente no es familiar. La falta de delicadeza no es algo que deba ser alabado.
Ryeo casi se echó a reír.