Más tarde, Ryeo se avergonzaría de darse cuenta, pero había pasado al menos media hora después de que SiWon se fuera abrazando la almohada y pensando en SiWon de una manera que podría describirse como "soñadora".
También podría o no haber estado respirando el aroma de SiWon en la almohada, pero eso era algo que nunca admitiría ante nadie, ni siquiera ante sí mismo.
-Ugh.
Gimió en la almohada, disgustado consigo mismo.
¿Tenía la intención seria de quedarse en la cama de SiWon y esperar a que volviera a casa como un... como un buen marido? Estaba más allá del ridículo. Fue una locura. No importa lo bueno que fuera el sexo, no cambió nada.
No debería cambiar nada. SiWon no era nada para él. Un par de jodidas desaconsejables y fusiones ilícitas no cambiarían eso. SiWon estaba comprometido con Roseanne.
-Sin mencionar que lo odias.
Dijo Ryeo, esperando que decirlo en voz alta llevaría el punto a casa. ¿Desde cuándo necesitaba recordarse que odiaba a SiWon? Era uno de los hechos indiscutibles de la vida: su nombre era Ryeo'ngh'veighli, era un príncipe del Tercer Gran Clan y odiaba a SiWon.
¿Pero él realmente lo hacía?
Ryeo frunció el ceño, frunciendo los labios. Se sentía raro cuestionar algo que ni siquiera debería cuestionarse, pero...
¿Realmente odiaba todavía a SiWon? ¿O fue solo una fuerza de costumbre en este punto? Ciertamente no odiaba besarlo o tocarlo, o incluso hablar con él. SiWon todavía lo volvía loco, pero la diferencia era que, la mitad del tiempo, Ryeo no estaba seguro de querer darle un puñetazo en la cara arrogante o empujarle la lengua por la garganta.
El hecho de que ya no estuviera seguro de odiar a SiWon era bastante perturbador en sí mismo. ¿Cómo podría no odiarlo? SiWon era un gilipollas. Era una persona terrible, horrible, nada buena, muy mala con una brújula moral muy cuestionable.
Ahora que sabía todo el alcance de lo horrible que era SiWon, debería absolutamente despreciarlo. No debería querer tener nada que ver con él. Y, desde luego, no debería estar esperando el regreso de SiWon en la cama de SiWon, desnudo y ansioso por continuar donde lo habían dejado.
Joder, realmente había perdido la cabeza. Después de años de querer estar libre de SiWon, ¿Cómo podría él querer esto? Ya ni siquiera podía culpar a su constante excitación; se sentía perfectamente en control de sus sentidos y su líbido, a menos que él y SiWon estuvieran en la misma habitación, y luego parecía perder todo el control de sus funciones cerebrales superiores.
Ugh. Esto fue horrible.
Tal vez debería tratar de follar a alguien más.
Las cejas de Ryeo se fruncieron ante el pensamiento. De alguna manera, ni siquiera podía imaginar hacerlo, y eso era bastante alarmante, en realidad.
-¿Crees que debería dormir con alguien más?
Fue lo primero que dijo Ryeo en el momento en que SiWon regresó.
SiWon se detuvo en la puerta, todavía vestido con los colores oficiales del Ministerio. Se veía muy bueno, pero Ryeo estaba decidido a ignorarlo. Había pasado la última hora paseando por las habitaciones de SiWon, molestándose más a medida que analizaba sus sentimientos y pensamientos.
Pronto se hizo evidente que no tenía ningún deseo de tener relaciones sexuales con otra persona, que se sentía vagamente disgustado por la mera idea, y que las implicaciones de esto eran aterradoras.
Algo había que hacer. Él tuvo que detener esto. Necesitaba dejar de ser un idiota y superar su fijación con un hombre que había odiado toda su vida.
-¿Perdón?
Dijo SiWon, sus ojos estrechándose ligeramente.
Su mirada recorrió a Ryeo con algo como disgusto, como si en realidad hubiera esperado encontrar a Ryeo todavía desnudo.
-Creo que debería dejar de dormir contigo y follar con alguien más.
Dijo Ryeo, cruzando los brazos sobre su pecho.
Aunque el rostro de SiWon era impasible, Ryeo podía sentir una fuerte emoción saliendo de él, algo tóxico y feo. Era una cosa muy peculiar.
Parecía que las fusiones que habían hecho lo habían puesto más en sintonía con las emociones de SiWon, eso o SiWon no mantenían sus escudos tan impenetrables como solía hacerlo en su presencia. Ryeo no estaba seguro de qué opción lo inquietaba más.
-¿Deberías? Sé que eres nuevo en esto, pero es recomendable tener relaciones sexuales solo si hay un “deseo” involucrado.
Ryeo resopló. Si sigo haciendo lo que quiero, pasaré todo mi tiempo debajo de ti.
Ese pensamiento solo endureció su resolución, porque qué demonios, en serio.
-Solo estoy pensando racionalmente - dijo Ryeo, dando un paso cauteloso hacia atrás cuando SiWon comenzó a caminar hacia él. - Tú mismo lo dijiste: esto no tiene sentido. Estás comprometido. Mis madres también están eligiendo al mejor pretendiente de las propuestas que he recibido.
Algo oscuro se reflejó en la cara de SiWon por solo un momento antes de que su expresión quedara completamente en blanco.
-¿Propuestas? Han pasado diez días.
Ryeo se rió entre dientes.
-Se sabe desde hace un mes que nuestro vínculo se rompería. Es tiempo más que suficiente para que recibiera más de treinta propuestas, en su mayoría de la realeza y políticos de otros planetas -Sonrió torcidamente. - Y antes de que digas algo, sí, soy perfectamente consciente de que la mayoría de ellas son propuestas esencialmente políticas.
-¿Y estás bien con eso?
Dijo SiWon, deteniéndose frente a él. Ryeo dio otro paso hacia atrás.
-¿Por qué no lo estaría? Es como nuestro compromiso.
-Recuerdo claramente que no estabas “bien” con nuestro compromiso.
-Estaba perfectamente bien con eso hasta que te conocí.
Estaba dispuesto a esforzarme y hacer que nuestro matrimonio funcionara, hasta que empezaste a tratarme como si fuera un niño mimado que encontrabas molesto
Ryeo estaba orgulloso de lo casual que logró sonar.
Algo cambió en la expresión de SiWon.
-Así que estás dispuesto a casarte con un extraño - su voz era muy suave. - Después de decirme durante años que querías la libertad.
Los labios de Ryeo se torcieron.
-No necesariamente libertad, libertad de elección. Si, cuando, mis madres reduzcan las propuestas, tendré que elegir entre ellas. Sé que, si no me gustan ninguno de ellos, no me veré forzado a otro compromiso no deseado - Levantó la barbilla y miró a SiWon a los ojos. - Pero con el tiempo voy a aceptar una de ellas. Soy un príncipe del Tercer Gran Clan. Contrariamente a tus creencias, conozco mi deber para con mi clan. No soy un tonto niño mimado. Haré lo que tenga que hacer para mejorar nuestra posición política sacudida y asegurar una buena alianza para mi clan. Al menos esta vez será mi propia elección. Él, quienquiera que sea, será mi elección.
Esa fea emoción se encendió alrededor de SiWon otra vez, rodeándolo como una nube de gas tóxico. Era asombroso lo tranquilo que podía verse SiWon cuando claramente sentía algo más que calma.
-¿Él? - Dijo sin inflexión. - ¿No es ella o él?
Ryeo se encogió de hombros y sostuvo su mirada:
-Me parece que me gusta mucho la polla para dejarla.
Salió tan vulgar como había esperado. Necesitaba reducir esto, sea lo que fuera, a nada más que al deseo carnal. Porque lo fue. Lo fue, maldición.
Un músculo se contrajo en la mandíbula de SiWon.
-Ya veo - dijo. Caminó hacia su escritorio. - Hablando de matrimonios...
De espaldas a Ryeo, recogió algo de su escritorio.
Cuando se dio la vuelta, la fea emoción que rodeaba a SiWon se había ido, sus escudos completamente arriba e impenetrables una vez más.
-Creo que aún no te la han enviado, pero es mejor que tomes la tuya ahora antes de irte.
Le entregó la tarjeta blanca a Ryeo y su expresión se cerró por completo.
Frunciendo el ceño, Ryeo la miró.
“Le invitamos al baile que tendrá lugar el 12 de Solctinys para celebrar la ocasión del matrimonio del príncipe heredero Shǐ Yuán'ngh'chaali con Lady Roseanne'shni'gul, una hija del Clan Mihuhr.”
Ryeo no leyó el resto. Miró fijamente la tarjeta, la invitación de boda.
¿El 12 de Solctinys? Era apenas un mes de distancia.
-¿Tan pronto?
Se las arregló decir. Su garganta se sentía extrañamente gruesa, como si algo se hubiera alojado en ella y tuviera que hablar a su alrededor. No sabía por qué estaba tan cegado por las noticias. Él había sabido que vendría. Él lo hizo. Todavía no se había sentido real.
Hasta ahora.
-Tu casa no es la única que ha sido dañada por los recientes escándalos. De hecho, la mía ha recibido un golpe más fuerte, especialmente considerando todas las especulaciones acerca de que mi hermano tiene una relación con un ciudadano pre-TTCI. La especulación debe ser detenida. SungMin necesita ser reintroducido de nuevo en la sociedad, y no hay mejor oportunidad para demostrar que está bien si me caso con su antigua compañera que tenerlo presente durante nuestra ceremonia de matrimonio.
Ryeo apenas podía procesar sus palabras, su mente aún estaba atascada en el hecho de que en menos de un mes, SiWon se iba a casar con Roseanne. Parecía impensable. Incorrecto.
Ryeo se mordió el interior de la mejilla, con fuerza.
-¿Así que SungMin está regresando?
Dijo al fin, dándose la vuelta para que SiWon no pudiera ver su rostro.
-Sí. Los rumores están empeorando. Su continua ausencia está causando rumores peores que la realidad. Cuanto antes se reintroduzca en la sociedad, mayores serán las posibilidades de poder volver a casa sin ser rechazado.
Parte de Ryeo estuvo casi conmovido por la obvia preocupación de SiWon por la reputación y el futuro de su hermano menor. Casi. A la mayor parte de él le molestaba que SiWon no hubiera mostrado la misma consideración y cuidado hacia su reputación.
Racionalmente, Ryeo sabía que probablemente significaba que SiWon lo consideraba capaz de manejarse a sí mismo, pero irracionalmente, había una parte patética de él que quería que lo cuidara de la misma manera que SiWon lo hizo con SungMin, bueno, no de la misma manera, pero…
Ryeo cortó ese tren de pensamientos, tomó su dispositivo múltiple de la mesita de noche y dijo, sin mirar a SiWon:
-Avísame si SungMin necesita ayuda cuando regrese. No, dile que me llame si me necesita. Siempre es bienvenido en mi casa.
Y con eso, Ryeo se dirigió a la puerta.
-Ryeo.
Hizo una pausa, de espaldas a SiWon.
-¿Sí?
Ryeo dijo, tan calmadamente como pudo. Estaba tranquilo. No iba a sufrir una crisis porque un hombre que odiaba (sí, odiaba) se estaba casando con otra persona.
-Cuando nos conocimos, realmente no te encontré con falta - dijo SiWon, su voz tranquila y un poco rígida. - Fui cruel porque tenía que serlo, para mantenerte a distancia. No había nada malo en ti. Nunca lo ha habido.
Ryeo se quedó mirando fijamente la puerta. Le dolía el pecho.
No había nada malo en él. Quiso escuchar esas palabras de SiWon toda su vida, pero cuando las consiguió... quería llorar y enfurecerse, golpearlo y luego esconder su cara contra el pecho de SiWon y sentir sus brazos a su alrededor.
No hizo ninguna de esas cosas. Él dijo, muy uniformemente:
-Gracias por decirme eso.
Y salió de la habitación, el dolor en su garganta y su pecho empeorando con cada respiración que tomaba hasta que su visión era borrosa y apenas podía ver a dónde iba.
-La cámara está a la izquierda, Su Alteza.
Se oyó la voz de Borg'gorn, su tono amable y gentil.
Ryeo lo odiaba.
-Sé dónde está.
Dijo con tanta dignidad como pudo reunir.
-Por supuesto, Su Alteza.
Ryeo logró meterse en la cámara y se apoyó contra su pared. Comenzó a moverse sin su comando, sin duda, lo está haciendo Borg'gorn.
Ryeo se preguntó si era posible que una IA sintiera lástima.
Se rió, el sonido tan feo y vacío como la sensación dentro de él.
* * *
Cuando el sonido de los pasos de Ryeo retrocedió por el pasillo, la mirada de SiWon cayó sobre la invitación en el suelo. La recogió y la miró fijamente, al nombre de Ryeo en el lugar equivocado, antes de aplastarla con el puño.
-¿Permiso para hablar libremente, Su Alteza?
Dijo Borg'gorn.
-Denegado.
Dijo SiWon, caminando hacia el bar y sirviéndose una bebida.
La tomó de un trago. El alcohol le quemó la garganta cuando bajó, pero no hizo nada para borrar la sensación de tensión en ella.