-Sabes que tengo razón. Me sorprende que no te hayas matado o muerto de hambre. Eres demasiado ingenuo y amable para tu propio bien.
SungMin hizo un puchero.
-No lo soy. Yo era un humano muy creíble. ¡Aprendí a usar una máquina de café en diez minutos!
Ryeo lo miró sin comprender.
-No tengo idea de lo que acabas de decir. Pero, de todos modos. Está decidido: voy al Sol III, quiero decir, a la Tierra.
Se corrigió él mismo, tratando de acostumbrarse al nuevo nombre nativo del planeta. Sus registros decían que el nombre nativo del planeta era Terra, pero tenía sentido que el lenguaje del planeta cambiaría en los miles de años que habían pasado desde que Sol III había sido localizado por primera vez.
SungMin dejó escapar un suspiro.
-Sabes, me molesta que odies tanto a mi hermano y estés dispuesto a hacer cualquier cosa para deshacerte del vínculo con él. ¿Por qué no quieres convertirte en su rey-consorte? Es un gran honor y realmente serás mi familia, entonces.
Ryeo sintió una punzada de culpa.
-Min, no lo tomes personalmente, ¿de acuerdo? Solo trata de ponerte en mis zapatos. ¿Te gustaría estar unido de por vida a un bastardo tan frío y cruel como SiWon? ¿Sabes que nunca me sonríe? ¡Nunca! Él siempre me mira como si fuera un pequeño insecto molesto bajo sus pies. Demonios, ¡me ignora la mayor parte del tiempo! Es decir, a menos que me esté criticando por algo...
-Pero…
-¡Y eso no es todo! Él me bloquea completamente de su mente. ¿Sabes todo lo que la gente dice acerca de que el vínculo es un camino a la mente de tu compañero? Es una tontería, en lo que respecta a nuestro vínculo. Nunca ha tocado mi mente. Cada vez que trato de acercarme a él, me encuentro con esa pared fea e impenetrable que me hace sentir mareado y enfermo. ¿Por qué querría estar unido por la vida a una persona así?
Incluso pensar en ese feo muro no deseado que lo bloqueaba de la mente de SiWon hizo que su garganta se cerrara, y Ryeo frunció el ceño, odiando que el rechazo de SiWon siguiera afectándole tanto. No debería importarle. No le importaba. A la mierda ese imbécil. Que lo jodan.
-Si consigues que tu vínculo se disuelva, SiWon volverá a estar sin vínculos - dijo SungMin, mirándolo suplicante. - Ha estado esperando hasta que alcances la mayoría de edad.
Ryeo se burló.
-No es culpa mía que su primera compañera muriera. Chica con suerte.
SungMin le dio una mirada de reproche.
-¡Ryeo! La muerte no es broma.
-No estoy bromeando - dijo a la defensiva. - La muerte es preferible al destino de ser la pareja de SiWon. Ni siquiera había nacido entonces. No es mi culpa que SiWon tenga que esperar hasta que llegue a los veinticinco. Es demasiado viejo para mí de todos modos.
-Él es sólo ocho años mayor. Si su vínculo se disuelve, no tendrá otras opciones. Todos los demás están emparejados.
Ryeo no se sentía particularmente comprensivo.
-Él siempre puede estar unido a algún pobre bebé y esperar hasta que crezca. Es lo que me hicieron, ¿No?
SungMin suspiró de nuevo.
-Bien. Digamos que encuentras una manera de llegar a la Tierra y quedarte allí durante meses. Digamos que tienes el vínculo con SiWon disuelto. ¿Qué vas a hacer entonces?
¿Estaba bromeando SungMin?
-No lo sé - dijo con una amplia sonrisa. - Pero seré libre de tomar mis propias decisiones. Estaré libre de él. Tendré la libertad de hacer lo que quiera.
Algo parpadeó en los ojos de SungMin, una emoción fea y enfermiza que se desprendía de él en oleadas.
La sonrisa de Ryeo se desvaneció. Miró a su amigo con el ceño fruncido.
-¿Qué fue eso? ¿Estás bien?
SungMin respiró hondo, evitando sus ojos.
-Conocí a alguien en la Tierra - dijo al fin, mirando sus manos. - Nos hemos convertido en... muy cercanos. Lo extraño mucho.
-Oh.
Dijo Ryeo débilmente, más que un poco sorprendido. Se sentó en el sofá y puso un brazo alrededor de los hombros de SungMin. Su especie no era muy dada al afecto físico, pero tenía la sensación de que SungMin lo necesitaba en este momento.
Tenía razón: SungMin se apoyó en el toque con entusiasmo, como si estuviera hambriento de contacto.
Ryeo no estaba seguro de qué pensar.
-Espera - dijo, sentándose derecho. - Si ya no estás vinculado, ¿Puedes sentir atracción sexual?
SungMin se sonrojó.
-Eres descarado. No deberías estar preguntándome sobre tales cosas.
-¡Bah! En lo que a mí respecta, es natural. Es el vínculo estúpido que nos convirtió en seres sin asexuales - Él frunció el ceño. - Sabes, me sorprende que el vínculo nos permita tener relaciones sexuales en absoluto. En realidad, si la tecnología de los úteros artificiales ya se hubiera inventado en ese momento, estoy seguro de que ni siquiera se habrían molestado en devolvernos la posibilidad de tener relaciones sexuales.
A Ryeo siempre le había parecido extraño que los Calluvian no pudieran sentir la excitación sexual hasta su boda, y de repente podían. Ahora todo tenía sentido. El Consejo hizo una única enmienda a la Ley de Vinculación quince años después de la introducción de la ley.
La ceremonia de unión a la edad de veinticinco años no había estado en la ley original. El Consejo probablemente no había esperado que el vínculo de la infancia suprimiera del cerebro los centros de excitación sexual también, por lo que el problema fue solucionado por un adepto a la mente durante la ceremonia de vinculación, sin afectar a otras partes del vínculo.
Incluso pensar en lo mucho que estaban enredados sus cerebros le hizo sentirse un poco enfermo.
-Casi me hace desear que la tecnología de úteros artificiales todavía no existiera - dijo Ryeo. - Entonces no me habrían unido a otro hombre.
Al darse cuenta de la exasperada mirada de SungMin, Ryeo se calló, sonrojándose. Sabía que estaba un poco obsesionado con el tema. Bien, estaba más que un poco obsesionado con SiWon, su odio hacia él le nublaba su capacidad de pensar con claridad.
Lo cual era ridículo desear que la tecnología de matrices artificiales no existiera, no habrían nacido en absoluto sin ella, ya que sus padres eran una pareja del mismo sexo.
Ryeo miró a SungMin con curiosidad.
-¿Qué?
Dijo SungMin.
-¿Es verdad que los humanos todavía tienen cosas como la heterosexualidad y la homosexualidad?
SungMin asintió.
-La heterosexualidad es considerada la norma allí.
Ryeo hizo una mueca.
-Eso apesta. Sin embargo, sería genial tener opciones en lugar de la vinculación sexual. Es una pena que tu vínculo se rompiera tan tarde y no tuviste la oportunidad de explorar tu verdadera sexualidad sin la mentira del vínculo.
¿SungMin estaba evitando sus ojos?
Ryeo lo estudió. No, seguramente solo lo estaba imaginando.
-Tal vez deberíamos ir a la Tierra juntos.
Dijo, probando las aguas.
La mirada de SungMin se volvió hacia él, con la esperanza brillando en sus ojos violetas antes de desaparecer.
-No seas tonto. Nadie nos dejaría ir. ¿No crees que no lo intenté? Los viajes a los planetas pre-TTCI están regulados por el Ministerio de Asuntos Intergalácticos. Se pueden hacer excepciones especiales, pero debe haber una muy buena razón.
Teniendo en cuenta que el Lord Canciller de la rama del Ministerio de Calluvia es SiWon, buena suerte al intentar convencerlo de que tienes una buena razón para visitar la Tierra.
-Maldita sea - Ryeo suspiró. - ¿No puedes hablar con él?
Puede que sea un gilipollas altanero, pero es tu hermano.
SungMin hizo una mueca.
-SiWon no lo sancionará si no hay una razón buena y racional.
Así que ni siquiera intenté hablar con él sobre eso después de que mis padres dijeron que no.
-Todavía tienes más posibilidades de convencerlo que yo - dijo Ryeo. - Al menos él no te odia.
-Él tampoco te odia.
Dijo SungMin, muy poco convincente.
-Cierto - dijo Ryeo con un resoplido. Si había algo con lo que siempre podía contar era el hecho de que SiWon lo detestaba, y viceversa. - Siempre has sido un mentiroso terrible. Me sorprende que los humanos no sospecharan nada. Supongo que tienes suerte de que no crean en los extraterrestres.
SungMin le dio una extraña y dócil sonrisa.
-Algunos de ellos piensan que hay extraterrestres, pero en realidad no creen que se parezcan a los humanos. Tienen ideas muy extrañas sobre los extraterrestres.
-Los seres humanos se parecen a nosotros, ¿Verdad? ¿Puedo pasar por un humano?
Ryeo sabía que la mayoría de las razas sensibles en la galaxia se veían lo suficientemente similares, pero todavía había diferencias. A veces las diferencias eran sutiles, pero a veces eran demasiado obvias.
SungMin miró a Sean críticamente.
-Creo que sí - dijo, con tono vacilante. - Pero no importa.
No vamos a la Tierra.
Ryeo sonrió.
-¿Quieres apostar?
Salió de la habitación de SungMin, el comienzo de un plan formándose en su mente.
Realmente, SungMin debería haber sabido que no debía apostar con él en nada.
Por supuesto, no sería fácil arreglarlo. El uso de TTCI (teletransportación transgaláctica casi instantánea) fue fuertemente regulado y monitoreado por el Ministerio, especialmente cuando se trataba de viajes a planetas pre-TTCI como la Tierra.
No había manera de que pudieran usar el TTCI de Calluvia (SiWon nunca lo aprobaría), por lo que Ryeo tuvo que buscar otras opciones. Viajar en una nave espacial hasta la Tierra estaba obviamente fuera de discusión; esas cosas eran lentas y estaban desactualizadas por una razón.
Afortunadamente, Ryeo tenía muchos amigos en otros planetas; ser una persona sociable (no una puta de la atención, como dijo SiWon de manera astuta) finalmente dio sus frutos.
Así que siete días después, Ryeo le envió a SungMin un mensaje que decía:
-Prepárate y ven a mi casa a las diez de la tarde. Nos vamos.