Después de no más de una hora de caminata terrana, se detuvo frente a un edificio. Podía sentir que su hermano estaba dentro.
Era un establecimiento llamado... Star Coffee. A SiWon le llevó varios momentos descifrar la escritura (el chip de traducción no era tan bueno para descifrar el lenguaje escrito como para ayudar a uno a aprender a hablarlo), pero cuando lo hizo, sonrió con reticente diversión.
Media hora más tarde, cuando salió de la cafetería, casi arrastrando a su hermano menor hacia un vehículo terrestre de alquiler, ya no le hacía gracia.
-¿Qué le hiciste? - Min gritó, tratando de liberarse de su agarre. - ¿Qué hiciste?
SiWon lo ignoró, empujó a Min dentro de la cabina y le dijo al conductor la dirección.
-¿Cómo sabes la dirección de KyuHyun? - Min dijo, mirando hacia atrás en la cafetería. - ¡Déjame volver! ¡Por favor, SiWon!
El conductor miró inseguro entre ellos.
-Conduzca.
Dijo SiWon con brusquedad, y debe haber algo feo en su voz porque el conductor se estremeció y lo obedeció.
Min cruzó las manos sobre su regazo y se dio la vuelta, la ira y el resentimiento se proyectaron en oleadas. Y dolor, tanto dolor que SiWon se vio obligado a levantar sus escudos mentales para no dejar que lo afectara.
Él tenía mucho que pensar sin la distracción de las emociones de Min. Todavía tenía problemas para comprender el hecho de que su hermano, su inocente hermanito, había estado abriendo las piernas para un bárbaro de clase baja.
Parecía impensable, pero no había habido ningún error. Había visto a Min besar a ese terrano, desvergonzado y necesitado, como si SiWon no estuviera allí, como si la reputación de Min no se destruyera del todo si alguien en casa se enterara.
¿En qué estaba pensando Min?
Tan pronto como llegaron, SiWon hizo que el conductor pensara que le habían pagado y luego salió del auto detrás de su hermano.
-Espero que no tenga que arrastrarte como un niño otra vez. Camina.
Min lo fulminó con la mirada, pero obedeció, guiándolo hacia el departamento de su humano, con la furia aun rodando.
Ryeo abrió la puerta con una sonrisa que desapareció tan pronto como vio a SiWon. Él palideció antes de sonrojarse.
-No voy a ir.
Dijo Ryeo, una expresión terca apareciendo en su cara molesta y bonita.
-Me encargaré de ti más tarde - SiWon pasó junto a él en el apartamento con una brusquedad. -Cierra la puerta, Min.
Min cerró la puerta y cruzó los brazos sobre el pecho.
-Yo tampoco voy a ir.
SiWon se dio la vuelta y cubrió a los dos pequeños idiotas con una mirada dura.
Tragando, Min dio un paso más cerca de Ryeo.
-¿Sabes qué? - Dijo Ryeo, colocando sus mechones plateados sobre su hombro y levantando su barbilla. - Me niego a ser tratado como un niño culpable. Si tienes algo que decir, deja de intentar intimidarnos y solo dilo.
-Si no quieres que te traten como a un niño, deja de comportarte como tal.
Dijo SiWon, burlándose de los labios en pucheros de Ryeo antes de mirar a Min.
- Explícate.
Min lo fulminó con la mirada.
-¿Por qué? Ya lo sabes todo. Lo viste todo en mi mente, sin pedir permiso.
-¿Qué? - Ryeo dijo, curioso mirando a Min. - Él, pero ¿Cómo?
SiWon reprimió la necesidad de jurar. Ya estaba lamentando su uso poco sutil de la telepatía en Min. Por lo que había visto de las nuevas habilidades de Min, ahora que Min no estaba vinculado, era al menos un telépata de Clase 3.
Si SiWon fuera realmente el telépata de Clase 2 como se suponía que debía ser, no debería haber podido leer la mente de Min en absoluto.
Debería haber sido más sutil. Delatarse fue lo último que necesitaba.
SiWon se desabotonó la chaqueta y la tiró en el sofá.
-No vi todo. Me sorprendió demasiado el hecho de que mi hermano supuestamente vinculado mantenía relaciones sexuales con un miembro de una civilización pre-TTCI.
Min se sonrojó.
-No tenías derecho a entrometerte en mi mente de esa manera. ¡Has violado la ley!
-Creo que el Consejo me disculparía en este caso - dijo SiWon. - No habría entrado en tu mente si no te hubieras comportado como un imbécil con ese humano. ¿Qué pasó con tu vínculo?
-Mi vínculo se rompió hacia el final de mi última estancia en la Tierra - dijo Min. - No lo quiero de vuelta. Mis sentidos están mucho mejor sin eso.
SiWon le dio una mirada plana.
-Estoy seguro de que esa es la razón por la que no quieres recuperar tu vínculo.
Min frunció los labios.
-Mi telepatía nunca ha sido más fuerte.
-Sí - dijo SiWon secamente. - Vi cómo la usaste para llegar a esta ciudad.
Min miró hacia otro lado, con la culpa escrita en su rostro. Francamente, SiWon se sorprendió de que su ingenuo hermanito había tenido el estómago para usar su telepatía en humanos para su propio beneficio.
Por supuesto, por lo que había visto en los recuerdos de Min, no había tenido otra opción, pero aún así. Min siempre había sido suave.
-Tú, hipócrita - dijo Ryeo, atrayendo la mirada de SiWon a él. - No tienes derecho a juzgar a SungMin por eso cuando violas su privacidad de la peor manera posible. - Sus ojos verdes se estrecharon. - Por cierto, ¿cómo es eso posible? SungMin es al menos Clase 3 ahora. Supuestamente eres Clase 2.
Supuestamente.
Por supuesto, había sido demasiado esperar que Ryeo no se diera cuenta.
SiWon reprimió un suspiro, enojado por delatarse a sí mismo de una manera tan idiota. En su defensa, se había sorprendido genuinamente por la forma en que Min se había comportado con ese humano. Ser sutil sobre el uso de su telepatía era lo último de lo que se había preocupado en ese momento.
Pero ahora tenía que arreglarlo, de alguna manera.
Su mejor apuesta era enfurecer a Ryeo lo suficiente como para hacerle olvidar el error de juicio de SiWon.
-No te he dado permiso para hablar - dijo con frialdad. - Quédate fuera de eso. Este es un asunto de familia.
Ryeo le sonrió dulcemente y le lanzó un beso.
-Pero soy prácticamente familia, ¿No?
SiWon sintió que su mandíbula se apretaba. Alejó sus ojos de la boca de Ryeo, molesto por la reacción de su cuerpo a esa pequeña mierda.
-Aún no.
-Nunca - lo corrigió Ryeo. - Si te metiste en los recuerdos de SungMin, sabes por qué vine a la Tierra. También quiero deshacerme del vínculo.
SiWon mantuvo su rostro en blanco, sin permitirse pensar en ello. Ryeo y todo lo relacionado con él nunca habían sido buenos para su control, y en este momento necesitaba estar tranquilo y sereno mientras manejaba un problema más acuciante.
-Tengo asuntos más importantes con los que lidiar ahora que tus berrinches infantiles. Ve a otra habitación y espera hasta que termine con Min.
Ryeo se sonrojó.
-Tú, no puedes simplemente, ¡no puedes tratarme así! - Se enderezó en toda su estatura y miró a SiWon. - Soy el príncipe Ryeo'ngh'veighli del Tercer Gran Clan, no tu maldito esclavo.
-Entonces actúa como tal - dijo SiWon antes de mirar a Min bruscamente. La ansiedad que emanaba de su hermano comenzaba a atravesar sus escudos. - Deja de preocuparte por el humano. Él estará bien. Simplemente quité su recuerdo de tu pequeño colapso.
Min apretó los labios.
-No te creo. Júrame que no borraste sus recuerdos de mí.
SiWon miró a su hermano, más sorprendido por su desafío de lo que probablemente debería haber estado después de lo que había presenciado en la cafetería. Todavía no podía creer que Min hubiera tenido un ataque de pánico real en público por un humano.
El recuerdo de su hermano aferrado a ese terrano, llorando y rogándole a SiWon que no se lo llevara, casi hizo que SiWon se estremeciera. Tal comportamiento no era apropiado para un vástago de la Segunda Casa Real.
-No lo hice, pero hubiera sido lo mejor, ¿no? - Dijo SiWon. - Es mejor para todos los involucrados si no te recuerda. Él nunca te verá de nuevo.
Min tragó, sus ojos brillaron con lágrimas no derramadas. SiWon se negó a dejarse llevar.
-Consigue tus cosas, ambos. No dejes nada atrás. No vas a volver. Nos vamos.
Una mareada de dolor y angustia llenó la habitación.