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PERFECTO PARA MÍ por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola, les traigo el capítulo nuevo, el reencuentro del doctor y del ingeniero, entre otras cosas claoro está, espero que les guste

Capítulo 3.- Visitas inesperadas

 

Aún no eran las doce del mediodía y el cirujano deseaba que ya fuera la noche, se sentía exhausto física y emocionalmente, él sabía que su especialidad era una de las más complicadas porque su tasa de mortalidad era la más alta de la áreas médicas, a veces sentía que sus cirugías se asemejaban a desarmar bombas que podían explotar en sus manos, de cualquier manera él sabía que era el mejor neurocirujano del país, su porcentaje de éxito era el más alto que el de cualquiera de sus colegas pero había días como hoy en el que eso no era suficiente

 

Tres tazas de café y la verdad no se sentía del todo bien, necesitaba un empujón en su día porque tenía una cirugía a las dos de la tarde pero estaba desvelado, la cirugía que había tenido en la noche había presentado muchas complicaciones y tuvo que monitorear al paciente la noche entera, había valido la pena porque ahora su paciente estaba estable pero se sentía emocionalmente exhausto, a veces le costaba mantenerse completamente objetivo, pero si le afectaban sus pacientes jóvenes que tenían hijos pequeños, eso era algo que no podía evitar y muy a fondo no quería evitar porque lo hacía humano, bueno… mejor comía algo antes de su cirugía, si… eso siempre ayudaba en estos casos

 

Al entrar en la cafetería vio a su muy buen amigo Hypnos, él era el jefe de cardiología que estaba en una de las mesas conversando con Bruce, él era el jefe de trauma y estaba encargado de la sala de emergencias del hospital, era raro ver a Bruce fuera de la sala de emergencias, a la final el New York Presbyterian Hospital era uno de los más grandes de la ciudad por lo que recibía los casos de emergencia más complicados lo que mantenía a sus médicos y cirujanos siempre ocupados

- Doctor cerebro, ¿qué haces acá abajo? – preguntó Hypnos con una leve sonrisa en los labios, Stephen Strange no necesariamente socializaba con el resto de médicos, era muy buena persona pero también algo antisocial y egocéntrico, Hypnos fue el primer amigo que tuvo en el hospital y eso le había abierto las puertas a los otros médicos que lo trataban con una mayor familiaridad ahora

- Hambre, sueño, tú nombra la causa y este sándwich se veía bueno, hola Bruce, ¿qué tal la ensalada?

- Seca, pero Nat me está matando por el hecho de que según ella he subido de peso así que… me tiene a dieta – se quejó el pelinegro mirando con pena su ensalada, si fuera por él estuviera comiendo una pasta por lo menos

- Nat no está aquí, come lo que quieras, yo no veo que hayas subido de peso y el electrocardiograma que te hice ayer resultó normal, así que relájate, eres muy joven como para presentar problemas cardíacos que no sean congénitos, tú lo sabes – respondió Hypnos encogiéndose de hombros

- No lo alientes Hypnos que todo lo que hago es por su bien, ¿no es verdad amor? – una hermosa mujer pelirroja que había estado de pie en la línea del counter de los platillos se acercó a su mesa a tiempo para escuchar al cardiólogo que sonrió divertido al decir:

- Awwww amor, que dulces suenan – se burló el cardiólogo y tuvo que agacharse porque Bruce le lanzó un pequeño tomate cherry de su ensalada para que se calle al decir:

- Es la envidia que te corroe, ¿cómo estuvo tu cirugía? – Bruce hizo un espacio en la mesa para que su novia pudiera sentarse a su lado

- Bien, esperemos que bien, la recuperación de mi paciente será larga y dolorosa – respondió la mujer dándole un mordisco a su sándwich, Nat era cirujana pediátrica y usualmente trabajaba con niños pequeños

- ¿De qué era tu cirugía? – preguntó Stephen genuinamente interesado

- Reconstrucción maxilar, mi paciente tiene 6 años por eso digo que su recuperación será larga y dolorosa, los niños a esa edad no están quietos y son difíciles

- Los niños a cualquier edad no están quietos y son difíciles – respondió Strange en un tono monótono

- Wow… señoras y señores, he ahí la razón por la cual este buen doctor es soltero – dijo Hypnos palmoteando la espalda de Strange que lució fastidiado, esta no era la primera vez que le decían algo así

- No no no, eso no es justo, tú tampoco te has casado y nadie se burla de ti, bueno… por lo menos nadie lo hace en tu cara – Hypnos abrió la boca todo ofendido pero no pudo decir nada porque Bruce casi se atora con su agua mineral antes de soltar una risita, Nat si se rió apropiadamente ante la indignación de Hypnos

- Ese eres tú doctor cerebro, nadie se burla de mi

- Dice aquel que vive con un tomate mutante en su refrigerador – otro médico llegó con una bandeja que tenía una ensalada, pasta y un café, era rubio de cabellos cortos y muy atractivo, claro si se obviaba el hecho de que sus cejas eran ridículamente grandes y pobladas, al punto de que parecía una, no dos, su nombre era Radamantys Wyvern, jefe de cirugía interna

- ¿Experimentos ilegales Lerner? – preguntó Bruce todo divertido

- Claro que no, su refrigeradora es habitada por un tomate solitario pero ha estado ahí tanto tiempo que lo más probable es que le salte al cuello cuando abra la puerta – contestó Stephen y la mesa entera rió con más ganas llamando la atención de toda la cafetería

- No se metan con mi tomate mutante – respondió Hypnos riendo también

- ¿Cómo puedes vivir solo con un tomate en el refrigerador? – preguntó Nat meneando la cabeza

- Bueno… como fuera todos los días y cuando quiero comida real voy a buscar a mi sobrino y a mi cuñado, por eso mi tomate no necesita compañía en el refrigerador – explicó Hypnos tomando un sorbo de su gaseosa, en eso estaban cuando el buscador de Strange sonó, al sacarlo frunció el ceño, tenía una consulta aparentemente

- ¿Cita ardiente Strange? – preguntó Rada al neurocirujano que negó con la cabeza y respondió:

- No, consulta urgente aparentemente – respondió Strange poniéndose de pie y tomando su café antes de correr por el pasillo

- Yo también tengo que irme – el buscador de Nat sonó y ella lució preocupada, se puso de pie, besó a Bruce en los labios y corrió por el pasillo hacia el elevador, Bruce tomó el sándwich de Nat y ávido lo mordió

- No sé cómo esa hermosa mujer sale contigo, eres una vergüenza, ni la dieta puedes seguir – Hypnos trató de quitarle el sándwich a Bruce que lo defendió con su vida y le otro mordisco al responder:

- El hecho de que esté saliendo con ella no significa que sé cómo lo hice, es mi encanto natural asumo yo

- Pues ojalá algo de ese encanto fluya por nuestro doctor cerebro – Hypnos tomó el postre que Stephen había comprado y no había tenido oportunidad de comer

- ¿Qué tiene que ver Strange en todo esto? – preguntó Bruce sin entender nada

- Si no me equivoco, sé muy bien quién es la consulta urgente de Strange

- ¿Ah si?

- Espero que si – Hypnos sonrió pero ya no dijo nada más sobre el asunto, a tiempo Rada empezó a contarles sobre un caso complicado que estaba tratando de resolver

 

Stephen llegó al ala de consultorios y tomó la cartilla que una de las enfermeras le dio, al leer los datos que habían tomado meneó la cabeza y dijo:

- Este no es un paciente mío, tiene problemas gástricos y eso no tiene nada que ver con lo neuronal

- Si doctor, ya le dijimos eso al paciente pero insiste en hablar con usted

- Ni siquiera es un paciente quirúrgico, transfiérelo a emergencias si es el caso, aunque según esto ni siquiera es eso lo prudente

- Ya le dijimos eso también, pero insiste que es su paciente y que usted le dijo que viniera para chequeos posteriores

- No… eso no puede ser… - Strange comenzó a protestar pero una luz se le prendió en la cabeza, miró la cartilla en sus manos y sonrió al ver el nombre de su paciente, así que sin mayores demoras entró al consultorio para encontrar a ese pelinegro que había caminado por sus sueños estas últimas dos semanas parado casualmente frente a su librero usando únicamente una bata, una fina y casi transparente bata que cubría su delicioso cuerpo

- Doctor Strange, gracias por no tenerme aquí esperando mucho tiempo

- Tony Stark, me sorprende verte aquí, ¿no que odiabas los hospitales? – Stephen se acercó pero conservó las prudentes distancias

- Si… pero vine a mi consulta – Tony sonrió y se cruzó de brazos al apoyarse en el librero

- ¿Sigues teniendo problemas con tu estómago? – preguntó Strange sin realmente preocuparse porque Tony estaba sonriendo cuando contestó:

- Algunos días si, otros no, me gustó mucho la solución a mi bajón de azúcar el otro día

- Eso puede arreglarse – Strange no creía en su suerte, Tony lo miraba como nadie lo había mirado en mucho tiempo

- Me parece fantástico pero no vine aquí para eso

- ¿No? – preguntó Strange, Tony claramente le estaba coqueteando y ahora lo rechazaba, ¿en serio?

- Claro que no, vine para mi consulta de seguimiento así que… ¿dónde me quieres?

- ¿Dónde te quiero?

- ¿En la camilla tal vez?, para examinarme, ¿no es ese el procedimiento?

- Si, ese es… ok., en la camilla por favor… - Strange señaló la camilla y caminó hasta su escritorio, tomó un par de guantes y se los puso, Tony se acostó en la camilla y se veía completamente relajado, su mano izquierda descansaba sobre su estómago, el médico se acercó y gentilmente desabrochó los broches en los hombros de la bata y descubrió el pecho y el estómago de su paciente

- Manos frías doctor – Tony saltó cuando sintió el toque del médico en su estómago

- Lo siento… riesgo ocupacional pero no siento nada extraño en tu estómago, no lo siento tenso, no hay dolor cuando presiono aquí, ¿verdad? – el médico estaba palpando el vientre de Tony que no se quejó de dolor, pero no podía decir que fuera cómodo tampoco

- No… anoche tenía un poco de fiebre, ¿es eso importante? – preguntó Tony con una sonrisa y subió su mano por su pecho acariciándolo en el proceso

- ¿Fiebre?

- Yo creo que si, me sentía todo… caliente… ¿es eso normal? – Tony flexionó una pierna y subió su brazo por sobre su cabeza, era el rey de la comodidad en esa camilla y ese fue el momento en el que los pantalones del médico le empezaron a incomodar, Tony era lo más sexy que había visto en su camino desde hacía mucho tiempo

- Depende, ¿desde hace cuánto tiempo te has sentido… caliente? – Strange se sacó los guantes y tomó su estetoscopio, lo puso en el pecho del pelinegro para escuchar su corazón y se complació al escuchar lo rápido que latía

- Un par de semanas, desde el simposio la verdad

- ¿Y qué otros síntomas tienes?

- No puedo dormir y me despierto en medio de la noche, tengo sueños… agitados… muy vívidos

- Eso suena interesante, ¿podrías sentarte para mí?, quiero revisar tu garganta

- Mi garganta está bien, al menos eso creo – Tony se sentó y vio a Stephen tomar una paleta y acercarse a él nuevamente

- Abre la boca, eso es… - Stephen miró la garganta de Tony que en verdad lucía normal, luego con su linternita que sacó de su bolsillo miró sus ojos, eran los ojos cafés más hermosos que había visto en su vida, y su corazón empezó a latir con fuerza cuando Tony literalmente gimió cuando puso la mano en su cuello y con un dedo cerró suavemente su boca cuando finalizó el examen

- ¿Nada?

- No, todo normal pero me gustaría escuchar tus pulmones, de pie por favor, date vuelta… eso es… respira profundo… muy bien… - Tony respiró y sintió el frío estetoscopio moverse por su espalda pero sonrió al sentir la fría mano de su médico en su hombro, el pelinegro suspiró y movió su cabeza hacia atrás, el médico aspiró profundamente, el perfume de su paciente era delicioso, se acercó más de lo que era prudente y susurró: - Date vuelta – Tony se volteó y miró al médico a los ojos, al verlo tan quieto decidió tomar el toro por los cuernos y puso la mano en su pecho, no lo estaba empujando, lo estaba tocando

- ¿Qué estás esperando doctor?

- ¿En serio esto está pasando? – Stephen realmente pensó que lo suyo con el muy sensual magnate de la tecnología fue cosa de una sola vez, él no pensó que Tony lo volvería a buscar, se equivocó aparentemente y eso lo tenía en las nubes así que acarició suavemente la mejilla de Tony que sonrió y dijo:

- No está pasando nada aún, pero podría pasar… ¿no lo crees? – Tony bajó suavemente la mano por el pecho de Stephen y la desvió por su cadera hasta su trasero para apretarle un cachete, Strange sonrió y lo besó con pasión estrechándolo contra su pecho, dioses… el pelinegro besaba como los dioses, eso fue mucho más de lo que el médico pudo haber esperado

 

Tony sintió las frías manos de Stephen acariciar su espalda, él estaba prácticamente desnudo porque su bata estaba desabrochada y realmente se sostenía en sus caderas por gracia divina, o por su espectacular trasero, una de dos.  El médico tomó a Tony de las axilas y lo sentó en la camilla acomodándose entre sus piernas, acarició sus muslos y se sorprendió cuando llegó a sus caderas, su paciente favorito no estaba usando ropa interior

- ¿No crees… que estás usando… mucha ropa… para la ocasión? – preguntó Tony entre jadeos cuando Stephen estaba ocupado besando y mordiendo su cuello

- Eso se arregla fácil – contestó el médico sacándose la camisa azul del traje de quirófano que estaba usando, sin perder el tiempo jaló el cordón que sostenía sus pantalones y se los sacó sin demora

- Genial… tienes preservativos esta vez, ¿verdad?

- Claro que si, pero estoy al día con mis exámenes y estoy limpio de todo

- Eso me parece perfecto pero yo soy fértil así que… vamos por lo seguro doc

- ¿Doc?, eso me gusta – Stephen se acabó de desnudar y volvió a los brazos de Tony que lo besó con pasión mientras permitía que lo recostara en la camilla y se acomodara sobre él entre sus piernas

- ¿Lo has hecho aquí antes?

- No… claro que no…

- Ohhhh Stephen… cielos… - Tony gimió y se arqueó en la camilla porque el hábil médico empezó a acariciar su miembro 

- Sensible… eso me encanta…

 

Stephen se dedicó a besar, acariciar y excitar a Tony lo cual no fue muy difícil, su piel era hermosa y tersa, sus manos eran extrañamente ásperas pero eso no lo molestaba, en su primer encuentro le había dicho que era básicamente un mecánico, que le gustaba armar y desarmar cosas cuando no podía dormir, que le gustaba trabajar con sus manos, y vaya que si le gustaba, Tony lo acariciaba de una manera sumamente sensual, todo él era sumamente sensual especialmente ahora que lo estaba dilatando suavemente y miraba fascinado como se mordía los labios y se derretía en sus manos

- ¿Estás listo para mí?

- Si… entra… en mi… ahora… - Tony susurró mientras le apretaba los costados con las piernas, Stephen estaba sorprendido que la pequeña camilla no hubiera colapsado aún

- Respira Tony… bésame… bésame… - Stephen sacó sus dedos de la intimidad de su amante y luego de colocarse un condón lo penetró de una sola estocada, Tony gimió con fuerza y echó su cabeza hacia atrás lo que aprovechó el médico para devorar su cuello al empezar a mover sus caderas

 

El consultorio se llenó de jadeos y gemidos de la pareja que hacía el amor con abandono sobre la camilla que rechinaba con cada embestida, Tony gemía mientras apretaba a Stephen con sus piernas, el médico sabía moverse porque en ese punto Tony estaba olvidando su propio nombre y solo podía sentir como olas de placer lo envolvían entero

 

Stephen se incorporó un poco en la camilla y tomó la pierna de su amante flexionándola lo que lo hizo gemir con más fuerza porque las penetraciones eran más profundas, el médico no se había sentido así de excitado en mucho tiempo porque Tony lo apretaba maravillosamente, le arañaba los brazos, le mordió los labios y ahora decía palabras inentendibles, parecía perdido en sensaciones y más se perdió cuando lo empezó a masturbar

- Vente para mi Tony… vente para mi…

- Doc… doc…

- Vamos, vente para mí…

- Ya llego… ya llego… Stephen… cielos…

 

Tony gimió y cerró los ojos con fuerza cuando el espectacular orgasmo que tuvo lo atravesó entero, Stephen continuó con sus movimientos de cadera unos momentos más antes de venirse también y desplomarse sobre el pecho de su amante, ambos se quedaron recostados sobre la camilla con respiraciones agitadas, algo sudorosos pero completamente satisfechos.  Tony se quejó cuando Stephen salió de su cuerpo pero lo besó de todas maneras y lo abrazó con fuerza sin atreverse a moverse en lo más mínimo, esa camilla parecía que no resistiría más

- Eso fue… espectacular… - dijo Stephen que tenía apoyada su cabeza entre el cuello y el pecho de Tony que le estaba acariciando suavemente los cabellos una vez que pudo recuperar la respiración

- Si lo fue… pero eres pesado y la camilla se está incrustando en mi espalda, no me mal entiendas que es todo romántico pero prefiero una cama, de preferencia de 3 plazas – Tony flexionó la pierna pero se arrepintió de hacerlo porque la camilla sonó y vibró peligrosamente

- ¿3 plazas eh?, eso también podría arreglarse

- Necesitamos espacio para maniobrar, ¿no lo crees? – Tony acarició el cabello del médico que se incorporó un poquito y buscó ávido sus labios, Tony lo abrazó y sintió las cálidas manos del médico en sus caderas, Stephen se apoyó en sus codos buscando acomodarse de mejor manera pero la camilla no lo resistió más y ambos cayeron pesadamente al suelo, Tony se quejó pero casi inmediatamente estalló en risas al igual que Stephen que lo tomó en sus brazos y lo besó en los labios entre risas

- Si necesitamos una cama – dijo el médico cuando estaban tratando de levantarse del suelo

- Primero necesitamos una ducha o algo

- Tengo una pero es pequeñita

- Por el momento tomaré lo que sea, ya hablaremos de una bañera en el futuro

- ¿El futuro?, me gusta cómo suena – Stephen abrazó a Tony y lo besó en los labios, en ese punto pensaba que podía besarlo en los labios eternamente, y así abrazados entraron al pequeño cuarto de baño del consultorio, entraron a la pequeña ducha y entre besos intentaron ducharse primero pero les resultó imposible solo ducharse, y bajo el agua caliente tuvieron un nuevo encuentro lleno de pasión y deseo, cuando finalmente salieron Stephen se dio cuenta que estaba atrasado para su cirugía

 

Tony tomó su ropa y empezó a vestirse, él no tenía nada emergente en sus industrias pero Stephen estaba hablando sobre la cirugía que tenía esa tarde

- No pueden empezar sin ti, ¿verdad? – preguntó Tony poniéndose su buso de manga larga, ya estaba usando sus jeans y sus botas favoritas

- Claro que no, pero no me agrada hacer esperar a las personas – Stephen también ya estaba completamente vestido, solo tenía su gorrito en las manos

- Eso es bueno saber – Tony le sonrió al ponerse su chaqueta de cuero, el ingeniero se veía espectacular, mejor que con el traje que lo había visto usar la vez pasada

- Si bueno… me encantaría quedarme la tarde entera haciéndote el amor pero el deber llama

- Eso es una pena, lo bueno es que no tengo planes en la noche, ¿quieres ser mi plan nocturno? – Tony abrazó al médico y lo besó en los labios suavemente

- Me encantaría, pero mi cirugía llevará al menos siete horas entonces no alcanzo a la cena, ¿puedo ser tu plan nocturno mañana?

- No… mañana no es un buen día, hagamos una cosa, ya tienes mi número en tu celular, llámame y nos ponemos de acuerdo, asegúrate de comprar una camilla nueva, digo… por si acaso… - Tony palmoteó el trasero del médico que miró a su destartalada camilla destrozada en el suelo y sonrió al decir:

- Claro que voy a comprar una camilla nueva pero la próxima vez lo haremos apropiadamente en una cama, a tu pedido

- Un sillón también es una buena idea, llámame

- Claro que lo haré, cuida tu estómago y come a tus horas por favor – Stephen acarició la mejilla de Tony que tomó su mano la besó y respondió

- Me encanta el trato que das a tus pacientes

- Hey… el mejor neurocirujano de Manhattan – Strange se señaló a sí mismo y sonrió al tiempo que la puerta se abrió dejando ver al rubio cirujano cardíaco que venía a buscar a su amigo que no estaba contestando llamadas ni mensajes

- Lo siento… no quería interrumpir – dijo Hypnos sin salir de su sorpresa

- Ya me iba, adiós doc – Tony hizo una seña con la mano y salió del consultorio a paso apresurado, Stephen tomó a Hypnos del brazo para sacarlo lo antes posible de su consultorio pero sus esfuerzos fueron tardíos porque el rubio médico dijo:

- ¿Rompieron la camilla?, ¿en serio?, wow… me alegro por ti

- Ya vámonos que es tarde

- Te felicito amigo, es muy sexy tu nuevo novio

- No es mi novio aún

- Pronto lo será, yo lo sé, yo lo sé, pero cuéntame los detalles

- No te voy a contar nada, y ya vámonos, estamos lo suficientemente atrasados como para seguir perdiendo el tiempo – Stephen decía todo esto con seriedad absoluta pero no podía ocultar una leve sombra de sonrisa

- ¿Lo invitaste a salir verdad?, dime que lo invitaste a salir

- No

- Doctor cerebro no puedes perder una oportunidad así

- No la estoy perdiendo, lo voy a llamar mañana y nos vamos a poner de acuerdo, deja de saltar como colegial por favor – pidió Stephen sonriendo de mejor manera esta vez, no podía negarlo, estaba entusiasmado como no lo había estado en mucho tiempo

 

Esa tarde su cirugía tardó nueve horas por lo que cuando llegó a casa estaba muerto, chequeó su teléfono y sonrió al ver un mensaje de Tony, un simple mensaje, una simple frase hizo que todo el cansancio se le fuera del cuerpo, Stephen ni siquiera lo pensó y respondió el mensaje, cuando la campanilla de su teléfono sonó y vio que Tony estaba en línea y respondía, una sincera sonrisa se dibujó en su rostro, si… este era el inicio de algo especial…

 

Notas finales:

Chan chan chan, las relaciones van avanzando, pero es tiempo de ver al padre y al hijo juntos, no se pueden perder el proximo capítulo, les dejo un pequeño extracto:

- Tiene una sorpresa en su oficina señor Stark– dijo Glenda, la  mujer era algo mayor y había sido la secretaria de Tony por algunos años, era la única que había durado en el puesto porque le tenía medidos todos los trucos y mañas a su jefe, Tony tenía la fama de ser difícil de tratar y era una fama bien ganada

- No me gustan las sorpresas – contestó el pelinegro haciendo una mueca

- Esta si le va a gustar – Glenda sonrió con ternura, eso disparó las alarmas mentales de Tony que sin más demora abrió la puerta y una sincera sonrisa apareció en su rostro, en el sillón de su oficina estaba su hijo acostado y profundamente dormido, un libro de cálculo estaba abierto sobre su estómago, Tony se acunclilló junto a él y le acarició el rostro para despertarlo, el muchacho abrió los ojos y se estiró como gatito en el mueble al decir todo somnoliento:

- Hola papá

- Hola hijo, no que no me agrade verte pero, ¿qué haces aquí?

- Traje la cena, no hemos cenado juntos en mucho tiempo y tú no estás comiendo nada decente en las noches otra vez, no… las donas no constituyen una cena decente, así que traje stake, estamos en franca necesidad de comer algo pecaminoso pero con fibra, me asustan tus visitas al hospital 


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