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To the beautiful you por OldBear

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Capítulo 10.

 

Fue igual de difícil  para todos el escuchar lo que Hermione intentaba explicarles. Sentado desde una esquina Severus tuvo que admitir que la entereza de la chica era admirable. Les contó lo que había visto a través de los recuerdos del pocionista, omitiendo las partes privadas. Principalmente remarcó el hecho de que era absolutamente indiscutible que Harry estaba enfermo. Quizás la parte más difícil de escuchar, o de entender, era que el chico había estado usando un hechizo bajo sus narices todo el tiempo, y ninguno se había dado cuenta.

 

— ¿Pero cómo puede ser anoréxico si siempre lo vemos comer?

 

Hermione no sabía si usar aquella palabra era lo correcto, ella tuvo una prima que sufrió de anorexia, y el cuerpo de Harry le recordaba a las veces que la había visto en el centro de rehabilitación. ¿Pero era realmente esa enfermedad? No estaban seguros, todo lo que podían hacer era sacar conjeturas.

 

— ¿Se han fijado si se desaparece después de comer? —  Preguntó, era algo que ella realmente nunca había notado— ¿Quizás para ir al baño?

 

—Si— dijo Sirius, su ansiedad reflejaba en su rostro, todos se quedaron expectantes a sus palabras— lo he visto hacerlo varias veces, cuando nos reunimos aquí, cuando comió en nuestra casa hace unos días… pero, pero… pensé que era algo normal.

 

El recuerdo de Harry llegó a su mente. Las cosas que había visto como comportamientos normales, ahora le parecían extrañas, sospechosas, ya no sabía ni cómo interpretar sus propios recuerdos.

 

—No podemos sacar conclusiones todavía— exclamó Hermione y miró atentamente a Severus—lo que sí sabemos es que se está ocultando con un Glamoure porque no quiere que lo veamos así. Y ahora que seguramente él sabe que nos enteramos, no querrá hablar con nosotros de lo que le está sucediendo.

 

La sala se llenó de conjeturas, Molly, pensó Severus, se veía extrañamente silenciosa en una esquina, visiblemente conteniendo las lágrimas, era la viva imagen de una madre que intenta batallar con los sentimientos de negación cuando le informan que su hijo está enfermo.

 

La voz de Ron se hizo paso entre los demás:

 

— ¿Creen que sea un hechizo? — Cuestionó, — quizás su aspecto físico se deteriora como secuela de algún hechizo de él señor oscuro. Hubo un momento en que lo perdimos de vista—miró a su novia y esta continuo— casi antes del final, sabíamos que estaba contra Voldemort, pero unos mortifagos no nos dejaban llegar hasta él.

 

—Pero luego de la batalla lo revisaron ¿no? —Severus no pudo contenerse más, si era un hechizo, una maldición del Señor Tenebroso, Harry estaba sufriendo demasiado.

 

Hermione apretó los labios, parecía indecisa en sí continuar, era obvio que lo que estaba pensando le estaba llenando de culpa. Pero fue Ron quien se adelantó.

 

—Eso pensábamos—dijo él, —los tres llegamos a San Mungo, pero yo estaba sangrando, cuando los médicos nos vieron Harry dijo que me atendieran primero, y a Hermione que me acompañara. Cuando nos atendieron lo encontramos con un vendaje en una herida que tenía detrás de la oreja, y en el brazo. Supusimos que estaba bien entonces.

 

Severus asintió, lo que sea que tenía Harry, Voldemort se lo había dejado en la batalla.

 

— ¿Por qué no nos lo dijo? —susurró Sirius, pero fue audible para todos.

 

Ninguno pudo responder, la explicación debía de venir del mismo Harry. Decidieron que irían a buscarlo a su departamento. Quizás habría sido mejor que fuera uno solo de ellos, talvez dos, pero ninguno quiso quedarse en la madriguera, tan solo Molly, para poder cuidar de los niños.

 

 

O0O0O0O0O0O0O0O0O

 

Cuando llegaron al departamento de Harry tocaron la puerta sin obtener respuesta, algo que ya esperaban, pero decidieron seguir intentando. Luego de dos horas donde no hubo respuesta, se estaban más que preocupando, al principio sopesaron la idea de que estaba durmiendo y por eso no los escuchaba, algo que podía ser cierto, o simplemente en el baño, o hasta ignorando sus gritos, e intentaron respetar su libertad de que les abriera la puerta cuando se sintiera listo, pero la cuarta hora de espera los sorprendió, y era algo más que lógico que nada andaba bien. Intentaron abrir la puerta con hechizos, comenzaron con los más fáciles, y cuando llegaron a los más difíciles el terror comenzó a instalarse junto a ellos; el escudo que el chico había colocado no les permitiría pasar de ninguna forma. Sirius propuso entrar por el balcón, y Remus enviar una lechuza y explicarle a Harry a través de una nota porque ellos estaban ahí, y que de ninguna forma iban a juzgarlo, pero nada. Eso ya era diferente, no era solo alguien que no quería hablar con nadie, se había enclaustrado en su departamento, eso no era bueno en ningún sentido.  La lechuza simplemente no encontraba el lugar donde debía entrar, la podían ver dando vueltas en círculos cerca del techo del edificio. Los hechizos que Harry había colocado eran inquebrantables, podía estarle sucediendo cualquier cosa en su departamento, y ellos no podían saber ni entrar.

 

Habían pasado nueve horas cuando la preocupación no podía ocultarse en el rostro de ninguno. Hermione tuvo que irse a la madriguera cuando tenían casi diez horas intentando entrar, se estaba comenzando a sentir mal, se había sentado de tanto en tanto en los escalones junto a la puerta de Harry mientras los demás lanzaban hechizos, pero se había forzado demasiado, y ya no podía obviarlo, así que  Ron la  acompañó, ella se quejó de que podía llegar sola, pero un fuerte mareo la hizo cambiar de opinión y darse cuenta de que necesitaba ayuda. Los dos casi amenazaron a Sirius, Remus y Severus, quienes se quedaron, de mantenerlos al tanto. Si bien estaban cansados por la vigilia que habían mantenido fuera del departamento de Harry, no iban a irse fácilmente.

 

Seguían intentando cuanto hechizo conocían, pero era imposible.

 

Harry había usado un hechizo para hacer desaparecer su balcón, cuando intentaron entrar por ahí, se dieron cuenta que después del piso 15 llegaban al techo. Lo único que podían ver era la puerta de la entrada principal, pero no había forma de abrirla. No escuchaban ningún ruido del interior, e incluso llegaron a pensar que aquello era un señuelo y Potter se estaba escondiendo en otro sitio. Pero desecharon la idea rápidamente.

 

Las ganas de Sirius por devolverle el golpe a Snape seguían siendo bastante fuertes, pero las arrinconó para colaborar con el hombre en virtud de Harry. Le extrañó bastante la preocupación notoria que el maestro en pociones demostraba, solo que no le prestó demasiada atención tan preocupado como estaba.

 

Habían intentado localizar a Cedric luego de un par de intentos de no poder entrar al departamento, era obvio que él tendría llave, o forma de entrar al departamento, o por lo menos una respuesta a lo que estaba sucediendo, pero nadie supo darles su paradero en el trabajo del tejón, y aunque ninguno dijo nada, se preguntaban por qué tenían esperando tanto, y aun no había señales del novio de Harry.

 

A Severus le dolían las piernas del cansancio, tenían casi doce horas intentando entrar al departamento y solo había descansado brevemente sentado en el piso en un momento que permitió a Black intentar unos hechizos de escape sobre la puerta. Solo habían comido algo que Molly les había traído antes que la matriarca tuviera que desaparecer de nuevo, con la noticia de que Hermione se había sentido tan mal, que tuvieron que llevar a San Mungo y tenerla en observación.

 

Cuando cumplieron exactamente las doce horas de vigilia, donde Sirius lanzaba hechizos casi al azar a la puerta, el tejón apareció por el ascensor que había junto a las escaleras.

 

Los cuatro hombres se le quedaron viendo, y Cedric se detuvo a medio salir del ascensor cuando los vio. Por un  momento sus rasgos cambiaron y frunció el ceño, se veía molesto, y realmente lo estaba, pensó que Potter los había invitado sin avisarle, en ese caso no habría ido, no le gustaba demasiado pasar el tiempo con ellos, y habría preferido quedarse tomando algo en algún club, además había tenido un día bastante pesado y quería dormir un rato en tranquilidad.

 

O0O0O0O0O0O0O0O

 

Cedric suspiró cuando apretó el botón del piso número 16 en el ascensor. Planeaba llegar al departamento de Harry y descansar de aquel pesado día, en su casa no podía. Sus planes eran quedarse en cama y visitar a Potter al día siguiente, y quizás llevarle al cine o algo para contentarle un poco, pero tuvo que cambiar de planes.

 

Tiffany le había reclamado, de nueva cuenta la chica le gritó que ella tenía más años junto a él de los que Potter tenia, pero Harry era el oficial frente al mundo, mientras que ella no. Ella no entendía de ninguna forma que ella no le proporcionaba ninguna utilidad, y que podía largarse en cuanto quisiera. La chica, como de costumbre, había hecho una rabieta tremenda, pero Cedric no le había hecho caso y salió de ahí, sopesó sus opciones y decidió ir donde su novio a descansar, pero ahora habría preferido ir a algún bar, o directamente ir a algún motel a dormir.

 

No era por ser malo, pero no le agradaba demasiado estar rodeados de los familiares de Potter, y también estaba Severus Snape, siempre detestó al maestro de pociones durante sus días de estudiante. Y ahora estaban ahí, frente a la puerta de Potter, los tres. Que miseria de día.


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