Choi no regresó en unos pocos días.
Tampoco llamó. Taemin sabía que podía llamar, pero la sola idea le hizo temblar. No quería parecer pegajoso.
Para el viernes, Taemin no sabía qué pensar. No ayudó el que Emily y Bee continuaran preguntando dónde estaba el Sr. Choi - la pregunta para la que Taemin no tenía respuesta.
¿Dónde estaba él?
Era un pensamiento persistente en la parte posterior de la mente de Taemin el que Choi era un compromiso-fóbico. Tal vez lo había dejado porque esta cosa entre ellos le asustó. Si eso era así, bien, que se joda. Taemin estaría condenado si se dejara ser el tipo pegajoso.
"¿Qué te pasa, hombre?" Key preguntó el viernes por la mañana, mientras que se sentaron en la clase de Choi.
"Nada."
"Te ves como la mierda."
"No dormí bien", Taemin murmuró, frotándose los ojos. No era una mentira. "Sólo estoy -" Se interrumpió a sí mismo, notando al profesor que entraba en el salón de clases.
No era Choi.
Su corazón se hundió.
La Profesora Newland se sentó detrás del escritorio de Choi y sonrió a los estudiantes.
"Buenos días", dijo la mujer alegremente. "Voy a estar reemplazando al profesor Choi hasta nuevo aviso".
Una alegría recorrió la habitación.
Taemin levantó la mano.
"Sí, señor Lee?", dijo Newland.
"¿Dónde está el profesor Choi?"
Ella arqueó las cejas. "Yo no creo que sea tu problema, pero si quieres saberlo... El Profesor Choi está ausente debido a circunstancias familiares".
"Sí," la chica sentada al otro lado de Taemin murmuró. "He visto en las noticias que él se estará casando con la hija de un político".
Taemin se quedó mirándola, aturdido.
Key le puso una mano en el hombro y le dijo algo, pero apenas podía oírlo.
¿Casado? ¿Minho?
"No puede ser verdad", susurró: más para sí mismo que para la chica. "Él es gay. Y él es..." Mío.
Excepto que no lo era, ¿verdad? No tenía ningún derecho a estar enojado. No eran nada el uno del otro.
"¿Estás bien?", dijo Key, quien lo miraba con el ceño fruncido.
"Estoy bien."
"Taemin-"
"¡Estoy jodidamente bien!" Taemin respiró hondo y dijo, más suave, "Lo siento. Estoy bien."
* * *
Taemin volvió a casa temprano, despidió a la niñera, se sentó en el sofá y vio a las gemelas jugar. Sus vestidos estaban gastados y demasiado pequeños para ellas. Necesitaban ropa nueva.
Cerró los ojos y pensó en cuánto costaría. La Navidad no estaba muy lejos, y las Navidades eran caras, por lo que necesitaba ahorrar dinero. La nueva ropa para las niñas tendría que esperar hasta que encontrara un trabajo mejor.
Taemin suspiró, frotándose la cara. Sí. Eso era en lo que necesitaba enfocarse. No más distracciones. Las niñas dependían de él.
El sofá se hundió cuando las chicas de pronto subieron a el.
"Estás triste", dijo Bee.
"No nos gusta cuando estás triste", dijo Emily.
Taemin sonrió y envolvió sus brazos alrededor de ellas, tirando de ellas cerca. Eran muy cálidas y olían a jabón y dulces. A inocencia.
"No," dijo. "Por supuesto que no estoy triste."
"¿Cuándo va a volver el Sr. Choi?" Preguntó Emily, una vez más, sus ojos azules muy abiertos y brillando con lágrimas. "¡Él me prometió un cachorro! Con una estrella blanca en la frente".
Bee se chupó el pulgar. "Sí, ¿cuándo va a volver?"
El corazón de Taemin se apretó. En ese momento, él odiaba a Minho Choi más que a nada. Las chicas no tenían a nadie excepto a Taemin; por supuesto que se habían apegado a Minho, ya que había estado prácticamente viviendo con ellos durante el último par de semanas.
Taemin sonrió, pero se sentía más como una mueca. "No pareciera que vaya a regresar, cariño."
Las cejas de Emily frunciéndose. "¿Por qué?"
¿Cómo se suponía que iba a responder a eso?
Taemin desvió la mirada. "Porque él tiene su propia familia. Y parece que su padre le pidió que se casara". Al menos esa era la única explicación que se le ocurría. "Él va a formar una familia ahora."
"¿Por qué?" dijo Emily.
El labio inferior de Bee tembló. "¿Por qué?"
Taemin miró entre ellas y no sabía qué decir.
"No sé, nena", murmuró, presionando sus labios en la frente de Bee y tirando a Emily más cerca. "No lo sé."